Genoveva y el misterio de las vacas
3/5
()
Información de este libro electrónico
con ayuda del intrépido abuelo Archimboldo, al que creían perdido para siempre.
Diviértete con esta vertiginosa historia sobre los lazos familiares y los límites entre sueño y realidad.
Lee más de Armando Vega Gil
Se armó la fiesta de muertos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRenata y la fábrica de juguetes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Genoveva y el misterio de las vacas
Libros electrónicos relacionados
Dientes de conejo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl enigma del hoyo en el pantalón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos gemelos del metro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mar de Ana Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Alegre Roger y el tesoro submarino Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¡Qué fastidio ser princesa! (It's a Pain to be a Princess) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa calle de los muertos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Hoja de papel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVíboras vivas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Zorrillo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No lleves hadas al cole Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El resfrío del Yeti y otros cuentos que aterran de risa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pancho Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn detective al revés Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cuaderno secreto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Totó Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orfo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos para los días de lluvia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5No duermas en la habitación de la torre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas mascotas secretas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEstrella Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Racataplán Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Buscalacranes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Bonifacio y la Pincoya Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las vacaciones de Sinforoso Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La gota de lluvia que tenía miedo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Marisa y Violeta: Amigas al rescate Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa ovejita negra Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los Protectores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl nuevo restaurante de Pierre Quintonil Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Libros de lectura para niños para usted
El Niño Volador Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los Tres Osos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Princesa Diferente - Princesa Espacial (Libro infantil ilustrado) Calificación: 4 de 5 estrellas4/510 Historias Divertidas para niños de 2 a 5 años Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mi Primer Libro de Lectura: Lectura Inicial para Niños que Desean Aprender a Leer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo enseñar a leer a tu bebé Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos 2 Mellizos en: Los Bichos y el Químico Loco Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una Princesa Diferente - Princesa Pirata (Libro infantil ilustrado) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los Tres Cerditos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mi Monstruo 4 Primeros Lectores Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Hombre de Jengibre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una Princesa Diferente: Súper Princesa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los Jumbalees en El tesoro escondido: Una historia sobre la búsqueda del tesoro escondido, para niños de 4 a 8 años ilustrada con dibujos animados Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna Princesa Diferente - Súper Princesa (Libro infantil ilustrado) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Caperucita Roja y Abuelita, detectives privados Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cositas de Monitos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un Monton de Coches Calificación: 4 de 5 estrellas4/5SEO & Marketing 2023: Marketing & Publicidad, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl ladrón de mentiras Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psiqué, la enamorada de un dios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos para Marisol Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un esqueleto en vacaciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5I Love to Share Me Encanta Compartir: English Spanish Bilingual Edition: English Spanish Bilingual Collection Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Humberto viaja al pasado Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Serie Daisy el Dragón Colección de Cuatro Libros: Spanish Books for Kids, Español Libros para Niños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJuan y los Frijoles Magicos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El hermano nuevo de Elly Elefanta: Spanish Books for Kids, Español Libros para Niños, #2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYo en tu Lugar: If I Were You Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ester y Mandrágora 2: De amor y de magia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSe me olvidó: Olvidos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Comentarios para Genoveva y el misterio de las vacas
2 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Genoveva y el misterio de las vacas - Armando Vega-Gil
Vega Gil, Armando
Genoveva y el misterio de las vacas / Armando Vega Gil ; ilus. de Patricio Betteo. - México : Ediciones SM, 2018
120 p. ; 19 x 12 cm. - (El Barco de Vapor. Azul; 67 M)
ISBN: 978-607-24-3150-8
1. Novela mexicana. 2. Relaciones de familia - Literatura infantil. 3. Aventuras Literatura infantil. I. Betteo, Patricio, il. II. t. III. Ser.
Dewey 863 V44
Para Andrés
I
MUÉGANOS Y RÍOS DE LECHE
Si deseas que tus sueños
se hagan realidad, ¡despierta!
