Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich
Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich
Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich
Libro electrónico310 páginas4 horas

Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Después de visitar varias granjas colectivas de la región ucraniana de Vinnytsia, Martín Bormann regresó a Alemania preocupado por la salud y la buena constitución física de la población, que percibía podría constituir una amenaza para el régimen nazi. Después de haber debatido el asunto con Hitler, Bormann emitió una directiva dirigida a Rosenberg que en parte decía:
“Los eslavos deberán trabajar para nosotros. Cuando no los necesitemos, deberán morir. La fertilidad de los eslavos es indeseable. En cuanto a los productos agrícolas, no deberán recoger más de la que necesiten. Somos los amos, estamos primero”.
Es de anotar que Martín Bormann y Heinrich Himmler compartieron responsabilidades en la organización del Volkssturm, una milicia creada el 18 de octubre de 1944 como último recurso del Reich para sostener la guerra, mediante la cual, forzosamente se alistaron todos los hombres sanos de entre 16 y 60 años de edad, que todavía estaban en buen estado físico.
Mal entrenados y pobremente equipados, muchos de esos efectivos, fueron enviados a combatir al Frente oriental, zona en la que alrededor de 175.000 de ellos murieron, sin que en la práctica sus sacrificios y posteriores muertes impidieran el avance soviético. ​
Debido a que se desmoronaba el Frente Oriental, el 16 de enero de 1945, Adolfo Hitler transfirió sus cuarteles generales al Führerbunker de Berlín, donde el Führer, Martín Bormann, su secretaria Else Krüger, y otros jefes nazis, permanecieron hasta el final de la guerra.
En la tarde del 30 de abril, mientras las fuerzas soviéticas continuaban el avance hacia el centro de Berlín, Hitler y Eva Braun se suicidaron. La señora Braun tomó una cápsula de cianuro y con su inseparable pistola, Hitler se propinó un disparo en la cabeza.
​ Por instrucciones previas de Hitler, los cadáveres de los dos suicidas fueron llevados al jardín de la cancillería del Reich e incinerados. Asimismo, de acuerdo con los postreros deseos de Hitler, Martín Bormann fue nombrado ministro del partido nazi, algo que oficialmente confirmaría su posición como Secretario general de facto en la colectividad.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 may 2020
ISBN9780463544976
Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich
Autor

Ediciones LAVP

Editorial colombiana especializada en libros de geopolítica, estrategia, historia militar, defensa nacional y análisis político internacional

Lee más de Ediciones Lavp

Relacionado con Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich

Libros electrónicos relacionados

Biografías de figuras políticas para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich - Ediciones LAVP

    Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich

    Ediciones LAVP

    www.luisvillamarin.com

    Martín Bormann

    El maestro oculto del Tercer Reich

    Primera edición mayo de 2020

    © Ediciones LAVP

    www.luisvillamarin.com

    Cel 9082624010

    New York City USA

    ISBN: 9780463544976

    Smashwords Inc.

    Todos los derechos reservados. Sin autorización escrita firmada por el editor, no se podrá utilizar esta obra con fines comerciales en ninguna de las formas de mercadeo de libros, en formatos físicos, reprográficos, electrónicos, de audio, de video, comics, etc.

    Martín Bormann, el maestro oculto del Tercer Reich

    Quién fue Martín Bormann por Luis Alberto Villamarín Pulido

    El maestro oculto del Tercer Reich según Francois Genoud

    Comentario de H.R. Trevor-Roper

    Archivo epistolar de los Bormann

    Dos estudios grafológicos

    Martín Bormann

    Gerda Bormann

    Muerte de Bormann, rumores sobre su huida y localización de sus restos

    Quién fue Martín Bormann

    Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

    Martin Bormann nació el 17 de junio de 1900 en Wegeleben, ciudad ubicada en el entonces reino de Prusia, que era parte del imperio Alemán y murió el 2 de mayo de 1945 en Berlín. De familia luterana, Martín Bormann era hijo de Theodor Bormann (1862–1903), un empleado de correos, y de su segunda esposa, Antonie Bernhardine Mennong. Martín, tenía dos medio hermanos de nombres Else y Walter Bormann, nacidos del anterior matrimonio de su padre con Louise Grobler, quien falleció en 1898.

    Asimismo, Antonie y Theodor, los padres biológicos de Martín Bormann, tuvieron tres hijos, pero solo crecieron dos porque uno de ellos murió a temprana edad. Su padre Theodor falleció cuando Martín Bormann tenía tres años de nacido, razón por la cual su progenitora volvió a contraer matrimonio.

