ESTIGMAS ¿Huellas de la Pasión?
por Dr. Manuel Moros Peña
Con el término estigma (del griego
stigma
, picadura, punto, señal) son descritas unas lesiones que se forman espontáneamente, es decir, sin origen físico aparente y que imitan cualquiera de las lesiones recibidas por Cristo durante la Pasión. Las lesiones varían desde simples manchas rojas, protuberancias sobre la piel o hematomas hasta auténticas heridas abiertas y dolorosas, por las que exuda sangre y que –a diferencia de las heridas normales- no se infectan y pueden aparecer y desaparecen espontáneamente o permanecer abiertas durante largos períodos de tiempo (a veces incluso años) sin mostrar signos de curación.
Los estigmas más frecuentes reproducen las perforaciones producidas por los clavos en pies y manos y la herida de la lanza en el costado, aunque también pueden aparecer en el hombro, evocando el peso de la cruz arrastrada por Jesús en su camino al Gólgota sobre la espalda, en forma de latigazos que reproducen la flagelación, o sobre la frente, como un conjunto de pequeñas lesiones similares a las provocadas por una corona de espinas.
VIDAS MÍSTICAS
Por lo general, se producen en personas cristianas entregadas a una vida intensamente espiritual y mística, obsesionadas por el íntimo y profundo deseo de experimentar los mismos tormentos que padeció en la cruz el Salvador. Lo habitual es que aparezcan durante un estado especial de conciencia que se asemeja al éxtasis, en el transcurso del cual el estigmatizado experimenta una unión mística con el sufrimiento de Cristo. Para la Iglesia, es una marca concedida a las personas especialmente santas para estimular la fe de quienes las contemplan y
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