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Historia de dos vagabundos
Historia de dos vagabundos
Historia de dos vagabundos
Libro electrónico85 páginas1 hora

Historia de dos vagabundos

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Información de este libro electrónico

Política y celos…, malos compañeros
Las vicisitudes que pasaron dos políticos debido a un complot muy bien organizado,

en donde los celos fueron el detonador. No obstante, nunca perdieron la esperanza de

que, algún día, conocerían lo que motivó tal situación. Alguien en la sombra comenzó

a desenredar la madeja de aquella trama para llegar al hilo de la verdad…
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 nov 2023
ISBN9788419390752
Historia de dos vagabundos
Autor

Mari - Fely Maturana Gómez

Nace en Murcia de familia granadina. Estudia bachillerato, dos años de Filosofía y Letras, profesora de Taquigrafía y Mecanografía, Declamación y Arte Dramático. Secretaria de dirección en Blackwood Hodge. Empresaria. Consejera de Consumo. Colaboradora de radio, prensa y televisión regional con programas propios. Autora de obras de teatro infantil, de adultos en verso y en prosa y autos sacramentales. Relatos. Poesía política y humorística, poesía panocha —dialecto de la huerta murciana— etc., etc., etc.

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    Historia de dos vagabundos - Mari - Fely Maturana Gómez

    HISTORIA

    DE DOS VAGABUNDOS

    Mari - Fely Maturana Gómez

    HISTORIA DE DOS VAGABUNDOS

    Mari - Fely Maturana Gómez

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

    © Mari - Fely Maturana Gómez, 2023

    Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras

    Imagen de cubierta: © Shutterstock

    Obra publicada por el sello Universo de Letras

    www.universodeletras.com

    Primera edición: 2023

    ISBN: 9788419391094

    ISBN eBook: 9788419390752

    Jamás perdamos la esperanza ante las vicisitudes.

    Mari-Fely Maturana

    7 abril 2021

    Era miércoles, tercer día de la semana de aquel mes de Marzo, con una temperatura muy agradable. La Primavera, se había adelantado y atrás, quedaban los días de frío y lluviosos, era evidente que, el clima estaba cambiando, y si el ser humano no lo remedia, algo grave podría ocurrir en el futuro, aunque, no había que descartar que, tanto el frío como la lluvia volviera en cualquier momento sin precisar día ni lugar, pero, era evidente que, el clima estaba cambiando, concretamente, en el Ártico según las últimas investigaciones llevadas a cabo.

    A esa hora de la tarde, el Parque era muy visitado, en especial la zona infantil, en donde niños y niñas de poca edad, jugaban alegremente bajando por el tobogán, en los columpios o en otros artilugios preparados especialmente, para el público infantil, que se divertían ante las atentas miradas de las mamás, abuelos y niñeras, acudiendo, a veces, a socorrerles por una caída inoportuna con alguna pequeña herida en alguna rodilla que, naturalmente, era curada rápidamente por el familiar de turno. ¡Iban preparados para cualquier imprevisto!, porque con los pequeños, nunca se sabe qué les puede ocurrir.

    Dos personas observaban a los pequeños. Estaban sentados en uno de los bancos del Parque. Era el segundo día que pasaban en el mismo sitio, desde que el día anterior, fueron desposeídos de todos sus bienes materiales.

    La historia comienza así:

    Los órganos de Partido, estaban perfectamente arropados por abogados, Fiscales y Jueces, bajo el mismo signo y consigna, por lo tanto, ambos, nada pudieron hacer ante tan perfecta trama.

    Les dieron dos opciones a elegir: La primera, declararse culpables e ir directamente a la cárcel. La segunda, firmar cada uno un documento por el cual, renunciaban a todos sus bienes, puestos de trabajo, títulos universitarios… en definitiva, a todo lo que poseían en ese momento. Lógicamente, optaron por la segunda opción, porque, estando libres, quedaba la posibilidad de que, se pudiera aclarar la situación a la que les habían obligado firmar. Dentro de la prisión, no podrían encontrar solución alguna sobre su inocencia.

    De la noche a la mañana, fueron desposeídos de todos sus bienes materiales, excepto de su moral y honradez.

    Solo tenían entre los dos, unos pocos euros, debido a que siempre usaban la Visa, pero, tanto como las varias que tenían, como sus cuentas, fueron embargadas, así como sus coches, casa y enseres, es decir, todo lo que tenían.

    La primera noche, la pasaron en la pensión más barata que encontraron. Para colmo de males, solo tenían lo que llevaban puesto, ni siquiera les permitieron coger una maleta y poner en ella lo más imprescindible. Menos mal que, en sus despachos, tenían algunos útiles de aseo, y eso fue todo lo que pudieron llevarse guardados en sus elegantes y caras carteras de piel.

    Lo que más les preocupaban era en dónde iban a dormir aquella noche.

    Óscar, sonreía mientras contemplaba a los niños jugar. Aquel detalle no le pasó inadvertido a Daniel que, le preguntó:

    —¿Qué es lo que te hace tanta gracia? ¡No será nuestra situación!

    —¡No, no! Es que cuando miro a esos niños, me acuerdo que, yo también hacía lo mismo, y lo que más me gustaba, era bajar por el tobogán. También recuerdo que, más de una vez, no calculé bien el final y acabé sentado en el suelo, con gran dolor en mi pequeño trasero que me duraba varios días y apenas si me podía sentar.

    —Pues recuerdo —dijo Daniel—cuánto me gustaban los columpios. Una vez le di tanto impulso, que estuve a punto de dar una vuelta completa, con el consiguiente susto de mi madre y su posterior castigo, porque me tuvo en casa sin salir al Parque durante una semana. En el futuro, fui muy precavido.

    —¡Qué recuerdos! ¿Verdad? ¡Qué curioso! Antes de ahora, nunca había recordado los juegos de mi niñez, y la causa ha sido que, siempre hemos estado inmersos en nuestro trabajo. ¡Todo el tiempo lo hemos dedicado a trabajar! Y Ahora…tenemos todo el tiempo del mundo. ¡Nos sobra y no sabemos qué hacer! ¡Vaya sorpresas que te da la vida!

    —Más que la vida, las personas —comentó Daniel—¿Te das cuenta de cómo es nuestra situación? No podemos ejercer nuestra profesión, estamos vetados en todos los aspectos financieros y laborales, incluso en lo político. No tenemos casa, ni dinero y para colmo… ¡Estamos en la calle…como dos vagabundos! ¡En la más absoluta indigencia! Eso sí: ¡Nuestros ideales y honradez siguen intactos!

    —¿De qué nos ha servido ser honrados? –preguntó Óscar con tristeza.

    —Pues, nos ha servido para que, ellos nos hayan traicionado y según su veredicto, somos los seres más viles del Universo. Y resulta que tú, que eres un genio de la Finanzas, y yo, —modestia parte—un genio en Ciencias Políticas, nos veamos en esta situación, y lo peor es que, nadie se ha enterado, porque, lo han llevado en el más absoluto secreto. También pienso que, si hubiéramos llegado a Juicio, habría sido peor para nosotros, porque con toda seguridad, habríamos acabado en prisión. Como dije antes, no tenemos nada, pero, tenemos libertad. Me alegro de que, nuestras familias no sepan nada, por estar a miles de kilómetros de aquí, y tampoco nuestras amistades, aunque les extrañará no tener noticias nuestras. En realidad, cuanto menos lo sepan, mejor.

    ¡Así pensaban los dos amigos

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