Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Conectados por el humo
Conectados por el humo
Conectados por el humo
Libro electrónico147 páginas1 hora

Conectados por el humo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Karen es solo un fantasma en la familia Montenegro, su madre la ha vuelto un fantasma para la prensa y la vida pública, no es mas que una marginada en su propia casa, solo porque ella no es igual a sus hermanos y primos. Soportar a su horrible y manipuladora madre no es fácil, pero no todo es tan malo. Lo único bueno en su vida era ese momento e

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento22 sept 2023
ISBN9781685744922
Conectados por el humo

Relacionado con Conectados por el humo

Libros electrónicos relacionados

Romance contemporáneo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Conectados por el humo

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Conectados por el humo - Bel Romero Coplin

    Conectados_por_el_humo_port_ebook.jpg

    CONECTADOS

    POR EL HUMO

    BEL ROMERO COPLIN

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable por los derechos de los mismos.

    Publicado por Ibukku, LLC

    www.ibukku.com

    Diseño de portada: Ángel Flores Guerra B.

    Diseño y maquetación: Diana Patricia González Juárez

    Copyright © 2023 Bel Romero Coplin

    ISBN Paperback: 978-1-68574-491-5

    ISBN Hardcover: 978-1-68574-493-9

    ISBN eBook: 978-1-68574-492-2

    Dedicatoria

    Para la persona que me enseñó que cada corazón roto necesita un hombro donde llorar...

    —Ambos estamos rotos, pero ambos nos tenemos el uno al otro. Sabes quién eres.

    Sentimientos sin respuesta

    Siempre quise saber qué él sentía,

    cuando ese humo gris de sus labios salía.

    La curiosidad,

    a espiarlo me mandaría.

    Mientras el cigarro a su boca él llevaría.

    Detrás de aquel árbol que cientos de secretos escondía.

    Con esa forma extraña,

    que el humo opacaría.

    Era obvio que jamás me acercaría.

    Sólo me gustaba observarlo,

    mirarlo desde la sombra, que poco a poco me consumía.

    Él jamás lo sabría,

    que yo era aquella chica nerd

    que desde las sombras lo cuidaría.

    El anhelo de hablarle solo sería una fantasía.

    Aunque yo lo tenía claro,

    admito las preguntas me comían.

    Siempre mi mente lo repetiría.

    ¿Qué pasaría?

    Si detrás de aquella banca me veía.

    ¿Qué pasaría?

    Si yo le pregunto...

    ¿Qué sientes cuando el humo gris que sale?

    ¿De tus labios desaparece y te deja en la realidad sombría?

    Yo siempre lo perseguiría,

    y el de mí no sabría.

    Narrador

    Él era un misterio para muchos, pero para ella era un alma escondida. Un alma que detrás del humo gris se posaría. Detrás de una falsa sonrisa, con un niño interior que más roto se volvía.

    Ella no era la típica chica buena, pero había tenido que aprender a ser un fantasma para todos. Invisible ante los ojos de quien quería o eso pensábamos todos.

    Sinopsis

    Karen

    Llevo más de un año observándolo desde las sombras. Mirando cómo el humo que sale de sus labios me atrae más hacia él, atrayéndome aquellos labios gruesos y rosáceos y esos ojos marrones oscuro con destellos claros que jamás me habían notado.

    —Él no me nota. —Tal vez, ni sabe que existo, pero eso no me importa.

    Un chico roto, sentado en el suelo con un par de audífonos en sus oídos y un tatuaje en forma de flecha en su cuello. Él no me notó, pero yo desde ahí me volví su sombra por decirlo de forma educada.

    Desde ahí, empecé a examinarlo: sus gestos, la forma en la que caminaba, cómo le hablaba a los demás. En fin, todo. Solo Adriana, mi prima, sabía de mi pequeña obsesión. Mi obsesión por lo malo, lo prohibido y lo roto.

    Él no es malo... solo que ustedes no lo conocen como yo.

    Capítulo 1

    Karen

    Escuchar a mi madre quejarse desde el desayuno es parte de mi rutina diaria. A veces es tan insoportable que me voy desde temprano a la preparatoria o desayuno con las personas de servicio.

    —Son todos unos ineptos, pedí flores blancas que fueran perfectas para la entrada y las que trajeron no lo son —da vueltas de un lado a otro quejándose por eso.

    —¡Buenos días! —exclamo en un tono sarcástico, mientras le sonrío a Malik, el bebé de una de las empleadas—. Este niño cada día es más hermoso, Sonia. Deberías pasar la receta —digo entre risas, mientras juego con sus pequeñas manos.

    —¡Chistosa! —comenta mi nana a mis espaldas—. Mejor, cuéntanos si has escrito algo nuevo.

    Si soy sincera siempre he amado la escritura, pero lamentablemente en mi familia no hay espacio para eso.

    —No, la verdad no he podido, tengo eso que llaman bloqueo de escritor —murmuro.

    —No te desanimes, cariño. Eres muy buena en lo que haces, aunque lo debas hacer de manera anónima —dice sirviéndome el desayuno.

