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En pos de la humanidad
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Libro electrónico847 páginas12 horas

En pos de la humanidad

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En el año 5999, la pareja formada por Tau y Sharon es reclutada para trabajar en la que se conoce como zona cero, a las órdenes del doctor Fermión, y completar su entrenamiento y una serie de arriesgadas misiones primero en la Luna y después en Marte y Titán. Mientras tanto, los adolescentes Rea y Top deberán decidir qué hacer con su futuro en un planeta Tierra que contra todo pronóstico ha sobrevivido al colapso. En pos de la humanidad eterna combina la ciencia ficción con la distopía, ese espacio narrativo que permite fantasear con futuros posibles y con presentes paralelos, pero que sobre todo da la oportunidad de reflexionar, desde la ficción, sobre el mundo real desde el que se escribe y se lee. ¿Podrán milenios de avances tecnológicos hacer mejor a la especie humana, o hay cosas en su naturaleza que siempre permanecerán inmutables?
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 abr 2022
ISBN9788411148238
En pos de la humanidad

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    En pos de la humanidad - Josep Martínez Alcalá

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    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Josep Martínez Alcalá

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1114-823-8

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    PRÓLOGO

    Hay momentos en la historia en los que el presente es tan inverosímil que resulta difícil traducirlo a la ficción. Es entonces cuando la literatura se ve obligada, o bien a resguardarse en el territorio conocido del pasado, o bien a aventurarse a dar un salto hacia un futuro que vuelva a dejar espacio a la imaginación. El que atravesamos hoy en día es sin duda uno de estos momentos: el mundo paralizado por una pandemia, la amenaza constante de nuevos conflictos bélicos a gran escala, y el —al menos en apariencia— inevitable colapso ambiental que cada vez está más cerca. Cualquier ficción que busque hoy abordar el porvenir incierto de la humanidad deberá por fuerza estar atravesada por las grandes preguntas del género de ciencia ficción y de la narrativa distópica: ¿hasta cuándo seguirá siendo compatible la vida como la conocemos con el crecimiento demográfico descontrolado y el agotamiento de los recursos energéticos de la Tierra? ¿Cuáles son las ventajas y los riesgos del acelerado avance de la tecnología? ¿Qué retos inesperados traerán el desarrollo de la inteligencia artificial y la exploración espacial? ¿Llegará el momento en el que la vida en nuestro planeta sea insostenible y tengamos que buscar un nuevo hogar? Como auguró Stephen Hawking: «Los humanos debemos salir de la Tierra si queremos sobrevivir como especie». Y si llega el caso, ¿seremos los únicos ahí fuera que lo estemos haciendo?

    Todos estos interrogantes se abordan en la novela En pos de la humanidad eterna, donde la raza humana ha logrado sobrevivirnos otros tres milenios, en apariencia enmendando los errores y excesos que a nosotros, lectores presentes, parecen estar conduciéndonos a la desaparición. El alivio momentáneo que sentimos en las primeras páginas por poder imaginar un futuro esperanzador empieza no obstante a enturbiarse según avanza la lectura. Algunos de los personajes humanos que se nos van presentando siguen alimentando su ambición recurriendo al engaño, la corrupción, la traición y la mentira; las relaciones interpersonales parecen seguir tintadas de los mismos sesgos de género, etc. Muchos humanos del año 6000 parecen tan incapaces como nosotros de escapar a ciertas pulsiones. Como el título de la novela sugiere, quizás la humanidad logre ser eterna; sin embargo su autor no nos permite olvidar que siempre es difícil, incluso en el espacio que nos presta la ficción, imaginar a un ser humano del mañana diferente del de hoy, desprovisto de maldad y trabajando por vivir en armonía con sus semejantes. Al completar la lectura, será tarea del lector resolver si el haber sobrevivido, esta eternidad, supone una bendición o una condena. Quizás concuerde con Luis Yslas Prado cuando dice: «así que esto era el fin del mundo: seguir aquí».

    Clara Martínez

    CAPÍTULO I

    (Tiempos felices)

    Las 7 a. m. de un día de principios de septiembre, el sutil zumbido del comunicador alerta a Top, nombre familiar que le puso su progenitor que se dedica a ciencias del átomo.

    —Hola Rea estoy contento de oírte aunque estoy medio dormido, es la primera noche que ocupo mi burbuja ya tengo doce años y tengo que aplicar todo lo que me han enseñado para ser autosuficiente y vivir con independencia, bueno perdona. ¿Cómo estás tú?

    —Yo estoy bien —contesta Rea con voz alegre— y tú no te preocupes si te sientes desbordado ya sabes que puedes recurrir a tus padres.

    —Esto no lo haré nunca —contesta Top con arrogancia— me sabré valer de sobras por mí mismo.

    —Bueno no te enfades —le contesta Rea con voz conciliadora— estamos en septiembre yo en diciembre cumpliré doce años y me asignarán mi burbuja, tú me ayudarás con tu experiencia. ¡¡¡Ja, ja!!! —Se ríe Rea.

    —Bueno no te rías —contesta Top pero ya muy serio— nos tenemos que ver para preparar todos los temas de primer nivel de esta primera fase.

    —Vale —responde Rea ya sin reírse—. ¿Te parece mañana a las nueve en el roble del parque?

    —Pues vale en el roble del parque hasta mañana corto y me voy a la ducha.

    Top se contempla en el espejo de la ducha, es alto, moreno, delgado pero fuerte y nervudo, su pelo rizado le da un inconfundible toque latino. Todo lo contrario de Rea, rubia algo pecosa, con grandes ojos color acero y algo menuda luce un cuerpo delgado y fuerte con un toque nórdico se adivina en ella una hermosa mujer en un futuro muy próximo.

    Son las 7h 30 minutos a. m. suena la alarma del despertador, pero el titánico esfuerzo de esta máquina solo consigue que Top se dé la vuelta en la cama y siga durmiendo. A las 8h 10 minutos abre los ojos como platos mira el reloj y se sobresalta ipso facto se despierta del todo. Rea lo espera a las nueve, se ha de duchar, desayunar, coger los apuntes y salir disparado al roble del parque, que está muy cerca cuando paseas sin prisas, pero muy lejos cuando no tienes tiempo. Se levanta de un salto sin poder evitar que un pie siga liado en la sábana y le haga perder el equilibrio, para no caer se agarra donde puede ocasionando en el pequeño hábitat un auténtico desastre, se arregla como puede, recoge sus apuntes, se encarama a su bicicleta y empieza a pedalear con fuerza sacando de su cuerpo y de su bicicleta el mayor rendimiento. En realidad está feliz e ilusionado, Rea es su amiga y compañera de la primera fase de los estudios, desde bebés hasta los doce años y hace una semana que no la ve.

    Ya distingue el viejo roble y la figura de Rea sentada, son las 9h 10 minutos.

    A su altura se apea de la bicicleta, Rea le mira fijamente

    —Perdona Rea llego tarde.

    —Ya lo sé. ¿Qué te ha pasado? —responde ella fingiendo enfado.

    Top responde con sinceridad.

    —Me he dormido es la segunda noche que duermo en la burbuja y no me acostumbro a que no venga mamá a despertarme.

    La cristalina risa de Rea le avergüenza le irrita y hace que se arrepienta de su sinceridad.

    —Así que te vales de sobra. ¿Eh? —le recuerda Rea con ironía. Él ya muy serio quizá buscando el consuelo y la compasión de Rea le explica con voz compungida su pequeño desastre.

    —Verás al levantarme deprisa mi pie se lio en la sábana perdí el equilibrio y al intentar agarrarme a algo, tumbé la percha de pie. —Rea empieza a escucharle con ojos tristes pero ahora chispean alegres, imagina la escena y trata de no reír él sigue contando.

