Mar adentro
()
Información de este libro electrónico
Éste es el tercer volumen de la colección de tres libros titulada ‘Lámpara para tus pasos’.
Con esa capacidad suya de ofrecer meditaciones breves pero profundas, sólidamente fundamentadas, pero de lectura fácil y sabrosa, la autora va invitando al lector a releer textos de las Lecturas que se proclaman el domingo en Misa (en este caso las que corresponden al ciclo litúrgico C), para comprenderlos mejor, relacionarlos con su propia existencia y poder decirle, como el salmista, al Señor:
“Lámpara es Tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero” (Sal 119, 105)
Alejandra María Sosa Elízaga
Alejandra María Sosa Elízaga, es mexicana, licenciada en Comunicación Social, pintora y escritora, católica, autora de 22 libros que reflejan su gran amor por la Palabra de Dios, su apego al Magisterio de la Iglesia, presentan temas profundos escritos en un lenguaje muy accesible, no exento de humor, y tienen siempre como objetivo ayudar a los lectores a vivir y disfrutar su fe. Entre sus obras más gustadas están ‘Para orar el Padrenuestro’, ‘Por los caminos del perdón’, ‘Ir a Misa ¿para qué? Guía práctica para disfrutar la Misa’, ‘Desempolva tu Biblia’, ‘¿Qué hacen los que hacen oración?’ y ‘Docenario de la infinita misericordia del Sagrado Corazón de Jesús’. Todos sus libros cuentan con Nihil Obstat e Imprimatur concedidos por la Cancillería de la Arquidiócesis de México.Desde 1990 se dedica a escribir, a dar cursos de Biblia (dos de los cuales ofrece gratuitamente en www.ediciones72.com), charlas y retiros.Desde 2003 escribe cada semana en ‘Desde la Fe’ Semanario de la Arquidiócesis de México.
Lee más de Alejandra María Sosa Elízaga
Si Dios quiere. Guía práctica para discernir la voluntad de Dios en tu vida cotidiana Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Más de 1000 Preguntas y Respuestas Sobre Biblia, vida de fe, María y los santos ¡prueba lo que sabes y aprende más! Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Creo. Guía práctica para comprender y vivir el Credo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¡Desempolva tu Biblia! Guía práctica para empezar a leer y disfrutar la Biblia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDocenario de la infinita misericordia del Sagrado Corazón de Jesús Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Para Orar El Padre Nuestro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesViacrucis del Perdón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn casa con Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mirada de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl regalo de la Palabra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCamino de la Cruz a la Vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa fiesta de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Qué hacen los que hacen oración? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Estar con Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComo Él nos ama Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSed de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMurmullo de brisa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Te has encontrado con Jesús? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVida desde la fe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Fuerza de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDios a Nuestro Lado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGracia oportuna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La respuesta de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Mar adentro
Libros electrónicos relacionados
Estar con Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMurmullo de brisa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Fuerza de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn casa con Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl regalo de la Palabra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDios a Nuestro Lado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVolveremos a comenzar (Eucaristía nº 6/2022): Tiempo ordinario. Ciclo C / 11 septiembre al 20 noviembre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo Aprovechar Nuestras Faltas Y 39 Temas Más Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrepara tu corazón: Un diario de Adviento guiado para la oración y la meditación Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mirada de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibres y alegres en el Señor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa fiesta de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSí es verdad. No es verdad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Como los primeros Doce: Vocación, santidad y apostolado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComo Él nos ama Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna pizca de alegría: ...siempre que sea honda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPensamientos que transforman Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa llamada de María (The Mary's Knock) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas Bienaventuranzas: Una investigación sobre el corazón de Jesús Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl junco de Dios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Retorno a Dios: Días de retiro para dilatar el corazón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mirada interior (Eucaristía nº 2/2024): Tiempo ordinario y Cuaresma. Ciclo B / 14 de enero al 17 de marzo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNueve días para recuperar la alegría de rezar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Levántate y anda Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Martín Descalzo: Un cura entre la prensa y la literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVida desde la fe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn camino de oración: Guiados por Juan Bautista de La Salle Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las tinieblas no le vencieron: Fuerte frente al mal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGracia oportuna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El hechizo de la misericordia: Predicaciones sobre la misericordia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Cristianismo para usted
El Ayuno - Una Cita con Dios: El poder espiritual y los grandes beneficios del ayuno Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Te costará todo: Lo que Jesús demanda de ti Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Guía esencial de la Biblia: Caminando a través de los 66 libros de la biblia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Demonología: Guía de Todo lo que Querías Saber Acerca de los Demonios y Entidades Malignas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Diccionario Manual Bíblico Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La Guerra Espiritual y el Derecho Legal de los demonios para Operar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La oración es la clave del éxito Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Jesús de Nazaret: Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Usos y costumbres de los Judíos en los tiempos de Cristo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Limpia tu mente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La oración: Experimentando asombro e intimidad con Dios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Textos fuera de contexto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de los mártires Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orando la Biblia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una mujer sabia: Principios para vivir como Dios lo diseñó Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El secreto de Salomón / Solomon's Secret: Encuentre la sabiduría para manejar sus finanzas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Comentario de los salmos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Conversaciones con Dios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Devocional en un año: Los lenguajes del amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Filosofía del rey Salomón Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo leer tu Biblia: Guía de interpretación de literatura bíblica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Búsqueda De Dios: Un Clásico Libro Devocional Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El hombre espiritual Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dios no tiene favoritos, tiene íntimos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un año en los Salmos: 365 devocionales para animar tu vida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un año con Dios: 365 devocionales para inspirar tu vida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Santa Biblia Reina Valera 1909 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Enciende tu cerebro: La clave para la felicidad, la manera de pensar y la salud Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Desafío del Amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Mar adentro
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Mar adentro - Alejandra María Sosa Elízaga
Este es el tercer volumen de la colección de tres libros titulada ‘Lámpara para tus pasos’.