    Ya en la vida adulta, Bormann fue un alto funcionario oficial de la Alemania nazi y su cargo más importante fue el de jefe del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, también conocido como Canciller del Partido Nazi, posición desde la cual acumuló importantes cuotas de poder dentro de la estructura orgánica del Tercer Reich.

    Su ascendente carrera pública, comenzó durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, cuando los estudios que adelantaba Martín Bormann en un Instituto de Comercio Agrícola fueron interrumpidos en junio de 1918, debido a que se incorporó como soldado raso, al 55º Regimiento de Artillería de campo. Aunque Bormann nunca participó en combate, si cumplió funciones militares hasta su desmovilización en febrero de 1919.

    Después de trabajar en un molino de producción de alimentos para ganado, Martín Bormann se convirtió en gerente de una hacienda en Mecklenburgo. Luego, se unió a una asociación de terratenientes anti-semitas. Mientras que la creciente inflación suscitada tras la guerra en la República de Weimar hacía que el dinero perdiera su valor, los productos alimenticios almacenados en las granjas y fincas eran más costosos para los consumidores habituales.

    En muchas granjas, incluida la de Martín Bormann estaban estacionadas unidades paramilitares del Freikorps con la misión de proteger los cultivos del pillaje. En consecuencia, Bormann se unió en 1922 a una unidad del Freikorps, la cual era liderada por Gerhard Roßbach, bajo cuyas órdenes ejerció como jefe de sección y tesorero.

    El 17 de marzo de 1924, Martín Bormann fue sentenciado y confinado durante un año de prisión en la cárcel de Elisabethstrasse, al ser condenado como cómplice de Rudolf Höss en el asesinato de Walter Kadow. Tal crimen ocurrió porque los perpetradores del homicidio, creían que Kadow había alertado a las autoridades francesas de ocupación en el Distrito del Ruhr, de que Albert Leo Schlageter, miembro del Freikorps estaba llevando a cabo operaciones de sabotaje contra las industrias de la zona bajo control francés.

    Inmediatamente, Schlageter fue arrestado y ejecutado el 23 de mayo de 1923. En la noche del 31 de mayo Höss, Bormann y otros miembros de su unidad, aprehendieron a Kadow, lo llevaron a las afueras de la ciudad, donde lo golpearon y luego, lo degollaron.

    Después de que uno de los autores del crimen confesó lo sucedido, a principios de julio del mismo año la policía desenterró el cadáver y presentó cargos por asesinato contra los autores del crimen. Martín Bormann fue liberado de la prisión en febrero de 1925. Acto seguido, se unió al Frontbann, una organización paramilitar nazi que tuvo una corta existencia. Entonces, Bormann regresó a su trabajo en Mecklemburgo y allí permaneció hasta mayo de 1926, cuando se trasladó a vivir con su madre en Oberweimar.

    Martín Bormann se unió al Partido Nazi en 1927 y a la organización paramilitar Schutzstaffel (SS) en 1937. (1)

    (1) En 1927 Martín Bormann se integró al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) con el número de membresía 60.508.13. Luego se unió a la Schutzstaffel (SS) el 1 de enero de 1937 con el número 278.267. Sin embargo, por una orden especial de Heinrich Himmler, en 1938 a Martín Bormann le fue adjudicado el número 555 como miembro de las SS, como reconocimiento a su estatus de Alter Kämpfer o antiguo combatiente.

    Dada la necesidad de tener cuadros políticos capacitados para difundir la línea del partido nazi, Martín Bormann encontró trabajo en el Der Nationalsozialist, un semanario editado por el militante Hans Severus Ziegler, quien obraba como adjunto del Gauleiter (líder del partido) en Turingia. Después de unirse al NSDAP en 1927, Martín Bormann comenzó sus funciones como jefe regional de prensa, pero no permaneció mucho en esa labor, por carecer de habilidades para hablar en público.

    Recuperado de este golpe del destino, Martín Bormann puso a prueba sus habilidades organizativas como gerente de negocios del Gau o región en la estructura administrativa del partido nazi de Turingia.

    En octubre de 1928, Martín Bormann se trasladó a la ciudad de Múnich, donde comenzó a trabajar en la oficina de seguros de las SA. La razón es que el Partido Nazi proporcionaba cobertura a través de las compañías de seguros para los miembros de esa agrupación política, que resultaran heridos o muertos en frecuentes enfrentamientos con los miembros de otros partidos políticos.

