on seis libros a sus espaldas, la periodista Sonsoles Ónega (Madrid, 1977) ha conseguido el prestigioso premio Planeta por su último título: , una novela ambientada en la Galicia de principios de siglo XX, donde las mujeres fuertes y luchadoras son las auténticas protagonistas. A Galicia voy siempre, así que no hubo viajes específicos, pero cada No solo anécdotas, los periódicos siempre te dan un montón de ingredientes para incorporar a la novela. Por ejemplo, el naufragio del Santa Isabel en el año 1921 no estaba previsto que apareciera en la novela. Me topé con ello por casualidad. Los titulares de la época lo llamaban el hundimiento del Titanic gallego y me pareció interesantísimo incorporarlo. Sin duda. Cuando estuve en el Museo de la Conserva me dijeron que existieron muchas mujeres que habían mandado más de lo que las ha reconocido la propia historia. Lo natural era que su trabajo quedara invisibilizado por el de los maridos. Estas sagas familiares eran muy habituales en el mundo de la conserva, no sólo de Galicia, sino en todo el Cantábrico. Creo que se rebela contra lo que podía ser un destino impuesto. Clara habría sido criada si no se hubiera rebelado, porque en esa época no sólo se heredaban imperios, también condiciones sociales. Disfruté mucho creando ese personaje, porque es tierno y duro a la vez. La formación era exclusiva de las clases acomodadas, que tenían el tiempo para instruirse. El resto trabajaba todo el rato. La Segunda República hizo muchísimo por la educación en este país, con apertura de escuelas, con una liberalización para la mujer brutal y con el derecho al voto. Las mujeres. Las mujeres han hecho más por las mujeres que algunos hombres. También creo en la alianza hombre-mujer, la mirada de la mujer sobre la del hombre la enriquece. Los hombres todavía necesitan escuchar mucho a las mujeres, y las mujeres escuchar mucho a los hombres, porque hay algunas cosas que no hacemos del todo bien. Estos sentimientos de culpa que llevamos, que nos metemos en la mochila desde que salimos de casa… Indudablemente los niños entienden los grandes titulares, y el Premio Planeta es un grandísimo titular en mi vida y en mi carrera literaria. El obtener una recompensa por algo que te ven haciendo en casa de manera solitaria y que los expulsa más que los integra en tu rutina, creo que ha sido importante para ellos.
