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Lárgate por favor, mi marido despiadado: Ser feliz después del divorcio
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Libro electrónico389 páginas5 horas

Lárgate por favor, mi marido despiadado: Ser feliz después del divorcio

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Información de este libro electrónico

Lin Wanbai, una mujer despierta a la cruel realidad de su vida: su vista perdida, amenazas de donación de órgano por parte de su esposo Fu Liangchuan, y el deseo de divorcio. Lo que la desespera aún más es descubrir que su querido hijo no es su descendencia biológica. La razón detrás de la animadversión de Liangchuan hacia ella es la tragedia que ha separado a sus familias: la muerte de su padre y su hermano a manos de la familia Lin, a la cual Wanbai pertenece. Esta revelación es un golpe devastador para Wanbai, quien, con un corazón desgarrado, decide llevar a Liangchuan a un crucero con la intención de poner fin a su dolor.


En un giro inesperado, Wanbai se encuentra de regreso en el tiempo, regresando a los días de su juventud, antes de que la tragedia las separara. Dios le ha otorgado una oportunidad para cambiar su destino, y ella se compromete a no repetir los errores que la llevaron al abismo. Con una nueva perspectiva, Wanbai se prepara para enfrentar el futuro, decidida a proteger su felicidad y la de su hijo.


Pero parece que Liangchuan se va enamorando de Wanbai de esta vida.

IdiomaEspañol
EditorialPublishdrive
Fecha de lanzamiento7 ene 2023
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    Lárgate por favor, mi marido despiadado - PopNovel

    Chapter 1  Porque te odio

    El clima de este año en ciudad Jin era extremadamente frío.

    ¡Splash!

    El sonido había sido demasiado evidente durante el invierno silencioso.

    ¡Dios mío! ¡La señorita Fu y la señorita Zhao cayeron al agua!, alguien gritó de repente. 

    Lin Wanbai, era la hija única de la familia Lin, y también era a quien llamaron señorita Fu.

    Por otra parte, Fu Liangchuan, el esposo de Wanbai, siempre creyó que la familia Lin fue la causante de la muerte de su padre y hermano mayor, además, estaba seguro de que gracias a ellos también estuvo a punto de perder la vida.

    El agua entraba por la garganta de Wanbai mientras luchaba con todas sus fuerzas para salvarse, pero al ser ciega y estar dentro del agua fría de invierno, su miedo se intensificó.

    En cuestión de segundos sus manos y pies se congelaron, y sus movimientos fueron más lentos.

    En eso, se escuchó que alguien más saltó.

    Y las personas que estaban en la orilla soltaron jadeos de asombro.

    ¿El señor Fu saltó al agua?

    ¡Dios mío, está ayudando a la señorita Zhao!

    Cuando Wanbai escuchó lo que decían, sintió una punzada de dolor en su corazón.

    Poco después, perdió el conocimiento. 

    Pero, ¿por qué cayó al agua? 

    ...

    Veinte minutos antes.

    La atmósfera dentro de la mansión Fu era tensa. 

    El cabello negro de Wanbai caía de manera natural sobre sus hombros, mientras que sus ojos estaban cubiertos con sedas para evitar la luz; como una persona que casi perdía la vista por completo, tenía miedo a la luz. 

    En ese momento, la chica dijo con seguridad: Zhao Siman, no puedes evitar que vea a mi hijo.

    La persona frente a ella era una delicada mujer de la nobleza y llevaba un brazalete de jade rosa en la muñeca, el cual había sido un regalo de Liangchuan, quien había adquirido la joya en una subasta por el costo de 10 millones de yuanes.

    En respuesta, Siman sonrió y dijo: Liangchuan no estará contento.

    Tras escuchar que Siman mencionaba el nombre de su esposo con tanta familiaridad, Wanbai cerró los puños a sus costados y dijo: ¿Quieres que lo haga a la fuerza? 

    Siman bajó la cabeza y susurró en el oído de Wanbai: ¿Por qué querría eso? Lo hago por tu propio bien. Recuerda que Liangchuan te odia porque por tu culpa, su padre y hermano fallecieron. Ni siquiera deberías molestarte en pedirme que te lleve al niño.