    —La percha impactó en el largo mango del cazo con mi sopa de calabaza que estaba en la cocina y la sopa salió catapultada en todas direcciones.

    Aquí Rea ya no puede controlar sus carcajadas lo intenta pero no puede reprimirlas.

    —Eres muy cruel —le espeta Top molesto— tengo un gran problema y tú te ríes. —Rea lo contempla divertida secándose las lágrimas de la risa y le pregunta maliciosa.

    —Oye ¿y estas manchas anaranjadas en tu sayo?

    —Sopa de calabaza —responde él muy serio. A Rea otra vez le ataca la risa y entrecortadamente como le permiten sus irreprimibles carcajadas le propone su ayuda.

    —Mira, vamos a tu burbuja y entre los dos lo arreglamos todo, tú también me ayudas siempre y de paso la veré.

    —De acuerdo —contesta él con un mohín maléfico. Rea sufrirá un poco el motivo de su risa

    El camino desde el roble a la burbuja para Top ya superado el estrés de las prisas es un agradable paseo para los dos charlando de mutuas vivencias y recuerdos y casi sin darse cuenta llegan a la burbuja. Top abre la puerta y Rea contempla desde el umbral el espectáculo. Se le quitan las ganas de reír y tiene un destello de arrepentimiento por su generosa oferta de ayuda

    —Bueno —exclama Rea con voz resignada—. Manos a la obra. La burbuja es un hábitat de una sola pieza que integra una cama individual con cinco grandes cajones en su parte inferior, un armario ropero, un escritorio con dos cajones y una estantería, una cocina con alacena, nevera y lavadora todo en mínima expresión y también un cuarto de aseo con inodoro, lavabo y ducha todo en un espacio muy pequeño con la filosofía de las caravanas de siempre y una percha de pie como galán de noche y principal colaboradora del desastre. Rea contempla el entorno todo manchado de sopa de calabaza incluso la guitarra, el instrumento preferido de Top, y pregunta curiosa.

    —¿Cómo te las has apañado, teniendo un armario y cinco cajones para que toda tu ropa tenga su ración de sopa?

    —Verás —responde él con tono de lógica—. Todo estaba amontonado porque no me decidía lo que tenía que colgar en el armario y lo que tenía que colocar en los cajones.

    Rea le contesta con tono comprensivo:

    —Ya veo ya… Bueno empezaremos por lavar toda la ropa y así tendremos espacio para limpiar lo demás, que aquí no se ha salvado nada. —Y mientras se hacen lavadoras una tras otra van limpiando techo, paredes, suelo, muebles, etc. etc.

    Al rato Rea suspira satisfecha.

    —Ya casi hemos terminado solo falta tu ropa Top dámela.

    —Y qué me pongo —responde él muy turbado— si todo está mojado.

    —Pues no te pones nada —le responde Rea divertida.

    —Es que me da un no sé qué —contesta el casi asustado.

    Rea le responde enérgicamente.

    —¿Pero qué tonterías dices? Desde que nos conocemos y nos conocemos de siempre, en playas y piscinas nos hemos visto desnudos. ¿Qué te pasa?

    —Sí pero… —responde él muy cohibido—. Allí estamos todos desnudos pero aquí es diferente, tú estás vestida.

    —Porque yo no me he rebozado con sopa de calabaza. ¡Dame tu ropa ya! —La voz de Rea es imperiosa y no admite discusión. Top se quita la ropa despacio, Rea la va recogiendo y metiéndola en la lavadora, ya desnudo Top se sienta en la cama acurrucado, Rea no entiende por qué pero le parece que se siente humillado esto la hace sentir triste e incómoda y decide.

    —Mira cuando termine la lavadora pones la ropa a secar, yo me voy y mañana nos vemos para estudiar. ¿Quieres que venga aquí a tu burbuja? Y así no rompes nada.

    —Vale —le contesta él muy bajito.

    Son las 9h de la mañana Top ya está duchado, aseado y toda la burbuja en orden, espera con ilusión la llegada de Rea para desayunar juntos. Aparece Rea rigurosamente puntual como si quisiera resaltar alguna diferencia con alguien. Top que no pilla el detalle, amable y cortés la invita a sentarse.

    —Siéntate mientras yo preparo el desayuno para los dos —le dice jovial. Rea se levanta de un salto y le contesta con alegría.

    —Déjame que te ayude y lo preparamos entre los dos me hace ilusión. —En realidad le aterra la innata predisposición que tiene Top para los desastres, los produce de forma innata y natural—. ¿Qué vamos a preparar? —pregunta Rea muy intrigada.

    —Tengo leche, azúcar, compuesto de cereales, pan tostado, mantequilla, mermelada y zumo de naranja —responde Top con tono de suficiencia.

    —Todo esto me encanta —contesta Rea con énfasis de entusiasmo para darle coba e infundirle confianza.

    El almuerzo transcurre en silencio los dos tienen más hambre que ganas de hablar. Una vez han terminado, Top recoge la mesa y anuncia…

    —Voy a fregar los platos. —Rea lo observa divertida le diría muchas cosas para hacerlo mejor, ella siempre en su casa ha participado intensamente junto a sus padres en las tareas domésticas, está segura de que no quedarán muy limpios, pero calla, Top ya está contemplando su obra la mar de satisfecho. Ella se alegra de no haber dicho nada. En la sobremesa Rea pregunta inquisidora.

    —Top hoy es el tercer día de tu nueva vida aquí en la burbuja. ¿Qué tal te sientes? —A Top le gusta que le haya hecho esta pregunta, queda pensativo y se dispone a contestar.

    —Verás las clases de autosuficiencia parecen muy fáciles pero en la práctica no lo son tanto, me gustaría haber prestado más atención cuando nos lo explicaban, el hábitat de la burbuja es pequeño pero mantenerlo en orden no es fácil en este pequeño espacio dejas algo fuera de su lugar y ya parece un gran desorden y todo lo demás que hay que saber, te duchas y nadie recoge tu ropa sucia si te descuidas o está todo sucio o está todo en la lavadora y no tienes qué ponerte luego está el menú diario desayuno almuerzo y cena tienes que elegirlo cocinarlo y luego fregar los platos y además ordenar la cocina esto siempre después del desayuno, el almuerzo y la cena todo un rollo. Yo en mi casa, con mis padres, lo veía todo fácil ellos lo hacían todo entre los dos, yo colaboraba como podía y siempre estaba todo a punto y perfecto.

    Rea lo escucha divertida con una sonrisa socarrona piensa que a Top le estaban pasando factura las comodidades y atenciones que le prodigara su mamá en casa.

    —Y lo peor —continua Top— es administrarte nos han enseñado en esta primera fase a sumar, restar, multiplicar y dividir, suficiente para calcular lo que podemos gastar y conseguir que los créditos que nos ingresan en el implante cada treinta días no se queden cortos, pedir ayuda es una penalización, luego están los cuidados médicos para pequeñas dolencias, como hacerte un corte o quemarte un dedo o un dolor de cabeza, en el curso te explican lo que tienes que hacer y las medicinas que tienes que comprar, claro cuando llega el caso igual no te acuerdas, con lo fácil que era «mamá me duele la cabeza» por ejemplo y mamá te lo solucionaba. Claro que si hay algún problema grave de salud no es problema, el implante lo detecta lo transmite y aparecen los de urgencias.

    Rea seguía con su sonrisa enigmática como la Gioconda.

    —No te rías —le espetó él— en diciembre tendrás tu burbuja pero yo ya seré un experto y me reiré de ti.

