Feliz Año del Ganso: Los Hart, #9

Por Rachelle Ayala

El nido de Pete y Kim Hart está vacío después de la boda isleña de Dale y Vanessa. Cuando Pete sorprende a Kim con unos días más en la playa, ella se angustia al saber que estarán solos en la víspera de Año Nuevo. Pete anima a Kim atrapando un gran ganso para celebrar el Año Nuevo, mientras que la hermana entrometida de Kim insiste en meterse en su segunda luna de miel. Con el caos que sigue, ¿será el año nuevo de Pete y Kim, feliz o ganso?

• Idioma: Español
• Editorial: Rachelle Ayala
• Fecha de lanzamiento: 3 mar 2022
• ISBN: 9798201266561

Rachelle Ayala

Rachelle Ayala is the author of dramatic romantic suspense and humor-laden, sexy contemporary romances. Her heroines are feisty, her heroes hot. Needless to say, she's very happy with her job.Rachelle is an active member of online critique group, Critique Circle, and a volunteer for the World Literary Cafe. She is a very happy woman and lives in California with her husband. She has three children and has taught violin and made mountain dulcimers.Visit her at: http://www.rachelleayala.net and download free books at http://rachelleayala.net/free-books

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Feliz Año del Ganso

Escrito por Rachelle Ayala

Copyright © 2022 Rachelle Ayala

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www.babelcube.com

Traducido por Celeste Mayorga

Diseño de portada © 2022 Rachelle Ayala

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Happy Goose Year: Copyright © 2020 Rachelle Ayala

Todos los derechos reservados.

Traducido del original por Celeste Mayorga

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Feliz Año del Ganso

Dedicatoria

A la pastora de gansos en edad preescolar,

Renate Pennington,

que era amiga

de los gansos de Oma.

Capítulo uno

Kim Hart, madre de seis hijos y suegra de cinco, pronto casaría a su último bebé y no estaba lista.

—Tú y Pete finalmente estarán solos —dijo Suzan, su hermana que había reaparecido recientemente—. No se ve mal para su edad. Todavía tiene esos penetrantes ojos azules, fuertes hombros de bombero, tal vez un poco más de lastre, pero ooh, la, la, ese hombre todavía puede desplegar la manguera contra incendios.

El agarre de Kim en la baranda del balcón del resort se hizo más fuerte. A pesar del clima cálido de diciembre, los cielos azules del Caribe, los exuberantes cocoteros que se mecían sobre las playas de arena blanca, la maldad en las observaciones aparentemente inocentes de Suzan irritaba sus nervios, que ya estaban agotados.

—Pete y yo estamos bien, y estoy segura de que encontraremos muchas cosas que hacer sin los chicos alrededor. —Kim esperaba que el aire perfumado con flores tropicales, frangipani, hibisco y aceite de coco le infundiera un poco de calma.

Su hijo menor, Dale, estaba a punto de casarse con el amor de su vida, Nessa Ransom, en la pequeña y aislada isla de Ile d'Amour a lo largo de la cadena de las Islas de Barlovento desde Martinica hasta Granada. Su numerosa camada de hijos, nietos, amigos y familiares se estaba apoderando de la isla, llenando el hotel de gran altura cerca del aeropuerto y extendiéndose a los centros turísticos junto a la bahía.

Lo último que necesitaba era compartir una habitación con su hermana, Suzan, a quien había visto por última vez atrapando a Pete Hart, su esposo jefe de bomberos, en el dormitorio de su infancia. Por supuesto, compartir la habitación resultó ser una necesidad porque Suzan no había tenido la previsión de reservar una habitación para ella y su hija, Clare, lo que resultó en que Pete se mudara a la habitación de Dale, y Clare pasara el rato con la futura novia, Vanessa, lo que dejó a la buena de Kim atrapada con la hermana que salió de la nada.

—¿Sabes algo del temerario hermano de Pete, Darryl? —preguntó Suzan—. Escuché que es bastante la oveja negra.

Otra incorporación de última hora que se dejó caer para ocupar su lugar en el panteón familiar.

—Ha sido escaso, como tú. —Kim no pudo evitar el ácido de su voz—. Mira, tenemos que prepararnos para la cena previa a la boda. Le prometí a Nessa que la ayudaría con la disposición de los asientos.

—Ponme junto a Pete —exigió Suzan—. Además de ti, él es el único que conozco de los viejos tiempos.

—Siendo el padre del novio, es apropiado que Pete se siente junto al tío Stuart de Nessa, quien la acompañara por el pasillo —explicó Kim con voz de maestra.

—Todavía está su otro lado —dijo Suzan—. En serio, Kim, no conozco a nadie más además de Pete y tú, y estoy segura de que estarás ocupada con la mamá de Nessa.

—Esta cena previa a la boda es para que la familia extendida se mezcle y se conozca. Ya conozco bien a Nora. Nos hemos hecho buenas amigas. Además, tu hija está por aquí y la última hermana sobreviviente de mamá está aquí con nuestros primos segundos.

Suzan enganchó su muñeca para mirar su reloj.

—¡Oh, Dios! Todavía tengo que arreglarme el pelo y la cara. Gracias por el cupón del salón.

Pasó junto a Kim en el estrecho balcón, golpeándola ligeramente. Kim se tambaleó como un bolo tratando de decidir si caer o no, se agarró a la barandilla y se apartó de la vista cada vez más oscura.

Una nube de tormenta cubrió el sol y una gruesa gota de lluvia le