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La Salamandra: Espíritu Elemental Del Fuego Que Permite El Renacimiento Y El Camino Hacia La Espiritualidad
La Salamandra: Espíritu Elemental Del Fuego Que Permite El Renacimiento Y El Camino Hacia La Espiritualidad
La Salamandra: Espíritu Elemental Del Fuego Que Permite El Renacimiento Y El Camino Hacia La Espiritualidad
Libro electrónico311 páginas4 horas

La Salamandra: Espíritu Elemental Del Fuego Que Permite El Renacimiento Y El Camino Hacia La Espiritualidad

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Información de este libro electrónico

Cualquier ser humano se ve expuesto a los efectos de las creencias familiares y a la disciplina impuesta por sus padres. Se podra decir que es la ley de la vida. Los sufrimientos y las carencias no es lo nico que lo limita, tambin ejercen poder los dictmenes de las religiones y la sociedad en general.
La autora se apoya en la cualidad misteriosa y hasta mgica de la salamandra, como la fuerza de transformacin que el ser humano utilizar en su bsqueda del conocimiento y la espiritualidad. El viaje personal podr hacer uso del poder del fuego para convertir en cenizas todas sus aflicciones, esas que surgen del miedo, la ira o la tristeza. Ella comparte su jornada personal que, finalmente, le otorg, a travs de ese fuego purificador, la respuesta anhelada. Conocer el camino a la serenidad puede ser un regalo magnfico para aquel que abre su conciencia y decide que hay ms, mucho ms alrededor suyo.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento19 sept 2012
ISBN9781463339043
La Salamandra: Espíritu Elemental Del Fuego Que Permite El Renacimiento Y El Camino Hacia La Espiritualidad
Autor

Martha Sánchez Llambí

Martha Sánchez Llambí nace en la ciudad de México en 1934. A muy temprana edad se interesa por el reino vegetal y aprende -a través de lecturas- el uso de plantas aromáticas en la cocina y los remedios populares utilizados entre la población. Por su gran amor a la naturaleza, ha dedicado cuatro décadas a la práctica de la herbolaria, al cultivo de plantas medicinales orgánicas y al estudio de los aceites esenciales. Respecto de los aceites esenciales, primero fue una aplicación personal directa proveniente de estudios y más tarde, dentro de su actividad como terapeuta, el uso cotidiano a través de tratamientos de aromaterapia, así como la impartición de cursos de masajes terapéuticos y un continuo seguimiento de los avances en pruebas clínicas. Para ella, el hecho de formular sinergias con aceites esenciales es fundamental para dar tratamientos personalizados. Este libro representa su octavo trabajo.

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    La Salamandra - Martha Sánchez Llambí

    La Salamandra

    Espíritu elemental del fuego que permite el renacimiento y el camino hacia la espiritualidad

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    MARTHA SÁNCHEZ LLAMBÍ

    Obra registrada en INDAUTOR - Instituto Nacional del Derecho de Autor con el número: 03-2011-021112033800-01 (México)

    Copyright © 2012 por Martha Sánchez Llambí.

    El diseño de la Salamandra es obra del artista Jesús Harada, arquitecto mexicano, de ascendencia japonesa.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Para pedidos de copias adicionales de este libro, por favor contacte con:

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

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    Llamadas internacionales +1.812.671.9757

    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    428720

    ÍNDICE

    Agradecimientos

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo Uno :    ¿Qué Pretendo Encontrar?

    Capítulo Dos :    Las Cosas Caen Por Su Propio Peso.

    Capítulo Tres :    Lo Que Nos Afecta…

    Capítulo Cuatro :    ¿Cuál Sería, Para Mí,  

     El Origen De La Vida?

    Capítulo Cinco :    Nuestra Conexión Espiritual

    Capítulo Seis  :    La Evolución De La Conciencia

    Capítulo Siete :    Rendirnos Para No Estar En Lo Mental

    Capítulo Ocho :    Mi Viaje Dentro  

     De Este Cuerpo Que Nació En 1934

    Capítulo Nueve :    La Respuesta O Ayuda Del Universo

    Capítulo Diez :    Volver A Ser Sabios

    Capítulo Once  :    El Tema De La Aceptación

    Capítulo Doce  :    Cuando Nos Ofendemos

    Capítulo Trece :    Estar En El Ahora

    Capítulo Catorce  :    La Importancia De Vivir Un Duelo

    Capítulo Quince :    Ejercicio De Las Tres Pasitas

    Capítulo Dieciseis  :    ¿Qué Es El Tiempo?  

