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Sabueso Nupcial de San Valentín: Los Hart, #5
Sabueso Nupcial de San Valentín: Los Hart, #5
Sabueso Nupcial de San Valentín: Los Hart, #5
Libro electrónico240 páginas4 horas

Sabueso Nupcial de San Valentín: Los Hart, #5

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Información de este libro electrónico

La boda de la diseñadora de modas, Jenna Hart, se convierte en un circo mediático cuando su organizadora de bodas la inscribe en un reality show. Cada semana, los productores la retan a mantener el rumbo de su boda mientras realiza una tarea desagradable o trabaja con personas difíciles.

El bombero Larry Davison quiere que Jenna sea feliz, así que acepta el reality show a pesar de odiar estar frente a la cámara. Cuando el programa profundiza demasiado en su pasado, tiene dudas sobre la boda y el estilo de vida de celebridad de Jenna.

¿Su portador del anillo, Harley, el sabueso, unirá a Jenna y Larry para casarse en el final de temporada?

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 mar 2022
ISBN9781667406749
Sabueso Nupcial de San Valentín: Los Hart, #5
Autor

Rachelle Ayala

Rachelle Ayala is the author of dramatic romantic suspense and humor-laden, sexy contemporary romances. Her heroines are feisty, her heroes hot. Needless to say, she's very happy with her job.Rachelle is an active member of online critique group, Critique Circle, and a volunteer for the World Literary Cafe. She is a very happy woman and lives in California with her husband. She has three children and has taught violin and made mountain dulcimers.Visit her at: http://www.rachelleayala.net and download free books at http://rachelleayala.net/free-books

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    Sabueso Nupcial de San Valentín - Rachelle Ayala

    Sabueso Nupcial de San Valentín

    Escrito por Rachelle Ayala

    Copyright © 2022 Rachelle Ayala

    Todos los derechos reservados

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Traducido por Celeste Mayorga

    Diseño de portada © 2022 Rachelle Ayala

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    Valentine Wedding Hound: Copyright © 2017 Rachelle Ayala

    Todos los derechos reservados.

    Traducido del original por Celeste Mayorga

    Ninguna parte de este libro debe ser usada o reproducida de cualquier forma sin permiso escrito de la autora, excepto en el caso de breves citas insertadas en artículos críticos o reseñas.

    Los personajes y eventos descritos en este libro son ficticios. Cualquier similitud con eventos reales o personas reales, vivas o muertas, es pura coincidencia y no fue la intención de la autora.

    Todas las marcas pertenecen a sus respectivos propietarios y son usadas sin permiso bajo la ley del uso justo de marcas.

    Las canciones mencionadas pertenecen a los propietarios de sus derechos y a los artistas. No se citan letras ni se infringen los derechos.

    Contacta con Rachelle en https://smarturl.it/ContactRachelle

    Únete a la lista de correos de Rachelle en https://smarturl.it/RachAyala

    Recibe actualizaciones y charla con Rachelle en su Reader’s Club: https://www.facebook.com/groups/ClubRachelleAyala

    ––––––––

    Libros Gratis: http://rachelleayala.net/free-books

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    Elogios para Sabueso Nupcial de San Valentín

    Rachelle Ayala lo ha vuelto a hacer, llevando al lector al corazón de una pareja Hart. - Angi DeMonti

    Divertido, conmovedor, reconfortante. ¡Rachelle en su mejor momento! - Cathy Zaramba

    ¡¡¡El suspenso, la traición y el romance se mezclan para una lectura excelente!!! - Carol Smith

    Drama que no esperaban para bien o para mal. - Ella Gram

    El amor tiene sus altibajos; sin embargo, el amor verdadero prevalecerá en esta maravillosa historia. - Terri Merkel

    Contratiempos graciosos de boda que ocurren mientras tiene lugar un evento ya estresante... ¿por qué no participar en un reality show de bodas? - Audrey

    Las bodas pueden ser estresantes en el mejor de los casos y la Sra. Ayala nos muestra lo que sucede cuando los reality shows entran en juego. ¡Gran lectura! - Rebecca Austin

    Sabueso Nupcial de San Valentín es una historia inesperadamente cruda y hermosamente sincera sobre cómo aprender a amar más allá de ti mismo. - Amber McCallister

    Esta historia fue un placer de leer, preguntándote qué podría ofrecer el próximo desafío del reality show a la afortunada pareja. - Eileen Aberman-Wells

