CUANDO TE LLAMAN TERRORISTA
CUANDO TE LLAMAN TERRORISTA. UNA MEMORIA DEL BLACK LIVES MATTER
PATRISSE KHAN-CULLORS Y ASHA BANDELE
Capitán Swing, prólogo de Angela Davis, traducción de Ana Mistral, 250 pp,m 18,50 €
Este libro expone de forma poética, valiente y poderosa lo que significa ser una mujer negra en Estados Unidos y narra la historia del nacimiento del BLM de la mano de la artista, abolicionista y activista queer Patrisse Khan-Cullors. La cofundadora del movimiento nos invita a conocer su vida con gran generosidad de detalles íntimos y su dedicación implacable a la causa de la libertad. Khan-Cullors experimentó en primera persona el prejuicio que sufren los afroamericanos a manos de las fuerzas del orden en EE.UU. Perseguidos por un sistema de justicia penal que funciona según la agenda de privilegios de los blancos, las personas negras están sometidas a una categorización racial injustificable y a la brutalidad policial. En 2013, cuando el asesino de Trayvon Martin quedó libre, la indignación llevó a Patrisse Khan-Cullors, Alicia Garza y Opal Tometi a crear el hashtag viral que dio origen al BLM, para exigir responsabilidades a las autoridades que hacen sistemáticamente la vista gorda ante las injusticias infligidas a las personas racializadas. Fueron consideradas terroristas y una amenaza para Estados Unidos. Las reflexiones de Khan-Cullors y Asha Bandele sobre la humanidad hacen de este un relato empoderador de supervivencia, fuerza y resistencia, así como un llamado a la acción para cambiar una cultura que declara prescindibles las vidas de las personas negras, en un sistema que no las protege. Por cortesía de Capitán Swing, les ofrecemos un avance.
La primera vez que me detienen tengo doce años.
Basta esa simple frase para transportarme a ese momento; todo ese miedo y esa humillación infantiles se me han quedado metidos para siempre en el cuerpo, a un nivel muy profundo.
Es el verano de después de mi primer año de instituto y por primera vez tengo que asistir a clases durante las vacaciones por las notas que he sacado en Matemáticas y Ciencias, así que estoy cabreada. No hay ningún otro alumno de Millikan que vaya a clases de refuerzo en este instituto de Van Nuys, solo yo. Este centro es para los chavales de mi barrio. No tiene todo un terreno con instalaciones, pero sí detectores de metales y agentes de policía. En Millikan no hay policía ni detectores de metales.
Por algún motivo, mi cabeza no hace el ajuste necesario. Me sigo considerando alumna de Millikan, cosa que soy salvo durante estos meses de verano, y un día hago lo que he aprendido de mis compañeros de allí que hace uno para sobrellevar las
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