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Luces Radioactivas Parte 2
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Luces Radioactivas Parte 2
Libro electrónico171 páginas2 horas

Luces Radioactivas Parte 2

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Todos necesitan ser un héroe en un punto de su vida. La pequeña ciudad de Lago Elliot no volverá a ser la misma después de que Zoe, alumna de la secundaria de Lago Elliot, y cinco de sus amigos se refugiaron en la abandonada mina de uranio durante una violenta tormenta. Durante los próximos días, la audición de Zoe se agudizó drásticamente…a niveles supernaturales. Le cuenta a sus amigos sólo para descubrir que los otros cuatro también tuvieron una alteración en sus sentidos. Zoe está determinada a utilizar su poder para el bien, mientras trata de mantener sus crecientes sentimientos por Kieran, el nuevo chico escocés  del grupo, bajo control.

Convirtiéndose en súper héroes, el grupo trata de detener los extraños sucesos que están ocurriendo en su pequeña ciudad. Asaltos, allanamientos, desapariciones y homicidios comienzan a suceder muy cerca de casa. Esto deja al grupo pensando en que alguien sabe su secreto…alguien que quiere verlos a todos muertos.

Un incrédulo grupo de súper héroes. Un traidor en el medio. Algunos sueños están escritos con sangre. 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento4 ene 2016
ISBN9781507128626
Luces Radioactivas Parte 2
Autor

W.J. May

About W.J. May Welcome to USA TODAY BESTSELLING author W.J. May's Page! SIGN UP for W.J. May's Newsletter to find out about new releases, updates, cover reveals and even freebies! http://eepurl.com/97aYf   Website: http://www.wjmaybooks.com Facebook:  http://www.facebook.com/pages/Author-WJ-May-FAN-PAGE/141170442608149?ref=hl *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* W.J. May grew up in the fruit belt of Ontario. Crazy-happy childhood, she always has had a vivid imagination and loads of energy. After her father passed away in 2008, from a six-year battle with cancer (which she still believes he won the fight against), she began to write again. A passion she'd loved for years, but realized life was too short to keep putting it off. She is a writer of Young Adult, Fantasy Fiction and where ever else her little muses take her.

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    Luces Radioactivas Parte 2 - W.J. May

    Capítulo 1

    Zoe

    —¿La torre de agua?—Brent rascó la sombra de su barba—. ¿Cómo vamos a hacer una carrera...?

    —¿Sin que terminen muertos?—Heidi sacudió su cabeza y cruzó sus brazos sobre su pecho—. Uh, oh. Mala idea.

    —Espera un minuto. Es una estupenda idea. —Seth empezó a moverse de un lado a otro por la emoción—. La torre fácilmente tiene el triple de altura de lo que hay aquí. Ahora mismo está en remodelación la ciudad así que todos podemos llegar a la estructura.

    Kieran apuntó al norte en dirección a la vieja torre de agua. Permanecía más como una cartelera turista en la carretera que como un actual tanque de almacenamiento. Aún contenía agua de lluvia pero quién sabe si los granjeros o alguien más seguían utilizándola. —Conduje por ahí ayer y noté establecidos algunos pedazos de cilindro inclinados. —Se encogió de hombros—. Tal vez planean drenarla o algo. Lo haría perfecta para una carrera.

    Heidi suspiró. —Yo no...

    —Estoy dentro—interrumpí a Heidi antes de que su razonamiento pudiera convencerme de cambiar de opinión. Quería—no, necesitaba—algo más desafiante. ¿Derrotar a Brent o impresionar a Kieran?

    Seth tomó su sudadera y la frotó sobre su cabeza. —Vámonos. Podemos discutirlo en el camino.

    Se oscureció más en el momento en que llegamos ahí y caminamos alrededor de la torre. Por lo menos el aire era cálido. Los motores de los autos aumentaban por lo de cerca de la carretera y zumbaban en mis oídos como mosquitos. Incluso con los ladrillos como barrera de sonido, lograban penetrar.

    Seth lanzó una piedra a los árboles más cercanos. —Probablemente sea difícil ver pero eso significa que no seremos atrapados. Las luces de la carretera dan una iluminación decente pero las estructuras están del otro lado.

    —Es tan oscuro y tan estúpido siquiera considerar esto. —Heidi seguía unos pasos detrás de nosotros.

    Rylee dejó de caminar y puso sus manos en sus caderas. —Quédate en el suelo, entonces. Deja de ser una sabelotodo y de ser una jodida debilucha.

    Mi boca cayó abierta. —¡Rylee!—Todos estábamos nerviosos pero Rylee no tenía que ser una perra.

    Kieran se movió hacia Heidi y deslizó su brazo alrededor de sus hombros. —No te preocupes, jovencita. Te quedas conmigo. Estarán bien. Espera y verás. —Nos señaló a todos—. Todos tienen las habilidades. Sólo créelo. Es fácil para mí observarlos, pero son ellos los que lo lograrán. Lo sé.