    Rachelle Ayala nos cuenta otra dulce historia de la serie Los Hart. La historia de Jenna, Larry y Harley te hará pasar las páginas y mirar los reality shows de una manera completamente nueva. - Barbara Cassata

    Otro gran libro de Rachelle Ayala, una vez que lo tomas es muy difícil dejarlo y cuando terminas sientes que has dejado atrás a grandes amigos. - Phylis Carpenter

    Otra lectura dulce y divertida. - Sophie Koufes

    El amor puede incluso conquistar la telerrealidad. - Kris Woltzen

    Hermoso y conmovedor con mucho drama que seguramente entretendrá y llenará tu corazón por muchos San Valentín por venir. - Yomari Suarez-Rivera

    Dedicatoria

    A Amber McCallister, una verdadera romántica de corazón que entiende mis historias y siente a mis personajes.

    Capítulo uno

    —¡No se atrevería! —Jenna Hart se elevó en toda su altura sobre su hermana menor, Melisa—. Es mi boda, no un reality show.

    Por supuesto, disparar al mensajero nunca funcionaba, pero seguro que se sentía bien.

    —El contrato ya está firmado. —Melisa hizo una mueca severa y golpeó una carpeta manila rosa sobre la tabla de planchar de Jenna—. Lo siento, pero hiciste un trato y tienes que jugar.

    En diciembre pasado, tanto Jenna como Melisa habían alentado a su hermana mayor, Cait, a tomar el apellido de su esposo y comenzar un negocio. A cambio, habían aceptado ser sus primeras clientas. Por lo tanto, nació Cait Wonder y su negocio, las Maravillosas Bodas de Cait.

    Melisa había tenido una espectacular noche de Nochevieja, que era otra historia en sí misma, pero ahora, era hora de que Jenna pagara las consecuencias.

    —Cait se ha pasado de la raya, por completo. —Jenna empujó la carpeta al suelo, esparciendo el contenido.

    Melisa, quien generalmente simpatizaba con ella con respecto a los planes de Cait, se encogió de hombros y torció los labios.

    —Esto promoverá tu empresa de diseño. Piensa en la visibilidad que obtendrás.

    —¡No puedo hacerlo! Va a ser un zoológico. —Jenna levantó las manos y se paseó por el pequeño estudio de diseño. Era diseñadora de moda independiente y propietaria de Hart en SF Designs con sede en San Francisco.

    También era una de las pocas diseñadoras que no tenían su sede en Nueva York, Londres, Milán o París, y necesitaba publicidad. Al mismo tiempo, era su boda, y tal vez detrás del glamour y la ostentación del negocio de la moda, Jenna todavía era una chica tradicional que quería una boda tranquila en la iglesia, no la extravagancia de los medios de comunicación que sus hermanas parecían creer que ella realmente, de verdad, quería y necesitaba.

    Melisa tomó tranquilamente la carpeta y le mostró a Jenna la hoja de especificaciones.

    —Ya accediste al desfile de modas, ¿verdad? También acordaste la variedad de mascotas que cada padrino de boda acompañaría. Incluso accediste a la adopción de mascotas después de la recepción.

    —¡Sí, sí y sí! —Jenna tocó con el dedo los términos y condiciones—. Pero no estuve de acuerdo con el reality show, especialmente uno en el que tengo que enfrentarme a desafíos frente a la cámara.

    El popular reality show, No Se Atrevería, se basaba en incitar a las celebridades a aceptar desafíos durante eventos importantes, en este caso, la boda de Jenna con su héroe bombero, Larry Davison.

    Se conocieron hace un año cuando la mascota de su desfile de San Valentín, un cachorro basset hound dulce y gaseoso llamado Harley, se perdió y luego fue encontrado por Larry.

    Después de un desfile, una subasta de solteros y un incendio en una casa, Jenna y Larry se enamoraron y decidieron casarse. En ese momento, parecía apropiado celebrar la boda el día de San Valentín. El romance, los corazones, las flores, los chocolates y los votos matrimoniales iban bien con las flechas de Cupido y la promesa de amor eterno.

    Pero ahora, después de la estridente y muy publicitada boda de Nochevieja de Melisa, Jenna tuvo la tentación de llevarse a Larry y a su perro, Harley, y fugarse.

    —Tendrás que hablar con Cait sobre el contrato —dijo Melisa—. Me temo que le diste un poder notarial...

    —Ella no se atrevería.

    Melisa pasó a la página de firmas.

    —Ya lo hizo. No creo que puedas pagar la cláusula de cancelación.