    —Eres muy malo —le contesta Rea con su mordaz ironía.

    —Y tú muy mala —le contesta el con tono amable—, porque sabes que te ayudaré.

    —Top quisiera comentarte algo. —Rea se ha puesto pensativa y nerviosa—. En la clase sobre el tema del conocimiento de la propia personalidad y la convivencia con la sociedad a la que no estuviste porque te llevaron a mostrarte tu burbuja, tuvimos un conferenciante muy especial el doctor Fermión director general del instituto del espacio que abarca las investigaciones en robótica, inteligencia artificial, cibernética, biónica y también biocomputación, entre otras, nos contaron que es un gran sabio cuando lo vi me impresionó y hasta me dio miedo es mayor de setenta años alto muy delgado con el pelo cano largo y despeinado y cuando te mira parece que pueda penetrar en lo profundo de tu mente. He oído comentar a mis padres que nadie sabe nada de los voluntarios que han ingresado en este instituto para participar en las distintas áreas de investigación, nadie ha vuelto a saber de ellos, se dice que el motivo puede ser el que este instituto se encarga también de organizar el relevo de los colonos que están en la Luna, en Marte, lunas de Júpiter y Saturno, se sabe que la estancia del ser humano en estos lugares no debe ser superior a un año por el nefasto efecto en el organismo humano ocasionado por la diferente gravedad.

    »El doctor Fermión nos reiteró la importancia de este tema y para reforzarlo nos esquematizo un poco de historia. Y con voz solemne nos habló del gran desastre que empezó a principios del segundo milenio donde la destrucción ambiental producida por la estúpida gestión de los recursos de la Tierra estuvo a punto de acabar con la vida y el planeta.

    »Fue motivado por falta de un funcionamiento lógico de la sociedad humana de entonces por culpa de la mentalidad que imperaba, la inmensa mayoría de individuos no se identificaban como base de la sociedad, se sentían profundamente desarraigados incluso se desconocían a sí mismos. A partir del tercer milenio, nos contó, se tuvo conciencia que los animales de cualquier especie saben de forma genética quiénes son, cuál es su personalidad básica y cómo deben relacionarse con el conjunto de su especie, consiguiendo la armonía y estabilidad social de la especie. Algunos ejemplos de sociedades radicalmente perfectas son las abejas, las hormigas y las avispas.

    »Y que los seres humanos no nacen con estos conocimientos, tienen que aprenderlos.

    »A partir de entonces mejoró la sociedad humana, se regeneró el planeta y las especies de la biodiversidad, animales y plantas, además se ha sabido mantener el nivel demográfico de cuatro mil millones de humanos y se ha conseguido un gran avance científico y tecnológico.

    »Nos dijo muy solemne que por esto el tema era tan importante. Seguidamente nos propuso un tema de convivencia, advirtiendo que a nosotros nos parecería muy simple pero a él le interesaban nuestras respuestas. El doctor Fermión Nos eligió a dedo a mí y a mis amigas Hydra, Sepna y a mi amigo Styx y empezó con el relato.

    »Viajamos en un transporte local, con aforo completo y todos de pie, muy juntos, uno de los viajeros pisa el pie de otro y no se disculpa. El doctor preguntó. Si fuera tu pie Sepna, ¿qué harías?

    »—Me retiraría despacio para no estar al lado de un maleducado —respondió Sepna.

    »—¿Y si fuera el tuyo Hydra?

    »—Le diría: me acabas de pisar ve con más cuidado —respondió Hydra.

    »—¿Y si fuera el tuyo Styx?

    »—Yo le diría con energía: no me vuelvas a pisar.

    »—Y tú Rea. ¿Qué harías?

    »—Le diría: disculpa he puesto mi pie debajo del tuyo, no te preocupes que estaré muy atenta para que no vuelva a ocurrir.

    »—Y si te vuelve a pisar pero esta vez se disculpa alegando el movimiento y la proximidad —pregunta el doctor Fermión entre divertido e intrigado. Rea contesta rápido.

    »—Pues al ratito le daría un gran pisotón y le diría. Disculpa tengo los mismos problemas que tú y me pondría de manera que mis pies no estuvieran al alcance de los suyos. —El doctor Fermión la escuchaba atentamente e hizo un gesto divertido de aprobación seguidamente resumió:

    »—Como veis un caso tan simple y cuatro diferentes respuestas, todas correctas pero de acuerdo a la personalidad de cada uno.

    »Top, el doctor mientras hablaba tenía sus ojos fijos en mí y yo sentía escalofríos, al terminar la clase le oí. «Rea acércate», yo me quedé helada, pero me acerque a él y me preguntó:

    »—Pronto y durante un año estarás sola e independiente en tu burbuja y serás dueña de tu tiempo libre. ¿Verdad?

    »—Sí doctor —le respondí. Él me propuso que podía participar en charlas que organiza su instituto para orientar a qué ciencia te quieres dedicar, me preguntó si ya lo sabía, le contesté que sí, a la investigación genética de los alimentos, él me miró fijo un rato y dijo para sí:

    »—Ya lo veremos.

    »Me da mucho miedo Top —confiesa Rea alterada. Top la contempla preocupado mientras su cabeza discurre velozmente buscando algún argumento que la tranquilice, al fin lo encuentra.

    —Oye Rea es la primera vez que nos preocupamos de estas cosas, ahora me acuerdo de que nuestros amigos Calisto y Muan participan desde el comienzo de su segunda fase en estas charlas del instituto y están terminando su tercera fase. Tienen diecisiete años la segunda y tercera fase dura tres años cada una o sea hace cinco años que asisten y están bien nos vemos con ellos muchas veces, en los conciertos y en los deportes, se ven felices y contentos, pronto los volveremos a ver y tendremos una charla sobre el tema verás que no hay nada terrible y nada que tenga que preocuparte hasta entonces olvídalo y hablemos de otra cosa.

    —¿De los estudios? —pregunta Rea intrigada.

    —No —respondió Top— esta primera fase la tenemos superada en realidad el examen es la burbuja, demostrar que con lo que te han enseñado y has aprendido eres capaz durante un año de vivir independiente y de integrarte en la sociedad yo lo superaré y tú también Rea, que de esto sabes más que yo. Lo que quiero es hablar de ti, tus padres les comentaron a los míos que os tendréis que ir a otro sector lejano durante un año por motivo de las actividades de tus padres y tú no me has dicho nada. —El tono de Top era de disgusto.

    —No te he dicho nada porque aún no es seguro —se defiende Rea. Top le expone sus preocupaciones.

    —Esta segunda fase es mucho más complicada que la primera y para mí es muy importante tener cerca una persona de mucha confianza para comentar los temas, si te vas no tendré a nadie y a ti te ocurrirá lo mismo.

    —Yo si me voy —le contesta Rea— adonde vaya no voy a conocer a nadie, estaré un tiempo en encontrar a alguien que me inspire algo de confianza y tú aquí lo tienes mejor. Sabes hablaremos con Hydra es amiga de los dos seguro que te podrá ayudar.

    —Pero no es lo mismo Rea —le contesta él con impaciencia—. ¿Has visto los temas del primer año de la segunda fase? Será fuerte en matemáticas dicen que es básico para entender las ciencias, las tienen como el idioma con el que Dios escribió el universo, esto no me preocupa no necesito a nadie, pero luego está el segundo nivel de autoconocimiento y convivencia que incluye los temas en primer nivel de atracción íntima entre humanos, el erotismo como arte de atracción, conocimiento físico del propio cuerpo, la química del sexo y mucho más. —Rea palidece, no había tenido esto en cuenta cuando le recomendó a Hydra por confidente.

