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Ouija, Vasos que andan
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Libro electrónico199 páginas2 horas

Ouija, Vasos que andan

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Este libro aborda los peligros de invocar espíritus a través de objetos como ouijas, copas, péndulos, plataformas, etc.

Muchas son las historias entrelazadas, destacando la de la joven Nely, quien termina siendo inducida por espíritus inferiores. Una h

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 ago 2023
ISBN9781088239131
Ouija, Vasos que andan

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    Ouija, Vasos que andan - Vera Lúcia Marinzeck de Carvalho

    Prefacio

    En cierta ciudad del interior, en una Feria del Libro Espírita, un grupo de damas y otros acompañantes responsables del evento conversan, preocupados, por el tema del momento: el juego que jugaban, con anteojos, unos jóvenes del lugar, en la invocación de los espíritus. Incluso en las escuelas, la gente desprevenida ya se reunía para, entre clases, hacer sus preguntas por curiosidad. Un equipo espiritual que brindaba asistencia a las obras de la Feria del Libro, se preocupó por el problema por el peligro que tal actividad puede traer a los incautos que se dedican a la aparentemente inofensiva acción de jugar a invocar a los espíritus. El mal es que sólo los espíritus inferiores e ignorantes se prestan a este tipo de invocaciones. Los buenos espíritus nunca están dispuestos a hacer eso. Y los espíritus inferiores, malignos e ignorantes, apareciendo en las sesiones de invocación, mienten, mistifican, incluso asumiendo una identidad falsa, para satisfacer la curiosidad de los desprevenidos.

    Responden a lo que se les pregunta, hacen predicciones y dan consejos, participando en el juego. Sin embargo, al juzgarse acreedores de los participantes que los invocan a su servicio, hacen duras y dolorosas exigencias por el trabajo prestado. Estos espíritus, portadores de fluidos pesados y negativos, infestan el ambiente al que se presentan. Si les gusta el lugar y los residentes, se quedan allí, convirtiéndose en parte de la vida de la familia, provocando todo tipo de desequilibrios e influencias nocivas. Inducen a los jóvenes a consumir drogas para que puedan vampirizarlas; se divierten con las travesuras de mal gusto que les hacen a los encarnados desprotegidos; y creen que tienen derecho a usar y abusar de todo y de todos porque han sido llamados a prestar servicios.

    Antônio Carlos y su equipo acompañan a muchos de los involucrados en los juegos de los vasos que andan y tienen la oportunidad de presenciar la acción deletérea de los espíritus inferiores invocados.

    Señalan muchos casos de obsesión y buscan intervenir a favor de los afectados, en una difícil y espinosa tarea de apoyo y reparación.

    Muchas son las historias entonces contadas. Incluido el caso de la joven Nely que es inducida a matar a su propio padre, ¡y luego a suicidarse!

    João Duarte de Castro

    Primera Parte

    En una ciudad tranquila y hermosa, se realizó otra Feria del Libro Espírita. La cálida tarde de agosto contribuyó al movimiento de la gente, que conversaba alegre, intercambiando ideas sobre la Doctrina Espírita. Un grupo de simpáticas señoras conversaban con amistad y respeto sobre el tema que les preocupaba:

    - Muchos de nuestros jóvenes, desinformados, toman a broma algo que no saben, y lo hacen con la ayuda de muchos adultos - dijo Concepción, muy preocupada. - Incluso en las escuelas, se están reuniendo entre clases, para preguntar sobre curiosidades.

    - ¡Y cada barbaridad pasa! Se dice que preguntan por fechas de desencarnación y obtienen respuestas, ¡y que incluso forman palabras obscenas! - comentó María Luiza, no menos preocupada.

    - Trato, siempre que sea posible, de educar a la gente sobre lo que realmente es el juego de la copa, que no es para bromear.

    Me gustaría recomendar a estos jóvenes un libro sobre el tema, pero no conozco ninguno - dice Solange.

