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Camino de la Cruz a la Vida
Camino de la Cruz a la Vida
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Libro electrónico211 páginas2 horas

Camino de la Cruz a la Vida

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Información de este libro electrónico

Esta obra, la favorita de su autora, reflexiona sobre la Pasión y Resurrección de Jesús, con base en un Viacrucis propuesto por san Juan Pablo II. En cada estación considera qué hizo Jesús y qué hicieron los que estaban con Él, y qué se aprende de ello. Y termina con una bella oración. Está escrita en clave de misericordia, y no sólo está pensado para ser reflexionado en Cuaresma, sino leído y releído todo el año, para consuelo del alma.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 mar 2017
ISBN9781370959433
Camino de la Cruz a la Vida
Autor

Alejandra María Sosa Elízaga

Alejandra María Sosa Elízaga, es mexicana, licenciada en Comunicación Social, pintora y escritora, católica, autora de 22 libros que reflejan su gran amor por la Palabra de Dios, su apego al Magisterio de la Iglesia, presentan temas profundos escritos en un lenguaje muy accesible, no exento de humor, y tienen siempre como objetivo ayudar a los lectores a vivir y disfrutar su fe. Entre sus obras más gustadas están ‘Para orar el Padrenuestro’, ‘Por los caminos del perdón’, ‘Ir a Misa ¿para qué? Guía práctica para disfrutar la Misa’, ‘Desempolva tu Biblia’, ‘¿Qué hacen los que hacen oración?’ y ‘Docenario de la infinita misericordia del Sagrado Corazón de Jesús’. Todos sus libros cuentan con Nihil Obstat e Imprimatur concedidos por la Cancillería de la Arquidiócesis de México.Desde 1990 se dedica a escribir, a dar cursos de Biblia (dos de los cuales ofrece gratuitamente en www.ediciones72.com), charlas y retiros.Desde 2003 escribe cada semana en ‘Desde la Fe’ Semanario de la Arquidiócesis de México.

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    Camino de la Cruz a la Vida - Alejandra María Sosa Elízaga

    Doy gracias al Padre, de Quien procede todo consuelo, porque nos tiene siempre acurrucados en la palma de Su mano.

    Al Espíritu Santo, que ilumina y aligera corazón y camino.

    A Jesús, que nos amó hasta el extremo, y nos hizo posible pasar de la cruz a la vida.

    A María, porque todos cabemos en su amoroso corazón de Madre.

    Y quiero agradecer, también, a las siguientes personas:

    A mi papá, por su respaldo siempre entusiasta y generoso, que ha hecho posible la publicación de mis libros.

    A mi mamá (mi ‘mámager’): nadie como ella para hacerse escuchar ‘allá arriba’ pidiendo que el Señor me ayude con el nuevo libro, y hacerse luego escuchar ‘acá abajo’ para promoverlo y distribuirlo.

    A René, cuya cercanía ha sido siempre verdadera luz en mi camino.

    A mi tío el padre Salvador Martínez S. MSpS, por su ayuda; a Monseñor José Luis Guerrero, que en medio de tantas ocupaciones, se dio tiempo para leerlo y concedió el Nihil Obstat; al Pbro. Lic. José Ruiz Vera, Canciller y a Monseñor Guillermo Moreno Bravo, Vicario General de la Arquidiócesis Primada de México, que concedió el Imprimatur.

    A Jorge Silva, por su cuidadosa revisión y valiosos comentarios.

    Y a todos, mis hermanos, amigos, y miembros de los cursos de Biblia, así como a los MESACs y a tantos otros que, con su cariño y oraciones, sostienen mis esfuerzos. Imposible nombrarlos a todos, pero a todos los llevo en el corazón y los encomiendo al Padre.

    Dedico este libro a todos los que se preguntan si hay luz al final del camino. Que el Señor les conceda el gozo y la paz de descubrir que no sólo al final...

    Alejandra María.

    ÍNDICE

    Agradecimientos y dedicatoria

    PRÓLOGO

    INTRODUCCIÓN

    PRIMERA ESTACIÓN - Jesús ora en el huerto de los olivos.

    SEGUNDA ESTACIÓN - Jesús es traicionado por Judas.

    TERCERA ESTACIÓN - Jesús es condenado a muerte.

    CUARTA ESTACIÓN - Jesús es negado por Pedro.

    QUINTA ESTACIÓN - Jesús es juzgado por Pilato.

    SEXTA ESTACIÓN - Jesús, es flagelado y coronado de espinas.

    SÉPTIMA ESTACIÓN - Jesús carga con la cruz.

    OCTAVA ESTACIÓN - Jesús es ayudado por Simón de Cirene a cargar la cruz.

    NOVENA ESTACIÓN - Jesús habla a las mujeres de Jerusalén.

    DÉCIMA ESTACIÓN - Jesús es crucificado.

