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Viviendo Con Lo Ineludible: Aceptar la muerte en forma consciente
Viviendo Con Lo Ineludible: Aceptar la muerte en forma consciente
Viviendo Con Lo Ineludible: Aceptar la muerte en forma consciente
Libro electrónico192 páginas2 horas

Viviendo Con Lo Ineludible: Aceptar la muerte en forma consciente

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Estamos todos en lo mismo: al momento de nacer, la muerte está en nuestra agenda en alguna parte. Sin embargo, enfrentar este hecho es aterrador para la mayoría de nosotros; o simplemente no entendemos por qué es necesario ver qué significa la muerte ahora, mientras estamos tan ocupados viviendo. Si miras un poco más de cerca notaras que, de hecho, vivir y morir no están separados; que nuestra actitud hacia la muerte afecta la forma en que vivimos, por supuesto, como hemos vivido, afectará también la forma en que moriremos.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento3 may 2024
ISBN9798350955132
Viviendo Con Lo Ineludible: Aceptar la muerte en forma consciente
Autor

Alfredo (Sanjiva) Ovalle

Also known as Sanjiva. Was born in Chile and his passion since very little was self-inquire and embrace the understanding of death ; that you are not the body, you are not the the mind a non dual approach of life. Travel the world meeting many masters and many teachers. Osho is his main inspiration due to his deep knowledge about our own mortality and the need to die before you die. This book is in Spanish and a testimonial book on his journey to learn to let go and dissolved in the ocean of consciousness with full gratitude. Living and Dying Consciously has been his work for more than 30 years.

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    Viviendo Con Lo Ineludible - Alfredo (Sanjiva) Ovalle

    INTRODUCCIÓN

    Desde mucho tiempo atrás me ha llamado poderosamente la atención lo poco que sabemos del proceso de la muerte en nuestro diario vivir. Existe mucha ignorancia a todo nivel en un asunto que debiera ser de máxima prioridad. ¡Nuestra sociedad no entrega ninguna herramienta para llegar preparados! Es labor de cada uno de nosotros tenerlo claro y manejarlo en su momento.

    En estos momentos de nuestra historia aún la muerte no se acepta, es increíble lo poco que se sabe en Occidente del tema… muy pocos de nosotros nos hemos adentrado realmente en el asunto, pero generalmente muy tarde.

    Muerte cierta… hora incierta dice el viejo refrán, el que tampoco provoca ninguna reacción o cambio en nuestra vida diaria… ¡todo un misterio!

    El filósofo griego Pitágoras enseñaba: la gente corre en todas direcciones encontrando dolor tras dolor, ¿por qué?… Simplemente se debe a que están desconectados de sí mismos. Esta es la historia común de casi todos nosotros… Nuestra vida se concentra en pensar en el pasado y lo que podrá ser el futuro. Así funciona la mente, rudimentariamente en nosotros.

    Desde hace poco la ciencia está empezando a aceptar que, después de la muerte, lo que perdura es la consciencia: ésta es una pieza fundamental para entender al Universo. Algunos científicos¹ están dando pasos concretos en esa dirección. Veremos con el tiempo cómo se avanza… y si es posible la famosa certeza científica.

    La vida es como un iceberg… una pequeña parte es conciencia, la mayor parte es inconsciencia. Luego ocurre la muerte y todo se derrite, ya que la muerte finalmente nos hace despertar a quiénes somos en realidad -más allá del cuerpo y la mente, que tienen sus días contados-. La mayoría quisiera terminar de existir durmiendo en paz… ¡yo quiero que sea más especial!

    Algunos sociólogos dicen que la muerte ha sido y es hoy más que nunca un tema tabú, porque las sociedades son más ricas y no se quiere perder todo lo acumulado. El ego llega a su tope y prefiere evitar esto que es transcendental. No lo puede enfrentar… Colapsa, así de simple.

    Si, la muerte se vive socialmente como un tema ignorado, el cual no se conversa naturalmente, incluso con aquellos que están prontos a morir. Tal es el caso de enfermos terminales, quienes acuden a los hospitales en un afán de luchar hasta el último día, sin importar lo adverso que ello signifique. Éste es un error tremendo: es necesario que la sociedad entienda mejor el proceso, para que las personas tengan opción de hacer un cambio como el de la oruga… Que en su momento final -cuando todo parece haber terminado- se convierte en una mariposa… Sacarse el cuerpo y transformarse, volando así a lo más alto en la dimensión del amor.