    - La literatura espírita es vasta - dice Toñita, estudiosa, conocedora de la Doctrina Espírita. - La verdad es que no tengo conocimiento de un libro específico sobre el tema. ¿No podríamos pedirle a Antônio Carlos que escribiera uno?

    - Sería muy interesante un libro que narrara los hechos del otro lado, en el plano espiritual, sobre este chiste tan de moda - concluye Solange.

    - Creo que te preocupas mucho - dice Claudete con optimismo.

    - Esta broma está haciendo que muchas personas pasen por apuros y miedos. Juegan con lo que no saben y luego empiezan a temer las consecuencias. Esto ha llevado a muchas personas a pedirnos que trabajemos con jóvenes encarnados desde hace mucho tiempo y, conociéndolos bien, sabemos que, la mayoría de las veces, lo hacen por hacer, o por participar, por curiosidad, o incluso para ser amable con la clase. Sin embargo, aquellos que son más sensibles son los más afectados. Este juego se ha realizado muy a menudo, es en la ola, como dicen los niños.

    - Los adultos también están lidiando con eso, aunque en menor número. Quieren una solución a sus problemas, intentan entrometerse en la vida de otras personas o, aun, buscan saber sobre el futuro, como si nosotros, los desencarnados, pudiéramos saber y responder sobre lo que está por venir. Muchos piensan que solo porque desencarnamos, lo sabemos todo y, aun, que hasta podemos convertirnos en adivinos.

    - ¡El futuro depende mucho del libre albedrío de cada uno! - suspira Lucía.

    - Bueno - dice Mateo -, si tú, Antônio Carlos, estás interesado, podemos, pronto, llevarte a ver un juego de vidrio. Verás grupos de espíritus desencarnados desocupados respondiendo durante un fenómeno mediúmnico, a través de un objeto, en este caso un simple vaso de vidrio, a grupos de encarnados temerarios que ignoran el peligro que corren en esas horas en que se divierten.

    - Acepto y gracias.

    El trabajo en el lado espiritual, en la Feria del Libro Espírita, fue realizado por horario, por turnos, como hacían los encarnados. Y no faltaron tareas. El equipo de los encarnados no solo vendía libros, sino que orientaba a muchas personas, con consejos sensatos y amables, e incluso escuchaba los problemas de muchos pacientes, siempre tratando de ayudar.

    Los trabajadores desencarnados eran de un equipo que acompaña las Ferias del Libro Espírita en todo Brasil. Son educados y acostumbrados a este trabajo, siendo uno de sus objetivos la alegría y felicidad de todos. Otro equipo estaba formado por espíritus que trabajan en el espacio espiritual de la ciudad, como amigos que conversaban. En este equipo participaron rescatistas de tres grupos, que incluían a los encarnados que trabajaban allí.

    Los espíritus dieron pases a todas las personas y, aun así, ayudaron a otros desencarnados que sufrían. Muchos vinieron a la tienda. Algunos acompañaban a los compradores encarnados o incluso buscaban ayuda para sus dolencias. Hubo quienes se comportaron como compradores, seguros que estaban encarnados. Luego eran enviados a los Puestos de Socorro o a los Centros Espíritas para ser orientados.

    La mayor preocupación fue con los ataques de los espíritus adversos al bien, que persiguen la difusión de la verdad. Porque, como dijo Jesús: "Conoceréis la Verdad, y ella os hará libres." Estas entidades ven en la Feria del Libro Espírita una enorme fuerza que las está conquistando. Por eso los equipos siempre atentos en defensa, siempre alegres e irradiando paz.

    Fue con gran placer que me quedé en la tienda, esperando a los amigos, mientras observaba el movimiento. Se acercaron tres jóvenes. Eran chicas bonitas, pero estaban inhibidas. Comenzaron a mirar los libros en exhibición y susurraron.

    Los acompañaba una señora desencarnada, quien nos saludó y explicó:

    - Marina, mi nieta, vino aquí inducida por mí. Las demás son amiguitas, y tienen curiosidad por participar en el vaso que camina.