    DECIMOPRIMERA ESTACIÓN - Jesús promete Su Reino al buen ladrón.

    DECIMOSEGUNDA ESTACIÓN - Jesús en la cruz ante Su Madre y el discípulo.

    DECIMOTERCERA ESTACIÓN - Jesús muere en la cruz.

    DECIMOCUARTA ESTACIÓN - Jesús en el sepulcro.

    ¡RESUCITÓ!

    CONCLUSIÓN

    BIBLIOGRAFÍA

    OBRAS DE ALEJANDRA MA. SOSA ELÍZAGA

    NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

    PRÓLOGO

    "Tanto amó Dios al mundo,

    que le entregó a Su Hijo único,

    para que todo el que crea en Él no perezca,

    sino que tenga vida eterna"

    (Jn 3, 16)

    Dice San Pablo que el amor que Dios nos tiene se manifiesta en Jesucristo (ver Rom 8, 39). Y a su vez, el amor de Jesucristo se manifiesta de manera extraordinaria en Su muerte y Resurrección.

    Así pues, repasar los relatos evangélicos que narran cómo Jesús muere y resucita, es inundar tu alma del gozo de saber que Dios te ama con un amor infinito del que nada puede separarte.

    Sobra decir que no hay que limitarse a meditar estos temas sólo durante Cuaresma o el Viernes Santo, sino que resulta riquísimo hacerlo durante todo el año.

    El libro que tienes en las manos te invita a recorrer el camino que va desde el huerto de los olivos hasta el sepulcro vacío, para que lo que ahí sucedió, te ilumine, le dé sentido a lo que te sucede hoy -por difícil o doloroso que sea- y lo transforme en verdadero camino a la vida.

    Para ello, se aprovechará un sendero ya marcado que resulta una ayuda invaluable para centrar las reflexiones en ciertos puntos especiales: se trata del llamado ‘viacrucis’ (es decir: camino de la cruz) que recuerda, en particular, catorce etapas (llamadas ‘estaciones’) que vivió Jesús en el trayecto hacia el Calvario.

    Existe un viacrucis, digamos, ‘clásico’, cuyas ‘estaciones’ están inspiradas tanto en la Biblia como en una antigua tradición, pero desde hace algunos años contamos también con otro viacrucis, que el Papa Juan Pablo II llevó a cabo a principios de su pontificado, en el que todas las estaciones están basadas en algún texto evangélico (para lo cual, seis estaciones de las ‘tradicionales’, fueron sustituidas por otras).

    La presente obra emplea ese viacrucis ‘bíblico’, y además añade al final un capítulo dedicado a la Resurrección de Jesús.

    Cabe aclarar que este libro no fue escrito para ser empleado como ‘viacrucis’, es decir: no fue elaborado para ser leído durante un recorrido al aire libre el Viernes Santo*, ni para leerse de sopetón durante una tarde o una mañana, sino para leerse despacito, a lo largo de los días, haciendo alto con frecuencia para dejar que lo leído penetre, baje de la cabeza y se asiente en el corazón.

    Este libro quiere ser leído una vez y releído muchas otras...

    Compartiremos reflexiones que irán surgiendo a partir de relacionar cada estación con lo que suele sucedernos todos los días, pero desde un enfoque que ilumine, que dé esperanza, que invite a recorrer la vida con renovado brío no sólo como camino de cruz sino, sobre todo, de Resurrección.

    No encontrarás aquí sesudos análisis de los textos, complicados comentarios, exégesis profunda, ‘la’ interpretación única. No. Tampoco hallarás el clásico comentario que flagela al lector haciéndolo sentir culpable por lo que padece Jesús.

    Se busca que en cada página, en cada meditación, en cada oración, recibas un verdadero ‘apapacho’ para el alma.

    Pidamos humildemente al Espíritu Santo que te ilumine para que luego de hacer estas reflexiones no te quedes igual: que la cruz adquiera para ti un significado que sea fuente de luz y de esperanza, de fortaleza y paz, y te colme de un gozo fundado en la certeza absoluta de que Dios te ama con un amor que es infinito, sabio, misericordioso y, lo mejor de todo, redentor.

    *(Nota del editor: Existe otro Viacrucis, de la misma autora, el ‘Viacrucis del Perdón’, publicado por Ediciones 72, que sí está hecho para realizarse al aire libre, en una calle, atrio, jardín de un templo, casa de retiros, etc.).

    INTRODUCCIÓN

    Aunque, como ya se dijo, el presente libro no es propiamente un ‘viacrucis’ que pueda leerse de corrido o caminando, sus capítulos sí corresponden a las catorce ‘estaciones’ del viacrucis bíblico que se mencionó en el prólogo, al final de lo cual se añadió un capítulo dedicado a la Resurrección.

    Al inicio de cada estación se menciona en qué Evangelios aparece lo ahí narrado. Hay estaciones en las que sólo existe una opción (generalmente del Evangelio según San Lucas o del de San Juan).