    Hydra es una morena muy guapa, hace ya tres meses que ocupa su burbuja, tiene casi seis meses más que Rea, entre los doce y trece años en las niñas empiezan a ser notorios los atributos femeninos y Hydra los tenía muy notorios.

    Rea sigue pálida, imagina a Hydra y Top en la burbuja debatiendo estos temas, se pone enferma y pide a su suerte no tener que marcharse y ahora se da cuenta de que Hydra miraba mucho a Top, se ha quedado tan pálida quieta y callada que Top le pregunta angustiado.

    —Oye ¿qué te pasa? ¿Te encuentras bien?

    —Estoy perfectamente —le contesta ella reaccionando. Top se queda en silencio y pensativo la noticia de que Rea podía marcharse le ha trastornado un poco, al final encuentra algo que decir.

    —Oye te vayas o no, quiero que nos prometamos que estaremos juntos en la celebración del año nuevo que además será el inicio del sexto milenio y del siglo LXI, para algunos es el undécimo milenio, porque cuentan los años desde que se tiene noticia del primer escrito. Será una gran fiesta y quiero estar contigo.

    —Lo intentaremos Top —contesta Rea emocionada.

    —Bueno estamos en septiembre y hasta finales de diciembre no te vas a ir, seguro que estaremos juntos —calculó Top contento—, ahora lo importante es tener un encuentro con Calisto y Muan para que nos expliquen lo de las clases del doctor Fermión y te quedes tranquila.

    —De acuerdo Top —contesta Rea—, contactaré con Muan que es muy amiga mía para vernos.

    Las 10h de la mañana de un domingo de la tercera semana de septiembre Top espera la llegada de Rea, que llega puntual, a las 10h 30 minutos han quedado aquí, en la burbuja con Calisto y Muan ellos también pasaron la experiencia de la burbuja y les gusta recordarlo. Top ha puesto la mesa de la burbuja en el exterior afortunadamente hace un día espléndido y buena temperatura, si tuvieran que estar los cuatro en el interior de la burbuja estarían muy apretados e incómodos.

    Muy puntuales llegan Calisto y Muan en sus bicicletas, Top y Rea han preparado la mesa con refrescos y aperitivos.

    Los recién llegados están contentos de estar allí la burbuja les trae muy buenos recuerdos. Se saludan jovialmente, Calisto le pregunta a Top.

    —¿Cuánto tiempo hace que estas aquí?

    —Desde primeros de mes.

    —Top, al principio es duro pero después te gustará —asevera Calisto.

    —Eso espero —responde Top.

    —Bueno sentémonos —propone Rea, ya instalados Rea ya no puede aguantar más para contar el asunto que le preocupa y empieza dirigiéndose instintivamente a Muan en quien tiene más confianza—. A primeros de septiembre el doctor Fermión nos dio una conferencia en la escuela y me propuso ir a las charlas que organiza su instituto y no sé por qué a mí me da miedo.

    —¿Qué dices? —interviene Calisto— te felicito porque algo muy bueno vería en ti el doctor para proponértelo, ¿sabes que asistir a estas charlas está muy solicitado? Y muy pocos son aceptados yo las hice porque mi padre, cuando tenía tu edad fue seleccionado por el doctor y el abogó por mi madre para asistir juntos y cuando yo cumplí doce años ellos estaban ya estudiando en el instituto y mi padre también abogo por mí y yo lo hice por Muan o sea que puedes estar muy orgullosa Rea no pierdas la oportunidad.

    Rea se queda perpleja y sorprendida pensando. ¿Qué tendría ella de especial que ella misma no hubiera descubierto?

    —Además —siguió Calisto— asistir a estas charlas es condición indispensable para que superadas las tres fases, con dieciocho años puedas incorporarte a estudiar en el instituto del espacio.

    Top queda muy preocupado si no conseguía que le aceptaran a él en las charlas a los dieciocho años no tendría a Rea a su lado. Como si adivinara los pensamientos de Top Rea apunta solemne.

    —Cuando hable con el doctor Fermión le diré que acepto si acepta también a Top.

    —¡Caray! —exclama Calisto escandalizado— eres muy valiente poniéndole condiciones al doctor en un asunto que le sobran los candidatos. —Top muy afectado por la decisión de Rea le aconseja.

    —Veo que esto es muy importante para ti Rea no lo hagas.

    —De ninguna manera voy a cambiar de opinión —sentencia Rea.

    —Pues a ver qué pasa —comenta Calisto. Viendo a Rea que seguía pensativa le pregunta.

    —¿Y qué más te pasa? —Rea le contesta.

    —Desde hace dos años hay algo que me inquieta, me preocupa y a veces me ocasiona pesadillas. Mis padres tienen dos buenos amigos, Tau y Sharon, como mis padres también trabajan en el instituto espacial nos visitaban mucho yo los conozco desde que nací, con ellos fuimos juntos muchas veces en viajes de excursión y vacaciones los quiero mucho y ellos también a mí, me llaman Muñequita son mayores que mis padres ahora tienen cincuenta años. Hace dos años se despidieron de nosotros, tenían que incorporarse al laboratorio de investigación espacial o zona cero del instituto y no he vuelto a saber nada de ellos, mis padres me cuentan que los programas de investigación son tan apretados que no tienen tiempo de ir a ninguna parte, me dicen que no me preocupe que están bien pero yo no entiendo que no puedan venir a verme y tengo mucha pena.

    Calisto y Muan se miran a los ojos por un tiempo que a Top y a Rea les parece interminable luego Calisto después de respirar hondo un par de veces dirige su mirada a Rea y con voz seria le expone.

    —No tienes que preocuparte Rea ingresar en la zona cero es voluntario y puedes ir de colono en cualquier asentamiento que elijas de nuestro sistema solar, puede que a estas horas tus amigos se lo estén pasando bien en Marte o en Titán a muchas personas les atrae esta experiencia y confieso que a mí también.

    —Y a mí —añade Muan contenta. Rea ya más tranquila expresa con un suspiro.

    —Sí, tiene que ser maravilloso.

    —Además —sigue contando Calisto—. El año que viene Muan y yo cumpliremos dieciocho años y entraremos a estudiar en el instituto, mis padres como nosotros también ingresaron con dieciocho años, ahora con cuarenta y ocho han pedido incorporarse a la zona cero, están impacientes e ilusionados. —A Rea y a Top se les abren mucho los ojos y la boca por la sorpresa. Calisto se dirige a Top.

    —Tus padres desde los dieciocho años tienen sus actividades en el instituto. ¿Verdad?

    —Sí, yo siempre los he visto trabajar allí —responde Top.

    —Esto te permite pedirle al viejo doctor que te acepte en las charlas y evitamos que Rea lo desafíe —termina Calisto divertido. Rea se dirige a Calisto y a Muan con mirada agradecida.

    —Creo que habéis acabado con mis pesadillas, gracias.

    —No tienes por qué darlas —responde Muan—, ha sido un placer ayudarte. —Top interviene.

    —Creo que me habéis dado una solución a un problema gracias también.

    —Te digo lo mismo que a Rea —le contesta Muan— ha sido un placer. —Calisto propone—:Esta tarde hay un concierto en el local de actos del sector y esta mañana lo están preparando algunos son amigos míos me gustaría verlos. ¿Queréis acompañarnos? —Top y Rea asienten contentos, Top sugiere.

    —Entre todos recogemos la mesa en un momento y nos vamos. —Muan y Rea se miran y al momento deciden.

