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Administración financiera: Modelos, enfoques, tendencias
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Libro electrónico457 páginas4 horas

Administración financiera: Modelos, enfoques, tendencias

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Esta obra ofrece una introducción a la administración financiera en las organizaciones focalizándose en sus aspectos lógicos y en la comprensión de la misma. Muestra además los diferentes modelos, enfoques y tendencias, con una exposición clara y adecuada para, sin perder el rigor, entender sus conceptos y fundamentos y poder aplicarlos de manera correcta. Este texto está dirigido tanto a profesionales como a estudiantes, y, en general, a todos aquellos que quieran entender los conceptos que fundamentan la administración financiera, y su lenguaje. De este modo, se utiliza una metodología expositiva centrada en la claridad y comprensibilidad, pero al mismo tiempo introduciendo los formalismos necesarios, sin perder el rigor, y aplicando lo anterior en algunos ejemplos. El libro presenta aspectos fundamentales, enfoques y tendencias, y sin pretender ser una obra exhaustiva, aborda temas clave, en una secuencia temática que comprende los conceptos nucleares (principios, funciones, modelos, stakeholders, control financiero, etc.), áreas como el mercado de valores, el enfoque de comunidad, la relación con áreas como marketing y, finalmente, con el gobierno corporativo, todo ello con una perspectiva integradora.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 sept 2023
ISBN9789585002197
Administración financiera: Modelos, enfoques, tendencias

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    Administración financiera - Fernando Juárez

    Capítulo 1

    Principios, funciones y modelos de la administración financiera en las organizaciones

    Fernando Juárez*

    Resumen: Este capítulo proporciona una descripción de las funciones y actividades financieras orientadas a los objetivos de crear, agregar y entregar valor en una secuencia orientativa. Los modelos y las operaciones financieras tienen una gran complejidad en las organizaciones, por eso, requieren de una cierta estructura orientativa, una comprensión amplia que permita ir profundizando en dichos modelos y funciones, pero dentro de la lógica de un marco general. En este sentido, el capítulo se dirige a proporcionar ese marco general a partir del cual se pueda comprender las diferentes estrategias financieras de las organizaciones. Todo esto se orienta mediante una determinada secuencia de valor, la cual, sin tener un carácter prescriptivo, sirve para entender y situar las funciones y actividades financieras.

    Palabras clave: administración financiera, valor, conceptos financieros, modelos financieros.

    1.1. Introducción

    En este capítulo se trata la función de la administración financiera en la empresa, entendiéndola como la consecución y asignación de recursos y la obtención de valor asociado a su uso. Dicha administración forma parte de la estrategia general de la empresa de la cual no puede desligarse ya que los objetivos financieros derivan de esta última. El capital monetario puede entenderse como algo que tiene sentido en sí mismo y que se retroalimenta, de manera tal que el dinero puede generar más dinero, el cual a su vez mediante su reinversión genera más dinero, etc. No obstante, esta es una interpretación limitada del capital financiero de una empresa, ya que dicho capital está necesariamente circunscrito por todas las determinaciones que impone el entorno y las propias condiciones y objetivos internos de la empresa; es decir, el dinero sirve para algo más que simplemente generar más dinero y puede perder o ganar valor debido a numerosas otras condiciones.

    Debido a estas consideraciones, se planteará en el capítulo una definición inicial sobre lo que se entiende por administración financiera en las organizaciones, posteriormente se expondrán algunos principios y conceptos básicos que guían la gestión financiera y sus operaciones, para finalmente describir algunos modelos que pueden guiar y orientar el razonamiento financiero para alcanzar los objetivos propuestos en cada empresa.

    Esta organización del capítulo responde a una concepción según la cual las decisiones financieras se elaboran sobre un hilo argumental que respalda su impacto financiero en la compañía. Este impacto puede considerarse de carácter circular para el área financiera, ya que los flujos de caja están circulando permanentemente a través de ella, lo que no sucede con otras áreas de la organización, por lo que el gerente financiero (Chief Financial Officer [CFO]) debe permanecer en estrecho contacto con las otras directivas de la organización en los espacios correspondientes, como es el caso del denominado C-suite (por la inicial en inglés de los altos directivos, como Chief Executive Officer [gerente general], Chief Financial Officer [gerente financiero], Chief Information Officer [gerente de información], etc.). El CFO debe, entonces, tener un entendimiento de cómo sus decisiones afectan al desempeño particular de cada área funcional y cómo influye sobre el valor de la empresa en el mercado.