    En sociedades más pobres, como es el caso de la India, no se cuestiona la muerte… es más, la desean ya que esperan que la reencarnación mejore su suerte actual.

    En nosotros van sucediendo pequeñas muertes todos los días, miles de muertes… las células se van renovando, es un caso muy claro… Hemos ido pasando de niño a joven; el niño en nosotros muere, de joven a adulto, el joven muere y así sucesivamente, es algo que acontece en las células dentro de nuestro cuerpo y que muy pocos tienen en cuenta. A cada momento uno va cambiando, uno va muriendo a lo que era hace un minuto atrás… todos, en forma permanente, estamos pasando por esta dinámica de vida y muerte. La inhalación es vida, la exhalación es muerte. Sucede en este mismo momento que estoy escribiendo estas líneas.

    Entendemos intelectualmente que vamos a morir, pero emocionalmente no. Esto último importa porque no basta con saber que la muerte va a llegar un día lejano; la mente puede relacionarse con algo que pasará mañana. Pero si ese fenómeno te obliga a conectarte con estar presente aquí y ahora, la mente no funciona. Termina el juego de calcular y medir lo que puede o no pasar.

    Está muy bien pensar sobre el asunto, eso es lo más cómodo, no provoca un cambio fundamental. Solo cuando el asunto te remece en lo más profundo es cuando existe un antes y un después. No existe la opción que todo siga igual en la vida de uno.

    Recordar que uno va a morir es necesario tenerlo presente todos los días.

    Ahora si esto no produce un cambio de actitud, de comportamiento, de máxima humanidad, no es suficiente.

    Si no existe una transformación interior es claro que sólo fue un ejercicio intelectual; es ahí donde la mente le fascina participar en forma regular día a día.

    Buda no sería Buda si solo hubiera pensado sobre la muerte. El básicamente uso la muerte como una herramienta de iluminación, entender que es lo que muere y lo que no. Ahora eso mismo uno tiene la posibilidad de hacer en vida

    No hizo una reflexión sobre la muerte, esta última fue una fuente de inspiración en su camino espiritual.

    Pareciera, como decía el místico armenio G.I. Gurdjieff, que existe un mecanismo implantado en nosotros para no tener consciencia sobre la muerte. El ego, la mente, siempre evita conectarse con ella. Y la razón es simple: sucede porque estamos en permanente conexión con el exterior, lo que domina la vida es el futuro y los arrepentimientos o logros del pasado. Aparece el tema en la consciencia en este momento y automáticamente se elimina, quedando en una especie de archivo olvidado. Lo maravilloso es que esta ahí siempre con nosotros.

    La naturaleza humana parece no querer que la mayoría de la masa humana tenga un entendimiento profundo de esta realidad. ¿Será un mecanismo de defensa? Es lo más probable… Es como si el río no quisiera saber del océano, que es su inevitable destino final….

    La historia nos enseña que cuando las generaciones de nuestros antepasados vivían bajo el mismo techo familiar, había un acercamiento más cotidiano hacia la muerte. Cuando el médico llegaba, solía indicar que era mejor no mover al enfermo terminal, que se quedara con sus seres queridos, que se preocuparan de que estuviera cómodo y que sólo lo llamaran en caso de urgencia. Todo muy simple… este proceso de morir era lo normal y aceptado por buena parte de la sociedad.

    Por distintas razones y situaciones, las familias de hoy están más alejadas y no existe esa actitud, ni tampoco existe la mentalidad que había en las zonas rurales, campesinas, donde la vida era más natural. Una autora decía que hemos perdido el arte de morir. Ahora todo gira en una vida urbana compleja, estresante y, por qué no decirlo, traumática. Todo eso hace que sea más difícil aceptar una muerte inminente.

    El proceso de la muerte se ha trasladado de la casa al hospital. En la gran mayoría de ellos no existe un área determinada donde se trate a una persona en etapa terminal con el debido respeto y el cuidado espiritual que requiere.

    Una cultura materialista como la nuestra siempre va a evitar la muerte… es más, se usan todos tipos de subterfugios. Los cuerpos se arreglan (especialmente en EEUU) para que parezcan vivos, y se hacen todo tipo de ataúdes y flores, todo para disimular el tema principal: para que la muerte pase lo más desapercibida posible.

