Bienvenido a un nuevo día de práctica.
Durante las 7 sesiones de meditación de esta serie vas a llevar a cabo una variedad de prácticas meditativas y de observación, que te van a ayudar a mantener la mente centrada y en calma, lo que va a aportar mejoras en todos los aspectos de tu vida.

Desarrollando una mayor autoestima y con ello mejoras en la relación contigo mismo, así como tus relaciones familiares, de pareja, laborales, amistades, etc.

Vas a adquirir también un mayor bienestar, detectando y eliminando la ansiedad y las preocupaciones, con solo comprometerte 10 minutos diarios para practicar estás sencillas técnicas que vas a poder usar durante toda tu vida.

Comencemos:
Siéntate en una posición cómoda, con la columna vertebral alargada, el objetivo no es quedarse dormido sino permanecer despierto y concentrado.

Cierra los ojos y observa tu respiración, disminuyendo poco a poco el ritmo con cada espiración… alargando la respiración cada vez un poco más que la anterior.

Siente cómo se va relajando el cuerpo y la mente al observar la respiración, permite que ocurra, mientras respiras lentamente manteniendo tu postura, observa cómo tu abdomen se expande al inspirar y como se relaja al espirar.

Guía la atención suavemente de vuelta a tu respiración y observa dónde está tu atención ahora, y si se ha desviado no te preocupes solo vuelven lentamente a concentrarte en tu respiración.

Aunque pueda parecerte un poco repetitivo esto te va a repercutir en un gran beneficio, ya que te va a facilitar adquirir la habilidad de mantener la concentración en la respiración, liberandote de la continua observación de tus pensamientos.

En tu siguiente respiración observa una pausa entre la inspiración y la espiración, y repite este proceso en las próximas respiraciones, pausando por unos segundos la respiración al final de la inspiración.

Cuando pausas la respiración la mente también se detiene brevemente y por un momento se suspende la actividad, no hay pensamientos, no hay comentarios, no hay imágenes, así mientras continúas respirando la mente vuelve a dispersarse,

Vuelve de nuevo a realizar una pausa al final de la inspiración, mantente unos segundos aguantando la respiración, sin forzar, el tiempo que te resulte cómodo y espira suavemente, nota cómo la mente se calma.

Observa si tu mente se detiene por un momento cuando pausas tu respiración, y observa si hay cualquier cambio en tus pensamientos

Fíjate si puedes alargar el momento de silencio un poco más y mantenerlo en la siguiente respiración, esto requiere una mayor concentración por lo que si te resulta complicado haz una respiración natural, y vuelve a mantener la respiración al final de la inspiración unas respiraciones más, manteniendo siempre la respiración el tiempo que te resulte confortable.

Lograr extender este momento de silencio puede requerir práctica pero cuando sucede la experiencia puede ser sorprendentemente profunda, incluso si es tan solo por unos segundos, puedes experimentar una verdadera sensación de calma y paz.

Disfrutalo, y ahora deja que tu respiración vuelva a su ritmo natural, notando como en cada inspiración como tu abdomen se expande y como al respirar tu abdomen se relaja, siendo consciente del aire que entra y sale de tu cuerpo.

En este momento piensa en algo por lo que estás agradecido hoy en tu vida, puede ser cualquier cosa grande o pequeña, un objeto, una persona, un suceso, lo que sea.

Ahora considera porque estás agradecido por esto y completa mentalmente la oración… estoy agradecido por….porque….

Estás llegando al final de esta meditación así que respira profundamente inspirando y espirando una vez más y quédate en calma, deja que tu mente y tu cuerpo estén tranquilos, relajados y permítete disfrutar esa sensación por unos instantes.

Hoy has practicado una técnica básica esencial, sigue practicando para profundizar sobre esta técnica y aprender cómo y cuándo puedes usarla para hacerte sentir en calma, menos ansiosa y así mejor sob