     La Vida Y La Muerte

    Capítulo Diecisiete :    El Ego Y La Zona De Confort

    Capítulo Dieciocho :    Una Presencia Invisible Que Causa Agobio: Las Cosas Retenidas

    Capítulo Diecinueve :    Elige Una Respuesta Nueva – Empieza Por Apreciarte

    Capítulo Veinte :    Escapando De La Matriz

    Capítulo Veintiuno :    Nuestras Emociones Y La Ciencia

    Capítulo Veintidos :    La Importancia De Tener Proyectos

    Capítulo Veintitres :    La Jornada Del Héroe

    Capítulo Veinticuatro  :    Lo Que Viene, Las Nuevas Energías

    Capítulo Veinticinco :    ¿Quién Soy?

    Capítulo Veintiseis :    Pedir Ayuda

    Capítulo Veintisiete :    Podemos Vivir Con Simplicidad

    Capítulo Veintiocho :    Ser Auténticos

    Capítulo Veintinueve :    ¿Qué Es La Felicidad? ¿Cómo Ser Feliz?

    Capítulo Treinta :    Cuando Hablamos Con Nuestras Células

    Capítulo Treinta Y Uno  :    El Despertar Y El Cambio

    Capítulo Treinta Y Dos  :    ¿Qué Es Lo Que Valoro En La Vida? - Conclusión

    Bibliografía

    AGRADECIMIENTOS

    La información contenida en este libro pudo ser reunida gracias a todo lo aprendido a lo largo de setenta y seis años cumplidos.

    Siento un enorme aprecio por las enseñanzas recibidas de mis padres, de mi abuela materna, de mi hermana, de otros miembros de mi familia, de infinidad de amigas y amigos, de maestros que me guiaron durante mis años escolares y muchos más con quienes tomé cursos en un lapso de cinco décadas.

    Se dice que los libros son buenos maestros y así lo puedo asegurar, ya que a través de ellos he recibido el conocimiento deseado. A toda la sabiduría plasmada en libros doy las gracias más profundas.

    Ciudad de México - 2010

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    PRÓLOGO

    Se considera a la salamandra como un animal mitológico, que supuestamente surge de las profundidades de la antigua Creta. Se dice que es la dueña de los fuegos, y que éstos la nutren. Su cuerpo es una fusión entre serpiente y dragón, y su poder estriba en destruir todo a su paso cada vez que aparece con vuelos rasantes y despidiendo llamas.

    En la Edad Media, la creencia popular sostenía que la salamandra era un espíritu elemental que podía vivir en el fuego sin ser dañado, por ello es el símbolo de las flamas. También se le consideraba como el símbolo de la persona de bien que mantiene su paz mental a pesar de los ataques. Existen documentos en los que se asocia la característica de la salamandra de apagar o tragar el fuego con la anécdota de aquel hombre honrado y puro que no sostiene ni desea el mal, que no es dañado por el fuego.

    La descripción más antigua de la salamandra como el espíritu elemental del fuego dice que es una criatura majestuosa de violenta belleza, más cercana a una serpiente de torso erguido, con dos extremidades terminadas en cuatro garras a forma de dedos, alas cortas, cola alargada afinándose hacia el extremo y cabeza similar a la de un dragón, con lengua terminada en punta de flecha…

    Como espíritu elemental del fuego, la salamandra comparte y transporta su misma esencia: da calor, arde y se consume, produce bienestar o molestia. En otro plano, representa el cambio en el conocimiento y en sus formas. Prevalece el hecho del ser que ayuda a eliminar lo que no sirve para dar lugar a un renacimiento o la regeneración de todo lo que es vital en la naturaleza.

    El fuego es considerado elemento divino o sagrado y es plasmado, a veces, como el centro de algunos credos religiosos, pero sobretodo de explicaciones mitológicas.

    Existe un trasfondo común entre el conocimiento oculto que los hombres deben obtener de la naturaleza y el acto de arrancar el fuego oculto a los dioses; y un paralelo entre Prometeo y la Salamandra al internarse Prometeo en el Olimpo para apropiarse del fuego, que fue negado a los hombres por Zeus. Al mostrarlo al mundo, la salamandra lo rescata desde las profundidades y lo transporta hacia la superficie. En la actualidad, la salamandra se cría en varias regiones como son el norte del continente americano, el norte de Europa y el norte de África. La salamandra siberiana puede sobrevivir por años a una congelación que suele llegar hasta los 70°bajo cero. Llegada la primavera, revive en el momento del deshielo.