    1.2. Conceptos y fundamentos de la administración financiera en las empresas

    La administración financiera tiene como finalidad la creación de valor (Emery et ál., 2011, p. 3); sin embargo, este no está asociado exclusivamente con el valor financiero, sino que también con la posibilidad de crear valor en el producto para el cliente o crear valor como bienestar para los empleados de una organización, entre otras posibilidades.

    Como todo lo anterior forma parte del objetivo social de la compañía, de su carácter fundacional y de la estrategia de negocio, se pueden generar diferentes modelos de administración financiera en una empresa en función de estas características, se hayan hecho o no explícitas en su constitución y gestión.

    Las finanzas corporativas están relacionadas con la administración del dinero en las organizaciones, e incluyen las actividades de formación, distribución y empleo de fondos, los cuales son utilizados para fines económicos, sociales o culturales, entre otros (Hada y Schiau, 2011), es decir, tienen en cuenta acciones estructuradas y secuenciadas para la circulación del capital en la empresa como apoyo a las diferentes áreas funcionales. En este sentido, las acciones financieras en la organización son (Hada y Schiau, 2011): 1) financiamiento de activos fijos; 2) financiamiento de activos corrientes; 3) generación y distribución de utilidades; 4) constitución y asignación de fondos; y 5) distribución de fondos para las actividades que la organización considere objetivos, las cuales pueden ser sociales, económicas, etc. Además, existe un grupo de dichas actividades, como planeación financiera, gestión de capital de trabajo, gestión de activos fijos, y prácticas de análisis y de informes, que tienen gran impacto en el desempeño financiero de las pequeñas y medianas empresas (Karadag, 2015, p. 44).

    Por su parte, la administración financiera se entiende también como el uso del capital monetario de una manera pertinente para la organización, según las disciplinas de finanzas y contabilidad, tesorería, contribuciones, auditorías internas y control administrativo (Román, 2012, p. 11). No obstante, la definición indicada de las finanzas como creación de valor (Emery et ál., 2011) plantea un objetivo suficientemente abstracto como para que se puedan incluir diferentes actividades y como para que se entienda su conexión con otras áreas de la organización. En este sentido, se puede definir la administración financiera como la creación, agregación y entrega de valor asociado con el dinero. Esto quiere decir que no es solo el dinero mismo, sino también la representación y utilización que hace la organización de él, al igual que la interpretación de esta representación/utilización, la cual puede entrar en contradicción con el mismo valor atribuido al dinero. Esta administración, al igual que las gerencias y direcciones asociadas, no es solo un apoyo para la creación de valor o un soporte de otras funciones dentro de la empresa, sino que constituye una función en sí misma de gran importancia en la generación de valor para la organización.

    La creación de valor adquiere en ocasiones un carácter contraintuitivo, pues, por ejemplo, el endeudamiento puede generar valor, como ocurre en el mercado de capitales, donde la emisión de títulos valores de una empresa puede ocasionar una fuerte revalorización de esta. Así se produce un distanciamiento entre lo que consiste el valor entendido como valor de los activos o según los flujos de efectivo, y el valor entendido como capitalización del mercado. Igualmente, el rendimiento financiero deficiente en una empresa puede ir acompañado de una gran eficiencia en el uso de recursos. Debido a esto, el valor generado por el dinero debe también entenderse en relación con los objetivos planteados y el entorno.

    En la figura 1.1 se establece una propuesta de estructura de la administración financiera, la cual tiene en cuenta el objetivo de generación de valor, junto con las funciones y actividades financieras orientadas a su consecución.

    Figura 1.1. Estructura de la línea financiera de valor, sus funciones y las actividades asociadas para la administración financiera

    Figura 1.1. Estructura de la línea financiera de valor, sus funciones y las actividades asociadas para la administración financiera

    En la figura 1.1, se plantea un argumento que sigue la lógica de consecución del máximo valor posible en todas las actividades financieras de la empresa. Cualquier decisión financiera está implícitamente incluida en la obtención de valor financiero a lo largo de esta secuencia, en la cual se parte de la obtención de recursos para su posterior ejecución y obtención de beneficio. Este ciclo se repite permanentemente en cada periodo financiero.