    —Dejadlo, esto lo arreglamos entre Rea y yo —dice Muan. Al poco rato ya en sus bicicletas pedalean hacia el local de actos. Al llegar encuentran una gran actividad de jolgorio y alegría, aparcadas las bicicletas les falta tiempo para incorporarse. Rea está feliz, pero por poco rato hasta que descubre algo alejada a Hydra charlando alegre con sus amigos. Top también la ve y le propone a Rea.

    —Oye allí está Hydra, puedes aprovechar para pedirle que me ayude cuando tú te vayas. —Rea se demuda, había terminado con una pesadilla y se le crea otra pesadilla peor.

    —Te he dicho que todavía no es seguro que me vaya —le contesta desabridamente. Top queda muy sorprendido por el tono y le dice muy suave.

    —Lo digo para prevenir. ¿No? —Rea acorralada tiene que ceder.

    —Bueno hablemos con ella —dice con voz suave y rabiosa. Top y Rea se acercan al grupo en que está Hydra. Rea la llama—. Hydra queremos hablar contigo. ¿Tienes un momento? —Hydra se acerca jovial diciendo.

    —Para vosotros todo el tiempo del mundo —mientras abraza y besa a Rea luego abraza y besa a Top, a Rea le parece que el beso y abrazo a Top es más fuerte y efusivo del que le prodigó a ella, dominando los rencores que la corroen le explica sonriendo con simpatía.

    —Verás Hydra, sabes que Top y yo desde siempre —enfatizó— estudiamos juntos pero en este primer curso de la segunda fase a mis padres los destinan a otro sector durante un año y yo claro tengo que ir con ellos. —A Hydra se le iluminan los ojos.

    —¿Y qué? —pregunta.

    —Pues, que he pensado si puedes estudiar tú con él durante mi ausencia —vomita Rea seguido y de un tirón. Hydra con una gran sonrisa le responde.

    —Claro que sí Rea para eso estamos las amigas. —Y se dirige a Top con una mirada chispeante que no pasa desapercibida a Rea—. Top en cuanto me necesites, me llamas, sin problema.

    —Gracias Hydra —le contesta Top amablemente. En aquel momento Calisto le grita a Top.

    —¿Puedes venir a ayudar? —Rea aprovecha para despedirse.

    —Tenemos que irnos Hydra ya hablaremos. —Esta última frase suena a gruñido perruno. Mientras se alejan Top le comenta a Rea.

    —Hemos tenido suerte ya hemos arreglado algo

    —¡Cállate! —le contesta Rea con un bufido. Top queda sorprendido y perplejo, en su inocente despiste no pilla nada. Top le pregunta a Calisto.

    —¿En qué quieres que te ayude?

    —A instalar estos equipos. —Una vez terminada la instalación al rato se despiden.

    —Vale Top a la tarde nos vemos. —Por el camino Rea comenta.

    —Yo me voy a mi casa.

    —Espera —le conmina Top—, te invito a comer tengo unos créditos ahorrados, vamos a comprar comida preparada y comemos en la burbuja. ¿Vale?

    —Top, me esperan en casa —dice ella preocupada.

    —Pues coges el comunicador y les dices que estás conmigo y que no vas —le dice él con energía. Rea asiente, le seduce la propuesta de Top. Ya en la burbuja con la compra hecha Rea comenta.

    —Top siéntate y déjame que prepare la mesa me gusta hacerlo.

    —De acuerdo —le contesta él mientras piensa cómo ajustar sus futuras dietas a aquel dispendio pero está muy feliz. Mientras comen comentan todo lo tratado con Calisto y Muan, su imaginación les lleva a dar paseos por los planetas y lunas del sistema solar, les gusta la idea.Ya en la sobremesa Rea tiene que preguntarle lo que la corroe.

    —Top ¿te gusta Hydra? —Top contesta con naturalidad.

    —Sí es muy bonita. —Rea repite.

    —Digo si te gusta. —Aquí Top sí que algo pilla y contesta muy seguro.

    —¿Para qué? —Ante la expresión perpleja de Rea insiste Top—. ¿Si Hydra me gusta? pero ¿para qué? —Ante el parón expresivo de Rea, Top prosigue—. Rea, tú me gustas para todo, Hydra me gusta para ayudarme a estudiar. —Rea queda desarmada y termina el tema con un suspiro.

    —Ojalá no tenga que irme. —Son las 16h y se disponen a recoger la mesa, luego saldrán paseando a encontrarse con Calisto, Muan, Hydra y otros amigos en el baile que se celebra en el local de actos del sector. El encuentro es eufórico.

    En el local encuentran un gran ambiente al que se incorporan rápidamente a practicar «baile deportivo» ritmos frenéticos que cada cual los sigue según le parece, es un gran espectáculo contemplarse unos a otros, todos se divierten. Rea está muy feliz ella tiene un gran sentido del ritmo y hasta en ocasiones le forman un círculo aplaudiéndola, está muy feliz hasta que… Su amiga Hydra que también lo hace muy bien y tiene más «cosas» que mover se incorpora al círculo a su lado y el éxito queda repartido.

    A las 20h se supone un agotamiento general y se cambia el ritmo y la iluminación a más suaves, según ancestrales costumbres que perduran, la música ahora es dulce y suave, todos bailan abrazados a su pareja moviéndose lentamente. Rea abraza a Top y le dice.

    —Vamos a bailar. —Mientras bailan Rea se da cuenta de que Top sigue jugando divertido. La dulce música, el ambiente y ella a Top no le inspiran nada. Al rato Hydra se les acerca.

    —Rea ¿me dejas bailar con Top? Solo un ratito.

    —Claro que sí —le contesta Rea. Hydra se abraza a Top, Rea sorprendida observa a un Top cambiado, no ríe está serio pero con una expresión muy feliz, Hydra sigue con Top y ya ha pasado más que un ratito esta noche Rea tendrá mucho en que pensar, le será difícil dormir.

    Pasan los días Hydra ante la posibilidad de que Rea tenga que irse, ha estrechado los lazos con esta y con Top. Rea ya no es tan recelosa y combativa forman un trío de amistad muy positivo.

    A Rea se le ha hecho muy patente que Top para ella es el mismo de siempre, le encanta estar con ella y siempre está dispuesto a protegerla de todo, contra todos y ayudarla, pero se le ha hecho muy evidente que con Hydra Top es otro Top, ni mejor ni peor, pero diferente y desconocido, no quiere pensar en esto pero es que no se le quita del pensamiento.

    Mediados de noviembre, Rea por el comunicador cita a Hydra a la burbuja de Top para verse los tres, una vez reunidos, Rea con los ojos húmedos les da la noticia.

    —Ya está confirmado —empieza Rea con voz temblorosa—, a mis padres los trasladan por motivo de sus trabajos de investigación a un sector muy lejano y a mí con ellos al menos por un año. —La humedad de los ojos de Rea se desborda en cantidad contagiando a Hydra que casi la supera Top intenta disimular pero grandes lagrimones resbalan por sus mejillas. Hydra piensa para sí: «¿Qué tendrá esta mocosa para hacerse querer tanto?». Se quedan los tres en silencio cada uno sorbiendo sus lágrimas. Top se repone intentando ser duro y optimista.

    —Rea somos muy jóvenes, un año pasa pronto, tenemos el problema que hasta los catorce años no podemos pedir solos un transporter para ir tan lejos pero tenemos los comunicadores por los que podremos hablar y vernos.

    Hydra y Rea rompen a llorar más fuerte, Top calla se da cuenta de que ha conseguido lo contrario de lo que pretendió.