    Me preocupo por Marina, ella es dulce y amable, pero siendo un médium y participando en una actividad, donde están presentes espíritus juguetones, temo que uno de ellos se convierta en su compañía y la perjudique.

    José Luiz, quien en ese momento estaba recibiendo a las personas y guiándolas en la compra de libros, las saludó y les preguntó:

    - ¿Qué libros prefieres? ¿Romances?

    - ¿Podrías respondernos algo? – Pregunta Marina. Ni siquiera esperó una respuesta y continuó:

    - ¿El juego del vaso que anda es espiritista?

    - El Espiritismo es una Doctrina que enseña sólo el bien, la modificación íntima de las personas, haciéndolas mejores. Es una religión seria que proporciona a sus seguidores estudio y guía. Y, respondiendo a su pregunta, este entretenimiento no es espírita, el vaso que camina es solo un fenómeno mediúmnico.

    - ¡Hmm...! - Suspiró Marina.

    José Luiz entendió que no había sido bien entendido y explicó más claramente:

    - No, hija mía, este juego no es Espiritismo, pero nosotros, espíritas, entendemos que los muertos del cuerpo, vivos en espíritu, o como se les suele llamar fantasmas, apariciones, pueden venir a jugar cuando se les llame. ¿Comprendes?

    -¡Avemaría! ¿Son demonios? - Exclamó una de ellas. Se asustaron y, atentos, escucharon las explicaciones de José Luiz:

    - Desencarnados son los que viven sin cuerpo físico, son los vivos, cuyos cuerpos han muerto. Seguimos siendo en el Más Allá lo que éramos aquí. Las personas serias y ocupadas no pierden el tiempo.

    Los buenos espíritus no participan en los fenómenos mediúmnicos que no apuntan al bien. Los espíritus que no tienen nada que hacer participan en estos juegos, están ociosos y juegan con la gente por diversión. Muchos de ellos pueden ser malos o demonios, como tú dices, pero demonios son también nuestros hermanos que, en este momento, no conocen el bien y se han apartado de Dios...

    - ¿Por qué quieres participar en esta diversión? - pregunta Solange, quien se había acercado y estaba escuchando la conversación.

    - Para saber sobre el futuro - respondió una de ellas -. Si me voy a casar, si voy a estudiar...

    - Solo Dios sabe sobre el futuro - responde Solange -. Estos espíritus frívolos contestan lo que les viene a la mente, sin importarles la verdad. Mienten y se divierten. Entonces son las almas de los muertos, ¿no tienes miedo?

    Porque deben temer a los que participan en este juego. ¡Es por eso que no deberías divertirte con el vaso que anda!

    - ¡Yo no voy!

    - ¡Ni yo!

    - No sé, ¡y si viene un demonio y se queda con nosotros! Puede pasar, ¿no? Mi padre dijo que puede... ¡Tengo miedo!

    - Este es el gran peligro - concluye José Luiz -, que algún espíritu maligno se quede con ustedes y perturbe su vidas.

    Se interesaron por algunos libros y preguntaron por el precio.

    - ¡Qué precio tan bajo! ¿Eso es todo? - exclamó Marina -. ¡Nunca había visto un libro tan barato!

    - Es que la Literatura Espírita no tiene fin de lucro, porque su objetivo es instruir, informar y ayudar a la gente - sonrió Solange.

    Las niñas compraron algunos libros y se fueron con la decisión de no participar en el juego de la ouija. La abuela desencarnada, aliviada, les dio las gracias y se fue con ellas.

    Una señora, acompañada por un espíritu, llegó a la tienda.

    Cuando el desencarnado vio a Claudete, no se acercó, siguió mirando de lejos. La señora saludó al asistente y luego se quejó:

    - ¡Doña Claudete, me siento otra vez mal, desanimada, con dolor de cabeza y cansancio!

    La profesora Claudete la animó, sonrió y, como si hablara con uno de sus alumnos, la aconsejó, indicándole algunos libros que podrían ayudarla mucho.