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    La obra que sostienes en tus manos constituye  

     un relato autobiográfico parcial.

    Lo muestro de esta manera para describir mis circunstancias y los eventos que me facilitaron el camino hacia una claridad de pensamiento, hacia la confianza de ser fiel a mi misma, sabiendo que soy un ser libre.

    Después de recorrer senderos difíciles, el ser humano llega, si así lo desea, a una placidez espiritual en donde cada día gozará de la alegría de vivir y disfrutará su propia creatividad.

    INTRODUCCIÓN

    He querido utilizar la metáfora de la salamandra para describir mi viaje personal en esta vida. Es decir, haber pasado por la influencia de un cúmulo de creencias heredadas a través de varias generaciones en mi familia, desde mis padres y más allá de mis tatarabuelos, para después descartar las falsas o inútiles mediante una prueba de fuego.

    ¿Cuál sería una prueba de fuego?

    Esta se puede entender como la fuerte experiencia que vivimos los seres humanos al momento de eliminar un concepto que nos ha acompañado desde la infancia y que en el presente ya es caduco, ha perdido vigencia y ahora lo cancelamos utilizando la reflexión.

    En cada reflexión, lo fundamental es ser honesto con uno mismo, para arribar a un lugar o una forma de ser que nos sea totalmente cómoda, que no nos provoque culpa o malestar, que nos permita respirar en armonía, que nos conduzca a un verdadero bienestar.

    El hecho de deshacernos de cualquier creencia limitante puede llevarnos a un lugar oscuro, denso, incómodo. Es difícil cancelar aquello a lo que nos hemos acostumbrado, romper con cualquier concepto al que nos hemos aferrado por años, porque nos dijeron que más vale malo por conocido que bueno por conocer. De esta manera, las creencias están incrustadas en nuestro inconsciente y ahora deben ser fulminadas. ¿Qué elemento tiene la capacidad de borrar toda huella con mayor eficacia? El fuego. Entendamos que fuego significa la destrucción total, la desaparición permanente de algo que fue parte de nuestra estructura. Una vez creado ese fuego, podemos evocar y emular al gran maestro Merlín para dar los pases necesarios y repetir las palabras mágicas que producirán la nueva manifestación. ¿Por qué menciono a Merlín? Creo en la magia, esa que existe en todo momento y en todo lo que nos rodea, esa que podemos crear aun sin ser dueños de una varita mágica. La magia existe dentro de nosotros, sólo se necesita hacer un llamado a nuestra conciencia y estar convencidos de nuestra fuerza interna para que la transformación ocurra.

    La prueba de fuego es lo mismo que, se dice, hace un águila cuando llega a la mitad de su existencia: se refugia en una cueva y rompe su pico para dar paso al nuevo, que le permitirá subsistir capturando presas y alimentándose de ellas. También cambia sus garras. La metamorfosis está llena de dolor pues el ave tiene que golpear su pico contra la roca para deshacerse de él y luego debe esperar, sin comer, hasta que el nuevo se forme completamente. La prueba de fuego es similar a lo que hace renacer a otra ave, el Fénix, que surge de sus propias cenizas. Esta poderosa ave ha estado en mi pensamiento por años, la he mencionado cuando hablo de libertad o de permitirnos fluir para visitar lugares misteriosos, llenos de sabiduría. Al paso de los años he comprobado que mis intuiciones han sido correctas. Ahora sé que el águila es el animal que representa mi análogo, mi compañero y amigo, en mi oráculo maya. Nada es casual.

    Para iniciar este rito de fuego, primeramente nos libraremos de la culpa, término lleno de una energía enigmática sólo comprendida por aquellos que lo concibieron. Expresión construida por los responsables de escribir los textos que miles de católicos en el mundo aceptarían como verdad a partir de entonces. Palabra clave transformada mediante una intención artera. La concepción original fue metanoia, vocablo griego que significa cambio de mente; pero los prelados católicos no tenían intención de usarla porque perderían poder y el control sobre las masas, sobre esos millones de seguidores a quienes exigían no salir del rebaño. Esos seguidores se convirtieron en borregos, que no tiernos corderitos iluminados por la flama del Espíritu. Las cabezas coronadas de la Iglesia Católica tradujeron la muy clara voz griega metanoia por culpa.

