La niña que llego del mar

Por Sylma Garcia y Gabriela Vazquez

Una novela de grado medio llena de aventuras e intriga que trata el tema de la migraciÓn humana actual. Es una hermosa historia de amistad en tiempos de adversidad que invita a los lectores a reflexionar sobre el impacto que pueden tener las decisiones tomadas con base en la empatÍa y la solidaridad cuando nos atrevemos a tomarlas.

A middle-grade novel full of adventures and intrigue that deals with the topic of modern-day human migration. It is a beautiful story of friendship in times of adversity that invites readers to reflect on the impact that decisions made based on empathy and solidarity can have when we dare to make them.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Destellos
• Fecha de lanzamiento: 30 jun 2022
• ISBN: 9781958479025

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Un ruido de pasos rápidos despertó a Mariana en la madrugada. Al asomarse a la ventana de su cuarto, vio una columna de luz intensa en el cielo. Se movía en todas direcciones sobre la tierra y el mar. Parecía una linterna gigante. No le sorprendió. Sabía que era la luz de un helicóptero. Ya la había visto antes. También había escuchado el sonido constante de sus hélices. La primera vez se asustó tanto que corrió a esconderse bajo la cama de sus papás. Su gato amarillo, Pirata, se acurrucó con ella. En ese momento pensó que se trataba de extraterrestres como los que había visto alguna vez en televisión. Creyó que lo que divisaba era una nave espacial. Para calmarla, su papá le contó que por la playa donde ellos vivían llegaban a veces personas de Haití y la República Dominicana. Venían a Puerto Rico buscando una vida mejor para ellos y sus familias. Tenían que viajar a escondidas, le explicó, aunque ella no entendía el por qué. Llegaban en unos barquitos, llamados yolas, protegidos por la oscuridad de la noche. La Policía los buscaba con su helicóptero para enviarlos de regreso a su país. Ella sintió tristeza al saber que los hacían volver después de tanto esfuerzo.

A sus diez años, Mariana nunca había visto a estos visitantes misteriosos de la isla vecina. Se los imaginaba como hombres altos y fuertes, para poder enfrentar esa aventura llena de peligros. A ella le daría mucho miedo navegar en esos barcos tan débiles. Las olas podían virar las yolas y había muchos tiburones por el área. Recordaba que su familia y ella habían viajado una vez en lancha a la isla de Mona. Cuando pasaron por el canal, el oleaje casi vira la embarcación. Tuvo mucho miedo de morir ahogada. Por eso, sabía bien a lo que se enfrentaban los viajeros dominicanos y haitianos en esa zona marina. En algunos paseos mañaneros con su padre, veía las yolas abandonadas en la playa. Eran chiquitas, no como el barco en que ella había viajado, que, siendo mucho más grande, se había tambaleado fuerte sobre las olas del canal. Mientras pensaba en todas estas cosas, se asomaba a la ventana por si alguno de aquellos hombres valientes pasaba por su