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B de Bruja Brunilda
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B de Bruja Brunilda
Libro electrónico55 páginas38 minutos

B de Bruja Brunilda

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Información de este libro electrónico

Brunilda tiene 9 años y es una bruja de verdad, ya lo dice su nombre: «B de bruja y de Brunilda». Sin embargo, no será una bruja con todas las de la ley hasta que supere la ceremonia de iniciación.En la ceremonia, Malvada, la bruja mayor, le entregará la varita con la estrella blanca y por fin podrá poner en práctica todo lo que le ha enseñado su maestra, Guillermina, y hacer magia. Bueno, siempre y cuando todo vaya bien y no enfaden a Malvada.-
IdiomaEspañol
EditorialSAGA Egmont
Fecha de lanzamiento15 abr 2022
ISBN9788728101131
B de Bruja Brunilda

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    B de Bruja Brunilda - Luisa Villar Liébana

    B de Bruja Brunilda

    Copyright © 2022, 2022 Luisa Villar Liébana and SAGA Egmont

    All rights reserved

    ISBN: 9788728101131

    1st ebook edition

    Format: EPUB 3.0

    No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

    www.sagaegmont.com

    Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

    CEREMONIA DE BRUJAS

    Brunilda se preparaba para su primera ceremonia de brujas. Todo debía quedar perfecto y ella también. La casa decorada con farolillos y colgantes negros, y ella vestida de bruja, claro, de eso se trataba.

    Brunilda era una bruja de verdad. No en vano su nombre empezaba por

    B de Brunilda y b de bruja.

    Tenía nueve años, y aquella sería su Ceremonia de Iniciación.

    La casa quedó decorada con farolillos negros y cintas por todos lados, incluido el jardín, con la ayuda de Guillermina y las protestas de Garabato, que no encontraba un lugar donde dormir tranquilo y no dejaba de maullar.

    Guillermina lo había encontrado en la calle y pretendía convertirlo en un gato de bruja. Aunque solo era un gato negro, dormilón, y bastante asustica.

    Cuando la casa estuvo decorada le tocó el turno a Brunilda.

    -He aquí la ropa –le indicó Guillermina.

    Un vestido largo y marrón, botines negros de punta, calcetines a rayas y sombrero negro.

    -La Ceremonia empezará a las doce en punto. Debes prepararte.

    Brunilda examinó el vestuario. Parecía un disfraz. Ella era una auténtica bruja y no lo necesitaba. Y el color marrón no le gustaba, habría preferido uno más alegre.

    Brunilda era alta con el pelo largo y rizado, y le encantaban las mallas de colores. Se puso el vestido, los botines, los calcetines y el sombrero. Y, en efecto, parecía un disfraz.

    En cuanto a Guillermina, siempre iba con un traje de chaqueta azul claro hasta los tobillos y zapatos del mismo color. Y lucía, eso sí, un bonito broche marrón en representación del color de las brujas.

    -¡Estás guapísima! –exclamó al contemplar a la pequeña bruja vestida ya.

    Garabato no opinaba lo mismo. Estaba medio adormilado, abrió un ojo y, al verla, corrió maullando asustado y lo perdieron de vista.

    La pequeña bruja se miró en el espejo. Su aspecto era lánguido. Ella era una chica alegre y con ese vestido no lo parecía. Se le ocurrió algo. Había practicado sortilegios con Guillermina, su maestra de brujas, y se le ocurrió poner en práctica uno sobre los colores.

    Empezó a recitar:

    -Te digo a ti, vestido, que serás amarillo. Llevaré un sombrero color del cielo. El botín y el calcetín color carmesí.

    A la de una, a la de dos…

    -No te esfuerces querida. Nada puedes hacer sin la estrella blanca. Estás a punto de conseguirla, pero aún no la tienes.

    -Entonces transforma tú el vestido, tía Guillermina –le pidió Brunilda.

    -Oh, niña, no juguemos con eso. Debes parecer una bruja de verdad.

    -¡Y lo soy! Soy una bruja de verdad –Brunilda

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