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    Librarme de la culpa ha sido mi prueba de fuego. He tenido que transitar por terribles infiernos, y el fuego que los nutre fue visto como un factor benéfico que me ayudaría a convertir en cenizas las creencias que alimentaron mi ego. Si las cenizas representan uno de los ingredientes clave para obtener una tierra fértil, mis cenizas han abonado mi esencia para nutrir mi propia transformación. La salamandra ha sido –para mí- una presencia de esa enigmática sabiduría que nos toma toda una vida hacerla nuestra.

    Cuentan las narraciones capturadas en los diccionarios cibernéticos que… Algunos relatos nos hablan de raras apariciones de salamandras ante la vista de los humanos, y era de agradecerse, pues su presencia era devastadora, como otras formas incendiarias a las que podemos agregar la erupción de volcanes. Sin embargo, de aquella destrucción, nacía lo nuevo; resurgía y se regeneraba la naturaleza en todas sus formas de vida.

    La prueba de fuego ha sido, por tanto, una muerte emocional que dio paso a un renacimiento, al magnífico reencuentro con mi ser original. El acto de mayor trascendencia ha sido limpiar los escombros que suelen quedar esparcidos en el cuerpo físico para erguirme en total seguridad de mi soberanía y cumplir con mi misión. Mi tarea: encontrarme con mi primera energía. Esa energía primigenia es perfecta, no obstante, al encarnar en este plano el ser humano olvida todo porque debe iniciar un camino de aprendizaje. Cuando aprende, está en posición de compartir, de ayudar a los demás para facilitarles el camino.

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    CAPÍTULO UNO

    ¿QUÉ PRETENDO ENCONTRAR?

    Satori en sánscrito significa ‘despertar’.  

     Despertar es vivir con una mente imperturbable.

    En esta metáfora de la salamandra -que me ayudará a describir ciertas etapas de mi vida- quiero insertar algunas dudas, quiero entender dos conceptos, para ver si realmente ambos están unidos. Si la personalidad es una y la manifestación del Yo, que transita por varias vidas, es distinta. En otras palabras, si la esencia de cada ser humano, al momento de dejar esta vida, no sólo mantiene una presencia para todos aquellos que tuvieron alguna relación con él/ella (los miembros de su familia y sus amigos más cercanos) sino que continúa su viaje para existir en otras vivencias. Esto se aleja dramáticamente de las bases de la iglesia católica que no reconocen la reencarnación y yo sí. También habla de las manifestaciones energéticas o metafísicas de las almas que una vez fueron seres vivos, es decir, las imágenes que surgen como fantasmas o como visitantes de otro plano que han sido llamados a través de médiums.

    Mantener una presencia se entiende como la huella que dejó esa persona tanto a nivel emocional como en la forma de comportarse a lo largo de su existencia. Los familiares y amigos que permanecen con vida indefectiblemente recordarán a la persona fallecida por el cariño que le tienen. Las religiones nos han hecho creer que la energía de esa persona continúa ‘viva’ en los años venideros, que está presente porque aquel que tuvo un cuerpo físico ahora está en el cielo y desde ese lugar de paz nos contempla.

    Nos referimos a la persona que ya no está con nosotros como alguien que todavía ‘nos ve’ y sabe todo lo que nos pasa. Es más, la llamamos para que nos ayude en nuestros momentos más difíciles o la invocamos cuando recordamos la felicidad que experimentamos cuando estaba viva.

    Pero cuando pienso en cada persona fallecida, que fue miembro de mi familia, principalmente mis padres y mis abuelos o en mis amigos más queridos, como el espíritu que continúa su viaje, vida tras vida, hasta alcanzar la perfección y reunirse finalmente con la esencia creadora, entonces es cuando tengo dudas respecto de la supuesta ‘presencia’ de ese ser amado como energía que sigue activa. En la memoria de los vivos quedan plasmadas imágenes pero, ¿hay también vibraciones? ¿Es electricidad estática y permanece en nuestra atmósfera?

    ¿Qué pasa con esa energía siendo que yo creo que mi madre, mi padre e infinidad de amigos que han fallecido, han continuado su camino y ahora tienen otra vida? Si, creo en la reencarnación porque estoy segura que la Energía que nos dio vida a partir de sí misma estableció que cada uno de nosotros fuéramos eternos después de recorrer cuantas vidas fuesen necesarias para alcanzar el nirvana y volver a esa inteligencia suprema.