    Definitivamente no podría, y si pudiera lograrlo todo, sería una buena idea hacer el programa. De hecho, con la exposición podría obtener el reconocimiento de su nombre y ser un impulso para su marca. ¿No le había dicho una vez un gurú del marketing que toda publicidad, buena o mala, era buena publicidad?

    —¿Cuándo empiezan a filmar? —Los ojos de Jenna recorrieron salvajemente su estudio, actualmente en un profundo estado de caos con vestidos a medio terminar y material tirado por todas partes.

    —Los equipos de rodaje están afuera con Cait. —Melisa se volvió hacia las puertas dobles y las abrió de par en par—. Adelante, Jenna Hart está lista para el rock and roll.

    Jenna vio con horror como su hermana mayor, Cait, conducía la cámara y el equipo de sonido a su pequeño estudio, seguida por la presentadora de No Se Atrevería, la actriz Amy Suzuki, quien había protagonizado el ahora desaparecido reality show Cortejando al Corredor hace unos años. El programa fue un fracaso y se canceló cuando el motociclista se estrelló y terminó en el hospital debido a que se distrajo con ella y por el drama que ella había causado.

    —Bienvenidos a este episodio de No Se Atrevería: Edición de bodas, con la prometedora diseñadora de moda de San Francisco, Jenna Hart. —La belleza asiático-estadounidense habló a la cámara mientras se colocaba junto a Jenna—. Estamos en el estudio de diseño de Jenna, donde está ocupada armando su colección de novias. ¿Cómo te sientes hoy? ¿Está aumentando la presión?

    Jenna estaba sudada, su cabello era un desastre y no se había maquillado. Miró a sus dos hermanas y sintió cada dolor agudo de los cuchillos apuñalando y retorciéndose en su espalda.

    Apretando los dientes, forzó una sonrisa para la cámara.

    —Todo va muy bien. Tengo estos dos vestidos de dama de honor en los maniquí, y mis dos hermanas maravillosamente adoradas simplemente están aquí para una prueba.

    Ahí, eso los devolverá y les dará tiempo frente a la cámara. Vean cómo les gusta que no les rocíen el cabello ni que le planchen la ropa antes de estar frente a la cámara.

    —Impresionante —chirrió Amy—. Veo que los dos vestidos son diferentes en términos de corte y estilo. ¿Por qué es eso?

    —Mis dos hermanas son animales muy diferentes. —Jenna se contuvo de gruñir—. Cait, la mayor, es eficiente y muy mandona. Ella favorece las líneas limpias y las declaraciones audaces. También tiene una figura que presenta muchos desafíos de diseño.

    —¿Cómo es eso? —Amy cambió su mirada de Jenna a la cintura de Cait.

    —Tengo que tener cuidado con el equilibrio y la forma. Por ejemplo, alejar la atención de las áreas problemáticas para proporcionar la ilusión de una feminidad esbelta.

    —Rawrrr... —Amy hizo un ruido malicioso mientras colocaba el micrófono frente a Cait—. Todos sabemos lo difíciles que son los vestidos de dama de honor. ¿Tienes confianza en que Jenna puede abordar todas las áreas problemáticas, como ella dice, y hacerte un vestido verdaderamente memorable?

    —No tengo duda. Mi hermana es capaz de cualquier cosa.

    —¿Te gusta tu vestido? —preguntó Amy—. ¿Después de lo que dijo Jenna sobre sus objetivos de diseño?

    —Sí. —Cait se cruzó de brazos—. Ella capturó mi personalidad y estilo de manera fabulosa.

    —Por eso ella es la estrella. —Amy se concentró en la forma que unía las piezas del vestido de Melisa, una mezcla de tul con volantes y encaje y suaves curvas—. Háblame de tu hermana menor, Melisa.

    —Ella siempre ha sido un amor —dijo Jenna—. Hasta ahora.

    —Oh, dime. ¿Es por eso que su vestido es tan juvenil?

    Jenna no pudo evitar sonreír ante el ceño fruncido que cruzó el rostro de Melisa.

    —Ella es la bebé de la familia, casi, y sigue a Cait como un patito.

    —No. —Melisa se puso las manos en las caderas y golpeó con el pie—. Puedo ser amable, pero no soy presa fácil.

    —¿Te gusta el vestido que te diseñó? —Amy pasó los dedos desde el corpiño de encaje con pedrería hasta la gran falda de tul.

    —No, es demasiado cuento de hadas. —Melisa arrugó la frente—. El problema con Jenna es que me subestima. No creo que este vestido refleje quién soy.

