En el umbral de la academia de Platón había un letrero que decía: “Que nadie entre aquí si no sabe geometría”, es decir que para ser aceptado en ese importante centro cultural el estudiante tenía que entender de geometría pero no de la geometría visible sino de esa otra geometría, esa disciplina arcana que va mas alla que un simple estudio de las propiedades y las magnitudes de las figuras en el plano o en el espacio.

Por lo tanto, hay que entender que la Filosofía Iniciática establece una diferencia entre una geometría profana (a veces llamada “euclidiana”) y otra sagrada (o “pitagórica”), y enseña que ambas no están desconectadas sino que son dos caras -necesarias- de una misma moneda y que se corresponden a lo exotérico y lo esotérico (lo evidente y lo oculto).

Fermín Vale Amesti decía que “cuando entre Iniciados se habla de Geometría, [ésta] no se relaciona con “medidas de la tierra”, sino del estudio y la práctica de los principios que constituyen el fundamento o la “medida interior” de la Creación o Manifestación en el Mundo Fenoménico.

Entonces, mediante el estudio de la medida interna de la Naturaleza el Iniciado puede llevar a cabo la construcción del Templo interior”.