    La gente no quiere ver la cara de una persona que ya no está viva… y después, para la despedida, se adorna diciendo que esta respetable persona se ha ido al cielo, al reino de Dios, que está en el Paraíso y muy feliz. Así desde que sucede la muerte hasta que se entierra o crema a la persona, la situación se sigue adornando.

    Hace poco veía un documental que aseguraba que la especie humana es la única que no vive en armonía con la naturaleza… lo mismo sucede con la muerte. Todo es tan cercano, pero cada vez está más fuerte la tendencia a alejarse de lo más esencial en nuestra vida.

    Este libro tuvo varios títulos: El Último Viaje, Yo estoy viviendo, yo estoy muriendo, La muerte te enseña a vivir, Vivir y morir con sabiduríaConquistando la Muerte

    Mi deseo era usar el título de Morir en Forma Consciente ya que resumía de mejor forma su contenido o mi intención.

    Finalmente me decidí por: Viviendo con lo Ineludible ya que no tiene la palabra muerte o morir que aun para la gran mayoría de la gente produce rechazo. Igual este nombre representa ese Elefante blanco que esta siempre presente, pero lo ignoramos. Y es a lo que me refiero en este libro.

    El Maestro Zen Ta Hui se refiere a esto de lo ineludible en nuestras vidas.

    Todas nuestras ilusiones (nuestras amistades, nuestra familia, nuestra sociedad, nuestro dinero, nuestro poder) desaparecen repentinamente en el momento que no existe escapatoria, esto sucede al momento de enfrentar lo ineludible, la gota de rocío ha caído al océano. Como dicen los místicos.

    Todos tendremos esa experiencia.

    Y en ese momento, sin pensarlo, empiezas a aplaudir y una fuerte carcajada explota de tu ser: Yo soy el océano. He estado pensando hasta ahora que, yo era la gota de rocío, sintiéndome innecesariamente preocupado de que si por algún accidente esto de caer al océano eso sería mi muerte. Ahora, cayendo al océano he encontrado todo lo contrario. Es mi vida eterna". *

    Sin embargo, debo recalcar que después de mucho meditar y seguir aprendiendo sobre la muerte durante décadas, me he dado cuenta de que MORIR EN FORMA CONSCIENTE no es un tema menor. Lo más llamativo es que el común de las personas no se interesa en el tema, gracias a los autoengaños en que nuestra mente se especializa…

    * Osho. The Great Zen Master Ta Hui

    Lo primero y básico para una muerte consciente es el trabajo que necesariamente debemos tener con la inevitabilidad de nuestra mortalidad. Es un camino individual, es lo que muchos místicos llaman conocerse a sí mismo, entender quién es uno, descubrir qué es lo que no muere en uno.

    Entender nuestra mortalidad es mucho más que priorizar algo que quizás es lo más importante en la vida; también implica acceder a niveles más altos de consciencia, por decirlo de forma simple, donde no lo solo existe el reconocimiento de uno mismo sino también de todo lo que nos rodea. El místico permite que su ego muera antes que su cuerpo lo haga: tema importante para entender e incorporar.

    Por eso, la historia de Siddhartha donde entre otros temáticas que enfrento, fue el impacto de la impermanencia en su vida y su posterior transformación a un ser iluminado (Buda), es lo que más me inspira como modelo a seguir durante esta vida.

    En mi caso, mi vida ha sido una aventura respecto a entender la muerte, partiendo por la parte más difícil: ¡aceptarla! Pero en el ámbito de mi mente esa aceptación es imposible… es sólo intelectual, sin valor alguno. Peor aún, la mente no da posibilidad alguna de que el tema se vuelva prioritario. La mente acepta el miedo, y no acepta que la muerte sea parte de nuestras vidas.

    No es menos importante y muy necesario que la comunidad médica entienda, ayude de mejor forma cuándo es necesario detenerse, tomar distancia y asumir lo inevitable; cuando el paciente tiene una enfermedad terminal donde se compromete no sólo su dignidad, sino también su libre voluntad de partir en forma más humana, con compasión y amor. Se necesita la empatía, la comprensión médica y de la sociedad entera. Existen muchos doctores que han entendido lo anterior

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