Días de danza

Por J. Steele

Aquello era un sueño hecho realidad. Ellie había entrado como participante en la Competición Nacional de Danza Artística y no tenía ninguna intención de quedar por debajo del primer puesto.

Sin embargo, sus habilidades no son el único factor decisivo: a cada bailarín de la competición se le asigna una pareja. A Ellie la han emparejado con Alexander, un bailarín muy seguro de sí mismo, y un poco presumido, que tiene tanto atractivo como talento, y ella no puede negar su atracción por él.

¿También acabarán juntos fuera de la pista? ¿O se interpondrán los sentimientos de ambos en el camino hacia las ambiciones de Ellie?

• Idioma: Español
• Editorial: ECONO Publishing Company
• Fecha de lanzamiento: 19 ago 2017
• ISBN: 9781507185995

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Índice

Día 1

Día 2

Día 3

Día 4

Día 5

Obras de J. Steele

Día 1

Ellie se colocó nerviosa la etiqueta con su nombre en la camisa mientras observaba a los demás competidores y respiró profundamente. No podía creer que por fin lo hubiera logrado. «Es la Competición Nacional de Danza Artística», se recordó a sí misma, y la emoción se desató libremente en su interior. Durante los próximos cinco días estaría emparejada con alguien, daría clases con coreógrafos famosos y todo terminaría con una competición nacional de danza.

Ellie bajó la cabeza para mirar el itinerario y echar un vistazo a la planificación de la semana. Pronto conocería a su pareja y no hacía más que preocuparse por si la emparejaban con alguien que no le gustara. Ellie negó con la cabeza y se recordó que ya había tenido numerosas parejas de baile a medida que habían pasado los años; el verdadero talento no depende de otra persona.

Una mujer anduvo hasta el escenario frente a un mar de mesas a las cuales se sentaban los competidores y pidió amablemente a todos que tomaran asiento en la mesa que se le había asignado a cada uno. Ellie se dirigió apresuradamente hacia las mesas buscando la tarjeta con su nombre y cuando encontró su mesa, se sentó rápidamente; había otro hombre y otra mujer sentados a ella. Ellie se giró a la izquierda, preocupada por si su pareja todavía tuviera que llegar a la mesa. Sus ojos miraron deprisa el nombre de la tarjeta a su lado, en la que estaba escrito Alexander en una limpia letra cursiva. Había una gran fuerza enigmática en el misterio que encerraba su nombre, pues gran parte de su sueño dependía de un