El flaco Aduriz
De un tiempo a esta parte, el cocinero ha pasado de ser una persona que da de comer a ser un autor. La cocina, vista (probada) para satisfacer todos los sentidos y no solo la gula, es una ruptura constante entre la experimentación y la tradición; la interpretación del recuerdo envuelto en hambre. Aduriz ha dado de comer piedras (Patatas Kaolin) a japoneses reacios. Además de jugar con los ingredientes, en esta mesa es el ingenio el que se come a la verdad. Si algo se parece, ¿lo es de algún modo? Diferentes Puntos de fuga (Planeta Gastro) en la cocina de un cocinero que no quiso ser artista.
Si la boca empieza por los dedos, ¿por dónde termina?
“Somos facilitadores de experiencias”
Pues te iba a responder desde el punto de vista biológico, porque termina por donde todo el mundo puede imaginar (risas). ¿Tú sabías que al intestino le llaman “el segundo cerebro? No está comprobado desde el punto de vista científico, pero se dice que tenemos una extensión neuronal hasta el intestino. De hecho se piensa que es bastante más complejo de lo que hasta ahora pensábamos que era: un mecanismo de absorción de nutrientes. Pero tiene bastante más información. Desde el punto de vista más operativo, hay que decir que cuando tú coges organismos muy simples, entre la boca y el ano hay una distancia mínima y muy directa, y nosotros somos eso mismo pero con otro nivel de complejidad.
Entonces, ¿podemos saborear algo que ya está en el estómago? ¿Llega esa información al cerebro?
Por lo visto parece que sí.
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