En la simbología tradicional de Occidente, hay un animal que representa el servicio desinteresado, el sacrificio y el altruismo más profundo. Me estoy refiriendo al pelícano, que desde el medioevo aparece representado en su nido, perforando su pecho para alimentar -con su propia sangre- a sus polluelos hambrientos. El pelícano simboliza, en primera instancia, a Jesús el Cristo en el momento de la crucifixión, la cuarta iniciación, realizando el más alto sacrificio. Sin embargo, por extensión, el pelícano también nos recuerda a todas aquellas personas, hombres y mujeres, que a lo largo de la historia han renunciado al mundo para socorrer al necesitado, al diferente, al pobre, al extranjero, al impedido, a los animales, etc.

En este mes dedicado a la mujer, donde recordamos la vida y la obra de varias mujeres que han sido relevantes en la historia de la filosofía, la espiritualidad y el esoterismo, deseo hablar de Agnes Gonxha, la mujer a través de la cual se manifestó la santa, la conocida Madre Teresa de Calcuta.