El día de la boda
Por Kathryn Ross
()
Información de este libro electrónico
Pero al calor de la noche le siguió el frío de la mañana. ¿Habrían arruinado su amistad sólo por dejarse llevar? ¿O acaso habían encontrado por fin lo que ambos habían estado buscando durante tanto tiempo?
Kathryn Ross
Kathryn Ross is a professional beauty therapist, but writing is her first love. At thirteen she was editor of her school magazine and wrote a play for a competition, and won. Ten years later she was accepted by Mills & Boon, who were the only publishers she ever approached with her work. Kathryn lives in Lancashire, is married and has inherited two delightful stepsons. She has written over twenty novels now and is still as much in love with writing as ever and never plans to stop.
Relacionado con El día de la boda
Títulos en esta serie (100)
El final del viaje Calificación: 4 de 5 estrellas4/5O engano das gémeas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5O amor perdido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn amor de cuento: A la caza de matrimonio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Presa a ti Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLlámalo deseo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Partilhar um amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPerto do paraíso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEncontro amoroso Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Una novia embarazada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Aprender a confiar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dos corazones atrapados: A la caza de matrimonio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5O regresso da princesa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesO caminho de regresso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUm homem sem piedade Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Um beijo da tua boca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInteresses em conflito Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEsperanzas rotas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Rumores de casamento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLo mejor de ti Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Traiciones del pasado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVidas robadas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Amor inocente: Escándalos en la ciudad (1) Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Sonho errado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn ángel a mi alcance Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Enamorada de don perfecto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa conquista del amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRecuperar un amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una proposición irresistible Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un billete a la felicidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Los dictados del corazón Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Boda para dos: Hermanos Sabatini (3) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Trato de pasión: Los reyes del amor (10) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La fuerza del destino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFantasías eróticas: Novias de ensueño (4) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Casi un sueño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTras las puertas de palacio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una noche en oriente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Encontrando el Amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn la prosperidad y en la adversidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una noche en París Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Primavera en el corazón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSolo con mi mujer Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un amor compartido: Casamenteras (2) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi alma gemela Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl rastro de unos labios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Perlas de amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Tu novio o el mío?: Amores cambiados (1) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe otro hombre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmigos muy íntimos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn buen novio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInfierno y paraíso Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cambio de imagen Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Pasión y trabajo Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Bajo sospecha Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMomentos Especiales - Conor & Nikki: Extras Serie Moteros, #9 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl mejor amigo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un Barón Desconfiado: A La Caza De Un Noble Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pasado olvidado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn deuda con tu amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Romance para usted
Novio por treinta días Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Después de Ti Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Microrrelatos calientes Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Marcada por el alfa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vendida al mejor postor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Un hombre de familia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Contrato con un multimillonario, La obra completa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tesoro Oculto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Contrato por amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Resiste al motero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tres años después Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fiesta de empresa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una virgen para el billonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Matrimonio de conveniencia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dos Mucho para Tí Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Putita Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Un orgullo tonto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Prometida falsa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Esclava de tus deseos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Año del Billonario Vol. #1 : Conociendo su Secreto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Al Borde Del Deseo: Romance De Un Millonario: Los Secretos Del Multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Padre a la fuerza Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Llámame bombón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tú de menta y yo de fresa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hielo y Fuego Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo besa: Serie Contrato con un multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para El día de la boda
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El día de la boda - Kathryn Ross
Editado por Harlequin Ibérica, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 2001 Kathryn Ross
© 2014 Harlequin Ibérica, S.A.
El día de la boda, n.º 1271 - noviembre 2014
Título original: The Night of the Wedding
Publicada originalmente por Mills & Boon®, Ltd., Londres.
Publicada en español en 2002
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial. Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
® Harlequin, Julia y logotipo Harlequin son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited.
® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.
Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos están reservados.
I.S.B.N.: 978-84-687-5590-8
Editor responsable: Luis Pugni
Conversión ebook: MT Color & Diseño
www.mtcolor.es
Índice
Portadilla
Créditos
Índice
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Publicidad
Capítulo 1
Stephen iba a pedirle que se casara con él?, se preguntaba Kate mientras volvía a casa del trabajo. Se le había ocurrido de repente, pero la idea no la hizo sentir una explosión de alegría.
