La Naturaleza más allá de la Naturaleza

Por Eleonora Monti

Hierbas medicinales, leyendas, tradiciones y curiosidades de las cuales ustedes ignoraban su existencia.

• Idioma: Español
• Editorial: Eleonora Monti
• Fecha de lanzamiento: 21 mar 2017
• ISBN: 9788826066561

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Prefacio

¿Qué puede ser más bonito en el mundo que detenerse a admirar las bellezas y las maravillas de la naturaleza?

Es suficiente intentar observar todo lo que nos rodea de una manera sincera, sin pensar en algo más, al menos por un momento, y quedarnos asombrados de lo mucho que ella está tan cerca de nosotros, tan discreta y tan sobresaliente; pensar en todo lo que nos regala sin pedir nada a cambio.

Aunque nosotros deberíamos demostrarle un poco más de respeto y atención.

Sumergirse en la naturaleza puede dar a la vida un sentido más justo y más lleno, y también hacernos sentir mejor.

Si por cada persona que respetara la naturaleza naciera un árbol, el mundo sería un pequeño jardín en medio de un desierto estéril.

Si por cada planta o árbol destruido pudiera nacer un hombre bueno, el mundo sería un enorme jardín con los más grandes y variados tonos de verde para dar paz al alma humana de quien se hubiera quedado a vivir en la naturaleza y, a lo mejor, más allá.

Primer Capítulo

La ayuda que recibimos de la naturaleza

En el mundo de la naturaleza muchas son las plantas medicamentosas y medicinales que usamos en caso de necesidad.

Incluso en la medicina tradicional podemos encontrar diversos elementos y varios preparados, algunos ya hoy totalmente olvidados, pero otros absolutamente habituales.

En la antigüedad los únicos medicamentos eran los de origen natural y la mayoría de las veces estos no eran bien entendidos.

Las mujeres eran las que mayormente se ocupaban de las hierbas, y por esta razón comenzó lo que se llamó la cacería de las brujas, la cual inició en el año 1200 de una manera limitada para después difundirse y sobrepasarse, literalmente, alcanzando su pico en el 1600.

¿Qué ha cambiado desde entonces?

Bueno, muchas cosas han cambiado, pero no sé si haya sido algo positivo o negativo ese gran desarrollo de la tecnología, donde la única naturaleza que se conoce es la que termina en el plato de la cena.

Incluso hoy en día, el que busca vivir de una cierta forma la naturaleza es observado con recelo, como si ocultara algo, como si en su forma de comportarse hubiera algo extraño que no se debería tomar en cuenta.

En realidad, estas personas poseen una sensibilidad tan grande que no son comprendidos por aquello que desde hace tiempo perdieron el interés hacia el verdadero valor de las cosas, cubiertos por anteojeras (como los que usan los caballos en las ciudades), capaces de ver sólo lo que tienen delante de ellos, sin prestar atención a lo que sucede a su alrededor.

Pero a pesar de esto, la naturaleza siempre está lista para ayudar también a estos sujetos. ¿En qué modo?, estarán pensando ustedes. Bueno, en la forma más sencilla: ¿No nos regala ella cada día frutas y vegetales con propiedades beneficiosas para nuestro organismo?

Naturalmente, cada estación tiene sus hierbas y si se respetaran los momentos adecuados podríamos tener lo mejor de todo; sin embargo, hoy en día existe la tentación de querer todo en todas las estaciones con el resultado de poder encontrar las cerezas en diciembre, y las sandías en marzo con ningún valor nutricional y de ningún efecto benéfico, (y francamente con ningún sabor), todo esto para comentarle a todo mundo de haber comido fruta fuera de temporada, ¡y pagándola muy cara!

Pero volvamos a nuestro concepto original, ¿de qué otra manera puede ayudarnos la naturaleza?

Para cada enfermedad hay un remedio natural.

Una antigua leyenda dice que cada vegetal tiene o recuerda la forma del órgano que es capaz de curar.

Efectivamente, si se pone un poco de atención en algunas plantas podemos darnos cuenta con nuestros propios ojos.