    Aunque Wanbai era incapaz de ver el rostro de Siman, podía percibir la maldad en sus palabras. 

    La chica se mordió el labio inferior y exclamó: ¡La muerte de ellos no tiene nada que ver con mi familia!

    Siman se acomodó el cabello y se llevó un mechón detrás de la oreja mientras observaba a Wanbai. Tu padre fue la única persona que estuvo cerca de su auto el día del accidente así que, no importa cuántas veces lo expliques, nadie podría creerte, dijo Siman.

    De repente, Wanbai se quedó inmóvil, pues sabía que Siman tenía razón. 

    Ya que no importaba que ella asegurara que su padre sería incapaz de matar a alguien, pues Liangchuan jamás le creería. 

    Entonces, Wanbai estiró la mano para alejar a Siman. "No me importa lo que tú creas, después de todo, no tiene nada que ver contigo. ¡Déjame ir! 

    Por un lado, Wanbai no podía ver y eso le daba una ventaja a Siman para poder esquivar sus movimientos, no obstante, no lo hizo.

    Cuando se dio cuenta de que Liangchuan venía hacia ellas, sonrió con satisfacción y sujetó la mano de Wanbai tirando de ella hacia un lado.

    El movimiento de Siman había sido tan discreto que lo que todos vieron fue que Wanbai se acercó para empujarla.

    Bajo la expresión de asombro de Wanbai...

    Las dos mujeres cayeron al agua.

    Chapter 2  Renunciar a él

    El señor Jian, el asistente de Liangchuan fue quien la rescató.

    Cuando Wanbai despertó, en su rostro se dibujó una sonrisa de ironía, pues en el pasado, desobedeció a sus padres y se casó con Liangchuan aunque ellos no querían, incluso cambió su forma de ser por él, se humilló a sí misma, y aprendió a ser más delicada.

    En su momento también renunció a la oportunidad de recuperar la vista por él.

    Al final, Wanbai no recibió nada luego de dejar su dignidad y orgullo de lado, porque a su esposo no le importaba.

    Liangchuan, está haciendo mucho frío..., dijo Siman con una voz débil y delicada.

    No podía evitar comportarse como una niña mimada. 

    Debido a que Wanbai era ciega, su sentido auditivo era más agudo que el de una persona normal y prestó atención a la conversación.

    Entonces, escuchó aquella voz que le era familiar, pero que al mismo tiempo le parecía muy extraña que no quería reconocer. 

    No tengas miedo, aquí estoy, dijo Liangchuan con ternura.

    Wanbai conocía a este hombre desde hace diez años y jamás lo había escuchado hablar de esa manera, es más, lo único que conocía de él era el desprecio, la indiferencia y la ignorancia.

    Sin embargo, tampoco le sorprendía el comportamiento de su marido porque sabía que para él, Siman era más importante.

    En ese momento, Wanbai recordó las muchas veces que Siman se burló de ella y entendió que, aferrarse a él durante tanto tiempo había sido ridículo. 

    De hecho, tendría que llamarse a sí misma est*pida. 

    Por otra parte, la chica ya no quería seguir escuchando su melosa conversación y rápidamente envolvió su cuerpo en una toalla de baño y planeó irse para ponerse ropa seca.

    Buscó a tientas su bastón, pero no encontró nada.

    Señor Jian, ¿podría darme mi bastón?, preguntó Wanbai.

    Claro, señora. El hombre miró a su alrededor y se dio cuenta de que el bastón estaba a un lado de los pies de Liangchuan. 

    Mientras tanto, Wanbai había estado esperando por más de un minuto, así que, sintiéndose un poco desesperada se puso de pie y dijo: Señor Jian, mi bastón.

    Está...

    Fue entonces que Wanbai se dio cuenta de que algo no andaba bien, y prefirió no molestar más al señor Jian. Al final, la chica se fue. 

    Pero solo había dado unos cuantos pasos cuando escuchó que alguien gritaba en su dirección.