¿Por qué no se alegraba? Llevaban dos años viviendo juntos y estaban de acuerdo en que, si las cosas funcionaban, se comprometerían el día de su segundo aniversario. Las cosas funcionaban entre ellos… ¿o no?
Kate estaba exasperada consigo misma. Claro que las cosas funcionaban. A Stephen le gustaba su trabajo y ella estaba encantada con el suyo, como editora en Temple y Tanner. Y a los dos les fascinaba vivir en Amsterdam.
Amsterdam era una ciudad muy hermosa. Los altos y majestuosos edificios brillaban bajo la luz del atardecer, su imagen reflejándose en las tranquilas aguas del canal. Las terrazas de los cafés estaban llenas de gente que salía de trabajar y se encontraba con sus amigos, como ella iba a encontrarse con Nick Fielding.
La idea de verlo sí la llenaba de alegría.
Llevaban cinco semanas sin verse porque él había tenido que viajar a Londres y lo echaba de menos. Echaba de menos su conversación y su risa contagiosa. Nick siempre la hacía reír.
Él la vio mientras cruzaba el puente en bicicleta, sonriendo, con la melena oscura empujada hacia atrás por el viento. Llevaba pantalones grises, un jersey de color rosa y una mochila a la espalda. Como siempre, iba conduciendo con una sola mano y demasiado aprisa.
La observó mientras bajaba de la bicicleta y la ataba a un poste, sin dejar de sonreír. Kate tenía treinta y dos años, solo uno menos que él, pero parecía tener dieciocho. No había cambiado mucho desde su época universitaria, pensó, mientras se acercaba entre las mesas.
—Hola, niña —la saludó, dándole un beso en la mejilla. Su piel era suave y olía a… ¿miel? ¿A rosas?
—Hola, Nick.
—¿Has cambiado de colonia?
—Sí. Stephen me la regaló hace tiempo y he decidido usarla antes de que pierda el olor. ¿Te gusta? —sonrió Kate, sentándose a su lado.
—Sí.
Estaba guapísima; tenía una piel preciosa y sus ojos verdes brillaban, tan traviesos como siempre.
—¿Qué tal el viaje?
—Bien, pero me alegro de haber vuelto. La oficina de Londres es un caos. Me pasé la primera semana ordenando papeles.
—Seguro que han respirado tranquilos cuando te fuiste —rio ella—. Eres un perfeccionista.
—Cuando tienes tu propio negocio, debes serlo.
La camarera se acercó y pidieron dos cafés.
Kate se dio cuenta entonces de que la mujer que estaba sentada a su lado no apartaba los ojos de Nick. Su amigo era muy guapo, la verdad. Tenía un físico estupendo y parecía lo que era, un hombre de negocios. Llevaba una chaqueta de ante color nuez y una camisa blanca que destacaba el tono bronceado de su piel.
Y ella se sentía orgullosa de ser su amiga. Habían pasado muchas mujeres por la vida de Nick Fielding, pero su amistad se mantenía firme. Por mucho tiempo que estuvieran sin verse, siempre era como si acabaran de estar juntos. Se sentían muy cómodos el uno con el otro.
—Espero que no hayas estado trabajando todo el tiempo —sonrió Kate, cuando la camarera desapareció—. Se supone que debías enseñarle Londres a Serena, ¿no?
Nick se encogió de hombros.
—Las cosas no salieron como esperaba.
—¿Qué quieres decir?
—Que hemos cortado.
—¿En serio? —exclamó ella, sorprendida. Aunque, en el fondo de su corazón, sabía que Nick nunca llegaría a nada con Serena—. Lo siento mucho.
—Qué se le va a hacer.
—¿Fuiste tú quien cortó la relación? —preguntó Kate, clavando sus ojos verdes en los ojos oscuros del hombre.
—No, hemos sido los dos —contestó él, apartando la mirada.
Kate no se lo creía. Serena era una rubia preciosa, pero intuía que era ella quien estaba más interesada.
—¿Qué pasó? Serena estaba deseando ir a Londres contigo.
—Lo pasamos bien… y luego nos separamos como amigos. Queríamos cosas diferentes.