    ¿Lo que permanece es una vibración que quedó cautiva en el campo magnético de la Tierra o en las partículas que nos rodean? ¿Lo que conservamos son las frecuencias producto de los procesos de un cuerpo humano que respiró, que podía exudar quién sabe cuántos elementos químicos, que podía manifestar todo tipo de emociones, que tenía la capacidad de irradiar luz? ¿Todo eso continúa, es una huella indestructible y llena el vacío que aquel cuerpo dejó?

    Dice Wayne W. Dyer Una es una partícula de materia, la otra es energía indestructible, la presencia de Dios, Dios en mi, Dios en cada ser vivo. (De su libro El Poder de la Intención").

    Sé que Dios está en mí, que cuento con una energía divina. Esto es lo que llegó hasta mi mente un día muy claro, un día en el que pude vislumbrar eso que soy. Sucedió un martes 4 de abril del 2006. Empecé a escribir al sentir una conexión muy particular y este fue el resultado:

    Ensayo de una conversación con Dios antes de iniciar esta vida

    Dios:   ¿Qué te gustaría realizar en esta experiencia que estás a punto de iniciar?

    Yo:   Me gustaría enseñar y hacer investigaciones; me gustaría conocer el por qué de las cosas.

    Dios:   ¿Estás segura de que vas a dedicar tu vida a esto?

    Yo:   Si, quiero saber por qué todo es como es; quiero conocer aunque sea una parte de tu creación.

    Dios:   Bueno, entonces te voy a dar un hogar en el que recibirás poca información, para que refuerces tu intención.

    Yo:   ¿Y cómo serán mis padres?

    Dios:   Tendrás un padre que la pasó mal en la escuela porque le fue difícil retener la información, un padre que no tiene mucha capacidad intelectual y con quien no tendrás posibilidad de dialogar. Un padre a quien le gusta reír y pasarla bien con sus hermanas y hermanos, que goza cantar y lucir su voz, también disfrutar a los amigos, pero que no tendrá la capacidad de reír y charlar contigo, será rígido pues eso fue lo que aprendió en su niñez y no sabrá responder a tus dudas ni a tus anhelos.

       Tendrás una madre que sí tiene interés en aprender, pero que las circunstancias en su niñez le cortaron la opción de estudiar y realizar sus deseos, una madre que enfermará del corazón y estará apoyándose en ti, al igual que en otras personas, porque decidió desde muy niña que la vida era demasiado difícil para ella y su ego aprovechará esa situación para sacar el mejor provecho dentro de un sutil rol de víctima.

    Yo:   ¿Por qué quiere ser víctima mi madre?

    Dios:   Para enseñarte a ti lo que debes eliminar en tu vida que es el ego.

    Yo:   ¿Ella escogió ese rol antes de nacer?

    Dios:   Así es. Ella aceptó sufrir físicamente para aprender que el manejo de las emociones negativas lleva al ser humano a la enfermedad. Ese era el trabajo que tenía que realizar y, al mismo tiempo, iba a ser tu espejo. No obstante, tuvo siempre la opción de elegir el conocimiento espiritual profundo para reflejarlo a los demás y para ser feliz. Siempre podrá hacer uso de su libre albedrío para obtener las riquezas que hay en el corazón de todos los seres creados por mí.

    Yo:   ¿Y mi padre?

    Dios:   Tu padre hará su máximo esfuerzo, pero en el fondo tendrá un gran enojo ante los obstáculos que se le presentan para llegar a ser alguien, y pondrá toda su atención en lo que más le gusta: el deporte; allí es en donde va a descollar. Su vida estará centrada en el fútbol y en sus logros personales, en los amigos y las reuniones con sus hermanos. No podrá tener una relación duradera con tu madre y tendrá que abandonar su hogar y sus hijas. Nunca dejará de amar a tu madre. Su corazón estará lleno de ternura por sus dos hijas, pero no le será fácil tener una relación íntima, profunda con ustedes. Habrá una gran confusión en su cabeza y una gran pena, que no podrá verbalizar nunca.

    Yo:   Me doy cuenta que las cosas no son fáciles y acepto mi responsabilidad, pero ¿quien me ayudará en mi misión?

    Dios:   Tu madre te dará un poco de ayuda al creer en tu inteligencia y alentarte a la lectura. De sus dos hijas serás aquella a la que exigirá más porque sabe que tienes madera para llegar a tu meta.

