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NAZIS, I.G. Farben, drogas, esclavos y la bomba atómica
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Libro electrónico239 páginas1 hora

NAZIS, I.G. Farben, drogas, esclavos y la bomba atómica

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Alemania tenía interés en dominar al mundo desde fines del siglo XIX y en el siglo XX lo pone en práctica en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Muchos documentos permaneces sin desclasificarse por los principales actores de estas guerras después de mas de 70 años. Por otro lado, nuevos descubrimientos s

IdiomaEspañol
EditorialMarice Caro
Fecha de lanzamiento15 oct 2019
ISBN9781087808949
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    NAZIS, I.G. Farben, drogas, esclavos y la bomba atómica - Marice Ettlin-Caro

    .1. Pangermanismo

    El pangermanismo fue muy influyente en la política alemana en el siglo XIX durante la unificación de Alemania cuando el Imperio alemán fue proclamado como estado sin incluir a Austria en 1871. Filósofos pangermanistas organizaron la Liga Pangermana en 1891 adoptando una ideología abiertamente etnocentricas y racistas. Como resultado del desastre de la Segunda Guerra Mundial, el pangermanismo fue visto principalmente como una ideología tabú en el período de posguerra en Alemania Occidental y Oriental. Hoy, el pangermanismo se limita principalmente a algunos grupos nacionalistas en Alemania y Austria.

    La Liga Pangermana fue un movimiento ideológico político de la extrema derecha alemana donde se trataba de unir todos los pueblos de origen germano basado en racismo. Aparentemente nació como una protesta sobre el acuerdo Germano Británico de 1890, donde los británicos le entregaron a Alemania el archipiélago de Heligoland (pequeño archipiélago en el Mar del Norte) para que Alemania abandonara su plan en conquistar a Zanzibar (un archipiélago parte de Tanzania en el Océano Índico). El Pangermanismo se hizo particularmente importante durante el período del Káiser Guillermo II de Alemania y emperador de Prusia (1888-1918), quién trató de integrar las colonias alemanas esparcidas por el mundo. Por otro lado, el príncipe Rodolfo, heredero del imperio Austrohúngaro, no estaba de acuerdo con el Pangermanismo que profesaba el Káiser. La política del Kaíser Guillermo continuó con Paul Hindenburg y Erich Ludendorff en la Primera Guerra Mundial, terminando con Adolf Hitler y el nazismo de la Segunda Guerra Mundial.

    El escritor mas citado sobre Pangermanismo es Otto R. Tannenberg, quién uso su publicación como medio de propaganda a favor del imperio alemán en 1914 (6). Pero el concepto de Pangermanismo ya se había mencionado desde fines del siglo XIX como un mecanismo para recuperar el poderío alemán. Frank Fairman escribió en 1884 que el Pangermanismo era un imperialismo de raza causado por dos eventos históricos, el descubrimiento de América que le quitó importancia a Alemania como centro político y comercial del continente europeo y la Reforma Luterana que unificó al pueblo alemán espiritualmente (7). Otros autores consideran la influencia militarista del Imperio Prusiano como otro factor determinante en el Pangermanismo. O sea que esta filosofía esta basada en factores económicos, religiosos y militares. Es así como nace un movimiento de la extrema derecha, extremadamente racista, donde se excluyen los que se consideraban razas inferiores como los judíos y los eslavos.

    Poco hay escrito sobre filósofos que creían firmemente en el Pangermanismo. La idea filosófica parece haber tenido mas claridad en el discurso que dio Johann Gottlieb Fichte a las naciones alemanas en 1908. Fichte puso la base de algunas de las doctrinas mas importantes, como era imponer la idea espiritual y moral alemana sobre el mundo entero. Otros filósofos y políticos pangermanistas y antisemitas como Kart Lueger y Gerog von Schönerer aparecen mencionados en el libro de Hiter Mi Lucha. Parecería que la ideología nazi fue basada en el Pangermanismo, porque Hitler menciona todas sus doctrinas, desde la grandeza del pueblo alemán racista, hasta el dominio mundial por los pueblos germanos. Se sabe que Hitler perteneció a sociedades secretas de Pangermanismo en Munich y en Viena (3). Irónicamente, el escritor Mario Escobar relaciona los inicios de la masonería estadounidense al pangermanismo también (3). Otros libros sobre Pangermanismo son: Escritos Alemanes 1878-1881 de Lagarde, quien habla de la necesidad de un territorio germano en 1900; o Sangre y Suelo escrito por Von Polenz, que habla de la expansión del territorio alemán. Este último fue también citado por Hitler en 1926.

    El Pangermanismo fue fundado en Berlín en 1891 por Alfred Hugenberg, Carl Peters, Emil Pozsel, Emil Kirdorf y Friedrich Ratzel. El presidente de este movimiento fue Ernst Hasse desde 1893 a 1908, quien fue remplazado por Heinrich Class hasta 1939. Llegaron a tener 40.000 miembros en 1922 y se disolvió, mejor dicho, cambió de nombre a Nacional Socialismo. El Pangermanismo es una ideología que incluye: ultranacionalismo, nacionalismo alemán, militarismo, imperialismo, antidemocracia, anticapitalismo, anticomunismo y antisemitismo. Fueron los que introdugeron el concepto de la raza Aria, como los nórdicos altos, rubios de ojos azules (9).