    ¡Detente! A diferencia de la ternura que Liangchuan había mostrado con Siman, ahora se refería a Wanbai con disgusto.

    La mujer se detuvo en seco y preguntó con frialdad: ¿Qué quieres?

    Sin importarle el estado tan lamentable en el que se encontraba su esposa, Liangchuan se mantuvo frío y distante. ¿Cómo puedes ser tan egoísta luego de lastimar a los demás?

    Chapter 3  Suplicándole

    Por alguna razón, a Wanbai le estaban ardiendo los ojos, aunque tal vez se debía al agua que le entró del estanque. 

    No obstante, había sido Siman quien la empujó consigo al agua, así que, ¿por qué parecía que ella había tenido la culpa?

    La realidad es que el hombre que tenía enfrente, y a quien había amado por más de 10 años, jamás había confiado en ella.

    Wanbai trató de controlar su respiración y agachó la cabeza mientras decía: Sé que no me creerás, pero yo no quise hacerle daño.

    Liangchuan se incómodo un poco cuando miró el rostro pálido de la chica y cómo se obligaba a sí misma a mantenerse relajada a pesar de que estaba temblando de frío.

    Por ello, no se burló de ella como era costumbre. 

    Cuando Siman se dio cuenta de que algo no andaba bien, miró a Liangchuan y notó la duda en su mirada. Entonces sujetó la manga de su ropa y se mordió ligeramente el labio inferior antes de decir con pena: Liangchuan, no culpes de todo a Wanbai. Yo no debí provocarla, el problema inició porque mencioné por accidente al viejo Maestro Fu y ella se puso algo temperamental...

    Pero antes de que pudiera terminar de hablar, Siman comenzó a toser sin control.

    Tras escuchar que la causa del ataque de Wanbai era por el viejo Maestro Fu, el rostro de Liangchuan palideció; entonces miró a Siman que se mostraba lívida. De inmediato se dio cuenta de su incomodidad, y se apresuró a cargarla entre los brazos.

    ¡Tenemos que ir al hospital!, exclamó el hombre.

    Pero antes de irse, él se giró en dirección de Wanbai y le dijo como advertencia: Si algo le sucede, prometo que tú pagarás el precio. Su voz sonaba tan fría como el hielo.

    Por otro lado, a Wanbai le costaba mantener el rostro relajado.

    Y se quedó de pie, inmóvil en su lugar mientras que el hombre a quien había amado durante tantos años se llevaba cargando a Siman, como si esta fuera su más grande tesoro. 

    En ese momento, sus pensamientos fueron interrumpidos por la vibración de su teléfono. Lo buscó a tientas entre su ropa y contestó la llamada.

    ¡Wanbai, le sucedió algo terrible nuestra familia!, exclamó su madre al otro lado de la línea.

    Al oírla, Wanbai le preguntó tratando de calmarla: Mamá, no llores y explícame qué sucedió.

    Arrestaron a tu padre por unos asuntos fiscales y ahora están investigando a toda la empresa. ¡Ven para acá! ¡Necesito que me ayudes a pensar en algo porque no puedo más!

    Wanbai quedó atónita al escuchar la noticia.

    «¿Detuvieron a mi padre y lo están investigando», pensó.

    Pero su padre siempre había sido honesto con la administración de la empresa y seguía las reglas fiscales al pie de la letra, ¡era t*nto creer que hubiera hecho algo así!

    En ese momento, Wanbai no podía preocuparse por nada más, estaba tan desesperada por regresar a su casa y ver a sus padres que corrió a la entrada para irse, pero en eso, la detuvo un hombre. 

    Señora, el señor dijo que no podía irse de la mansión Fu.

    Wanbai estaba atónita. Señor Jian, sucedió algo urgente de lo que tengo que ocuparme, yo le explicaré todo a Liangchuan cuando regrese, explicó la mujer.

    No obstante, el señor Jian se mostró firme ante la orden que le habían dado. Lo siento, señora, pero no puedo desobedecer al señor Fu.

    Al parecer no le importaba ofenderla.