    —Lamento mucho oír eso —dijo Amy—. Si Jenna tuviera tiempo para volver a hacerlo, ¿querrías que te hiciera otro vestido?

    —Por supuesto. —Melisa señaló con la barbilla a su hermana diseñadora—. Ya no soy esa niña soñadora que ella cree que soy.

    —Cait, Melisa, díganme algo. —Amy se rió entre dientes con una voz irritantemente empalagosa—. ¿Hay algo que Jenna no se atrevería?

    —Nada en lo absoluto. —Cait asintió con la cabeza como si fuera una experta en Jenna, habiéndole dado órdenes desde que llegó a casa del hospital—. Jenna no tiene interruptores. Intentará hacer cualquier cosa.

    —Jenna es valiente. Siempre hacía lo suyo —dijo Melisa—. La admiraba y todavía la admiro.

    —Maravilloso. —Amy se volvió hacia la cámara. Su asistente le entregó unas tijeras—. Jenna Hart, estás a cinco semanas de tu boda. Para tu primer desafío en el programa No Se Atrevería: Edición de Bodas, te reto a cortar el vestido de Cait, el que le gusta, y reemplazarlo por uno que no sea tan formal.

    —¿Puedo cortar el vestido de Melisa en su lugar? —El corazón de Jenna dio un vuelco. No había forma de que pudiera rehacer el vestido de Melisa y Cait.

    —No, el desafío es cortar el vestido de Cait. Ella estará en una boda, no en una reunión del gabinete presidencial. Está en juego una remodelación de una casa por valor de cincuenta mil dólares. —Amy puso las tijeras en la mano de Jenna mientras el reloj de cuenta regresiva comenzaba a correr.

    —¿Tiene que ser una remodelación o puede ser una nueva construcción? —La casa de los padres de Jenna se había incendiado a principios de año y estaban construyendo una nueva.

    —Las construcciones nuevas están bien siempre que estén dentro del presupuesto. ¿Te atreves? Te quedan diez segundos. —Amy se volvió hacia la cámara y dijo—: No se atrevería, ¿o sí?

    Jenna tragó saliva y se mordió los labios, calculando el tiempo y las estimaciones de material en su cabeza. Le debía un vestido a su cuñada embarazada, Nadine, y el vestido de su madre necesitaba modificaciones. En cuanto a su propio vestido, tenía un caso grave de bloque de diseñador y todavía estaba en la mesa de dibujo.

    —Cuatro, tres, dos —Amy hacía una cuenta regresiva.

    —Lo haré. —Jenna cortó con las tijeras la solapa de satén del vestido de Cait y rasgó el corpiño.

    —¡No! —Cait se abalanzó sobre el maniquí y lo rodeó con los brazos, casi cortándose—. Amo este vestido. Me encanta, me encanta.

    Capítulo dos

    Larry Davison era un hombre con pocas necesidades y deseos. Dale una silla cómoda, un plato de espagueti y su leal perro de caza, y estaba como el oro.

    Por eso odiaba ser el centro de atención. Hace tres años, se quemó en un incendio en una casa y dejó cicatrices en más del cincuenta por ciento de su cuerpo. No necesariamente odiaba las cámaras, pero definitivamente tenía un lado bueno y un lado malo.

    Estar comprometido con una diseñadora de moda y posar con ella para revistas era algo de lo que podía prescindir. Mientras los fotógrafos lo colocaran de modo que estuviera del lado derecho de Jenna, podría ocultar el lado izquierdo de su rostro lleno de cicatrices y hoyos, así como la oreja que le faltaba, mirándola con adoración, lo cual no era difícil de hacer ya que la amaba más allá de todo lo que había conocido.

    Era un fin de semana lluvioso y Larry tenía tareas de mantenimiento en la estación de bomberos. La lluvia significaba menos incendios y más operaciones de rescate, pero hasta ahora, había sido un día lento.

    Larry terminó de verificar el funcionamiento de la bomba y su capacidad para mantener la presión. Anotó los niveles de fluido hidráulico y firmó la lista de verificación diaria del aparato.

    Era la hora del almuerzo, así que recogió a su perro, Harley, y se dirigió a la cocina del piso de arriba.

    Se detuvo en la entrada de la sala de día y miró a su alrededor. Por alguna extraña razón, todos los demás llevaban corbatas de lazo y una flor en el ojal sobre su ropa de trabajo habitual.

    Dejando a Harley, fue a buscar a

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