Con esa capacidad suya de ofrecer meditaciones breves pero profundas, sólidamente fundamentadas, pero de lectura fácil y sabrosa, la autora va invitando al lector a releer textos de las Lecturas que se proclaman el domingo en Misa (en este caso las que corresponden al ciclo litúrgico C), para comprenderlos mejor, relacionarlos con su propia existencia y poder decirle, como el salmista, al Señor:
"Lámpara es Tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero" (Sal 119, 105)
Amor, no temor
I Domingo de Adviento
¿Cuándo sobresaltaría a unos alumnos que su maestra entrara de pronto en su salón de clases? Cuando salió un momento pidiéndoles que se quedaran sentados en sus pupitres, portándose bien y se pusieron a echar relajo, a rayonear el pizarrón y a correr y brincar por toda el aula.
¿Cuándo consideraría un joven, cuyos papás tuvieron que salir de fin de semana, que sería el peor momento para que cancelaran el viaje y regresaran? Cuando avisó en ‘facebook’ que había ‘reventón’ en su casa, y la tiene llena de desconocidos pachangueros que están y la están dejando en un estado deplorable.
¿Cuándo no querría un empleado que terminara el viaje de negocios de su jefe? Cuando se la ha pasado sirviéndose de la caja chica con la cuchara grande.
Queda claro que nos da miedo que nos ‘agarren’ portándonos mal, sobre todo si quien llega cuando menos lo esperamos tiene autoridad para sancionarnos por ello.
Reflexionaba en esto al leer que este Primer Domingo de Adviento, en el Evangelio que se proclama en Misa (ver Lc 21, 25-28.34-36) pide Jesús, refiriéndose al día de Su Segunda Venida: "Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre" (Lc 21, 34-36).
El Señor nos advierte que un día tendremos que comparecer ante Él, así que no nos conviene dejar que nuestra mente se entorpezca por "los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida".
Llama la atención que menciona aparte de los vicios, la embriaguez, siendo que solemos considerarla también un vicio, pero es que tal vez lo que quiere enfatizar es que no se refiere sólo a la embriaguez provocada por el alcohol, sino a todo lo que implica la embriaguez como actitud, aplicado en un sentido espiritual: falsa euforia (alegrarnos sólo por los bienes de la tierra, que son transitorios, y no por los del cielo, que duran para siempre); desaprensión (que no nos importe caer en el pecado), libertinaje (usar mal nuestra libertad; volvernos esclavos de nosotros mismos, de nuestros malos hábitos); violencia (no amar al prójimo), inconsciencia (no darnos cuenta de la presencia de Dios), convertirnos en seres tambaleantes (no cimentados en la roca firme que es el Señor) que no saben lo que hacen y por lo tanto pueden hacer lo que sea, desde un penoso ridículo (olvidar su dignidad de hijos de Dios), hasta un delito grave (tropezar y caer en toda clase de pecados).
Se nos llama a evitar la embriaguez, no sólo física sino espiritual, de modo que estemos siempre alerta, lúcidos, conscientes de lo que hacemos.
Pero no sólo para poder ‘comparecer seguros’ ante el Señor, sino sobre todo para ser capaces, como pide san Pablo en la Primera Lectura (ver 1Tes 4,1) de vivir "como conviene para agradar a Dios".
Que nuestra principal motivación no sea la de evitar el castigo.
Qué triste sería que se porten bien esos niños sólo para que no los dejen sin recreo, ese joven sólo para que sus papás no le quiten el coche, ese empleado sólo para que no lo corran.
