Tómate este momento para descansar, preparándote para entrar en un estado de sueño profundo.

Túmbate, en una postura que te resulte cómoda, ligeramente inclinado, si te sientes más a gusto.

Con los ojos cerrados tómate unos segundos para ver cómo te sientes en este momento, realiza varias respiraciones profundas, llevando el aire hacia el abdomen, inspirando y espirando, suavemente, a través de la nariz.

En cada espiración, suelta la tensión, sintiéndote cada vez más tranquilo, listo para quedarte dormido.

Prolonga cada respiración un poco más que la anterior, sigue respirando lentamente, dejando que tu mente se calme cada vez más.

Observa tus pensamientos como nubes en el cielo y déjalos pasar, sintiendo cómo una maravillosa sensación de calma se expande por todo tu cuerpo, que va quedando cada vez más relajado, tranquilo, en calma.


En este momento centra la atención en tu cuerpo, siente cómo tu cuerpo se relaja, tus músculos se sienten distendidos, cada vez más pesados, experimentando la sensación de estar hundiéndote suavemente.

Observa tus pies, tus tobillos, siente cómo se van relajando, siente cómo son cada vez más pesados, hundiéndose cada vez más y más.

Siente tus piernas y tus rodillas flojas, relajadas, completamente relajadas, mientras subes la atención hacia tus muslos, observa tus muslos y siente cómo se hunden suavemente, conforme se van relajando, cada vez más y más hasta quedar completamente relajados.

Siente como tus caderas, tu pelvis y tus glúteos se aflojan, hundiéndose cada vez más y más, quedando completamente relajados,

Permite que tu espalda se relaje completamente, hundiéndose suavemente, siente toda tu espalda completamente relajada.

Tus brazos, tus manos y tus dedos se aflojan, cayendo suavemente, mientras se van hundiendo más y más, hasta quedar completamente relajados.

Deja que tus hombros se liberen, hundiéndose suavemente, completamente relajados.

Siente tu cabeza, cayendo relajada, completamente relajada, hundiéndose suavemente, relaja todos los músculos de tu cara.

Respira, llevando la atención hacia tu pecho y tu abdomen, y siente cómo tu respiración se hace cada vez más suave, cada vez más profunda, hundiéndote completamente.

Siente cómo tu cuerpo es recorrido por una maravillosa ola de calma y bienestar, permítete disfrutar esta sensación.

Sigue respirando lentamente, cada vez más suave, cada vez más profundo, siente como en cada inspiración te llenas de paz.

Te encuentras en este momento en un profundo estado de relajación, siente como el sueño te domina, descansando en silencio, mientras te quedas plácidamente dormido.

Meditación Barrido Corporal para Conciliar el Sueño
Texto, Voz y Edición
Ágata Amgros

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