PROCESIONARIA DEL PINO LA ORUGA QUE SE COME NUESTROS ÁRBOLES
La plaga de la procesionaria que devasta nuestros pinares indica un desequilibrio introducido por el hombre en la naturaleza. Este artículo expone remedios ecológicos para frenar su propagación.
En el Mediterráneo
La oruga de este lepidóptero, cuyo nombre científico es Thaumatopoea pityocampa, propio de las regiones de clima mediterráneo, es bien conocida por utilizar las acículas o agujas del pino como alimento y causar grandes defoliaciones. A final del invierno, una única colonia puede haber dejado totalmente sin hojas varios árboles.
El árbol no suele morir y podrá rehacerse a partir de la nueva primavera; sin embargo el ataque frenará su crecimiento y podrán parasitario otros insectos, al quedar los árboles debilitados. En zonas de poca lluvia la regeneración posterior se hará más difícil.
Los pinos autóctonos que sufren con más dureza los ataques son los de la montaña media: el pino albar (Pínus syluestrís) y el pino negral (P. nígra subsp. salzmanníí), pero las bajas temperaturas limitan la proliferación de las orugas. El pino carrasco (P. halepensís) y el pino rodeno (P. pinaster) tienen más facilidad para regenerarse.
El ciclo biológico
Durante el verano, al atardecer, salen las mariposas del suelo. Después de un corto vuelo, se fijan en las acículas de un pino de los alrededores. Al activarse entonces sus glándulas productoras de feromonas sexuales, situadas en el abdomen, comienza la atracción de los machos, que se mantienen revoloteando entre los árboles.
Concluida la cópula (casi
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