Coleccion de Relatos Inesperados

Por Claudine Flamand Monterrubio

Amap, Pablo y Pedro son tres inusuales personajes e investigadores que comparten sus historias, descubrimientos, raras predilecciones e intereses con sus amigos.

Ya sea embarcados en grandes navíos desde oriente y escondidos en bodegas obscuras, enalteciendo a grandes senderistas o ensalzando sus trayectorias familiares, narran sus recorridos descubriendo no sólo nuevos materiales de investigación sino amigos de hazañas.

Entre lagartijas, insectos, libros y plantas, conviven para engrandecer su amistad y desarrollar la gentileza, el respeto, el orgullo y la aventura.

En estos breves y amenos relatos, conoceremos las razones que los llevaron a decidir decir hasta luego a los amigos, arriesgarse a tener nuevos retos, atreverse a buscar sus sueños y emprender nuevas aventuras para conquistar sus miedos.

• Idioma: Español
• Editorial: GRP
• Fecha de lanzamiento: 1 jul 2017
• ISBN: 9786078550067

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© Claudine Flamand Monterrubio.

© Grupo Rodrigo Porrúa, S.A. de C.V.

Lago Mayor No. 67, Col. Anáhuac,

C.P. 11450, Del. Miguel Hidalgo,

Ciudad de México.

(55) 6638 6857

5293 0170

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1a. Edición, julio 2017

ISBN: 978-607-8550-06-7

Impreso en México - Printed in Mexico.

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales

Características tipográficas y de edición:

Todos los derechos conforme a la ley.

Responsable de la edición: Rodrigo Porrúa del Villar.

Corrección ortotipográfica y de estilo: Graciela de la Luz Frisbie y Rodríguez / Rodolfo Perea Monroy.

Diseño editorial: Grupo Rodrigo Porrúa, S.A. de C.V.

Siempre me han gustado las formas

y las superficies de las hojas. Su variedad es enorme, casi nadie piensa en todas las variedades que se pueden encontrar; por eso decidí ser un cronista y relacionarlas.

Muy pocos notan cuántos tipos de hojas existen en el mundo. Pueden ser grandes, chicas, picudas, puntiagudas, duras, flexibles, multicolores o de un solo color, secas o frescas, pero algo muy importante es que todas son naturales. Algunas de ellas pueden estar rotas y, cuando están así, las hojas hablan y te dicen si están rotas porque algo les cayó encima o porque las arrancaron, si se las comieron y qué animal lo hizo o, tal vez, si eso ocurrió porque alguien jugó con ellas o porque las cortaron para ayudarlas a crecer mejor. Muchas veces tengo que andar días o semanas en busca de nuevas hojas. Aunque en el lugar donde vivo, existen más de doce mil tipos de hojas, me gusta explorar los árboles espinosos, las orquídeas y las rosas moradas, que son tan útiles para las medicinas actuales.

Algún día conoceré los pinos y los abedules, podré visitar los bosques, encontrar arándanos y grosellas negras, llegar a las praderas cubiertas de hierbas y flores silvestres. Rodar entre los geranios, las flores de las nieves, los rododendros, las margaritas y las gencianas… aunque los desiertos tienen unos arbustos espinosos encantadores. Me gustan las hojas.

Cuando salgo a ver la belleza de las hojas, siempre preparo mi salida. En mi bolsa llevo mi cantimplora con agua fresca, lápices de colores, hojas… ¡por supuesto que hojas!... esas hojas blancas que se hacen con la corteza de los árboles, los nombramos cuadernos, -¡esas hojas también son preciosas!-, también llevo algo de cacao y amaranto, en caso de sentir hambre durante el camino, pero ante todo, siempre me aseguro de llevar la emoción, la curiosidad y la pasión de observar las