    Aunque Wanbai hizo todo lo posible por intentar convencerlo, no lo logró y al final no tuvo más remedio que regresar a su habitación, sin embargo, no se daría por vencida tan fácilmente.

    Entonces, trató de llamar de nuevo a su madre para preguntar cómo estaban las cosas, pero descubrió que sus llamadas no salían; poco a poco, la ansiedad se apoderó de ella.

    Cuando menos lo esperó, se había ido el día completo.

    Eran las 8 de la noche cuando un auto Bentley se estacionó fuera de la mansión.

    Siman se había quedado en el hospital, por lo que Liangchuan regresó solo a casa. 

    El hombre subió las escaleras con una expresión de seriedad y cuando abrió la puerta de la habitación, se encontró con Wanbai sentada en el sofá mientras lo esperaba.

    Wanbai se puso de pie cuando escuchó el ruido, entonces giró levemente la cabeza en dirección a la puerta y, con su teléfono en una mano y el bastón en otra, dio un paso adelante. Liangchuan, ¿llegaste?, dijo la chica.

    Por su lado, Liangchuan la ignoró, solo se quitó los zapatos y se quedó de pie en la puerta. 

    A Wanbai le costaba hablar. ¿Po-podrías ayudar a mi familia?

    La familia Lin estaba en graves problemas y no había nada que una mujer ciega como ella pudiera hacer; aparte de rogar a la familia Fu, no tenía otra opción. 

    Liangchuan sonrió con malicia tras oír las palabras de la mujer. Lin Youqiang es sospechoso de evasión de impuestos y eso no tiene nada que ver conmigo, al contrario, se merece lo que le está pasando. Tu familia mató a dos miembros de la mía, ¿por qué te ayudaría?, la cuestionó. 

    Lin Wanbai quedó pasmada, pero no era tonta y rápidamente entendió lo que su marido quería decir.

    Sin embargo, se quedó en silencio durante un largo rato.

    Luego, respondió en voz baja: ¿Tú lo hiciste?

    Más que una pregunta, era una afirmación.

    A lo que Liangchuan no se negó, pero tampoco admitió. En su lugar, el hombre se burló. Es el karma, ¿crees que tendría el tiempo de hacer justicia con mis propias manos?

    No obstante, Wanbai estaba segura de que todo había sido planeado por él.

    En toda la ciudad Jin, él era el único con la capacidad y la motivación para dañar a la familia Lin.

    Ante eso, la chica preguntó enojada: ¿Qué puedo hacer para que dejes a mi familia en paz?

    El hombre miró el rostro pálido de la chica por el espejo y preguntó: ¿Puedes revivir a mi familia muerta?

    Wanbai quedó estupefacta ante su respuesta. 

    Chapter 4  Aceptando su condición

    ¿Por qué no puedes creer que mi padre no lo hizo?, preguntó Wanbai.

    Tras escucharla, Liangchung se quitó su abrigo y lo arrojó a la cama, luego se giró y mientras se acercaba lentamente a ella, la observaba bajo su flequillo desacomodado con sus ojos oscuros. 

    De pronto, el hombre le pellizcó la barbilla y la chica dio un leve saltito por el dolor. 

    A lo que él se burló. ¿Esperas que te crea si no tienes evidencia? No soy est*pido. 

    Fu Liangchuan estaba seguro de que le estaba echando mentiras, así que, sin importar cuánto le explicara, sería imposible que le creyera. 

    ¿Qué r*yos quieres que haga para que dejes en paz a mi familia?, preguntó Lin Wanbai abatida.

    El hombre sonrió con malicia y se dio la media vuelta, estaba claro que no quería ayudarla. 

    Wanbai se sintió desesperada al escuchar que los pasos del hombre se alejaban una vez más, entonces tomó una decisión y se arrodilló. ¡Fu Liangchuan, te lo ruego! ¡Por favor, ayúdame, por el bien de nuestro matrimonio!

    El sonido estrépito de la mujer cayendo de rodillas fue fuerte, y el hombre se detuvo en seco para girarse a verla.

