Diamante En Bruto Revelado

Por Balderes Lucila Santos De Alvarez

La escritura Bblica en Efesios 2:1-10 es un resumen de mi historia. Aunque me levantaba cada da con aliento en mis pulmones y con mi corazn latiendo y me levantaba con pensamientos en mi mente, con vista en mis ojos, con voz en mi boca y con la mayor parte de mi cuerpo funcionando normalmente; aun viva como si estuviera muerta. Diariamente hacia malas decisiones que llevaban consigo graves consecuencias. Contamine mi cuerpo con influencias ajenas y participe de malas conductas. Solo cuando estaba rodeada de amistades y actividades poda funcionar bien; una vez que me encontraba a solas en presencia de mis pensamientos me senta morir. Realmente no tena vida. Las influencias ajenas no eran suficiente; mi querido esposo no bastaba; mis hijos no podan llenar mi vaco; mis amigos no saciaban me necesidad; Estaba sola y moribunda. Si no hubiese sido por el gran amor de Dios hubiera perecido. Dios me ha dado vida con Cristo para l poder mostrar en m la incomparable riqueza de Su gracia. l me ha dado la vida; vida para hacer buenas obras para que otros puedan encontrar solucin y salvacin. Por eso escribo esto para ti.

Con amor!

Balderes Lucila Santos de Alvarez

• Idioma: Español
• Editorial: Trafford Publishing
• Fecha de lanzamiento: 25 sept 2013
• ISBN: 9781490714059

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Contents

Acerca Del Autor

Instrucciones Para El Lector:

Prefacio

Semana 1/ Día Uno

Diamante En Bruto

Semana 2/ Día Uno

Salte Del Barco

Semana 3/Día Uno

El Amor De Un Padre

Semana 4/ Día Uno

Sol Naciente

Semana 5/Día Uno

El Futuro Indeterminado

Semana 6/Día Uno

En El Tiempo De Él

Semana 7/Día Uno

Amor Eterno

Semana 8/Día Uno

Haz Relucir A Dios

Semana 9/Día Uno

Siguiendo La Carrera

Semana 10/Día Uno

Su Amor

Semana 11/Día Uno

Como Barro En Las Manos Del Alfarero

Semana 12/Día Uno

Comenzando Bien Tu Día

Semana 13/Día Uno

Padre Omnipotente

Semana 14/Día Uno

Radicalmente Obediente

Semana 15/Día Uno

La Casa Del Señor

Semana 16/Día Uno

Si Nunca Siento Nada

Semana 17/Día Uno

A Veces Lloro

Semana 18/Día Uno

Mi Patria

Semana 19/Día Uno

Tratando…Entrenando…

Semana 20/Día Uno

Inseguridades

Semana 21/Día Uno

Tu Entrenador Personal

Semana 22/Día Uno

Sin Palabras

Semana 23/Día Uno

Disciplina

Semana 24/Día Uno

Cosas Grandes

Semana 25/Día Uno

La Naturaleza Declara Su Gloria

Semana 26/Día Uno

En Medio De Las Pruebas

Semana 27/Día Uno

Consejos Financieros

Semana 28/Día Uno

¿Sobreviviría?

Semana 29/Día Uno

Actitud

Semana 30/Día Uno

¿Qué Dijo Él?

Semana 31/Día Uno

Enfocados En La Recompensa

Semana 32/Día Uno

¡Levántate!

Semana 33/Día Uno

Dulce Encuentro

Semana 34/Día Uno

Nuestros Hijos

Semana 35/Día Uno

Pueden Venir Tormentas

Semana 36/Día Uno

Opciones Y Decisiones

Semana 37/Día Uno

Lo Que Digo Vale Mucho

Semana 38/Día Uno

Él Me Hace Sonreír

Semana 39/Día Uno

La Prosperidad

Semana 40/Día Uno

Cuando Estoy Decaído

Semana 41/ Día Uno

Temporadas De Sufrimiento

Semana 42/ Día Uno

Pliegues

Semana 43/Día Uno

52 Días De Acción De Gracias

Semana 44/Día Uno

Deja De Dormir

Semana 45/Día Uno

Temor

Semana 46/Día Uno

Superando El Estancamiento

Semana 47/Día Uno

Ver O No Ver

Semana 48/Día Uno

Gustad Y Ved Que Es Bueno Jehová

Semana 49/Día Uno

¿A Qué Hueles?

Semana 50/Día Uno

Me Ha Tocado

Semana 51/Día Uno

El Que Tiene Oídos Paro Oir, Oiga

Semana 52/Día Uno

Recuerda

El Ministerio de Diamantes En Bruto Reveladas está dedicado a Melody Nicole Cruz cuya pasión siempre ha sido la de alcanzar mujeres de todo caminar de vida; mujeres que han sido lastimadas por la falsedad del mundo y cuyas selecciones han traído consecuencias difíciles, mujeres que han sido heridas por aquellos que debieron protegerlas, damas engañadas, aquellas ha quien no se les ha descubierto su belleza interior. Estas son Diamantes En Bruto

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Le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de completar este trabajo para Su gloria y el engrandecimiento de Su Reino.

Quisiera reconocer a mis distinguidos amigos por su contribución hacia esta colección de pensamientos. Le doy las gracias a mi familia por su continuo apoyo. Gracias a mi pastor, Porfirio Thomas por animarme a terminar lo que había empezado. Agradezco infinitamente a mi esposo, Armando R. Alvarez, por mantenerme enfocada y por animarme continuamente en proseguir y alcanzar la meta primaria. Mil gracias a mi hermana, Edelweiss G. Santos Diaz, por la traducción de este material. Sé que fue un trabajo arduo, que aun experimentando mucho dolor físico, ella termino su tarea. Gracias le doy a mi ahijada, Ciara Alexis Alvarez, por la fotografía. Gracias le doy a mi padre, Roberto Santos y a mi madre Marina Lucila Santos, por haberme regalado el mejor regalo de mi vida; Jesús, mi Salvador.

Acerca del Autor

Después de dieciocho años, me encontré divorciada y sola, con cuatro jóvenes para criar. En mis momentos más difíciles, me vi envuelta en actividades seculares que me traían satisfacción temporal. Sin embargo, las consecuencias que me esperaban serían severas y duraderas.

Criada en un hogar Cristiano, yo entendí desde pequeña que Dios era lo más importante por las enseñanzas de mis padres. Mi Papa era pastor de una iglesia y todos, como familia, participábamos de un sinnúmero de actividades religiosas. Yo, quizás distinto a mi hermano y tres hermanas, me consideraba privilegiada por ser ‘hija del pastor.’ Siempre recuerdo que a pesar de que mis padres no eran ricos, yo siempre tenía todo lo que necesitaba y un poco más.

Mis abuelas eran mujeres de mucha fe en Dios. Ellas se tomaron el trabajo de demostrarme la fuerza que hay en poner nuestra confianza en Dios. Desde muy niña, yo acepté las enseñanzas de mis padres y nunca tuve duda de que Jesús es el Hijo de Dios y mi Salvador. Recuerdo las historias Bíblicas que mi Papá nos contaba después de cena. Nunca pensé que esas historias me ayudarían a salir de situaciones difíciles años después.

Sin embargo, pasé mucho tiempo viviendo perdida por mis propias decisiones y selecciones; decisiones y selecciones inapropiadas que traerían con ellas muchas consecuencias negativas. No tenía tiempo para una relación con Dios y entendía que yo podía vivir mi vida sin Él. Me propuse a trabajar y a criar mis cuatro hijos y olvidarme de la iglesia, la religión y las