uizá fue la historia del lugar. O la de las gentes que la frecuentaron. O ese cante que dejó mudo a más de uno… o planas las tortillitas de camarones. Porque no, la tortillita originaria, al menos la que ha quedado en los anales de la Venta de Vargas, era una buena esfera. “Catalina Pérez, que era de Alcalá de los Gazules, se vino a Cá-diz en 1937 con su bollo de camarones. Ella y su nuera, mi tía María Jesús Picardo, se lo hacían todas las mañanas con su aceite de oliva, sus camaroncitos y sus garbanzos. Todos los martes me mandaba a por harina de garbanzos
LA TORTILLITA DEL CANTE
Nov 01, 2022
4 minutos
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