    El Pangermanismo llevó a Alemania a tratar de conquistar sus colonias alemanas en las américas y así apoderarse de materia prima que Alemania no poseía. A mediados del siglo XIX toda Europa estaba en pobreza, la emigración mas grande del norte de Europa a las Américas fue la alemana. Muchas de estas colonias no fueron bien recibidas en Norteamérica, pero si fueron recibidas con los brazos abiertos en los países de la cuenca del Río de la Plata, como fue el norte de Argentina, Paraguay, el sur de Brasil, el sur de Bolivia, Chile y Uruguay.

    Tannenberg publica en su libro un mapa donde incluye a estos países y a la Patagonia Argentina como parte del Imperio Alemán en 1911, libro que luego se tradujo a inglés en 1914 (6). Es interesante saber que en ese mismo año de 1911 el general alemán Wilhelm Faupel estaba en Argentina adiestrando a militares y tratando de convencer a los superiores en no perder el tiempo en patrullar la Patagonia. Usó la excusa de que era un gasto innecesario, la Patagonia era muy grande y estaba poco poblada. ¿Fue ésta una táctica del Káiser Guillermo II en caso de querer invadir el territorio argentino? Publicaciones internacionales de la época mencionan erróneamente que la Patagonia ya pertenecía a Alemania, o que había sido comprada por Alemania antes de la Primera Guerra Mundial. El tema de la conquista de la Patagonia reaparece de nuevo en la historia poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Cartas incautadas en Uruguay de los líderes del NSDAP (partido obrero nacional socialista alemán) mencionan el fracaso de la invasión de la Patagonia. El tema fue investigado por el gobierno argentino debido a una carta escrita por el embajador alemán en la que mencionaba la invasión a la Patagonia en los 1930. Un plan similar de invadir a Uruguay fue descubierto por el gobierno uruguayo cuando incautaron documentos de la casa de Arnulf Fürhmann en Salto en 1940 (41).

    Mapa de Otto Tannenberg (6)

    El general Wilhelm von Faupel, tuvo también mucha importancia durante el Pangermanismo, durante la Guerra Civil Española y durante el Nacional Socialismo. Mientras el Káiser Guillermo II estuvo en el poder, Faupel fue parte del ejército prusiano y creía en el Pangermanismo. Misteriosamente Faupel aparece en Argentina en 1911 adiestrando militares y tratando de convencerlos que no patrullaran la enorme región de la Patagonia con la escusa de que estaba despoblada. Claro, hubiese sido fácil para Alemania invadir la Patagonia sin la presencia militar nacional que la defendiese.

    .2. I.G. Farben, reyes de la Química y la Esclavitud

    El misterio de la recuperación económica de Alemania en el período de entre guerras recién ahora se empieza a desenmascarar. Por décadas se ha hablado de este fenómeno como algo mágico, de golpe Alemania ya no tenía desempleados. La vergüenza en haber perdido la Primera Guerra Mundial se disipó y el orgullo del alemán por su patria resurgió de nuevo. ¿Qué había pasado? Al terminar la Primera Guerra Mundial en 1919 se escribió el Tratado de Versalles, en él los aliados impusieron varias condiciones sobre Alemania para evitar una segunda guerra desbastadora. Se restringió el territorio, el poderío militar y la economía de Alemania. Entre las muchas estipulaciones, había una que obligaba a Alemania destruir todas sus industrias relacionadas a la producción de armamentos de guerra, incluyendo armas químicas. Como consecuencia Alemania empezó a sufrir económicamente, el pueblo estaba humillado, desmoralizado, sin trabajo y con hambre. Para recuperar a Alemania se necesitaba capital, científicos y soporte de la industria que quedaba. Solamente existía una compañía, I.G. Farben, con los fondos y las conexiones internacionales como para levantar la economía de Alemania.

    Historia de I.G. Farben

    I.G. Farbenindustrie empezó a funcionar oficialmente desde 1925, pero ya existía desde 1904 durante el Pangermanismo, una filosofía que trató de unir a todos los pueblos de habla germana basados en una raza pura. El conglomerado llegó a tener 380 compañías en Alemania por un valor de 6 billones de reichsmark en 1945, 500 compañías extranjeras y 2000 industrias colaboradoras internacionales. Tenía un valor total de 11 billones de reichsmark y 80.000 empleados (11). Al principio el conglomerado era compuesto por nada mas que 6 compañías: Bayer; BASF; Hoechst; Afga; Cassella y Kalle. De este grupo salió la idea de lanzar armas químicas sobre las trincheras francesas en 1914. El uso de armas químicas fue imitado por los británicos y los norteamericanos, pero ya no en semejante escala. I.G. Farben hizo crecer la compañía como parte de su plan para conquistar al mundo (11). Parecería una exageración, hasta que se comienza a leer el informe de H.B. Ritchin, quién dirigió el grupo de investigación en Berlín en 1945. Material que fue usado por el fiscal Telforf Taylor para acusar a los jefes de I.G. Farben en el Tribunal de Crímenes en Núremberg (1).