    En lo que sigue tomaré este esquema sencillo para situar las funciones, las actividades y los modelos financieros básicos utilizados en la empresa, entendiéndose que dicha ubicación es orientativa pero no tiene un carácter prescriptivo y que las relaciones no suelen ser lineales ni fáciles de interpretar. No obstante, hay que señalar que también se ha propuesto un marco de creación y maximización de valor para la administración de las actividades financieras de la empresa, a partir de (véase Álvarez, 2016, pp. 4-6): 1) variables fundamentales como el flujo de caja, el riesgo, la estructura y el costo de capital, las utilidades y las políticas de dividendos; 2) los mecanismos del valor de la dirección, como la ingeniería financiera, el presupuesto de capital, el crecimiento y la diversificación; y 3) los soportes del valor, como el capital de trabajo neto, el financiamiento, las finanzas y el valor, y las inversiones. Esta propuesta es de gran interés pero difiere de la presentada aquí ya que esta última se caracteriza por la secuencia de valor y por la división entre funciones y actividades a lo largo de dicha secuencia, lo que puede aportar mayor claridad, haciendo que resulte de más fácil comprensión.

    1.3. Conceptos de funciones y actividades de la administración financiera

    1.3.1. Análisis financiero. Planeación, presupuesto, financiamiento

    La obtención o captación de recursos consiste en la consecución de capital monetario en cualquiera de sus formas, ya sea mediante el compromiso patrimonial o el endeudamiento, siendo este último denominado apalancamiento financiero, los cuales son necesarios para el conveniente funcionamiento de la organización en cualquiera de sus funciones. Para esto, se requiere de un adecuado análisis financiero, el cual habitualmente sirve de guía en materia de decisiones financieras a lo largo de todos los procesos de planeación y presupuesto, inversión, situación financiera de la empresa, proyecciones, operaciones, etc. (Sherman, 2015, p. 4). En particular, las actividades de planeación y presupuesto no constituyen solo una expectativa de gasto o inversión, sino un mecanismo de creación de valor, y, debido a que determinadas asignaciones presupuestales se realizan a expensas de otras que igualmente podrían realizarse, aquellas deben tener una ganancia estimada en el momento de su financiamiento y también un adecuado flujo de caja esperado asociados con los objetivos de la organización; es por esto que la función de análisis financiero ocupa una posición privilegiada allí.

    1.3.2. Tesorería

    La tesorería en las empresas resulta de gran relevancia en cuanto que afecta su desempeño a corto plazo; aunque se asimila a la gestión de capital de trabajo, sin duda tiene un carácter más estratégico, pero sin descuidar la operación diaria. Esta función en ocasiones también se denomina gerencia financiera (Rama, 2008, p. 30), no obstante, es necesario especificar el tipo de gerencia para identificar las diferencias existentes con otras actividades gerenciales financieras. En la actualidad, muchos problemas de tesorería en cuanto a la liquidez se han agravado, produciéndose tanto graves restricciones bancarias como un alto desarrollo tecnológico y de innovación financiera centrado en la tesorería de las empresas (Beraza et ál., 2016). Sin embargo, si bien en ocasiones se entiende la función de la tesorería como la planeación y el control financiero a corto plazo, lo cual constituye la base para la selección del modelo adecuado (Salas-Molina, 2017), dicha función ha evolucionado desde la gestión de caja, financiamiento y contabilidad de cobertura hacia actividades con un carácter más estratégico, como el aseguramiento de la liquidez y la gestión del perfil de riesgo de la empresa (Polak et ál., 2018). Este carácter estratégico le permite aportar a la sostenibilidad de la empresa en el contexto actual, donde dichos problemas de liquidez y riesgo se han vuelto muy relevantes debido al entorno incierto en que operan las empresas.

    1.3.3. Estructura de capital

    La administración de la estructura de capital consiste en la forma en la que se administra la deuda y el patrimonio, es decir, en qué medida la empresa va a depender de los fondos financiados mediante entidades de crédito, la participación de accionistas o fondos propios. En este sentido, el hecho de buscar una cobertura ante impuestos equilibrada con una maximización del valor en una adecuada combinación de deuda y patrimonio resulta fundamental. Esto es especialmente relevante si se tiene en cuenta que las empresas manifiestan un comportamiento irregular sobre la base de su clasificación sectorial y su tamaño, según el capital emitido, la prima de emisión, las acciones propias en cartera, la inversión suplementaria al capital asignado, otras participaciones en el patrimonio, el superávit por revaluación, otras reservas, ganancias acumuladas, patrimonio y pasivos, mostrando comportamientos circunstanciales (Juárez et ál., 2018a). Por otra parte, la discusión sobre los derechos de propiedad de la empresa lleva a que surja el debate sobre el control de la firma y el comportamiento orientado al beneficio individual de esta, o el orientado a cumplir también con lo exigido por su identidad social (véase Juárez et ál., 2018b). Debido a esto, la composición del capital adquiere una gran importancia como mecanismo estratégico generador de valor.