    Última semana de noviembre, Hydra está en su burbuja sentada pensando en sus amigos Top y Rea, los ha estado viendo aunque están un poco retraídos, parece que están aceptando la marcha de Rea, es lo mejor porque no es una gran desgracia, hasta cree que es todo lo contrario un gran beneficio para ellos, han estado juntos e inseparables los doce primeros años de su vida a estas alturas estar un año separados es lo mejor que les puede ocurrir, claro que no se lo dirá. Se le ocurre algo para estar un rato con ellos. Suena el comunicador de Rea.

    —Hola Hydra.

    —Oye Rea —le propone Hydra— del uno al diez de diciembre a Top le toca la primera inspección de la burbuja he pensado ofrecerle nuestra ayuda para que le quede en estado de revista, yo he de pasar la segunda ya tengo experiencia.

    —Muy buena idea —contesta Rea— ahora mismo le llamo y te digo algo. —Al rato suena el comunicador de Hydra.

    —Dime Rea.

    —Hemos quedado el martes por la tarde. ¿Te va bien a ti?

    —Claro que sí —contesta Hydra contenta.

    —Top dice que no le importa el motivo con tal de estar juntos —le aclara Rea.

    —De acuerdo Rea hasta el martes.

    Martes 16h Top está feliz esperando a Hydra y a Rea, son un encanto, los tres se lo pasan muy bien. Él se ha esforzado para dejarlo todo impecable no tendrán que limpiar nada. Hydra y Rea llegan puntuales.

    —Top venimos a ayudarte a dejar bien la burbuja. —Top contesta con suficiencia.

    —No tenéis que hacer nada ya está todo hecho. —Rea ha traído un frasco de limpiador y unos paños ha vertido el líquido en un paño y lo ha pasado por un mueble, el paño ha quedado negro.

    —Mira Top —dice Rea mostrándoselo.

    —¡Ahí va! —exclama Top— te has llevado la pintura.

    —Top esto no es pintura esto… tiene otro nombre —le dice Hydra con voz paciente.

    —No es posible he quitado el polvo —protesta Top.

    —Top, hay que quitar el polvo y todo lo demás —le contesta Hydra con la misma paciente voz—. Andando Rea que tenemos trabajo que los inspectores son muy meticulosos. —Top demudado ante la evidencia pregunta.

    —¿Puedo hacer algo?

    —Sí, estarte quieto —responden Hydra y Rea. Top obedece muy humillado, ellas no lo demuestran pero están muy divertidas. Dejarlo todo bien ha llevado su tiempo Top agradecido y generoso les propone.

    —Os invito a cenar.

    —No Top se ha hecho tarde —contestan. –

    —Y mañana por la tarde he de arreglar mi burbuja —añade Hydra.

    —Te ayudaré Hydra he visto cómo lo hacíais y puedo hacerlo todo —se ofrece Top.

    —¡Oh! Muchísimas gracias —le responde Hydra con un tono de sarcasmo que Top no pilla. Ella tiene su burbuja impecable. Hydra y Rea se van riendo.

    Miércoles 16h, Hydra en su burbuja está esperando a Top y a Rea, ha preparado una mesa con chocolate y galletas, cuando llegan lo primero que dice Top.

    —¿Por dónde empiezo?

    —Pues… Por sentarte a la mesa —le responde Hydra divertida.

    —Pero ¿qué hacemos? —insiste Top.

    —Sentarnos y charlar aquí está todo hecho pero de verdad —le contesta Hydra. Top que ahora sí que lo pilla, se sienta y calla, ya relajados empieza Hydra.

    —Bueno en unos días tendremos los debates finales para valorarnos en esta primera fase.

    —Serán tediosos y aburridos, creo que ya lo sabemos todo —dice Rea. Top interviene.

    —Lo importante es la valoración que te hacen al final del periodo de tu estancia en la burbuja y para esto queda tiempo.

    —Paralelo a esta segunda fase —explica Hydra— vosotros tendréis las charlas del doctor Fermión y yo empezaré los cursos de conservación de alimentos.

    —Está claro —interviene Top— que el acontecimiento más importante a la vista es el fin de año, el nuevo milenio, el nuevo siglo y la despedida de Rea. —Con lo último Top sabe que ha metido la pata puede observar que los ojos de ellas se humedecen—. Pensemos en el lado bueno —añade Top para arreglarlo—, estaremos juntos al menos seis años, un año es un cachito pequeño ¿vale? —Pero no arregla nada.

    Última noche de diciembre del año 5999 en el local de actos del sector, un gran local circular capaz de aforar miles de personas, con un escenario central, al que van llegando cientos de participantes a la gran fiesta que supone despedir el año alegremente y con más alegría dar la bienvenida al año nuevo, nuevo siglo y nuevo milenio, entre ellos no podían faltar Rea, Top, Hydra, Calisto, Muan, los padres de Rea Titania y Oberon, los padres de Top Ganimedes y Dysmonia, los padres de Calisto Eris y Namaka una vez reunidos Rea pregunta.

    —¿Y tus padres Hydra?

    —Vendrán más tarde —responde Hydra—, les ha tocado un turno de vigilancia en los automáticos de gestión de cereales. —La fiesta es muy alegre y animada con ritmos muy felices. De pronto para la música, todos callan están a punto de dar las doce últimas campanadas del fin del último día del año, del siglo y del milenio. Todos están en silencio y concentrados evocando sus deseos para el nuevo año. Hasta la última campanada cuando se desata una gran euforia todos se abrazan y se besan, Rea, Hydra y Top con lágrimas en los ojos, apaciguada ya, esta explosión de alegría se reúnen los amigos, Oberon y Titania padres de Rea, quieren hablarles.

    —Aprovechamos este momento para despedirnos os encontraremos a faltar mañana estaremos en casa preparándolo todo para salir el día dos de madrugada a nuestro nuevo destino, en un par de horas vendrá un transporte para llevarnos a casa. —Se les ve tristes y emocionados. Hydra se acerca a Top.

    —¿Me dejas que te robe a Rea por un rato?

    —Vale —contesta Top— pero no mucho rato. —La burbuja de Hydra está cerca, allí se dirigen paseando. Hydra le dice a Rea.

    —Te veo triste y angustiada he pensado que te será bueno que te rescate de este bullicio por un ratito.

    —Lo has acertado —le contesta Rea— lo necesitaba. Al llegar a la burbuja se sientan en la cama Rea al sentirse sin extraños que la observen da rienda suelta a sus lágrimas. Hydra la atrae contra su pecho.

    —Vamos, vamos tranquilízate quiero hablar contigo. —Rea sin abandonar la protección de los brazos de Hydra balbucea.

    —Te escucho. —Hydra empieza a hablar muy lentamente.

    —A nuestra edad, precisamente ahora nuestros cuerpos cambian, tenemos sensaciones y emociones que no conocíamos, yo tengo solo seis meses más que tú y no hace mucho experimenté este cambio, no puedo contarte mucho porque las dos somos niñas, bueno, yo menos niña que tú donde vayas no quiero que te encierres ni te enclaustres, tienes que conocer gente, hacer amigos y salir con ellos, dentro de unos meses que tu cuerpo evolucione, quizá al mirar a un chico experimentes una sensación que jamás antes habías sentido. A Top le querrás siempre pase lo que pase pero quizá descubras que lo quieres como a un hermano, a Top le pasa lo mismo que a ti y pase lo que pase nunca dejará de quererte.

    Rea se aparta de Hydra lentamente mirándola fijamente algo perpleja.

    —Perdona Rea me ha costado pero tenía que decírtelo —le dice Hydra con voz emocionada.