    Yo:   Si de mi madre recibiré parte de la ayuda, ¿de quien más obtendré el apoyo que necesito para lograr mi misión?

    Dios:   Tendrás como maestros a los libros, pero sobretodo obtendrás ayuda de personas que llegarán a tu vida y te darán indicios. Está en ti observar y escuchar. Lo más importante es que en tus momentos a solas estés totalmente abierta a recibir los mensajes que has solicitado y que serán el mayor apoyo para realizar tu obra.

    Yo:   ¿Y si no logro escucharlos?

    Dios:   Lo único que te impedirá escucharlos será tu ego. A éste tendrás que conocerlo y domarlo. (Fin de mi introspección de ese día).

    ~~~~~~~~~

    Retomé esta reflexión el 7 de abril, 2006

    Pues bien, no ha sido fácil entender la manipulación del ego. He tenido que modificar mis creencias y, sobretodo, entender que aunque tengo gran capacidad de análisis y las aptitudes de una Virgo, no siempre tengo la razón. Mi aprendizaje ha sido difícil porque me ha tomado largos años saber respetar al otro, entender que todo está bien y que hacer juicios es algo totalmente inútil e irrespetuoso. Aunque siempre pensé que soy amorosa y comprensiva, estaba muy lejos de actuar con compasión.

    Lo más probable es que Dios haya dado respuesta a mis solicitudes en más de una ocasión, pero yo no he sabido ser paciente y humilde para ver lo que Él me mostraba y lo que tenía frente a mí. Ahora los velos han sido corridos. Mi tarea se mostró ardua ya que he tenido que eliminar conceptos falsos y creencias equivocadas. Mi camino es más fácil ahora y doy gracias por todos los maestros que se han acercado a mí. Cuando el alumno está listo, aparece el maestro.

    Doy gracias por haber conocido la experiencia del daño que las emociones negativas pueden hacer en el cuerpo físico. No sé los demás, pero yo necesitaba sentir el dolor en mi cuerpo y el deterioro en mis movimientos para ir al lugar preciso en donde estaba el aprendizaje y la sanación, entendiendo que la sanación no siempre significa la restauración de algo físico, se trata, primordialmente, de un bienestar emocional, ese que nos aporta fortaleza para tomar decisiones, para saber quienes somos porque con ello evitamos seguir los dictámenes de los demás. Dicho de otra manera, somos verdaderamente libres.

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    CAPÍTULO DOS

    LAS COSAS CAEN POR SU PROPIO PESO.

    Se cumple lo establecido antes de nacer. Pasan los años y mis estudios sobre el comportamiento humano me llevan a conocer el karma heredado

    El Karma paterno

    LAS MÁXIMAS DE ‘EL VIEJITO’

    Esta reflexión la escribí en el 2001 para honrar a mi padre, a los diez años de su fallecimiento. Es el resultado de una introspección en busca de la intimidad, esa que brinda la mejor relación con uno mismo y con los demás, en este caso mi padre, a quien afectuosamente llamaba ‘Sanchitos.’ Hago notar que he estado escribiendo acerca de mi búsqueda a lo largo de más de una década, y mis palabras son anteriores a mi conversación con Dios. No obstante, las piezas del rompecabezas están tomando el lugar que les corresponde.

    Infinidad de veces lo escuché repetir las mismas frases. Está desvariando pensaba desesperada, no sin desear que algo distrajera su atención para que dejara de machacar con lo mismo. Me daba vergüenza. Hubiera apreciado un padre diferente, culto, conversador inteligente, protector, detallista; uno que se interesara en mis necesidades o proyectos; alguien que me llevara de la mano y a quien yo volteara a ver con orgullo, como antes, cuando muy pequeña fui mascota del equipo de fútbol América.

    Durante sus últimos años repitió las mismas palabras. Eran una advertencia y un consejo a la vez. ¡Esa era su gran verdad!

    La base del mundo es la bondad, el cariño y el respeto.

    Hacía una pausa corta y continuaba… Por otra parte, no es feliz el rico ni es feliz el que goza, feliz aquel a quien la conciencia no acusa… (hago un paréntesis para comentar que la palabra para rimar lo anterior debió ser acosa, pero él seguramente lo aprendió de ese modo).

    Yo lo escuchaba, como quien oye llover, no se me ocurría

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