Descubre este podcast y mucho más

Los podcasts se pueden disfrutar de forma gratuita sin necesidad de una suscripción. También ofrecemos libros electrónicos, audiolibros y mucho más por solo $11.99 al mes.


valoraciones:
Longitud:
38 minutos
Publicado:
9 may 2024
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Respira en orden, respira en tu orden, en tu sistema tan perfecto.
Y, así mismo, como si quisieras ordenarte.
Más si existe algún desorden, el que sea.
Todo desorden se refleja, se manifiesta en ti. 
Te invade, te desajusta, te descentra,
te desubica y te hace perderte.
Así que respira clamando por tu orden.
Quizá ni siquiera notas
cuánto existe en ti que no es, ni permites nada,
así que haz que la respiración haga alguna tarea,
busca balance, adquiere fuerza, ve restituyéndote,
y, antes que nada, procura sentir amor por ti. 
Dirás ¿tanto puede brindarme mi propio respiro?
Absolutamente todo.
Y el rigor ordena tu mente,
la que, si se afecta, afecta todo.
Así que concéntrate, y respira a profundidad, calma, en atención plena hacia ti,
en adquisición de confianza, y gana respeto propio. 
Y, de orden en orden, todo se da.
Todo se da en ti.
Desde ese respiro sosegado, apaciguado,
esa liviandad de sentir lo justo, hasta esa afinación
que logra la mente, sabiéndose el conducto de todo
y apreciando tu respiro, que la lleva a saberse estable,
menos confundida, menos inquieta, menos trastornada.
Y respiras paciente, con exquisita voluntad, y alcanzas un silencio.
Que nada te pronuncie, ningún respiro,
ningún gesto, ninguna sonoridad.
Hazte en silencio, calla. Y, si te cuesta, insiste, calla.
Sin retener respiro, calla.
Y valora todo respiro al alcance que tengas,
a lo que ya produces en ti.
No busques nada ni tampoco encuentres.
Soporta el silencio y que el silencio te soporte.
Nada le cuesta, aunque a ti sí. 
Cuando existes en desafío, cuando condicionas todo, cuando malgastas tus recursos,
cuando intentas no ser y lo logras,
cuando recurres a la arbitrariedad, cuando ofendes,
cuando reclamas sin sentido, cuando te determina lo peor,
cuando te enajenas, cuando te mientes,
es cuando el desorden reina en ti. 
Dirás ¿es que acaso puede reinar?
Total.
Impera, domina, se apodera, detracta, descontrola.
Asístete en respiro, asístete.
Respira todo cuanto puedas, todo cuanto necesites,
hasta que te abandone esa oculta necesidad
que se aprovecha de ti.
¿Cómo sientes tu silencio? ¿En orden acaso?
¿Te refiere orden?
¿Cómo resistes el silencio? ¿Te grita algo?
Y aquí no hay donde esconderse.
Y más tu mente, lo sabe bien.
El registro en conciencia es implacable,
absoluto, irreductible.
¿Cómo sientes el respiro? ¿Se agita, acaso? ¿O mantiene su sosiego?
Y no permitas forcejeos mentales,
ni que una sola emoción empañe tu silencio.
No todos los silencios lo son y lo sabes.
Por eso respiras, porque aspiras el silencio absoluto,
en el que no existe nada.
Y respiras confiando en que la mente acata,
y el respiro ordena con tal sutileza, con tan profunda bondad.
Percibe si estás debatiéndote o te estás liberando,
si la mente discute o finalmente calla.
Implórale silencio.
Percibe el aplacamiento, percibe las distancias,
logra elevarte, aspira el orden. 
Dirás ¿y el orden qué es? ¿Acaso existe?
Y es que lo hemos perdido tanto,
lo hemos desafiado, hemos desconfiado, hemos recaído,
y no nos damos cuenta. 
Y me insistes, ¿existe?
En todo, y no lo vemos, ni lo creamos, ni lo evidenciamos, ni lo brindamos, al pensar, al creer que se acabó,
y no es cierto, sería negarse.
Y por supuesto que hay quien lo hace
a libre elección, a oscura acción.
Respira. 
Reordénate, confía en eso.
Más, cuando sostienes guía, y crees.
Más cuando quieres amarte, por encima de todo,
sabiendo que es lo único posible, para que tu orden sea. 
Qué divino eres. Te agradezco.
Y entonces respiras para saber que estás,
qué tanto eres, para reconocer todo esto,
desde el orden que Es.
Y que, en cierta forma, lo que distingues
va por el orden que eres.
No podrías más ni sabrías,
así que lo que queda es querer más.
Respira bien, respira a profundidad,
y, en cierta forma,
celebrándote por el orden que aspiras. 
Créete.
Om Namaha Shivaya
Publicado:
9 may 2024
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

La Madre Shaktiananda guía sutilmente esta meditación, para que -a través de la respiración consciente y el contacto interno- logremos entrar en un estado de sosiego y calma que nos permita generar una conexión profunda con nuestro Ser. Sin caer en las fórmulas menores que reducen el acto de meditar a eliminar la ansiedad o el estrés, la Madre va más allá, mostrando que la real disposición interna que debemos sostener al meditar es liberar nuestro temor y abrirnos a la verdad de amor que nuestro ser contiene.