El respiro que te alcance siempre.
Hazlo consciente, que te brinde nivelación, estabilidad, confianza.
¿Cómo no vas a confiar en tu respiro?
¿Cómo no va a alcanzarte?, seas quien seas y lo que estés viviendo.
Por eso respira con toda tu confianza,
con todo tu Ser a tu alcance y con eso que existe.
Y estarás bien.
Sientas lo que sientas, pase lo que pase, estarás bien.
Permítete un ritmo sano,
en el que no permitas angustia, temor, desconfianza.
No te hagas grandes requerimientos, ni pidas, ni alabes nada.
Ante tanto que existe, que conoces o no,
¿Qué más habría? ¿Qué más quisieras?
Es cuando debes reducir en bien lo que sabes contienes,
a lo que has venido, a lo que existe en ti.
Y es que existes y no podría parecerte poco.
Respira eso, respira tu existencia.
Y es cuando sabes que vives,
irremediablemente vives, confortablemente vives.
Vives y sientes eso.
Y es que estarías aquí solo para sentir.
¿Sentir qué?
Cómo se siente la vida.
¿Qué has hecho para saber sentir?
¿Es que acaso se aprende?
¿Qué tanto has aprendido?
¿Sabes qué o quién podría enseñarte?
Nadie más que tú, nadie más que tú, nadie más que tú.
Dirás, ¿qué sé?
¿Te parece que toda esa estructura,
considerada en un sistema, podría no saber?
¿Qué contiene, qué guarda, todo ese sistema, al que configuras y te configura?
Absolutamente todo.
Todo lo que existe y, si te afanas un poco, podrías sentirlo.
No habría nada de lo que existe, que no exista en ti.
Respira eso.
No habría nada de lo que existe, que no exista en ti.
Entonces, ¿cómo es que aprenderías a sentirlo?
Y es cuando te abres, te sientes eso, el Todo mismo.
Y, conociéndote así, te atreves a aprender de ti.
Dirás, ¿cómo me asimilo en mi condición dual?
¿Cómo distingo? ¿Cómo elijo? ¿Cómo me convenzo?
¿Como acciono bajo esa condición?
Dualidad.
Y te vas explorando, te vas conociendo, así,
respiro a respiro, respiro a respiro.
Te vas detectando.
Es lo que más te serviría: saberte.
Para que, desde ti, en ti y por ti, hagas lo que debes.
¿Cómo saber lo que debes a hacer?
Es que por eso existes, para saber lo que debes hacer,
así te ocupes, así te niegues, así te escondas,
existes para saber lo que debes hacer.
De no ser así, ¿qué estarías haciendo?
¿Para qué estarías existiendo?
Existe a quién le conviene que no sepas,
que no hagas lo que debes.
Eso sería tu otra parte.
La que Es, sabe.
La que Es, hace lo que debe.
La que Es, Es.
Respira porque respirar así es lo que te hace potenciar
la parte que Es y extinguir la otra,
la que cree desconocer todo.
Percibe tu respiro,
mira cómo sabe, cómo te hace permanecer en ese tu estado
y sabe estar atento, escuchándote.
Y, de alguna forma determina, se voluntaría hacia lo que Es.
Gratifícate respirando así, tan consciente de ti,
sabiendo escucharte en esta tu vida, en la que existes.
Refiérete siempre al programa lumínico de tu sistema,
para que sepas siempre lo que viniste a hacer.
En principio ser más tú, nada más.
Fórmate en luz, prescinde de tu dualidad,
escoge el bien, haz el bien.
Respira con firmeza a profundidad.
Respira libre, conscientemente libre.
Eres y estás donde es, en plena existencia y eso es maravilloso.
Exquisitamente maravilloso.
Respira en gratitud.
Confía siempre.
Sé más tú.
Om Namaha Shivaya