    Esa era la primera vez que la chica le suplicaba de una manera tan humilde. 

    La mirada de Liangchuan se tornó fea y luego de un rato de silencio, habló: Dejaré ir a la familia Lin con una condición. 

    El corazón de la chica dio un vuelco. ¿Cuál?

    Quiero que le dones la mitad de tu riñón a Siman. Las palabras que sonaron tan naturales al salir de la boca de Fu Liangchuan, le ocasionaron un escalofrío a la chica. 

    ¿Acaso Siman había perdido la mitad de su riñón y ahora necesitaba que le diera el suyo? Pero, ¿qué pasaría con esta chica pobre?

    ¿Qué sería de ella al quedarse sin un riñón después de perder la vista?

    ¿Podría sobrevivir de esta manera?

    Este hombre...

    ¿De verdad era tan cruel?

    Lin Wanbai no supo qué decir, pues su mente se había quedado en blanco.

    El hombre se dio cuenta de que Lin Wanbai estaba dudando, y se burló de ella: No tiene caso que me supliques si ni siquiera estás dispuesta a aceptar mi condición.

    Así, ignoró a la mujer que tenía de rodillas frente a él y caminó hacia el cuarto de baño.

    Espera... yo, ¡acepto!

    A sus espaldas, resonó la voz ronca de una mujer, quien parecía haber aceptado su cruel destino; en su manera de hablar se percibía la desesperación y la tristeza. 

    La mano del hombre se detuvo en el pomo de la puerta, y luego la cerró sin mirar atrás.

    Por otra parte, la chica se tumbó completamente en el suelo con el corazón hecho pedazos.

    Al día siguiente, Liangchuan no quería perder el tiempo y le pidió al señor Jian que llevara a Wanbai al hospital.

    El quirófano era demasiado frío. Removieron la seda de los ojos de la joven, y sus ojos desenfocados quedaron expuestos; mientras yacía sobre la mesa de operaciones, escuchó que alguien abría la puerta.

    Los pasos que escuchaba era lentos y ligeros, como si la persona estuviera dando un paseo por el parque. En eso, se escuchó una voz: Es una pena que siendo tan bonita, hayas decidido molestar al perv*rtido de Fu Liangchuan...

    Esa voz era de...

    «¿Es Gu Mo?».

    Mo había sido amigo de la infancia de Fu Liangchuan y dentro de la la industria médica, se decía que era el más ingenioso de la ciudad Jin.

    La chica temblosa se agarró con fuerzas del reposabrazos de la mesa de operaciones y preguntó con nervios: ¿Tú me vas a operar?

    La sonrisa en los ojos de Gu Mo se volvió aún más encantadora; si Wanbai pudiera ver, se hubiera enamorado de inmediato.

    El hombre levantó una ceja y respondió: Claro, soy el único que puede hacer lo que Fu Liangchuan quiere. 

    Escucharlo provocó que Wanbai se preocupara, pues parecía que entre ambos hombres había un acuerdo que ella desconocía.

    Sin embargo, se obligó a mostrarse relajada y decidió no salir corriendo. Quisiera decirle algo a  Liangchuan, ¿podrías decirle que venga?, preguntó.

    En respuesta, Mo se burló por lo bajo. El hecho de que el hombre se estuviera riendo de su ingenuidad, la hizo sentir incómoda. 

    Ya sé que quieres preguntarle, ese tipo me dijo todo y también me dijo que si ya no querías hacerlo, que podía dejarte ir. Pero, me temo que tendrás que enfrentar graves consecuencias, comentó él.

    Sonaba como una amenaza, porque Liangchuan la había dejado sin opciones.

    Incluso Mo sintió pena por ella cuando notó que su rostro se puso pálido.

    Incluso Gu Mo sintió pena por ella cuando notó que su rostro se puso pálido.

    No creo que seas una chica t*nta, así que te daré un consejo. Ya no te involucres con él, no podrías soportarlo.

    ¿Dijo que ella no podría lidiar con ello?