    - ¡Este espíritu, un caballero sin cuerpo, ya ha sido enviado tres veces al Puesto de Socorro, pero no ayuda! - María nos informó.

    - ¿Por qué no te quedas en un lugar tan bonito y agradable como el puesto? - Pregunta Lucía.

    Nos acercamos a él, quien nos miró con recelo y habló rápidamente:

    - Yo no hice nada, estoy tranquilo. Solo miro...

    - Lo sabemos - dijo Mateo con calma -, ¡solo queremos saber por qué no te quedas en el Puesto de Socorro!

    - Bueno, ahí hay mucha disciplina, mucho orden que tenemos que obedecer, yo no puedo ni fumar...

    - Sin embargo, allí se curó y no siente dolor, hay una cama cómoda y comida.

    - Comida sin carne - respondió exigiendo -, me curan, pero pronto me enfermo de nuevo.

    - Ya sabes que tu cuerpo ha muerto, y cuando tratas de vivir como si estuvieras encarnado, vuelves a sentir los síntomas que tenías, y te enfermas. Sin embargo, ¡estás vampirizando a tu esposa!

    - Bien dicho, querida, mi mujer y no la tuya. Vivimos bien de esta manera.

    - Tu esposa no lo cree así, porque constantemente se queja de tus malos fluidos.

    - Ella es así, se queja de todo.

    Dejó de hablar, salió lentamente, dio unos pasos y se perdió de vista.

    - Siempre me ha parecido extraño que los desencarnados abandonen los Puestos de Socorro - dijo Lucía -. Este caballero prefiere deambular, no queriendo disciplinarse.

    - Los gustos difieren - explica Mateo -, no a todo el mundo le gusta el amarillo. En el Umbral encontramos mucho sufrimiento, en los horrores del cautiverio, en los que sufren en el remordimiento y también en la práctica de vicios de todo tipo. Lo que puede ser feo, triste y malo para algunos, como deambular o vivir en el Umbral, puede ser una elección para otros. Lo que para tantos es un paraíso soñado, como las Colonias, Puestos de Socorro, para muchos es un lugar desagradable. Problema de afinidad. Las Colonias Espirituales y los Puestos de Socorro son lugares de disciplina, de orden, donde no se conservan los vicios, pero se aprende la moral cristiana y la utilidad. Hay quienes solo quieren recibir y, peor aun, exigir, sin dar valor a quienes les sirven. Sin embargo, no todos los que regresan de un Puesto de Socorro lo creen así, porque la añoranza duele. Si queremos buenos lugares, tenemos que sintonizarnos con ellos ahora, siendo simples y puros, como los que viven allí.

    - ¿Qué pasará con este señor? – Pregunta Lucía.

    - Empezó a sentirse parte de su desesperación. No quiere suicidarse, pero se siente tentado. Lo piensa mucho y le teme.

    Y, para nuestro asombro, el joven habló a las damas:

    - Desde que jugué el juego del vaso que camina en casa, me siento así, angustiado, afligido, con dolores de estómago, sin poder dormir bien, y parece que escucho: ¡Suicida! ¡Suicida! No quiero eso, señoras, no lo quiero. Sé que quien se suicida va al Infierno. Yo creo en Dios y no puedo hacer eso, y no puedo ir al Infierno.

    - Quien practica este acto realmente sufre mucho, ¡pero Dios es demasiado bueno, y el castigo eterno no existe! Como el sufrimiento es grande, parece que el tiempo no pasa y, por eso, se cree que el sufrimiento es eterno. No debes pensar más en eso - le dijo Hilda.

    - Tienes que tomar pases, leer el Evangelio - dijo cariñosamente María Luíza -. Le proporcionaremos los lugares y días de reunión.

    - Te voy a mostrar algunos libros y, cuando los estudies, no pensarás más en eso - explica Toñita -. Necesitas orar, pedirle a Dios que te ayude a alejar estas ideas de ti.

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