    1.3.4. Política de dividendos

    La política de dividendos está asociada con las utilidades generadas por las inversiones realizadas, la financiación conseguida y las operaciones de la compañía. La decisión de qué hacer con estas utilidades afecta la estructura de capital. Debido a esto, es difícil en ocasiones identificar el punto en el cual se separan los conceptos anteriores, ya que un retorno determinado sobre la inversión es un beneficio financiero que o bien se reinvierte en la organización incrementando el patrimonio, o bien se devuelve a los inversionistas, lo que afecta la estructura de capital. Por esto mismo, la secuencia de valor financiero se traduce en un ciclo permanente en la empresa. La política de coordinación de resultados resulta de gran importancia (Román, 2012, p. 13), de tal manera que la decisión de financiarse mediante deuda depende de esta política de dividendos, la cual se define fundamentalmente en sus montos, en su forma de pago y en sus fechas (Gitman, 2007, p. 480). No obstante, como Gitman afirma, es necesario tener en cuenta diferentes aproximaciones clásicas existentes hacia la política de dividendos (para una discusión sobre estas aproximaciones, véase Juárez et ál., 2018a). Esas políticas definen en gran parte el futuro de la empresa al asumir unos supuestos que pueden ser o no coherentes con el entorno financiero.

    1.3.5. Control y auditoría financiera

    El control se define como las actividades que aseguran el uso adecuado, efectivo y eficiente de recursos para garantizar que la gestión de recursos financieros y la gestión patrimonial se realizan adecuadamente (Vasile y Ion, 2019). El control financiero permite garantizar que la planeación financiera efectuada se traduzca en unas operaciones realizadas de manera eficiente, analizando las desviaciones, deficiencias y fortalezas que se puedan identificar (Román, 2012, p. 15).

    La actividad de control consta de las siguientes características (Popeanga, 2008): 1) análisis permanente o periódico de una actividad; 2) análisis de una situación para seguir el desarrollo y tomar medidas para su mejora; 3) supervisión moral o material continua; 4) la gestión de una actividad y una situación; 5) verificación, es decir, una inspección atenta de la exactitud de un acto, o una acción de vigilancia de alguien o algo, un examen meticuloso; 6) un instrumento para la solución de un mecanismo o un proceso; 7) un instrumento de administración, una forma de conocer la realidad y la corrección de errores; 8) el proceso mediante el cual se verifica y mide la realización cuantitativa y cualitativa de los desempeños, las tareas o trabajos, que se compara con los objetivos planificados indicando las medidas de corrección que parecen ser necesarias; y 9) una actividad que sirve a la administración de la empresa y a sus diferentes grupos de interés.

    Debido a las consideraciones anteriores, la actividad de control, que se puede realizar de manera más o menos frecuente según el ciclo de vida y las capacidades de la organización, garantiza la transparencia y el direccionamiento adecuado en el uso de los recursos.

    Por su parte, la auditoría financiera, que es comúnmente una auditoría interna, realiza un análisis minucioso de las transacciones y estados financieros continuamente, preparando a la organización ante otras futuras auditorías externas (Mathur, 2015, pp. 9-10). Según Mathur (2015), es precisamente la implicación con la organización lo que permite realizar aportes y rectificar los errores cometidos. En este sentido, es clara la relevancia de la auditoría colaborativa dentro de las organizaciones, pero también debe tenerse en cuenta que las auditorías externas generalmente ponen un fuerte énfasis en los aspectos financieros, incluso más que la auditoría interna, alrededor de los cuales articulan el análisis de otros aspectos de la administración de la organización.

    1.3.6. Valoración de empresa, fusiones y adquisiciones

    Los conceptos de valoración de empresa, fusiones y adquisiciones están presentes en toda la secuencia de valor, ya que la empresa tiene un valor específico en cualquier momento de su vida; por su parte, las fusiones y adquisiciones se pueden realizar cuando se requieran, pudiendo agregar valor (Brealey et ál., 2010, p. 882), pero a menudo creando tensiones en la gerencia, mientras que los stakeholders (partes interesadas o grupos de interés en la organización) pueden no estar interesados en estas (Damodaran, 2015, p. 19).

