Diario de 7 días y 7 gotas de agua

Por Ana Hernández Vila

“Hoy he mirado dentro de un sueño. Es un buen ejercicio para discernir en mí los dos momentos. El sueño y el despertar. Es muy bueno para eso. También lo hago por diversión. He mirado dentro de un sueño y he aprendido cosas nuevas.”

• Idioma: Español
• Editorial: Ana Hernández Vila
• Fecha de lanzamiento: 11 ene 2015
• ISBN: 9781310361937

Ana Hernández Vila

Mofred es mi palco escénico, mi alma salvaje, el lugar donde soy, siento, duermo, sueño. Es el tiempo aparte donde me encuentro y me muevo. Es el silencio del telón que se aparta cuando los ojos se abren, la historia vive y se comparte en secreto. Todos esperan atentos, mis versos también.Mofred es yo, yo soy Mofred. Salió de mí un día para salvarme de un profesor al que le gustaba romper mis poemas antes de leerlos. Ese día firmé : Mofred.Me salvé.

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Diario de 7 días y 7 gotas de agua

By mofred - Ana Hernández Vila

Copyright 2015 Ana Hernández Vila, Mofred

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Mi obra es libre

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~Diario de 7 días y 7 gotas de agua~

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Hay tantas vidas diferentes, todas tan parecidas. Todas nacen de la vida. Todas crecen con otras vidas. Todas sufren por otras vidas. Todas disfrutan consigo mismas. Todas se complican la vida con otra vida. Todas dependen de otras vidas. Todas tienen vida dentro de sí mismas y se pierden por buscarla fuera de sí mismas. Todas mueren solas. Todas mueren después de ser vida. Todas son diferentes vidas. Diferentes opciones. Diferentes entornos. Diferentes mochilas. Diferentes momentos. Diferentes aspectos. Diferentes características. Diferentes miras. Diferentes formas. Diferentes pensamientos. Diferentes ausencias. Diferentes mentiras. Diferentes verdades. Diferentes consigo mismas, incluso más diferentes que con el prototipo de turno en sus vidas. Todas miran. Pocas observan. Ni a ellas ni a las otras vidas. Todas quieren. Pocas se quieren. Todas desean. Pocas sueñan. Todas gritan. Pocas hablan. Todas repiten. Pocas aprenden. Todas destruyen. Pocas construyen. Todas crean. Pocas se acuerdan. Todas, también soy yo. Pocas, ¡seamos más!

Hoy he mirado dentro de un sueño. Es un buen ejercicio para discernir en mí los dos momentos. El sueño y el despertar. Es muy bueno para eso. También lo hago por diversión. He mirado dentro de un sueño y he aprendido cosas nuevas. He encontrado personas lejanas, personas de otros sueños. He reconocido a personas que la imaginación me ha descrito a partir de lo vivo con lo vivido. He descubierto animales tan reales como irreales. He visto a personas con orejas de cerdo y a caballos con bigote de persona. Me he dado cuenta de que podía volar cuando no podía correr y me he reído con el color cambiante de mi piel. Me ha gustado verme como hombre y verme como mujer. He entendido ser lo que al álter ego le apetecía ser. Me he topado con él. Era una dama de agua. Era una musa de seda. Era el colibrí que me besa en la pupila. Era el vacío y la risa hacia la vida. Lo he visto. He hablado con mi álter ego. Una vez me ha acariciado. Una vez me ha curado. Una vez lo he cuidado. Es el mejor de los momentos. Un paseo con mi álter ego. Una pausa, un escondite, un baile en un lugar secreto del sueño. Lo he visto también en el mundo de los muertos. Ha sido mi guía en los caminos del miedo. Me ha limpiado los ojos. Me ha hablado en una lengua que sólo reconozco a su lado. Me ha mirado. Me ha salvado. He oído dentro de un sueño su voz, su aviso y me ha despertado.

A pesar de las advertencias sociales directas o subliminales, a pesar de los procedimientos, de los consejos, de las normas, de las costumbres, hacer lo contraindicado y aventurarse dentro de uno mismo es maravilloso. Encontrar al álter ego y mirarle a la cara, hacerlo realmente, curiosear, aprender a observarle, conocerle, escucharle, hablar con él, es la aventura más apasionante que una vida pueda vivir: saberse vivo y entenderlo.

Hoy he mirado dentro de un sueño. Hoy sólo le he oído. Me repetía frases. No,