    —Hydra —habla Rea despacio y muy bajito—, creo que lo que me has contado me será útil y bueno, tenemos que volver a la fiesta. —Se pusieron en pie y se miraron. Rea dijo—: Hydra cuida de Top. —Las dos rompen a llorar y se abrazan fuertemente Rea en aquel abrazo siente los latidos del corazón de Hydra, se siente protegida y le produce un raro placer, se separan poco a poco sus húmedas mejillas se deslizan entre sí hasta que sus labios coinciden en un dulce beso de cariño.

    Al llegar a la fiesta Top ya estaba impaciente han tardado mucho en volver, los padres de Rea la estaban buscando para irse.

    —Rea tenemos que irnos. —Oberon se acerca a Top lo abraza y le dice—. Pronto nos veremos.

    Titania también abraza y besa a Top, después de despedirse de Hydra terminan con un: «Cuidaos, pronto nos veremos».

    Quedan juntos Top y Rea se abrazan fuertemente mientras rompen a llorar al separarse.

    Rea da unos pasos hacia atrás mirando fijamente a Top, se giró y ya no quiso volver la cabeza, Top la contempla mientras por el pasillo se pierden entre la gente. Top siente cerca unos suspiros y unas manos que cogen la suya y la oprimen fuertemente es Hydra.

    —Diles a mis padres que me voy a la burbuja.

    —¿Quieres que te acompañe? —se ofrece Hydra.

    —No —responde Top—, creo que me será bueno estar solo.

    CAPÍTULO II

    (¿Qué fue de Tau y Sharon?)

    ZONA CERO

    Amanece una mañana fría de un día de principios de enero del año 5998. Tau y Sharon están sentados en el terrado de lo que ya no será su casa

    —¿Estás segura de seguir adelante? —Tau le pregunta a su pareja Sharon, una guapa mujer de cuarenta y ocho años pelirroja de figura agradable y de cuerpo trabajado por actividades y deporte.

    —Claro que sí —le contesta Sharon a Tau, un hombre de cuarenta y ocho años moreno, alto y fornido con el que ha compartido sus experiencias desde que tenía doce años—. Desde que cumplimos dieciocho años que entramos a estudiar e investigar en el instituto, que queremos ingresar en la zona cero.

    —Lo sé Sharon incluso nos hemos esforzado para conseguir una buena valoración para que nos aceptaran. Pero una vez dentro sabes que no podremos mantener contacto con el exterior. Es una condición que imponen de forma muy rigurosa, por lo visto no quieren que se transfiera nada de lo que se investiga al exterior– —razona Tau.

    —Va a ser muy duro pero tú y yo nos hemos estado preparando para esto —le contesta ella con voz afectada por la emoción—, lo tenemos decidido. ¿No?

    Tau la abraza para confortarla y con voz suave y temblorosa, él también está muy afectado, razona.

    —Sharon, ahora llegará el transporter que envían a recogernos, por última vez tenemos la opción de subirnos o quedarnos. —En aquel momento se oye el zumbido de los gravitores del transporter que despliega la rampa de acceso a sus pies—. ¿Arriba Sharon?

    —¿Arriba Tau? —Tienen muy claro que donde vaya uno ira el otro.

    Se cogen de la mano se miran a los ojos y alegres exclaman: «¡Arriba!». La gran decisión está tomada. El transporter se eleva. Ella comenta con voz acongojada por la nostalgia.

    —Qué pequeñita se ve nuestra casa. —Tau ya solo ve la extensa ciudad de casas bajas, casi empotradas en el suelo, totalmente integradas en una exuberante vegetación en estos momentos iluminada por el sol del amanecer.

    —Mira Sharon qué hermoso paisaje.

    —Muy bonito —asiente ella mientras le asoman las lágrimas. Tau la abraza y le dice.

    —Nada es para siempre, algún día volveremos.

    Muy juntos pueden contemplar a gusto el bonito paisaje. Los transporter en zonas habitadas tienen que ir despacio.

    La llegada a su destino está prevista para las 13h30 tienen mucho tiempo para pensar.

    —Me acuerdo mucho de nuestros amigos —dice Sharon con voz muy afectada—, lo que más me duele dejar es a Rea tiene diez años y es un encanto, yo la llamo «Muñequita», me tiene el corazón robado. —A medida que habla se le entrecorta la voz y rompe en sollozos. Tau la abraza, ella le ha contagiado la congoja se le humedecen los ojos y con voz muy queda asiente.

    —Yo también los recuerdo.

    Nadie es testigo de sus emociones, el transporter es teledirigido. Inmersos en sus recuerdos el tiempo les pasa muy aprisa.

    Tau exclama:

    —Estamos descendiendo. —El paisaje que ven es una enorme extensión edificada y una chimenea a la que desciende el transporter.

    —Sharon, parece que hemos llegado —comenta Tau. Ella toma su mano y con voz resuelta le dice.

    —Vamos que nos vienen a recibir. —En efecto al pie de la rampa les espera un robot doméstico de un modelo popular y conocido con su voz metálica les dice.

    —Bienvenidos seguidme. —Después de andar por un largo pasillo con puertas a derecha e izquierda llegan a una que tiene un enmarcado «Tau-Sharon», el robot les abre la puerta y les anuncia.

    —A las 14h30 os acompañaré al salón comedor. —Sharon comenta.

    —Tau has visto que en todo el pasillo solo hay una puerta con un rótulo, la nuestra.

    —Espera Sharon quiero comprobar si podemos abrir la puerta o nos han encerrado. —La puerta se abre Tau comenta—. No estamos encerrados. —Los dos suspiran aliviados y se disponen a inspeccionar la habitación. La habitación es amplia con un sofá, una gran cama, una mesa y un armario. Ella comenta.

    —Mira Tau el cuarto de baño es magnífico, la zona de ducha es inmensa.

    —Fíjate Sharon —le dice Tau—, tenemos televisor radio, receptor holográfico pero ningún sistema para emitir al exterior. —Ella está contemplando el paisaje que se ve por el amplio ventanal de la habitación y comenta.

    —Qué bonita es la tierra. —La llegada del robot les saca de su abstracción vuelven a andar por los pasillos dirigidos por el robot hasta el comedor. Tau y Sharon se sorprenden del lujo de la sala, ella comenta—. Fíjate es un gran comedor pero hay pocas mesas. —Por el gran ventanal del salón siguen disfrutando de un hermoso paisaje. El robot les acompaña a una mesa y pregunta.

    —¿Os gusta esta mesa? —La mesa está cerca del ventanal.

    —Me encanta —le responde Sharon.

    —Tomad la carta —les indica el robot. Sharon empieza a ojear la carta y exclama.

    —¿Has visto qué maravilla de platos? —Tau contesta.

    —Esto es increíble.

    —¿Qué es increíble? —pregunta ella.

    —Que con esta oferta las emociones me hayan quitado las ganas de comer —responde Tau riendo.

    —A mí también —contesta ella, pero con voz triste y añade—. Elegiremos algo simple y ligero de digerir.

    El robot les trae lo elegido y les advierte.

    —Cuando terminéis avisadme y os llevaré a la habitación. —Sharon comenta.

    —Lo que me angustia es que desde que nos recogieron en casa no hayamos contactado con ningún ser humano.

    —A mí también —le contesta el con tono de preocupación. Han terminado y llaman al robot. Les acompaña a la habitación y les advierte.

    —A las 6 p. m. os vendré a buscar para acompañaros a la sala de entrevistas, el doctor Fermión os espera, ahora descansad. —Tau comenta.

    —Son las 15h30 tenemos un buen rato para descansar. —Muy pensativo y preocupado le susurra a Sharon.

    —El robot dice que nos verá el doctor Fermión. ¿Verdad?