    Si lo deseas, puedes buscar en tu Biblia las citas que corresponden a un mismo evangelista, y cuando en otra oportunidad releas el libro, puedes buscar entonces las que correspondan a otro. De ese modo, aunque a lo largo del tiempo, repases varias veces esta obra, enriquecerás tu lectura con los diversos textos bíblicos elegidos en cada ocasión.

    Luego de enunciadas las citas bíblicas, cada capítulo contiene dos comentarios.

    El primer comentario se centra en la figura de Jesús, lo que vive en esa estación.

    El segundo comentario se centra en uno o más de los otros protagonistas de la escena.

    Ambos comentarios van en la misma línea: llamar tu atención sobre alguna actitud -de Jesús y de los otros- para descubrir cómo se relaciona contigo y qué puedes aprender de ello, para iluminar tu vida de hoy.

    En sus ejercicios espirituales, San Ignacio de Loyola sugiere que al leer el Evangelio, nos metamos, con la imaginación, en la escena, en la piel de quienes ahí aparecen y tratemos de descubrir qué sienten, por qué actúan como lo hacen, si nos identificamos o no con sus actitudes y por qué...

    Te invito a hacer la prueba y poner esto en práctica. ¿Qué ganarás con ello? Dejar de sentir que la Palabra es un texto aburrido que pertenece al pasado, y descubrirla muy actual, muy cercana a tu propia experiencia, identificarte con ella y dejar que te guíe, hasta poder decir, como el salmista: Lámpara es Tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero (Sal 119, 105).

    A lo largo y al final de los comentarios se incluyen propuestas para reflexionar. Es fundamental que te detengas un momento a realizarlas, para que lo leído ‘aterrice’ y adquiera sentido cuando lo relaciones con tu propia experiencia.

    Al terminar cada capítulo se incluye una oración, basada en el tema que ahí se trató. Esta oración emplea, libremente, metáforas e imágenes poéticas, inspiradas en diversos textos bíblicos, y se dirige a Aquel en cuya compañía queremos recorrer nuestro camino. Emoción que se comparte y busca sembrar en ti una semilla que ojalá germine y se exprese en tu propia oración.

    Cabe insistir en que se recomienda realizar despacito la lectura de este libro, quizá a lo largo de varios días, como meditación personal, y, como ya se dijo, no sólo durante Cuaresma o Semana Santa, sino durante otros momentos del año.

    Lo importante es hacerlo con calma, darle tiempo a que lo leído y reflexionado se asimile y transforme en una íntima certeza: que el camino de la cruz no termina en sufrimiento, tiniebla y muerte, sino que es senda que, desde ya, te llena de luz y paz, y te lleva a la vida.

    Si este libro ayuda a que descubras lo que significa eso en tu existencia, y te permite vivirlo todo desde esa perspectiva llena de gozo y esperanza, habrá cumplido su objetivo.

    Comencemos, pues, este viaje, pidiendo al Espíritu Santo que nos ilumine y conduzca siempre por el camino de la cruz a la vida, en comunión con Jesús y de la mano de María, capaces de anteponer, a cualquier dificultad, el consuelo de saber que, en todo tiempo, nos sostiene el desbordante amor del Padre.

    "¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de la misericordia y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que podamos nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios! Pues así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda, también por Cristo, nuestra consolación." (2Cor 1, 3-5)

    PRIMERA ESTACIÓN

    Jesús ora en el huerto de los olivos

    PRIMERA ESTACIÓN:

    JESÚS ORA EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS

    Textos bíblicos que narran esto:

    Mt 26, 36-45;

    Mc 14, 32-41;

    Lc 22, 39-46;

    Elige uno de estos textos bíblicos: léelo despacio y reflexiónalo.

    Jesús en Getsemaní

    Los Evangelios describen a Jesús de una manera a la que quizá no estás acostumbrado: se le ve sufrir, ir y venir pidiendo apoyo, compañía, caer en tierra, sudar sangre...

    Nunca como ahora se comprueban las palabras de Pablo que afirma que Jesús ‘se hizo en todo semejante a nosotros, menos en el pecado." (ver Heb 4, 15).

    Los discípulos, abochornados quizá por presenciar un lado tan humano de su Maestro, mejor se duermen.

    Tú, en cambio, abre bien los ojos para no desaprovechar toda la enseñanza que puedes obtener de esta escena en el huerto. Quisiera destacar aquí tres aspectos:

    1. La emoción de Jesús

    En primer lugar, ve cómo Jesús no teme expresar lo que siente, no se avergüenza, como hacemos nosotros, siempre queriendo estar ‘en control’, siempre empeñados en reprimir lo que puede hacernos quedar como ‘débiles’.

    Jesús, en cambio, ni se encierra en Sí mismo, ni niega lo que le pasa: lo asume y lo comparte con los Suyos. Su emoción

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