    La mujer se rio de sí misma, porque en efecto, no podía darse el lujo de ofenderlo, si no, no habría terminado en esa situación. Todo era su culpa por ser tan presumida.

    No le quedó más remedio que cerrar los ojos, mientras que una lágrima rodaba por su mejilla. Comencemos con esto, dijo con tristeza, aceptando tal destino.

    Chapter 5  Por favor, no la deje

    En total, la cirugía duró tres horas, pero Lin Wanbai despertó hasta la mañana siguiente.

    La herida había sido cubierta con una gasa y cuando la chica recuperó la consciencia, sin querer se tocó la parte baja del abdomen y sintió un dolor punzante.

    Tenía tantos sentimientos encontrados que no sabía por dónde comenzar.

    Lo único bueno era que Fu Liangchuan le había prometido que sacaría a su padre de prisión luego de que la cirugía terminara, lo que le brindaba algo de consuelo. 

    La enfermera que estuvo a su cuidado, le informó que Liangchuan se había llevado a Siman hace un día y que a ella la había dejado sola. Cuando la mujer escuchó estas palabras se quedó en silencio; lo único que podía hacer era tomar su bastón e irse. 

    Entonces, tomó un taxi para ir a ver a su familia. Sin embargo, tan pronto como se encontró con su madre, esta le dio una bofetada.

    ¡Cómo te atreves a venir aquí!, exclamó la mujer.

    La oreja de Wanbai zumbaba y su cabeza quedó inclinada hacia un lado debido al golpe. 

    Intentó hablar, pero las palabras no salían. Hasta que, luego de unos segundos, dijo: Madre, ¿qué pasa?

    ¡Si no fuera por ti, tu padre no se habría suicidado! ¡Todo es tu culpa porque decidiste casarte con el b*stardo de Fu Liangchuan a pesar de que nos opusimos! ¡Tú asesinaste a tu propio padre! ¡Solo naciste para traernos desgracia!, volvió a gritar. 

    Wanbai quedó atónita por el tono agitado y resentido de su madre y sus ojos se abrieron con incredulidad. ¿Qué... qué dijiste que le sucedió a papá?, preguntó la joven con voz temblorosa. 

    ¡Está muerto! ¡Se quitó la vida en prisión porque provocaste la ira de la familia Fu!, respondió la madre entre lágrimas.

    Escuchar a su madre hablar de una manera tan desgarradora hirió el corazón de la chica; entonces, Wanbai se apresuró a buscar a tientas a su madre. ¡Mamá, yo no hice nada! ¡Fu Liangchuan me prometió que dejaría ir a mi padre! ¡¿Cómo puedes decir que se quitó la vida?!

    De pronto, la señora Lin la empujó. ¡Tú no eres mi hija! ¡No vuelvas a llamarme madre!, exclamó y se fue sin mirar atrás.

    En ese momento, Wanbai comenzó a gritar con el pánico apoderándose de ella: ¡Mamá, no te vayas! ¡Por favor, mamá, escúchame! 

    Tenía prisa por alcanzarla, pero la mujer tropezó con unas piedras en el camino y sus manos comenzaron a sangrar.

    ¿Cómo era posible que su padre se hubiese quitado la vida?

    Ella se cubrió el rostro con las manos, mientras que las lágrimas corrían por sus mejillas. 

    Estaba demasiado cansada por todo lo que había sucedido en los últimos días, pero aún así lloró desconsolada en el piso. A pesar de que muchas personas pasaban alrededor de ella y la miraban con curiosidad, ni una se acercó. 

    Mamá... Por favor, mamá... No me dejes, dijo la chica pobre. 

    Una vez en el auto, la señora Lin sacó su teléfono e hizo una llamada. La mujer tenía los ojos rojos y parecía que había envejecido unos cuantos años en tan solo días.

    Zhao Siman, me iré de la ciudad Jin por la tarde. Espero que cumplas tu promesa y dejes de molestar a Wanbai, porque te juro que si piensas engañarme, ¡yo misma terminaré contigo!, dijo la señora en la línea. 

