El compostaje es un proceso de descomposición controlada de materia orgánica llevado a cabo por una serie de microorganismos e insectos aerobios; es decir, que necesitan oxígeno para poner en marcha su metabolismo a la vez que fabrican abono para las plantas. Gracias a su acción, el compost resultante no genera malos olores, por lo que se puede tener el compostador (el recipiente en el que se guarda) en el huerto o jardín, incluso cerca de casa, sin que cause molestias.
Un abono de calidad
Este proceso es mucho más que una forma ecológica y sostenible de aprovechar los propios residuos. Como abono de gran calidad (¡y sin malos olores!), el compost garantiza una importante reserva de nutrientes para los cultivos, además de aportarles hormonas y enzimas que favorecen su crecimiento.
Elaborarlo es muy sencillo, solo conviene tener en cuenta algunas pautas para ayudar a los organismos descomponedores a hacer su trabajo y favorecer unas condiciones ambientales óptimas.
El compost es una forma sostenible de reutilizar los