    Por otra parte, en estas operaciones, el mercado, los stakeholders o el administrador tienen que abordar lo que se considera el valor del negocio (Brealey et ál., 2010, p. 533), el cual es determinado por factores como sus flujos de efectivo, la tasa de crecimiento de dichos flujos, su estabilidad en el crecimiento y el costo de capital (Damodaran, 2015, p. 515).

    1.4. Modelos de administración financiera

    Con base en las funciones y actividades señaladas en la figura 1.1, en lo que sigue describiré diferentes modelos de administración financiera, los cuales tienen una fuerte base en el campo de las finanzas y sus presupuestos impactan en la forma en la que se administran financieramente las organizaciones. Los modelos se encuentran habitualmente en los textos de finanzas corporativas o empresariales, a menudo también en los de contaduría, o en general en aquella bibliografía dedicada a la presentación de los principios y fundamentos de la administración financiera; no obstante, llama la atención que casi nunca se los denomina modelos, sino más bien se consideran conceptos y formulaciones financieras basadas en una serie de principios. Las operaciones que usualmente se realizan para organizar la actividad financiera son el análisis de estados financieros, el flujo de caja descontado, la planeación y el presupuesto, la auditoría y el control, el presupuesto y coste de capital, el valor del dinero en el tiempo, la gestión de proyectos, el análisis y la evaluación de rendimientos, etc. (Mathur, 2015). Sin embargo, estas operaciones por su magnitud pueden entenderse como modelos específicos de aplicación en diversas actividades y pueden incluir, a su vez, otros modelos muy diversos, pero no suelen entenderse como modelos esenciales generales de aplicación para el conjunto de la administración financiera de la organización.

    No obstante, la clasificación de estas actividades, denominadas modelos, realizada por el Instituto de Finanzas Corporativas (Corporate Finance Institute, s. f.) se basa en aglutinarlas de manera que expresen una orientación hacia unos objetivos administrativo-financieros, aunque no exclusivamente financieros, e involucren determinado tipo de operaciones bajo dichos objetivos. Estos modelos son: 1) modelo de estados financieros; 2) modelo de flujo de caja descontado; 3) modelo de fusiones; 4) modelo de oferta pública inicial; 5) modelo de compra apalancada; 6) modelo de suma de partes; 7) modelo de consolidación; 8) modelo de presupuesto; 9) modelo de predicción; y 10) modelo de precio de opción.

    Esta clasificación se utilizará aquí solo como etiquetas conceptuales que orientan la agrupación de las funciones y actividades descritas dentro de la construcción de una perspectiva administrativa-financiera. Aunque existen numerosas particularidades asociadas con cada modelo, entre ellas las operaciones de cómputo de sus indicadores, estas no son aquí objeto de discusión, sino que se proporciona lo que constituye su objetivo general para la estructura administrativa-financiera de la empresa, y su contribución a la creación, agregación y entrega de valor financiero. Esto tiene como argumento evitar confundir el uso de una misma actividad en diferentes modelos con el objetivo de esta dentro de cada uno de ellos, los cuales, a su vez, tienen también su propio objetivo; por ejemplo, el cálculo del flujo de efectivo descontado puede estar presente en diversos modelos, pero su función es distinta en uno u otro ya que los modelos tienen objetivos diferentes.

    1.4.1. Modelo de estados financieros

    El modelo de estados financieros es una técnica compleja que involucra cálculos muy diferentes y admite distintos enfoques. Su uso refleja una orientación general hacia el equilibro entre las transacciones representadas en estos, entre el activo y el pasivo, un adecuado flujo de caja, en las actividades de operación, inversión y financiamiento, al igual que un estado de resultados que refleje un saldo positivo mediante un ajuste adecuado entre utilidades y amortizaciones, depreciaciones, intereses e impuestos. En este modelo es relevante la relación deuda-patrimonio, el capital de trabajo, la política de inversiones, la eficiencia en la operación, la relación entre las utilidades y los activos, el patrimonio y la inversión, la relación entre indicadores de los diferentes estados, etc.

    El modelo implica el análisis de un histórico de las transacciones económicas de la organización, pero también admite una proyección según los objetivos de esta. La relevancia del modelo reside en que constituye una imagen completa del estado de la organización y su desarrollo permite generar múltiples submodelos.