    Sí, escribo en formato anónima desde los doce años. A decir verdad, no me quejo de ello, puede que me pierda de muchas cosas por ser un fantasma en el mundo literario, pero me convertiría en cenizas, si mi mamá leyera algo de lo que escribo.

    —Karen... Karen, ¿dónde diablos andas? —pregunta mi madre alterada desde la sala de estar.

    —Vengo en un momento, nana —digo saliendo de la cocina.

    —¿Qué deseas madre? —digo sin ánimos.

    —Primero quítate ese abrigo tan horroroso y segundo llega tarde hoy a la casa. Tengo una cena con tus hermanos y algunas personas importantes que no deberían verte —las últimas frases las dice tranquila, para luego depositar un beso en mi frente. Aquí vamos con la manipulación de nuevo.

    —Sabes que solo hago esto por tu bien, fantasmita. Además, no quiero recordarte que no sabes comer langosta —alega para luego voltearse e irse en dirección al jardín.

    ¿Cuándo será el día en que no me lastime? ¿Cuánto debo esperar? ¿En qué momento los abusos cesarán? ¿Cuándo lo entenderán? Estoy harta de esconderme y de pensar. De tener que ser el fantasma de alguien más. Ni hablar, de las veces en que mi alfombra se vuelve una laguna de lágrimas.

    Las palabras de Azucena, mi madre, siempre me han dejado en la oscuridad. Sus mandatos y la forma en la que se expresa cuando alguien pregunta por mí siempre me romperán. Todos se preguntan: ¿por qué no te vas? Sería la opción más fácil o eso piensa quien no lo vive.

    Por años he sido muy dependiente emocionalmente de los demás. Intentando buscar ese amor que mi progenitora jamás me supo dar ni me dará. Con el paso de los años me dejó de afectar ser el fantasmita de la familia Montenegro. ¿Irme? Siempre lo he deseado, pero la fortuna que mi padre y mi abuelo me dejaron de herencia me obliga a estar al lado de los seres que más odio emanan.

    —Hasta que yo lo dictamine no verás ni un centavo de esa herencia. Recuerda que eres una inservible y en menos de una semana perderás todo cariño.

    El no tener dieciocho años es otro factor que tampoco ayuda haciendo que mi alma quede amarrada a esta cuna de oro que siempre me ha asfixiado.

    Capítulo 2

    Karen

    Son las ocho y veintidós de la mañana y estoy detrás de aquellas bancas que me dejan vista al árbol de forma rara donde se esconde mi chico gris. El libro sobre mi falda es solo un disimulo. Aunque en todo este tiempo jamás haya volteado, siempre he tenido un plan para el día en que note mi presencia.

    Puede sonar raro, pero jamás me he acercado ni cuando supe que él era quien me arrojaba agua, cuando pateó mi mochila, ni hablar de la mañana en primer año donde una maestra lo obligó a sentarse en mi mesa. Recuerdo perfecto cómo mis mejillas bronceadas ardían y lo nerviosa que estuve mientras creaba falsos escenarios en mi mente.

    El sonido de mi móvil hace que sobresalte y me asuste, ya que mi concentración está en mis pensamientos. Doy un toque en la pantalla y el nombre de Ariana sale en ella junto con mi horrorosa cara, ya que es una videollamada.

    Rápidamente, paso mis manos sobre mi cabello para no parecer deambulante y contesto.

    —¿Cómo estás? —pregunta acomodando el móvil sobre una superficie.

    —Estoy muy bien, gracias por preguntar. —Tomo algunas papas fritas y las llevo a mi boca esperando respuesta.

    —Bueno, maleducada, yo también estoy muy bien. —Niego con la cabeza y en un disimulo miro hacia mi izquierda notando algo extraño en Evans.

    ¿Está llorando? No, es imposible. Sí sé que está muy roto y que también cuando analizo su firma me doy cuenta de que tiene momy issues, pero jamás pensé que lo vería llorar.

    Las ganas de correr, abrazarlo y decirle que estoy para él si así lo desea se están aproximando en mi mente. Pero en el fondo todos sabemos que nunca sería capaz, solo soy un fantasma inservible.

    —Por acá Adriana llamando a calabaza rayada —comenta y me acuerdo de que estoy en videollamada.

    —Estoy aquí, oruga... solo... nada tengo clase, te llamo luego. —Tranco la llamada sin esperar que diga algo. Dirijo mi mirada hacia él.

    En todo este tiempo jamás he visto gotitas salir de sus ojos y verlas hoy me impacta contundente, es un choque de realidad.

    —¿Qué hace aquí, señorita Montenegro? —pregunta la maestra de Álgebra. Rápidamente, pienso en él y en que si ella lo ve será castigado.

    —¡Ahh! —chillo alto, mirándola—. ¡Qué susto me ha pegado! —grito lo más alto posible asegurándome de que Evans me escuche. Mi plan tiene éxito o eso creo, ya que al escucharlo se resguarda detrás del árbol, ya que anteriormente estaba sobre una raíz muy fina donde sería visto por la maestra.

    —Yo lo

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1