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El Huerto en Casa para Toda la Familia: Cultivo Ecológico de Todo Tipo de Vegetales, Hortalizas, Frutos y Hierbas Aromáticas: Cultivo ecológico de todo tipo de vegetales, hortalizas, frutos y hierbas aromáticas
El Huerto en Casa para Toda la Familia: Cultivo Ecológico de Todo Tipo de Vegetales, Hortalizas, Frutos y Hierbas Aromáticas: Cultivo ecológico de todo tipo de vegetales, hortalizas, frutos y hierbas aromáticas
El Huerto en Casa para Toda la Familia: Cultivo Ecológico de Todo Tipo de Vegetales, Hortalizas, Frutos y Hierbas Aromáticas: Cultivo ecológico de todo tipo de vegetales, hortalizas, frutos y hierbas aromáticas
Libro electrónico275 páginas2 horas

El Huerto en Casa para Toda la Familia: Cultivo Ecológico de Todo Tipo de Vegetales, Hortalizas, Frutos y Hierbas Aromáticas: Cultivo ecológico de todo tipo de vegetales, hortalizas, frutos y hierbas aromáticas

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Si estaba considerando comenzar un huerto familiar que produzca alimentos saludables durante todo el año, este libro es una guía sencilla y práctica para comenzar.

Este libro de horticultura lo guiará a través de cada paso del proceso: la planificación de sus cultivos de alimentos, la selección del suelo, el espacio del jardín, los diferentes tipos de cercos, sistemas de riego, tipos de tierra, abonos y fertilizantes.

Más que simples consejos prácticos, aprenderá cómo la jardinería puede contribuir a un estilo de vida sostenible y brindarle una sensación de logro, tranquilidad y alegría en general.

Descubrirá la multiplicación por gajos o hijuelos, tubérculos, rizomas y brotes, el control de malezas, rotación de cultivos, enfermedades, plagas e insectos de las hortalizas y mucho más.

Además de las ilustraciones, este libro contiene un nomenclador de vegetales, hortalizas y plantas aromáticas que incluye el nombre, generalidades, clima, cultivo y tiempo de cosecha.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 ago 2021
ISBN9781640811119
El Huerto en Casa para Toda la Familia: Cultivo Ecológico de Todo Tipo de Vegetales, Hortalizas, Frutos y Hierbas Aromáticas: Cultivo ecológico de todo tipo de vegetales, hortalizas, frutos y hierbas aromáticas

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    El Huerto en Casa para Toda la Familia - Cofre Del Saber

    Prólogo

    En la antigüedad los hombres fueron sucesivamente recolec­tores, después cazadores y por último labriegos cuando asentaron sus pueblos que hasta el momento habían sido nómades.

    Por lo tanto, el cultivo de la huerta hasta principios de la edad contemporánea fue una necesidad vital, comparada a vestirse y comer. De esta forma los labriegos cultivaban para sí y sus señores el sustento diario.

    Hoy ya dividida la tarea del hombre en científica, indus­trial, y agrícola, todas entrelazadas entre sí el cultivo de la huerta ha sido tecnificada a gran escala para el abastecimiento de grandes ma­sas, habitantes de las súper ciudades.

    Y aquí el cultivo de la huerta pasa a ser un hobby o un me­dio de paliar el Stress, moderna epidemia de la ajetreada vida de los ejecutivos.

    Y así podemos ver a mucha gente absorta hurgando entre los canteros de perejil, tomateras o lechugas realizando una labor que les permita alejarse de grandes problemas cotidianos.

    Para ello y para todos los que se apasionan por la horticul­tura presentamos esta edición que ha de satisfacer los requerimientos que necesiten todos los adeptos.

    1Planificación de la huerta

    Ud. ya es propietario de un terreno, y está decidido a co­menzar a trabajarlo de inmediato. Pero atención…no olvide que hay una tarea previa e importante, ésta es la planifica­ción de su huerta.

    ¿En qué consiste esto? Muy sencillo; planificar no signi­fica otra cosa que tomar muy en cuenta una serie de facto­res tanto ambientales (tipo de suelo, clima, altura del terre­no) como de organización y distribución (cercado, tamaño de las parcelas, ubicación de la casa, molino y tanque) con el objeto de que, conjugados adecuadamente, la productivi­dad de la huerta resulte mayor y se aprovechen racionalmen­te los recursos naturales y humanos que están al alcance del horticultor.