    Por 12 años la compañía soportó al Nacional Socialismo, pagó por su campaña política, construyó tanques Panzer y aviones para la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) y terminó produciendo las cámaras de exterminio de gas y el gas tóxico Zyklon B (gas de cianuro), el que fue producido por Kaliwerke A.G. de I.G. Farben. Hermann Schmitz, presidente de I.G. Farben, pudo convencer a los aliados en no destruir sus fábricas, usando como excusa la importancia en seguir produciendo fertilizantes agrícolas para alimentar a los europeos después de la Primera Guerra Mundial. Los militares franceses se había apoderado de las fábricas que I.G. Farben poseía en ese país, pero como no sabían operarlas pidieron ayuda a los científicos alemanes del conglomerado. Usando esta oportunidad, Schmitz, prometió ayudar a Francia, siempre y cuando no se destruyeran sus plantas en Alemania como demandaba el tratado de Versalles. Estas fábricas fueron luego usadas para producir armamentos y químicos en la Segunda Guerra Mundial.

    Compañías que pertenecieron a I.G. Farben

    El primer reporte oficial sobre I.G. Farben fue escrito en 1945 basado en documentos incautados en Alemania y en entrevistas de los principales de la compañía, pero mucha documentación ya había sido destruida antes de la llegada de los aliados. Nadie había investigado al conglomerado hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial. El reporte oficial de Ritchin sobre I.G. Farben fue escrito por una oficina del gobierno militar de Estados Unidos, Division of Investigation of Cartels and External Assets (1). No se encontró una lista completa de todas las compañías que formaban parte del conglomerado. Es más, el reporte especifica que por razones de seguridad nacional para Estados Unidos, no era conveniente divulgar los nombres de todas las compañías, a pesar de que se mencionan varias que operaron en ese país. Entre ellos: Standard Oil de John D. Rockefeller; Du Pont de Nemours; Dow Chemical Company of America; Ethyl Export Corporation; Chemnyco, establecida por I.G. para obtener data de importancia militar de los americanos y dirigido por el hermano del presidente de I.G. Farben; Aluminum Company of America, E.I.; General Aniline & Film Corp.; Magnesium Development Corp.; Jasco Incorporated; Plaskon Co., Inc.; American Magnesium Corp. y General Dyestuffs Corp (1).

    Pero también participaron las populares compañías americanas como Coca-Cola haciendo Fanta para las amas de casa alemanas y los soldados; IBM inventó un sistema de tarjetas perforadas para llevar control y contabilidad de los judíos; Kodak utilizó la mano de obra de prisioneros de los campos de concentraciones; Ford Motor Company fue el segundo exportador de camiones para el ejercito alemán; General Motors también construyó camiones para la Alemania nazi. Fallecieron medio millón de soldados norteamericanos durante la segunda guerra, muchos de ellos eliminados por equipo hecho en su propia patria. Internacionalmente I.G. Farben tenía 500 industrias en 50 países. Compañías internacionales fueron: Imperial Chemical Industries de Gran Bretaña; Rohm y Haas de Francia y Mitsui de Japón. Las compañías de I.G. Farben en Uruguay fueron: Compañía General de Drogas en Montevideo; La Química Bayer-Weskott y Cia. en Montevideo; Anilinas Alemanas, S.A. sucursal de Argentina; Farma Oriental, Ltd. en Montevideo y Ernesto P. Pfahler y Cia. en Montevideo también (1).

    Un documento desclasificado en Estados Unidos en enero de 1945 revela que los dueños de la Química Bayer-Weskott en Uruguay fueron Friedrich Richard Weskott, Hermann Walter Matthis y Rudolf Whihelm Mann. Y que la marca registrada de la Compañía Bayer-Weskott ponía como dueño a I.G. Farben. Mann fue miembro del directorio de I.G. Farben, fue parte del Consejo Alemán de Promoción Industrial y miembro de Promoción de Propaganda de I.G. Farben. El mismo documento desclasificado menciona que el Banco Luscher en Basilea, Suiza, hacía todo tipo de transacción económica para I.G. Farben (31).

    NZ7, espionaje de I.G. Farben

    1947. Hermann Schmitz. Presidente de I.G. Farben. Dr. Max Ilgner. Director de espionaje de I.G. Farben

    Quizás los mas transcendental que este conglomerado hizo, fue crear el Departamento de Estadísticas financiado por ellos mismos. Era un sistema de espionaje de otras industrias nacionales y en el extranjero, lo que fue organizado y dirigido por el Dr. Max Ilgner, sobrinos del presidente de la compañía. Ilgner

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