La camarera les llevó los cafés y Kate se quedó pensativa un momento. Seguramente Serena quería formalizar su relación y Nick no estaba dispuesto. Como siempre. Lo había visto muchas veces. Su amigo no parecía dispuesto a formalizar una relación con nadie.
—Qué pena. Me caía bien Serena.
—A mí también —sonrió él.
—Pero no lo suficiente.
—Los dos estuvimos de acuerdo en que había llegado el momento de separarnos.
—Si solo llevabais cinco meses saliendo… Pero claro, cinco meses son muchos para ti, ¿no? —sonrió Kate.
—¿Cinco meses? ¿Los has contado?
—Las mujeres recordamos esas cosas.
—Yo creo que Serena no.
—De todas formas, tus relaciones no duran más que unos meses, Nick. Y has salido con Serena más tiempo que con nadie… excepto con Jayne, claro.
—¿Tú crees que sigo enamorado de Jayne?
Kate no había dicho eso. Su relación con Jayne había terminado dos años antes, pero estaba segura de que fue Nick quien decidió cortar.
—No… lo que digo es que tienes un problema con las relaciones serias.
—¿Y eso es malo?
—Tienes que sentar la cabeza algún día.
—¿Por qué?
—Pues… ¿no quieres casarte y tener hijos?
—No. De hecho, estoy empezando a pensar que la variedad es la salsa de la vida —sonrió su amigo.
—No lo dices en serio, ¿verdad?
—No —contestó él, tomando un sorbo de café—. Pero prefiero estar solo que mal acompañado.
—En eso estoy de acuerdo —dijo Kate, pensativa.
¿Era Stephen el hombre de su vida?, se preguntó. Y le sorprendió hacerse esa pregunta. Stephen llevaba una temporada un poco nervioso, pero seguramente era porque iba a pedirle que se casara con él. Cuanto más lo pensaba, más claro lo veía. Cuando le preguntó por la mañana a qué hora volvería del trabajo, seguramente era porque pensaba reservar mesa en algún restaurante. Por eso estaba tan serio.
Kate sonrió. Todo iba a salir bien.
—Pues a mí me gustaría tener niños.
—Tienes mucho tiempo para eso —murmuró Nick.
—¿Ah, sí? —rio ella—. Tengo treinta y dos años. No puedo seguir posponiéndolo mucho tiempo.
—Cuando llegue el momento y el hombre adecuado, lo sabrás.
Quizá sería así cuando Stephen le pidiera en matrimonio. Cuando dijera las palabras, aquellas dudas desaparecerían y sabría que él era el hombre de su vida. Estaba acusando a Nick de no querer comprometerse, pero quizá ella tenía el mismo problema.
—Siempre has sido un fatalista —dijo, sonriendo—. Y creo que también yo lo soy. Por ejemplo, creo que hay alguien para todo el mundo… que nuestra pareja ideal está por ahí, esperando.
Nick sonrió.
—Eso no es ser fatalista, Kate. Es ser un romántico.
—Las almas gemelas existen. Mira tus padres, por ejemplo. Siguen enamorados después de casi cincuenta años, ¿no?
—Sí, es verdad. Por cierto, me han dado recuerdos para ti.
Ella sonrió. Le caían muy bien los padres de Nick. Y sus hermanos. Eran una familia muy unida y envidiaba el ambiente en el que había crecido. Ella era hija única y sus padres se habían divorciado cuando era una niña. Por eso se pasaba las horas muertas en casa de Nick. Rachael, su hermana pequeña, casada y con hijos en Australia, había sido su mejor amiga.
—¿Qué tal con Stephen? —preguntó él entonces.
—Bien.
Algo en su tono de voz lo alarmó.
—Tienes algo que decirme, ¿verdad?
Kate apartó la mirada.
—Hoy hace dos años que estamos juntos.
—Felicidades.
—Gracias. No puedo creer que hayan pasado dos años.
—¿Y?
—No puedo esconderte nada, ¿eh? Pero la verdad es que no hay mucho que contar.
—Sí lo hay. Lo veo en tus ojos.
—No estoy segura pero… creo que Stephen va a pedirme que me case con él.
Después de eso, hubo un silencio. Y Kate se