    Ante todo, debemos tener en cuenta que planificamos una huerta cuya producción está destinada al consumo familiar. No ha de ser, por lo tanto, de gran extensión (su superficie oscilará entre un cuarto y media hectárea) y su organización no requerirá del uso de grandes maquinarias, dado que en ella las labores se realizarán a brazo.

    Examinemos, ahora, con qué elementos o factores nos vamos a mover para planificar nuestra huerta.

    El terreno

    Observe, en primer lugar, especialmente si está gestio­nando la adquisición de una parcela, que su forma sea lo más regular posible, ya que cuanto más regular mejor se la puede dividir y, por lo tanto, mejor podrá ordenar y siste­matizar sus cultivos.

    En cuanto a la ubicación, diremos que no es conveniente que el terreno se halle en lugares muy altos o elevados, pues estará sometido a la acción de los vientos y éstos pue­den llegar a perjudicar lo sembrado.

    También peligra lo que se ha cultivado en los terrenos ubicados en lugares bajos. Estos presentan varios in­convenientes, por los cuales no se recomiendan; por un lado, está siempre presente la posibilidad de estancamiento de las aguas (tanto de riego como de lluvia) y por otro se encuentra en ellos exceso de humedad, acumulación de neblina y la posibilidad de que sean afectados fácilmente por heladas precoces.

    De la orientación que más convenie al terreno, diremos que esta varía con el clima de la región. En las zonas frías es recomendable que estén orientados hacia el Norte, enfilas zonas templadas hacia el NE. y en las zonas cálidas al SE o SO.

    Suelo

    El suelo es, para quien se dedica a la horticultura, el prin­cipal elemento de trabajo. En él se sembrarán y germinarán las semillas; en él vivirán y se alimentarán las hortalizas que Ud. cultive. No cabe duda, si de él depende en gran parte la vida del vegetal, que conocerlo es de gran importancia para un buen éxito en el trabajo hortícola.

    Bien vale la pena, entonces, conocer su aspecto físico (color, tamaño de sus granos, porosidad, humedad), químico (que elementos lo componen, en que proporción se encuen­tran, que grado de fertilidad tiene, grado de acidez, etc.) y biológico, vale decir, saber cuáles, y que características tienen los seres vivos, animales o vegetales, que lo pueblan.

    Estos habitantes, generalmente presentes en todos los sue­los, pueden ser observables a simple vista, (insectos, o lom­brices en el caso de la fauna, hierbas en caso de la flora) como ser no visibles en forma directa (microscópicos). Un mejor conocimiento del suelo permitirá, además de saber cuáles son los cultivos que mejor se adaptan, efectuar las correcciones apropiadas, las cuales mejorarán sensible­mente su productividad.

    Para finalizar, diremos que conviene que el suelo sea lo más llano posible y tenga, además, una leve pendiente para permitir sistematizar los riegos y eliminar fácilmente el agua excedente (de lluvia o riego).

    Cercado

    El cercado no sólo tiene por función delimitar la pro­piedad, sino que es de gran importancia en lo que respecta a la protección del cultivo.

    Si dejáramos la tierra expuesta a los vientos abiertos los cultivos se perjudicarían rápidamente; además, la super­ficie del terreno se reseca (recordar que los vientos ocasio­nan la evaporación de la humedad) y se enfría, dificultando así la germinación de las semillas. Por otro lado, el cerco protege la huerta de la incursión (muchas veces destructiva) de animales sueltos.

    Riego

    Este es otro problema fundamental que el horticultor debe resolver. Habría que contemplar en principio la posi­bilidad de acarrear agua de alguna fuente bastante cercana, o si se puede abrir fácilmente un pozo.

    Será conveniente instalar un depósito de almacenaje (tan­que australiano). Si se decide Ud. por ello, tenga en cuenta si el terreno es inclinado o no. Si lo es, ubíquelo en el lugar más elevado, de lo contrario será necesario levantar un te­rraplén y ubicar allí el tanque. De este modo ayudará a la mejor circulación del agua de riego.

    Ahora bien, hablemos un poco de la distribución de su huerta. En primer lugar, es conveniente instalar la casa cerca del pozo y el tanque, y que estos ocupen el centro de la huer­ta. En cuanto a la división del terreno, es recomendable hacerla en parcelas proporcionales a la superficie total, flanqueadas o cruzadas por un camino para circulación.

