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El diario de Tulio: El Can Paredes
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El diario de Tulio: El Can Paredes
Libro electrónico152 páginas1 hora

El diario de Tulio: El Can Paredes

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El diario de Tulio cuenta las aventuras de un can blanco casi albino, al lado del amor de su vida Evita, la princesa descendiente de una línea monárquica francesa perdida en el tiempo y de su hermana menor Bruna, la café, una bóxer de genética criolla. Con historias cortas sobre su vida cotidiana, cada cuento permite conocer la personalidad de este gracioso can con orejas de murciélago, así como ver el mundo a través de sus ojos, simpatizando con sus causas, sus emociones y sintiendo que un día no es suficiente para todo lo que Tulio tiene para contar.
IdiomaEspañol
EditorialTregolam
Fecha de lanzamiento4 oct 2018
ISBN9788417564322
El diario de Tulio: El Can Paredes

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    facil leectura es muy recomendable desde mi punto de vista es buenardooo

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El diario de Tulio - Laura Gómez

obra.

1. HAGAMOS UN DIARIO

Querido diario:

Hoy mi madre ha llegado con un cuadernito y me ha dicho con una inusual voz aguda: «Mira, Tulio, para que escribas todas tus aventuras». Francamente no entiendo de eso. Y mi madre tampoco parece entender que no tengo pulgares. Pero ella tiene buenas intenciones.

He entendido su mensaje entre líneas. Mi vida es muy interesante como para no reportarla. Entre el desayuno y la siesta puede pasar de TODOOO: desde un torneo de dientes hasta un serio con mis hermanos.

Y lo más importante de mi día: la vigilancia. Soy el Can Paredes, el macho alfa de familia, y tengo la responsabilidad de velar por la integridad de la casa. Así que a los ruidos de la puerta roja siempre estoy alerta para ahuyentar posibles invasores con mi estruendoso ladrido.

Pero este es un trabajo duro, pues es difícil concentrarse con el «Tuliosilencio» de mi madre. Pero yo continúo con mi valerosa gestión. Porque como ya dije, soy el Can Paredes, guardián de la casa, y esa es una labor que me toma mis seis horas intermitentes de conciencia.

2. INFORME DE RAZAS

Querido diario:

Mis padres me han mostrado un informe sobre las razas caninas más inteligentes del mundo. Según el pseudomagazín, el border collie, el caniche y el pastor alemán son los más de los más.

Lo que no investiga el científico de la edición es que existimos un sinnúmero de canes que no hemos sido descubiertos, entonces su muestra es muy pequeña para tal afirmación. Puede ser posible que en la isla de Java habite un can amarillito, orejilargo, que sea capaz de multiplicar la tabla del siete, históricamente la más difícil, no para mí, evidentemente, pues si me sé la del diez, pues significa que ya pasé hace rato por la del siete.

También puede haber un crespito marmolado sueco con conocimientos en reencarnación canina, pero a quien nadie le ha dado crédito. Y por supuesto que hay un blanquito en Cali, Colombia, que ha descubierto la toxina inmovilizadora de humanos, capaz de dispersar multitudes, con especial aplicación en el sector de la defensa.

Pero no. A nosotros no nos quieren en su muestra, porque el monopolio lo tienen los pelilisos, trompa’etriángulo esos que tienen hipnotizados a los expertos con sus saltos de bailarina y sus reflejos de lince. Todo lo tienen calculado para seguir siendo los que nombran en las revistas y los que filman en las películas.

Pero este poderío pronto ha de llegar a su fin, cuando nos rebelemos contra el régimen y salgamos a marchar, la marcha más concurrida de la historia, de solo 37 metros de distancia —para evitar golpes de calor con la distancia—, la más sonora y gutural. Nuestro resoplido habrá de oírse a millas de distancia, y nuestra voz resonará para un mejor camino de las futuras generaciones.

3. POPÓ OBLIGATORIO

Querido diario:

He llegado muy bravo, furioso, poseído de nuestra salida matutina, que no es posible el trato tan indignante que he recibido en la calle, con halones, amenazas y regaños durante todo el camino.

He salido como todas las mañanas, con la rutina ya aprendida, a la misma vía, los mismos pastos y con los mismos amigos. He caminado, cuidando no pisar los desniveles que ya conozco, y he orinado la piedra, la roca narizdeldiablo y la gruta de la pared de piedras. Lo de siempre. Y he olido todos los pastos, para encontrar el punto perfecto y digno de recibir mi popis. Pero la búsqueda ha sido infructuosa y no lo he encontrado. Lo he intentado, pero no. Nada. No ha habido reacción en mi zona trasera, así que he seguido mi camino sin hacer nada de nada.

«Tuliohazpopó...». «Madre, lo siento, pero no voy a hacer, no tengo un lugar donde hacerlo».

«Tuliohazya...». «No, madre, de veras que he olido, pero no hay pasto bueno».

«Tuliométeteahí...». Y me ha halado. Así. Tal cual. Del cuello. Halado para llevarme hasta el punto que ella ha escogido. ¿Ah? «Madre nooo... Que no entro, que no quiero, que no y no».

«Tuliosinohacestequedasasítodoeldía...». «Pues me quedo así, que a mí nadie me obliga a hacer popó cuando no quiero. Que mi cuerpo no funciona así, no es que tenga un interruptor de prendido y apagado…».

«Tulioentra...». Y me ha vuelto a empujar, esta vez con la palma de sus manos puesta en mis nalgas, como si estuviera poniendo sus huellas. Pero he anclado mis patas delanteras fuertes al piso, y ella no ha podido moverme hacia adelante.

Nos hemos devuelto y en el trayecto no hemos intercambiado palabras, hemos evitado hasta vernos a los ojos. Ella dizque brava. Yo muy bravo.

Al entrar, ha gritado a pulmón herido por toda la casa, como si quisiera abochornarme... «Tulionohahechopopó».

Ya estoy trabajando en mi plan de desquite, para que nadie ose tratarme así nunca jamás. Ahora cada cinco minutos me le planto a mi madre al frente y le pongo cara de popis, y la hago salir y la vuelvo a engañar, y lo repetiré hasta la noche. O hasta que mi rabo lo permita.

4. PIYA-CAMISA

Querido diario:

Soy un fanático del buen vestir. Tengo un cajón lleno de ropa, con sombreros, sacos y hasta zapatos siliconados.

Y, para esta temporada de invierno, estoy impulsando una nueva moda, piya-camisa. Una mezcla entre pijama y camisa que puede ser usada tanto para dormir como para salir a dar un paseo con los amigos canes.

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