    Mientras tanto, la otra persona en la llamada se burló. Señora Lin, usted es mi madrina y me vio crecer, ¿me cree capaz de defraudarla? Solo hago esto por el bien de Wanbai, pero debo aceptar que me da envidia que tenga una madre tan protectora como usted, dijo la otra.

    A lo que la señora Lin resopló: No quiero una ahijada tan mala como tú. Si no fuera porque mi hija arriesgó mucho por la familia, no habría cortado lazos con ella. 

    ¡Ja, ja, ja! Sé que usted es una persona considerada, así que no se preocupe. Mantendré mi promesa y no haré nada contra Wanbai en el futuro.

    La señora Lin sintió un gran pesar en su corazón mientras veía por la ventana y, al no seguir soportando la hipocresía de Siman, colgó la llamada.

    Wanbai, quiero que me esperes. Cuando regrese, podremos vengar a nuestra familia, dijo la señora en voz baja.

    En eso, Wanbai se levantó del suelo, pero se tambaleó hacia atrás y en un abrir y cerrar de ojos, se desmayó frente a todos los ojos curiosos que pasaban por ahí.

    Señor, creo que es la señora, dijo el señor Jian, al tiempo que bajaba la velocidad del auto Bentley, al otro lado del camino. 

    Liangchuan se giró hacia la ventana y miró cuando la chica se desmayó.

    Ni siquiera había pasado un día completo de su cirugía y la mujer ya estaba afuera; si no le importaba su propia vida, claramente tampoco se preocuparía por las dos que se perdieron de la familia Fu.

    Como decía el dicho, de tal palo, tal astilla.

    Súbela al auto, no la dejes morir, ordenó el hombre con frialdad.

    Chapter 6  El divorcio

    Lin Wanbai despertó con el cuerpo dolorido y poco a poco se sentó.

    Parecía que la herida de su abdomen se había abierto y ahora la sangre emanaba a través de la gasa.

    Movió la cabeza hacia los lados y a tientas toco la decoración del lugar y descubrió que estaba en su habitación y en la de Fu Liangchuan; hasta el momento no había cambiado nada.

    Qué bueno que despertaste, es hora de que ajustemos cuentas, de repente resonó una fría y malvada voz dentro del dormitorio. 

    La chica fue tomada por sorpresa, pero poco después giró su cabeza en dirección a la voz; en su rostro se podía ver una expresión neutra. 

    En eso, Liangchuan arrojó una pila de documentos frente a ella y dijo con indiferencia: Este es el acuerdo de divorcio, solo fírmalo y vete mañana. De ahora en adelante ya no tendrás nada que ver con la familia Fu.

    ¿Era un acuerdo de divorcio?

    A Wanbai se le escapó una sonrisa burlona tras escuchar las palabras del hombre. Entonces, rompió el acuerdo por la mitad y lo arrojó al otro lado.

    Arruinaste a mi familia con tus propias manos, ¿y ahora me quieres echar? Fu Liangchuan, ¿crees que soy una cobarde?, dijo la chica. 

    Los pedazos de papel flotaron y giraron en el aire, y algunos cayeron en el rostro del hombre; entonces, su expresión se tornó fea. Liangchuan estiró una mano y la agarró del cuello. Con lo débil que estás ahorita no tienes otra opción. O firmas el acuerdo de forma voluntaria y te llevas algo de dinero o terminas sin nada, dijo. 

    Wanbai quería llorar, pero le ardían tanto los ojos que ni siquiera derramó una lágrima.

    Su voz era ronca cuando respondió: Tal vez no tenga elección, pero ahora ya no tengo nada que perder. Así que, más vale que dejes de presionarme o te prometo que pelearé contigo hasta que llegué mi último día de vida, ¡no te dejaré salirte con la tuya!

    Después, hizo una pequeña pausa para tomar aire, sonrió y agregó: Si me pasa algo y muero frente a tu empresa, la familia Fu estará en los titulares. Puede que mi vida no tenga tanto valor, pero claramente podría afectar los intereses de la tuya, ¿no?

    Aunque la mujer no podía ver, estaba segura

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