    —Pues sí —contesta ella.

    —Pues fíjate, mis padres ingresaron en la zona cero a los cuarenta y ocho años, recuerdo que de pequeño me contaban que a los doce años habían sido reclutados a las charlas del doctor Fermión que era un hombre que aparentaba setenta años, treinta años después nos recluta a nosotros con doce años y si lo recuerdas el doctor Fermión aparentaba setenta años cuando tenía cien años, de nuestros doce años a hoy han pasado treinta y seis años, o sea que el doctor tiene ciento treinta y seis años.

    —No puede ser —interviene Sharon—, tú sabes que la esperanza de vida actual está en ciento diez años.

    —Por esto estoy impaciente por verlo —contesta Tau.

    Son las seis, el robot viene a buscarles. Vuelve el paseo por los pasillos hasta llegar a una puerta doble alta y grande que automáticamente se abre. Da paso a una enorme sala con fotos y maquetas de asentamientos lunares, planetarios y de raros robots. Frente al gran ventanal una enorme mesa y de pie a su lado el doctor Fermión exactamente igual a como lo recuerdan cuando tenían doce años, no pueden evitar que se note su sorpresa, aunque no dicen nada.

    El doctor Fermión amablemente les dice.

    —Pasad y sentaos. —A su penetrante vista y agudo ingenio no ha pasado desapercibida la sorpresa de los recién llegados, ni el porqué, pero hace caso omiso de ello.

    Tau y Sharon obedecen, Fermión los mira intensamente y empieza con el motivo de la entrevista.

    —Desde que teníais doce años y después con vuestro ingreso en el instituto para estudiar e investigar se os ha observado valorando vuestro ingenio y vuestro talento. Tengo la satisfacción de deciros que habéis superado con total éxito nuestras previsiones.

    »La misión de la zona cero es conseguir de forma eficaz la colonización de planetas y lunas del sistema solar y más ambiciosa, la colonización de planetas fuera de él. ¿Algún comentario?

    —Sí —responde Tau—, mis padres hace treinta años ingresaron en la zona cero y no he vuelto a saber de ellos. ¿Puedes decirme algo?

    —Tus padres Kerveros y Actaea están perfectamente bien y felices —le responde el doctor— trabajando en importantes experimentos, tú no sabes nada de ellos, pero ellos lo saben todo de ti.

    —¿Podré verlos y hablar con ellos? —pregunta Tau muy emocionado.

    —Seguro que sí —contestó Fermión, con una rara sonrisa, pero no tengas prisa. ¿Algo más? —Se hizo un silencio. El doctor prosiguió—. Los próximos quince días tendréis una intensa adaptación como astronautas y después partiréis hacia la Luna para una estancia de tres meses antes de partir se os instruirá convenientemente. ¿Alguna pregunta?

    Tau y Sharon no responden.

    —Por hoy hemos terminado —sentencio Fermión.

    Ya en la habitación Tau le comenta a Sharon.

    —Estoy feliz sabiendo que mis padres están bien.

    —Y yo también —responde ella— y además siento ilusión por la aventura lunar.

    Los quince días de adaptación son realmente duros, pero están contentos sus cuerpos están más fuertes, agiles y flexibles. El último día de adaptación es durísimo a las 6 p. m. llegan a la habitación y se derrumban agotados en el amplio sofá, al rato Sharon dice.

    —Me voy a la ducha.

    —Y yo también —contesta Tau, la ducha es súper espaciosa, desnudos los dos se contemplan mutuamente. Tau comenta.

    —Sharon los ejercicios te han sentado muy bien estás preciosa.

    —Y tú también estás precioso —contesta ella. Tau sugiere con tono de complicidad.

    —Podríamos aprovecharlo. ¿No? —Sharon le contesta con voz resuelta.

    —Esta noche no. Tengo la cabeza llena de pensamientos. —Tau le responde jocoso.

    —Hace ya milenios que se descubrió que el problema de las mujeres es la cabeza.

    —¡Malo más que malo! —le responde ella con fingida indignación y así a lo tonto le tira la pastilla de jabón y sin pretenderlo impacta en Tau donde más le puede doler este lanza un quejido mientras protege con sus manos el lugar del impacto y se arrodilla en tierra.

    —Sharon tiene un destello de piedad y de arrepentimiento, pero le puede más el morbo de la venganza y le dice.

    —¡Tu justo castigo! —Él encogido desde el suelo le contesta vengativo y rencoroso.

    —Yo también tengo la cabeza llena de pensamientos, cariño mañana será otro día. —Sharon lo contempla indignada. Sabe que si él hubiera insistido solo un poco… y sabe que él también lo sabe.

    Les interrumpe el robot que llama a la puerta y les comunica.

    —A las 9 p. m. os vendré a buscar para llevaros al salón comedor. —En la cena, esta vez sí que hacen honor a la generosa carta, de vez en cuando se miran de soslayo y se ríen, ninguno sabe qué piensa el otro. Terminada la cena el robot les acompaña.

    Abren la puerta y como siempre les encanta la habitación está bañada por la luz de la luna llena que entra por el gran ventanal la cama vestida de blanco parece que tenga luz propia. Sharon no resiste más se tumba sobre ella y siente una gran satisfacción, todavía le dura el cansancio del último entreno Tau se tumba a su lado, pero no muy cerca se acuerda muy bien del último «pastillazo». Al ratito Sharon se le acerca y le dice al oído con voz muy queda.

    —¿De verdad que si tienes la cabeza llena de pensamientos no puedes hacer ninguna otra cosa? —Tau sonríe y le demuestra a ella que sí que en su cabeza siempre hay espacio para quererla.

    Son las 9 a. m. están despiertos y contentos, llaman a la puerta es el robot que les trae el desayuno y les comunica.

    —Esta tarde a las seis os vendré a buscar para acompañaros a la sala de conferencias el doctor Fermión os espera.

    —¿Sabes? me produce ansiedad pensar qué nos dirá el doctor —comenta Sharon.

    —Y a mí también —contesta Tau.

    Como la vez anterior el doctor les invita a sentarse.

    —Bien os felicito de nuevo habéis superado correctamente las pruebas —les dice el doctor y les informa.

    —Pasado mañana a las 8 a. m. vendrán a buscaros para acompañaros a la nave que os llevara a la Luna, no tenéis que llevar equipaje, la distancia será de 380 000 kilómetros. La duración del trayecto será de 5 h 36 minutos la nave desde el inicio tendrá una aceleración de 10 m/seg con lo que estaréis como en la Tierra, a medio trayecto se efectuará el «vuelco», o sea saldréis con la proa apuntando a la Luna y después del «vuelco» la proa apuntará a la Tierra con una aceleración igual pero negativa, al llegar a la luna la velocidad será cero, a vuestra llegada nuestros delegados os atenderán.

    »¿Alguna pregunta?

    —No, ninguna doctor. En realidad no sabemos qué preguntar.

    —Buen viaje —les desea Fermión.

    Ya en la habitación Sharon le comenta a Tau muy alterada.

    —¿Te das cuenta de que mañana será nuestro último día en la Tierra?

    —Sí que me doy cuenta —contesta él—, siempre nos ha gustado la idea de viajar a la Luna, pero ahora que lo tenemos tan cerca siento tantas cosas que me da angustia.

    —Yo estoy igual —contesta ella—, creo que pasaremos una mala noche.

    —Sí —contesta Tau—, a partir de ahora emociones no nos van a faltar.

    Llaman a la puerta es el robot que les trae unas pastillas para dormir, evidentemente su estado anímico es lógico y conocido por el doctor.

    Son las diez de la mañana que se despiertan, están relajados.

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