Cuánto mejor sería que su motivación para portarse bien fuera, en el caso de los niños, que quieren a su maestra que es tan buena y paciente con ellos; en el caso del joven, que ama a sus papás y no quiere desilusionarlos; en el caso del empleado, que no quiere defraudar a su jefe, al cual le está muy agradecido por haberle dado chamba.
El motor que nos mueve a obrar no deber ser el temor sino el amor.
Vivir agradando a Dios porque lo amamos, porque le agradecemos la vida, los dones y bendiciones con que nos colma cada día.
Quien vive así no sólo vive sin temor a que el Señor lo llame a cuentas de repente, sino también disfruta más plenamente la existencia, puesto que vive conforme a la voluntad de Aquel que lo creó y que sabe qué le conviene, qué lo hace feliz.
Y desde luego no hay que olvidar que al final obtendrá una recompensa que supera cuanto pudiera imaginar.
Cabe suponer la gran alegría que sentirían esos alumnos que se portaron bien si la maestra volviera de la dirección a avisarles que por su buena conducta les dieron permiso de organizar una posada; la que experimentaría ese joven, que se portó bien, al ver que sus papás, agradecidos con él porque se portó responsablemente, volvieron trayéndole un regalazo; la que embargaría a ese empleado, al que su jefe al ver lo bien que se encargó de la oficina en su ausencia, lo ascendiera y le aumentara el sueldo.
Pues todas esas alegrías no se comparan con la que experimentarán quienes vivan agradando a Dios, pues además de haber vivido gozosamente y en Su amistad, podrán "comparecer seguros ante el Hijo del hombre", y recibir la mayor recompensa que Él les puede dar: seguir disfrutando de Su compañía, toda la eternidad.
De vuelta
II Domingo de Adviento
Como un niño que se echa a andar, entretenido con lo que va encontrando, y cuando acuerda ya se ha alejado demasiado de su hogar y no tiene idea de cómo regresar, y la vuelta se le ha llenado de obstáculos que le parecen insalvables: la bajadita que descendió correteando se ha convertido en una empinada subida; los senderitos que recorrió son tantos y tan parecidos que ya no sabe cuál seguir y además ha oscurecido y se ve rodeado de impenetrables sombras, tal vez así somos nosotros.
Quizá nos hemos dejado distraer por muchas cosas que nos han salido al paso y cuando menos lo pensamos nos damos cuenta de que sin saber cómo nos fuimos apartando paso a pasito del Señor.
Tal vez un día sin orar se nos convirtió en un mes; faltamos un día a Misa y nos acostumbramos a ya no ir nunca; dejamos de confesarnos; de leer la Palabra, de asistir a charlas o a retiros, de platicar con Dios.
Y cuando nos damos cuenta y queremos dar marcha atrás, tal vez nos encontramos con una montaña que nos lo impide: una montaña de orgullo, de pretextos, de flojera, de ocupaciones a las que les hemos dado prioridad.
Retornar parece imposible.
Pero entonces llega el Segundo Domingo de Adviento, y descubrimos que Dios nos facilita el regreso.
En la Primera Lectura dice el profeta Baruc (ver Ba 5, 1-9) que "Dios ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, que se rellenen todos los valles hasta aplanar la tierra".
¿Por qué ordenó eso Dios? Para que Su pueblo pueda "caminar seguro", porque Él lo guiará de regreso.
Dice el profeta que habían salido "llevados por los enemigos"; también nosotros nos extraviamos no sólo por nuestra cuenta sino porque el enemigo, el demonio, se la ha pasado animándonos a tomar rutas equivocadas. Y ¡vaya que lo ha conseguido!
Pero lo bueno es que Dios no nos abandona. Ha venido a rescatarnos. Y tiene el poder para quitar todo obstáculo que nos impida tornar a Él.
Con Su gracia echa abajo nuestras montañas, rellena nuestros vacíos, y, como anunció el profeta que Dios haría con Su pueblo, nos guía a la luz de Su gloria y nos escolta con Su misericordia y Su justicia.
Apenas empezamos titubeantes a caminar de regreso y descubrimos que Él ha venido a nuestro encuentro con los brazos abiertos, dispuesto a colmarnos de Su amor y perdón.
Ahora depende de nosotros aceptar Su ayuda. ¿Cómo? Por ejemplo, aprovechemos Su gracia haciendo una buena Confesión; vayamos a Misa a recibir Su abrazo, Su Palabra, a Él mismo en la Eucaristía; apartemos un ratito cada día para dialogar sabrosamente con Él en la oración.
Adviento, tiempo de conversión, de comprender que nunca estamos mejor que cuando estamos de vuelta con el Señor.
Alégrense
III Domingo de Adviento
Del plato a la boca se cae la sopa’, dice un dicho, para significar que se puede perder algo que se creía ya seguro, por ejemplo una cucharada de rica sopa calientita, que por alguna causa se derrama justo cuando uno iba a tomarla.