    En silencio, caminamos al otro lado de la torre. La gran hierba se estaba poniendo seca y crujía debajo de nuestros pies. Paranoica, seguía viendo al suelo, por si se arrastraba algún animal entre nosotros. Sabía que lo escucharía antes pero aún así me daba escalofríos. Creo que todos estábamos paranoicos de que alguien pudiera conducir por aquí o que algún policía podría aparecer. De ninguna manera ser atrapados era parte del plan.

    La estructura llegaba a la mitad del camino hacia la bola y como Kieran dijo más temprano, había dos grandes tubos vacíos sobre un gran contenedor de basura.

    Brent se lanzó hacia uno de los contenedores y colocó sus dedos al lado del metal. —Basura, restos de pintura, latas y otra chatarra. Probablemente usen los tubos en lugar de bajar las cosas con escaleras.

    Seth se encontraba debajo de uno ellos, saltó y se colgó. Usando su enorme figura, sacudió su peso para ver si podría sostenerlo. —Es lo suficientemente fuerte. —Lo soltó y cayó de nuevo al suelo.

    Mordí mi labio inferior y traté de calcular qué tan alta era toda la estructura. ¿Diecinueve metros? ¿Quizás veinte? ¿Veintiuno? Se veía muy alto. —¿Sólo Brent y yo vamos a competir?

    Rylee trepó algunos peldaños de la estructura y la abrazó fuertemente cuando se sacudió ligeramente por el viento. —¿Qué tal si ustedes van primero?—Rápidamente bajó—.Tal vez luego sigamos Seth y yo.

    Tomé una respiración profunda. La velocidad de los autos en la carretera rugía en mis oídos, el susurro del viento a través de los árboles y golpeando contra la torre me distraía pero quería hacer esto. La adrenalina corría a través de mis venas y no se iría hasta que la empujara. Alcancé el frío metal y empecé a subir.

    Un minuto después bajé la mirada hacia mis amigos. No podía decir cuál de los dos, sus bocas o sus ojos, estaban más abiertos. —¡Brent! ¿Vas a venir...o eres una gallina?—Sonreí. Le ganaría, si nadie más lo hacía. Escuché a Heidi susurrarle algo a Rylee.

    —Sabes que puedo escuchar todo. Y no estoy loca. —La interrumpí—. Y que quede claro, estoy completamente lúcida—. Busqué dentro de mis bolsillos y les lancé mi teléfono—. No lo dejen caer. —Empecé a subir otra vez sin la intención de ver hacia abajo.

    Escuché a Brent murmurar—: Ah, mierda—dijo en voz baja y la escalera se movió y se sacudió ligeramente bajo su peso. El aumento de sus latidos y su respiración hizo eco en mis oídos. No le tomó mucho alcanzarme.

    Cinco minutos después alcanzamos las placas planas de la estructura. Me arrastré a través del pequeño espacio y me senté; para recuperar el aliento...y mi valentía.

    Brent se sentó a mi lado un momento después. Abracé mis rodillas. Brent dejó que sus rodillas colgaran del borde y se inclinó hacia la barandilla más baja. Había dos y los bordes debajo de nosotros eran fuertes. Me sentía segura aquí. El momento de bajar sería otra cosa.

    Él sonrió. —Ahora tienes miedo ¿no es así?

    Tragué y coloqué mis codos sobre la barandilla. —No por el momento.

    —No tenemos que hacer esto.

    —¿Tratas de hacerme ver como la débil?—lo provoqué—. De ninguna manera. Te retaré en la oscuridad o en el parque, en un poste, o en un agujero. No voy a perder esta carrera, simplemente no voy a perder.

    Sacudió su cabeza y se rió. —Triste. Muy, muy triste.

    Me reí pero luego nos quedamos en silencio mientras veía las luces nocturnas de Lago Elliot y escuchaba los masivos sonidos de la noche. Conducción de autos, personas celebrando, viendo televisión, alguien llorando, un distintivo Te amo y luego seguido por una risa. Suspiré. Se sentía como si estuviera espiando a todos.

    Brent siguió mi mirada. —Hay algo sobre estar a esta altura...es...es...

    —Sé a lo que te refieres. —Las palabras no podían describir el increíble sentimiento.

    La ciudad brillaba con las luces nocturnas en diferentes colores y matices. Las luces del norte parecían bailar a lo largo del cielo. —Apuesto a que Rylee podría ver todo desde aquí.

    —Es increíble lo que yo puedo ver. —Brent se aclaró la garganta mientras continuaba observando más allá de la ciudad—. Si su vista es mucho mejor...wow. Tanto como quiero salir de aquí cuando me gradúe, noches como esta me hacen pensar que el lugar no está tan mal.

    Escaneé la vista y me concentré en el área del bosque no tan lejos de la torre de agua. —Planeo regresar cuando termine la Universidad. Es un lugar genial. Podría envejecer aquí.

    —Como casarte y tener fam...

    —¡Brent!—Tomé su antebrazo y lo apreté fuertemente señalando los árboles con mi mano libre—. ¡Mira! Hay algo a la izquierda.

