MISTERIOS HISTÓRICOS. La verdad que se esconde tras los sucesos y conspiraciones más desconcertantes del mundo revelados - ¡Intervenciones alucinantes de cuatro misterios de la historia y teorías de la conspiración!

Por Antonio Martínez

Adéntrese en la historia y descubra la verdad que hay detrás de algunos de los mayores misterios que han sorprendido a la humanidad. La verdad real está en algún lugar ahí fuera, y depende de nosotros encontrarla... En nuestra época, las teorías de la conspiración se han hecho cada vez más populares entre un amplio público. Las teorías de la conspiración ofrecen explicaciones alternativas de acontecimientos o situaciones. Como tales, se oponen a lo que se cree que es verdad. Cuando se trata de teorías de la conspiración, nada está fuera de los límites. Estas teorías pueden incluir narraciones sobre todo lo imaginable, desde los extraterrestres hasta el control mental. Sin embargo, las teorías conspirativas históricas son bastante interesantes, ya que subvierten todas nuestras expectativas. En primer lugar, subvierten nuestra comprensión de la historia al hacernos cuestionar lo que creíamos que era cierto. En segundo lugar, estas teorías nos hacen preguntarnos sobre el impacto que tuvieron estos misterios en la configuración del mundo actual. Con el libro Los misterios de la historia, la autora Bernadine Christner le ofrece un montón de contenidos atractivos y únicos que arrojarán nueva luz sobre algunas de las más grandes figuras históricas. Al reexaminar algunos de los misterios más populares, este libro le ayudará a distinguir entre los hechos históricos y la ficción. Este libro le mostrará la verdad real detrás de: - El asesinato de Escovedo - el asesinato de Juan de Escovedo, el secretario del famoso hermano natural de Felipe, Don Juan de Austria - El Misterio de los Kirks - la enigmática Iglesia que ha dejado perplejos a los ingleses desde su existencia - La Conspiración de los Gowrie - el desarrollo de los extraños acontecimientos también conocidos como "El asesinato de los Ruthvens - El Misterio de Campden - una historia en la que una familia entera fue ahorcada por el asesinato de su amo cuando, en realidad, el amo estaba bien y vivo ¿Quiere conocer la verdad que se esconde detrás de algunos de los mayores misterios históricos que han sacudido al mundo entero? Entonces, ¡no busque más que este libro! Este libro está lleno de jugosos detalles sobre algunos de los más intrincados misterios históricos que involucraron a algunas grandes figuras históricas. Sumérgete en el mundo de los misterios históricos y prepárate para ver una perspectiva única de la historia del mundo. ¿A qué espera?

• Idioma: Español
• Editorial: Youcanprint
• Fecha de lanzamiento: 5 ago 2022
• ISBN: 9791221412970

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

EL ASESINATO DE ESCOVEDO

MISTERIO DE LOS KIRKS

LA CONSPIRACIÓN DE GOWRIE

EL MISTERIO DE CAMPDEN

MISTERIOS HISTÓRICOS

La verdad que se esconde tras los sucesos y conspiraciones más desconcertantes del mundo revelados - ¡Intervenciones alucinantes de cuatro misterios de la historia y teorías de la conspiración!

Antonio Martínez

EL ASESINATO DE ESCOVEDO

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cualquier hombre puede atribuir su caída a un asesinato, del que, tal vez, pensó muy poco en su momento", escribe De Quincey. Este comentario se refiere especialmente a Felipe II de España, su secretario, Antonio Pérez, el mayordomo de Pérez, su paje y varios rufianes profesionales. Desde el Rey hasta su escudero, todos estuvieron involucrados en el asesinato de Juan de Escovedo, el secretario del afamado hermano natural de Felipe, Don Juan de Austria. Todos ellos, en mayor o menor medida, tenían profundas razones para lamentar una acción que en aquel momento parecía un hecho político rutinario.

El misterio en el caso de Escovedo no es ni el método en que desapareció ni la identidad de sus asesinos. Estos hechos son ampliamente conocidos; las identidades de los responsables, desde el Rey hasta el bravo, son conocidas. Sin embargo, la oscuridad oscurece las motivaciones de la acción. ¿Por qué fue ejecutado Escovedo? ¿Lo mató el Rey por motivos meramente políticos, insuficientes en primer lugar, pero inflados por la sospechosa fantasía real? ¿O fueron el secretario de Felipe II y el monarca de España competidores por el amor de una tuerta de alto rango? ¿Y el secretario, Pérez, persuadió a Felipe para que ordenara el asesinato de Escovedo porque éste amenazaba con divulgar su malvada trama al Rey? Con diferentes grados de acuerdo, Sir William Stirling-Maxwell y Monsieur Mignet aceptaron esta interpretación. El Sr. Froude, en cambio, creía que Felipe actuó por motivos políticos y con el pleno consentimiento de su conciencia mal informada. Según el Sr. Froude, no había ninguna mujer como motivación en el caso. Una tercera posibilidad es que Felipe quisiera matar a Escovedo por motivos políticos, sin tener en cuenta el sensible afecto. Sin embargo, Felipe se mostró vacilante e indeciso, mientras que Pérez, que temía la implicación de Escovedo en su relación amorosa, espoleó a su real señor para que cometiera el crimen que estaba evitando. Puede que nunca sepamos toda la verdad, pero podemos estudiar un estado de la moral y las costumbres en Madrid que hace que las torpes tragedias de Holyrood en tiempos de la reina María parezcan un juego de niños. Cuando se ponen en contra de los instrumentos de Felipe II, los corderos de Bothwell son vivaces y compasivos.