La gente hace todo lo posible para evitar perder algo bueno que espera; llega incluso a inventar rituales que supuestamente aseguran que lo consiga, como eso de que el novio no debe ver a la novia antes de la boda; que el que va a apagar las velitas de su tarta de cumpleaños y pide un deseo, no debe decir qué pidió o no se le cumple (de todos modos no se le iba a cumplir, pero está bien que no diga qué pidió, porque es un poco penoso para los invitados enterarse de que su deseo fue que ya se fueran, o al menos no se avorazaran sobre el pastel).
Supe también de alguien que escribió en internet: ‘no quiero mencionar mi entrevista de trabajo porque se me seva’ (sic). Y me enteré de que de nada le sirvió no mencionarlo, porque de todos modos ‘se le sevó’ (doble sic), supongo que el que iba a ser su jefe leyó su cibertexto...
Ya se sabe que todas esas prácticas supersticiosas no sirven para nada, pero evidencian una idea muy arraigada en la gente: que es riesgoso alegrarse por un bien que todavía no se recibe, porque como en este mundo nada es seguro, puede suceder que aquello no llegue nunca.
Pero lo que aplica a las cosas del mundo no aplica a las cosas de Dios. Y por eso a este Tercer Domingo de Adviento en el que se atempera tantito el morado de este tiempo litúrgico y se cambia por rosa para expresar gozo, se le conoce como Domingo ‘Gaudete’, término latín que significa: ‘regocijaos’ o ‘alegraos’, tomado de la primera palabra de la Antífona de Entrada, que a su vez retoma una petición que plantea san Pablo en la Segunda Lectura:
"Alégrense siempre en el Señor, se lo repito, ¡alégrense’(Flp 4,4), y más adelante añade: "El Señor está cerca" (Flp 4, 5).
Qué oportuno recordatorio, porque el Adviento es un tiempo para alegrarse por lo que podríamos llamar la triple cercanía del Señor.
La Primera Lectura nos remite a los tiempos antiguos, cuando la llegada del Salvador era solamente una gozosa esperanza, claro, firmemente anclada en la promesa de Dios, que por medio del profeta Sofonías invitaba a Su pueblo a cantar, a dar gritos de júbilo, a gozarse y regocijarse de todo corazón, porque: "el Señor será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás ningún mal". (Sof 3,15)
Un gozo futuro que se cumplió puntualmente con la venida de Jesús, cuyo Nacimiento nos disponemos a recordar y a celebrar en unos cuantos días.
Pero no para aquí la alegría, hay otro gozo que nos embarga en el Adviento, el de esperar la Segunda Venida del Señor.
En ese caso, decir "el Señor está cerca", es anunciar que cada vez está más próxima ésa, que Jesús llamó la hora de nuestra liberación (ver Lc 21, 28).
Y desde luego afirmar "el Señor está cerca" es también hacer referencia a que tenemos un Dios cercano, que está siempre con nosotros, que nos ama y que ha cumplido y cumplirá todo lo que nos promete.
Así pues, cuando a los creyentes se nos invita a alegrarnos por algo futuro, podemos hacerlo con toda tranquilidad, porque tenemos la seguridad de que aquello llegará, pues depende de Dios y Él nunca nos defrauda.
Él es el Novio que ya nos vio antes de la boda y de todos modos quiso casarse con nosotros; es Quien cumple nuestro mayor deseo antes de que se lo pidamos y no nos pide que no lo platiquemos, al contrario, que lo proclamemos a los cuatro vientos, porque lo que más anhela nuestro corazón y ya nos lo ha concedido, es gozar de Su amor y Su gracia; es el Jefe que nos contrata para Su viña aunque ya sabe que cometimos y cometeremos errores, y a todos nos paga generosamente y más de lo que merecemos.
Conmueve ver que en este Domingo Gaudete la alegría no es sólo nuestra también es de Dios.
En la Primera Lectura el profeta afirma: "Dios, tu poderoso salvador, está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti; Él te ama y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta" (Sof 3, 17-18).
Qué bello que no sólo nosotros nos alegramos de tener a Dios cerca, sino que Él se alegré también; ello aumenta nuestro gozo, porque ya sabemos que sólo quien ama es capaz no sólo de acompañar las penas, sino de alegrarse con las alegrías ajenas.
Una vez más comprobamos el amor que Dios nos tiene, no sólo por Su cercanía, sino porque causa y comparte nuestra alegría.
Dichosa por creer
IV Domingo de Adviento
Si nosotros hubiéramos estado en el lugar de Isabel, prima de María, cuando ésta llegó a visitarla, como narra el Evangelio que se proclama este domingo en Misa (ver Lc 1, 39-45), y le hubiéramos dicho a María, como le dio Isabel, dichosa tú
,