    En terrenos húmedos, los caminos serán más bajos que los canteros, procediendo a la inversa cuando se trate de terrenos secos. Las parcelas pueden tener el largo que se deseé, pero el ancho no debe ser mayor de 1,20 m. Sepárelas entre sí por senderos de aproximadamente 50 cm. de ancho a fin de poder trabajar cómodamente desde sus costados. Trace su huerta de manera tal que las grandes divisiones estén limitadas por acequias.

    Cerca del pozo o tanque es recomendable reservar un lugar para los almácigos, de modo que el riego de éstos pueda efectuarse en cualquier momento y con facilidad.

    Finalmente, un galponcito o depósito para herramientas, insecticidas, semilla, hará más completa la organización de su huerta familiar.

    2Cercos

    Si señalamos brevemente lo dicho en el capítulo anterior acerca del tema, recordaremos que los cercos tienen más de una función que cumplir en nuestra huerta.

    Estas son:

    Delimitar la propiedad.

    Proteger el sembrado de incursiones de animales.

    Moderar la acción de los vientos, protegiendo así las hortalizas que cultivemos.

    De las tres funciones enumeradas la más importante para el buen éxito de nuestra labor es la tercera: la función de protección o reparo de la acción de los vientos.

    Cercos muertos

    Su nombre proviene del hecho de que este tipo de cerco se construye con materiales como la piedra, ladrillo, tallos secos, etc. En las regiones donde la piedra es abun­dante, se los construye de este material. Ahora bien, para levantarlo se utilizan, piedras de forma irregular y distinto tamaño, las que se trabarán encajándolas unas con otras y uniéndolas con mortero.

    Cerco muerto construido con piedra

    Ocupémonos, pues, de este aspecto. Si los cercos han de moderar la acción del viento, antes de su instalación es ne­cesario estudiar la orientación del terreno y cuál es la di­rección y el sentido de los vientos más predominantes en la región.

    Una vez conocido este problema, pasemos a ver cuáles son los tipos de cercos que podemos instalar en nuestra huer­ta. Los clasificaremos en cercos muertos y cercos vivos.

    Si en la zona no abunda la piedra, se puede utilizar ladrillos cocidos, o bien se los puede hacer de adobe (barro mezclado con paja). Finalmente, dentro de este tipo, encola tramos los cercos hechos con cañas. De muy buenos resul­tados, estos cercos se construyen clavando profundamente las cañas en el suelo (en forma vertical o inclinada) y haciendo que queden muy juntas entre sí (gráfico A)

    Cerco muerto hecho con cañas (A) y ramas (B)

    Si sobre las cañas se apoyan ramas secas o chala de maíz, el cerco ofrecerá más protección para los cultivos (gráfico B).

    Los cercos muertos, cualquiera sea el material con que se construyen, deben ser de baja altura. Esta oscila entre ciento cincuenta y doscientos centímetros.

    Su empleo es recomendable para resguardar pequeñas superficies.

    Observe que los cercos oblicuos (inclinados) (gráfico B) son preferibles a los verticales (gráfico A). ¿Por qué? Muy simple, cuando el viento choca contra el cerco inclinado disminuye su violencia y sufre un impulso hacia arriba, quedando así protegidos los cultivos.

    Dirección del viento frente a una pared vertical (A) y otra inclinada (B).

    Si tiene alguna duda haga un experimento; frente a un ventilador ubique un cartón levemente inclinado, de modo que su borde inferior sea el más cercano al ventilador y el borde superior sea el más lejano. Cuide que ventilador y cartón estén a la misma altura y guarde entre ellos una distancia de un metro aproximadamente. Ponga en funcionamiento el ventilador. El viento que este producirá correrá paralelo a la superficie de la mesa donde está apoyado, al chocar con el cartón se desviará hacia arriba, siguiendo la dirección de la inclinación del cartón.

    Si aún no lo ve claro, ponga la mano detrás del cartón, a la altura del borde superior, y observará que por ahí no corre viento. Luego coloque su mano un poco más arriba de dicho borde y comprobará que por allí es donde corre el viento. ¿Convencido?

    Cercos vivos

    Cerco vivo combinado

    Dirección del viento frente a una plantación densa y la otra rala

    Se los llama así porque son hechos con vegetales vivos, o combinando éstos con postes y alambrados. El más conve­niente es el trazado con líneas de alambre y postes de ñan­dubay, con arbustos de ramas y hojas tupidas plantados a lo largo de dicho tendido. Los arbustos más recomendables son entre otros, la ligustrina y el ligustro

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