¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON TORTILLAS ELÉCTRICAS?
Durante el confinamiento sueño con tortillas. Normalmente es la tortilla de Paco –cocinero de un bar ovetense desaparecido, El Raspón–, otras veces es la tortilla de mi padre o la tortilla de mi abuela. Mira que mi abuela murió hace casi una década, la pobre, y sigo dándole la lata en sueños. Mi otra abuela, Emma, tu nariz –y con la que casi vapeabas– o ese exceso de sal que los niños siempre agradecíamos. En cambio, mi abuela Luz hacía la tortilla desordenada, así era ella también, y las patatas bailaban dentro al ritmo de vals cursi alemán. Paco superó con meticulosidad el logro de mi abuela: llegaba a darle al resultado una planicie de boina y una rigidez exterior de cabo de la Guardia Civil que Luz nunca consiguió. Mientras que las patatas de mi abuela eran como los protagonistas de , siempre trataban de escapar, las de Paco se colocaban como ordenados monjes de clausura.
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