Escovedo, el asesinado, y Antonio Pérez, el primer asesino de Shakespeare, habían sido educados al servicio de Ruy Gómez, el afamado ministro de Felipe. Gómez tenía una esposa, Aa de Mendoza, que, habiendo nacido en 1546, tenía treinta y dos años, no treinta y ocho (como afirma M. Mignet) cuando Escovedo fue asesinado en 1578. Sin embargo, 1546 podría ser una errata para 1540. Estaba ciega de un ojo en 1578, pero sus dos ojos estaban sin duda brillantes en 1567, cuando parece que era la amante de Felipe o se suponía que lo era. Once años más tarde, en el momento del asesinato, no hay ninguna razón para creer que Felipe seguía siendo susceptible a sus encantos. Su marido, el príncipe d'Eboli, había muerto en 1573 (o, como dice el Sr. Froude, en 1567); la princesa era ahora viuda, y si decidió distinguir al antiguo secretario de su marido, en esta fecha el secretario del Rey, Antonio Pérez, no parece haber razón para suponer que Felipe se hubiera molestado por el asunto. La opinión de M. Mignet sobre la causa suficiente del asesinato de Escovedo es que él seguía amando a Aa con una fidelidad no real, que ella amaba a Pérez, y que ella y Pérez temían que Escovedo los traicionara ante el Rey. Mignet, en cambio, cree, y con razón, que Felipe había tomado la decisión, hasta donde lo hizo, de asesinar a Escovedo mucho antes de que ese diplomático se convirtiera en un incómodo espía de los supuestos amantes.

Para elevar las cosas al nivel trágico de la Fdra de Eurípides, se creía que Pérez era el hijo natural de su difunto jefe, Gómez, el cónyuge de su supuesta amante. Lo más probable es que Pérez no fuera nada de eso; era el bastardo de un hombre de su nombre. Su supuesta amante, la viuda de Gómez, puede incluso haber difundido la otra historia para establecer que sus vínculos con Pérez, aunque personales, eran inocentes. ¡Son un grupo encantador de gente!

Escovedo y Pérez fueron amigos desde que eran niños. Mientras Pérez pasaba del servicio de Gómez al de Felipe, Escovedo fue nombrado secretario del noblemente atrevido Don Juan de Austria en 1572. La Corte pensó que debía ser un espía de Don Juan, pero sucumbió a los encantos de aquel valiente corazón y aceptó de buen grado, cuando no inspiró, los más audaces designios del vencedor de Lepanto, la Espada de la Cristiandad. Esto resultaba muy incómodo para el plomizo Felipe, que nunca tomaba el tiempo por las astas, sino que rumiaba proyectos y dejaba pasar oportunidades. Don Juan, por el contrario, era todo un experto en presionar el juego. Cuando fue enviado a tentar y conciliar en los Países Bajos y a retirar el ejército de ocupación español, planeó trasladar a los españoles fuera de los Países Bajos por vía fluvial. Descendería a Inglaterra una vez que estuvieran en el mar azul, rescataría a la prisionera María Estuardo, se casaría con ella (¡no tenía miedo! ), restablecería la fe católica y asumiría la corona inglesa. Un plan sólido, autorizado por el Papa, pero que no encajaba en la mente de Felipe. Puso su pie de plomo en el concepto y en varias otras valientes empresas diseñadas en la mejor tradición de Alexandre Dumas. Ahora bien, a quien Don Juan estaba devotamente unido, Escovedo era la esencia de todos estos planes caballerescos, y Felipe lo veía como una persona muy peligrosa en consecuencia.

Cuando Don Juan visitó por primera vez los Países Bajos, Escovedo estaba en Madrid (1576). Insistió en presionar a Felipe para que adoptara las ardientes sugerencias de don Juan, a pesar de las peticiones de Antonio Pérez de que tuviera cuidado. Pérez era el compañero de Escovedo en este día de 1576. Pero Escovedo no se dejó aconsejar; en su lugar, envió una agitada carta al Rey, criticando su política descosida ( descosido ), dilatada, vacilante y sin operaciones. Según el Juan de Austria de Sir William Stirling-Don Maxwell, el término empleado por Escovedo era descosido, sin coser. Sin