    Un extraño baile de luces parpadearon un momento, luego desaparecieron. Pasó otra vez unos veinte segundos después.

    —¿Qué es eso?—Brent empezó a tocar con sus dedos la barandilla de metal, el sonido resonó en mi canal auditivo—. Ahí están otra vez. Son más grandes. Espera. Ahora no están desapareciendo.

    Un extraño crujido se mezcló con un tipo de silbido contra mis oídos. Cerré mis ojos y me concentré tratando de localizar el significado de ese sonido. Mis ojos se abrieron al mismo tiempo en que Brent susurró—: Fuego.

    Busqué mi teléfono. —¡Mierda! Dejé caer mi teléfono al suelo.

    —Yo también.

    —Ellos no nos pueden ver por estos enormes contenedores de basura. —Traté de tomar respiraciones profundas. De pronto sentí como si mi cerebro empezara a aturdirse.

    Brent reaccionó un segundo antes de que volviera a la vida. Señaló el tubo de metal que sobresalía a mi derecha en la esquina. —Baja por esa. Usaré la que está en la escalera. —Colocó su mano en mi hombro—. Nos deslizaremos sobre nuestros estómagos ¿está bien? Sólo sostente fuertemente como si bajaras por la barandilla de una escalera. —Sus dedos fueron bajando por mi brazo—. Hagas lo que hagas, no te sueltes.

    —No lo haré. —Traté de empujar las recientes mariposas que se formaban en mi estómago—. No vayas y rompas algo. —Mis piernas y brazos se movieron con voluntad propia hacia la esquina—. ¿Brent?

    —¿Sí?—Él ya estaba arrastrándose sobre sus manos y rodillas pero se detuvo para mirarme.

    —No les digamos a nuestros padres que hicimos esto.

    —Entendido. —Se rió—. Tu papá me mataría antes de que el mío terminara de gritar. —Empezó a moverse otra vez.

    Escuché a Kieran, Seth, Heidi y Rylee hablando. Estaban discutiendo sobre quién debía grabar con su teléfono. No tenían idea de las llamas. Vi otra vez hacia el montón de árboles. Las llamas definitivamente se estaban haciendo más grandes.

    Los tableros de madera se movieron y se sacudieron ligeramente mientras Brent desaparecía excepto por sus manos.

    Deslicé mi pierna derecha a través de la parte baja de la barandilla y luego la izquierda. Mis manos se agarraban fuertemente de la barandilla y me las arreglé para avanzar los pocos centímetros hacia el canal. Entrecerré los ojos ante su forma y me agaché. Era muy estrecho, probablemente de la anchura de mi zapato.

    —A la mierda ir sobre mi estómago—murmuré. Me aferré a la barandilla sobre la estructura con una mano y coloqué mis pies sobre el hueco del tubo de metal. Me incliné como un velocista en los bloques de salida. El poste tembló por el viento y me dio la sensación de una base más amplia. El sonido creó pequeños rebotes que mis oídos interpretaron como algo para mis ojos. Extraña luz plateada. Espeluznante pero hizo que las mariposas se detuvieran de revolotear a través de mi estómago para tratar de ser libres.

    —Brent—susurré—. ¿Puedes ver?

    —Un poco. Utiliza tu audición, Zoe. —Brent tragó—. Concéntrate. Ten cuidado. —Por la esquina de mi ojo lo vi empezar a deslizarse.

    Me empujé tan fuerte como pude. Mis pies se encontraban como si estuviera sobre una patineta, me incliné hacia adelante tanto como pude. Era imposible ver a Brent ahora desde mi periferia pero definitivamente ya no se encontraba frente a mí.

    No podía ir tan lejos. Nuestros canales estaban separados aproximadamente por veinte metros así que sabía que estaba cerca y que no podía caer. Manteniendo mis abdominales apretados, recordé a algún entrenador o profesor de gimnasia decir que nuestro núcleo central de equilibro permanecía un centímetro o dos debajo de nuestro ombligo. Mantenerlo apretado parecía importante para mantener el equilibrio.

    El viento azotó mi cabello detrás de mí y rugió contra mis oídos, a lo largo de los gritos que venían de abajo. Mis ojos se humedecieron pero parpadear muchas veces ayudaba. Me concentré en mirar a través de los diez metros que tenía por delante. Me desplacé tranquilamente cuando me di cuenta que la niebla plateada que vi contra luz tenía forma rectangular en frente de mí.

    Perdí el equilibrio cuando me di cuenta que era el enorme contenedor de basura. Mis brazos automáticamente se extendieron y recuperé el equilibrio. Ahí fue cuando vi a Brent a medio metro detrás de mí y a los chicos saltando con Seth y Rylee señalándonos y animando.

    —¡Salta!—gritó Kieran. A mí o a Brent, o tal vez a ambos.

    Lo hice, cerca de medio segundo antes de que aterrizara en el contenedor. En el aire me encogí, lista para rodar cuando golpeara la hierba.

    Mis pies cayeron primero en la hierba y toda capacidad de rodar con gracia fue

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