    El enfoque hacia los estados financieros involucra una visión que aglutina los indicadores o ítems individuales, los ratios asociados, las relaciones entre los indicadores generales y las clasificaciones a partir de un indicador global, según los objetivos de la organización y criterios externos (Juárez y Farfán, 2012). Más allá del cálculo de ratios financieros básicos, se han utilizado enfoques lógico-formales de gran complejidad (véase Mattessich, 1957, 1964), matemáticos-complejos (Demski et ál., 2009; Ijiri, 1982, 1986, 1989), de caos y complejidad (Juárez, 2010a, 2014; Juárez et ál., 2014), de caos y salud (Juárez, 2010b), o de riesgo epidemiológico (Juárez y Farfán, 2012), entre otros muchos, además de proponer una base diferente para dichos estados financieros (véase Juárez, 2016a, 2016b, 2016c).

    1.4.2. Modelo de flujo de efectivo descontado

    El modelo de flujo de efectivo descontado difiere del modelo de estados financieros en cuanto que es una proyección y retroproyección de creación de valor monetario a partir del dinero que se presta o de la utilización de un bien o activo. En definitiva, es el valor de un préstamo (Emery et ál., 2011, p. 37), el cual se puede utilizar también para valorar la empresa comparando el resultado de los flujos de efectivo descontados combinado con el coste promedio ponderado de capital (Weighted Average Cost of Capital [WACC]) (Damodaran, 2015, p. 200), es decir, lo que genera contra lo que cuesta generarlo (Emery et ál., 2011, p. 238). Sus características son que está orientado hacia el futuro y que constituye una evaluación del rendimiento presente con base en una predicción de lo que podría ocurrir en el futuro.

    En este sentido, difiere del modelo anterior ya que si bien el modelo de estados financieros permite realizar predicciones, en el de flujo de efectivo descontado la finalidad es traer precisamente esos rendimientos pronosticados a su valor presente. Este modelo es de utilidad siempre que el objetivo sea precisamente realizar predicciones con base en el tiempo sobre un préstamo, el valor de un activo o el valor de la empresa. Por otra parte, la generación de flujo de efectivo es uno de los principales objetivos de la administración financiera (Gitman, 2007, p. 92) y se ha afirmado que el flujo de efectivo descontado refleja tanto el riesgo asociado como la mezcla de financiamiento utilizada (Damodaran, 2015, p. 5).

    1.4.3. Modelo de fusiones y adquisiciones

    Este es un modelo de mayor complejidad de operaciones financieras; constituye una estrategia a todos los niveles de la organización. No obstante, como estrategia financiera, se basa en un cálculo del cambio en la valoración de la empresa ante una fusión con otra o debido a la adquisición de esta. En ese sentido, es una operación diferente a las anteriores, aunque pudiera incluir algunos cálculos similares. A menudo en estas operaciones intervienen también bancas de inversión con la función de encontrar empresas meta y ayudar en las negociaciones debido a su complejidad (Gitman, 2007, p. G-2; Ross et ál., 2012, p. 619).

    Las fusiones pueden tener un gran impacto en el mercado de valores (Ross et ál., 2012, p. 458). Debido a esto, se ha indicado que, incluso aunque estas tengan un objetivo pertinente, en general no proporcionan un rendimiento adecuado para la empresa; además, cuando se realiza una adquisición con la finalidad de evitar realizar el pago de dividendos, no se suele tener éxito (Ross et ál., 2012, p. 587).

    El impacto que las fusiones y adquisiciones pueden tener en el mercado de valores señala que pueden consistir en una estrategia para afrontar el riesgo, los impuestos, reducir costos, mejorar los flujos de caja, etc. La diversidad de motivos y la complejidad de estas operaciones hacen que se requiera una convincente argumentación estratégica para llevarlas a cabo.

    1.4.4. Modelo de oferta pública inicial

    Este modelo es también de valoración de empresa, pero en relación con una parte específica del sistema financiero como es el mercado de valores. Su relevancia es que puede considerarse un modelo de entrada a este, pero también un modelo de valoración de una empresa en comparación con otras presentes en dicho mercado, lo que ayuda a entender su posición financiera.

    La oferta pública inicial (Initial Public Offering [IPO]) de acciones se puede realizar por muchos motivos, como captar nuevo capital, permitir una reventa de acciones, aportar una medida de la actividad otorgando premios a los empleados, reducir el endeudamiento, etc. (Brealey et ál., 2010, p. 412). Sin duda, decidirse por entrar en el mercado de valores

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