AMBROSE BIERCE
A LA PEQUEÑA Genoveva de la Colcha y Salpicón, chaparrita como una canción ranchera y más delgada que un suspiro mañanero, le encantaba comer muéganos de Tlaxcala, ¡yuuuumi!, unas galletas granuladitas y crocantes que, a la menor mordida, se desintegraban en la lengua y el paladar; estas olorosas pastas estaban llenas de sorpresas de maíz tostado con tropiezos de azúcar y canela y, gracias a una cubierta de miel de piloncillo, oscura y brillante como caparazón de escarabajo aguamielero, se mantenían compactas hasta que los molares, premolares y colmillos las trituraban: ¡cronch, chic, juic, juic, chomp!
De estas tareas moledoras, la que más le entretenía a Veva era luchar contra las plastas de dulce y polvorón que, entre los dientes, se le adherían como pegamento: ¡chicli, chicli!, sonaban al son de la masticación.
Para evitar que los muéganos se quedaran pegados a las bolsas de papel de estraza en las que se los servía el gigantón y canoso repostero de la esquina, don Anacleto Chapopote, ponía estos caramelos engalletados sobre obleas como las que se utilizan en las pepitorias y en las hostias de consagrar que, solitas, saben a papel desabrido… porque de que hay papeles sabrosos, los hay.
A fin de espantar a su redonda y muy peinadita abuela, doña Domitila Salpicón, nuestra modosa Vevita se confeccionaba unos tortones de muégano prietos y llenos de babas que le chorreaban hasta el mentón, los cuales, con mucha paciencia, acomodaba en sus grandes dientes frontales (que, a decir de muchos, la hacían parecerse a las ardillas de los Viveros de Coyoacán) y, con una sonrisota de labios restirados, se le aparecía de sopetón a la abue, azotando los zapatos en el piso y soltando un berrido de urraca con el que rociaba de moronas aguadas todo lo que tenía enfrente.
Domitila viuda de la Colcha siempre estaba con los recuerdos perdidos entre cerros y mares, echando de menos al abuelo Archimboldo, hombre dedicado a la exploración extrema (¡tan guapo y fuerte!), quien la llevara hacía ya muchos años a dar la vuelta al mundo en barcos, aviones y bicicletas de montaña.
Cuando Veva se le aparecía de repente a la anciana, ésta pegaba un gritote que se colaba por todos los rincones de la casona, haciendo eco entre las jarras de barro que, colgadas de clavos, cubrían las paredes de la cocina. El aullido de susto resonaba, además, en el lavamanos del baño que siempre olía a jabón, entre los plumeros y el polvo del cuarto de los trebejos, y en medio de las blusas, faldas y calcetas guardadas en el ropero.
La verdad es que doña Domitila sabía de antemano que Genoveva la iba a espantar, pues cada vez que la pequeñuela preparaba su Gran Teatro del Horror, la casa se sumía en silencio.
Y es que Veva era de las niñas que pasaba el día entero cantando, haciendo ruido con sus juguetes y chancleando por los pasillos entre aplausos y melodías de silbidos destemplados que ella misma inventaba.
Esta chamaca está a punto de asustarme con su Monstruo Babeante de los Dientes Masudos
, se decía quedito, y se preparaba para que, en el momento del alarido sorpresa, ella hiciera la reacción más cómica de la que pudiera echar mano: a veces se iba de espaldas contra la cama, levantando tanto las cortísimas piernas que le enseñaba a Veva sus calzones largos con holanes; en otras ocasiones lanzaba al aire su labor de bordado en medio de un estallido de agujas, telas y carretes de hilos rojos, verdes y amarillos, o bien escupía con una trompetilla ruidosa el sorbo de té de manzanilla o de atole de chocolate que estuviera tomando para calentar su siempre helado estómago.
El colmo fue cuando, una tarde de verano, bajo un solazo de treinta y cinco grados y un sudoroso calor desértico, la abuela se lanzó por la ventana para caer en una pileta llena de agua que tenía preparada en el patio, justo abajo de su cuarto, como si fuera