    Pero, con el tiempo las compañías de seguros no estuvieron dispuestas a pagar más por las nefastas consecuencias de este tipo de actividades, razón por la que en 1930, Martín Bormann creó el Fondo de auxilio del NSDAP, que en esencia era un fondo de beneficios y bonificaciones administrado directamente por el partido.

    A cada nazi, se exigía el pago de primas y en contraprestación recibía una indemnización por las lesiones sufridas, mientras cumplía funciones del partido. Así, Martín Bormann comenzó a adquirir reputación de experto financiero, e inclusive, muchos miembros del partido nazi, se sintieron en deuda con él, después de recibir los beneficios del fondo, pues lo manejaba a discreción.

    Además del propósito oficial, aquel fondo también fue utilizado por Martín Bormann como último recurso para la financiación del NSDAP, que en aquel momento sufría escasez crónica de dinero. Después del éxito electoral del Partido Nazi en las elecciones generales de 1930, en las que los nazis consiguieron 107 escaños, la membresía del partido aumentó de manera exponencial. Así, para 1932 el fondo recaudaba tres millones de Reichsmarks por año.

    Como parte de su meteórica carrera política, Martín Bormann también trabajó en la sección de personal de las SA desde 1928 hasta 1930, y mientras estuvo en ese cargo, fundó el Cuerpo Automovilístico Nacionalsocialista, precursor del Cuerpo de Transporte Automovilístico Nacionalsocialista. Esa organización era responsable de coordinar el uso de vehículos a motor pertenecientes a los miembros del partido, y más tarde se amplió también a la formación de los miembros del partido con habilidades para conducción de automotores.

    Después de la toma del poder por parte de los nazis ocurrida en enero de 1933, este fondo de ayuda fue reutilizado para proporcionar seguros por accidentes y también a la propiedad, motivo por el que Martín Bormann dimitió de la administración de esos recursos. En consecuencia, Bormann solicitó ser transferido a desempeñar otra responsabilidad dentro del partido, y en respuesta, el 1 de julio de 1933 fue asignado como jefe de personal en la oficina de Rudolf Hess, el adjunto del Führer.

    Así, Martín Bormann también sirvió como secretario personal de Hess desde el 4 de julio de 1933 hasta mayo de 1941. Rudolph Hess era responsable de resolver las disputas dentro del partido y de actuar como intermediario entre el partido y el Estado en relación con las decisiones políticas y sobre legislación. En este nuevo puesto, Martín Bormann utilizó su posición para crear una extensa burocracia e involucrarse a sí mismo todo lo posible en la toma de decisiones del alto gobierno.

    El 10 de octubre de 1933 Adolfo Hitler nombró a Bormann como líder nacional, es decir para ocupar el rango más alto del partido, y en noviembre fue nombrado diputado del Reichstag. Ya para junio de 1934, Martín Bormann había ganado aceptación en el círculo íntimo de Hitler, por lo tanto lo acompañaba a todas partes, y le ayudaba con sesiones informativas y resúmenes de eventos y peticiones

    En 1935, Martín Bormann fue nombrado supervisor de todas las reformas y renovaciones del Berghoff, o sea la residencia privada de Hitler en Obersalzberg. Adolfo Hitler había comprado esa propiedad a comienzos de la década de 1930, la cual había alquilado desde 1925 como lugar de veraneo. Después de convertirse en canciller, el Führer esbozó planes para ampliar y remodelar la vivienda principal, y para el efecto, encargó a Bormann de supervisar esas obras, al mismo tiempo que supervisaba la construcción de los cuarteles para alojar los guardias de las SS, los caminos y senderos, garajes para vehículos, la casa de huéspedes ilustres, alojamientos para el personal y otros servicios.

    En cumplimento de esa misión, Martín Bormann adquirió las granjas de alrededor hasta que el complejo del Berghoff cubrió un área de diez kilómetros cuadrados. Hermann Göering, Albert Speer, y el propio Bormann, miembros del círculo íntimo de Hitler, también construyeron viviendas en el interior de ese perímetro.

    Así, mientras Hitler estuviera en la residencia del Berghof, Martín Bormann lo asistía y actuaba como su secretario personal. En ejercicio de estas funciones, Bormann comenzó a controlar el flujo de información y de acceso a Hitler, y por extensión su poder aumentó dentro de las estructuras del nazismo.

    Durante este período, Hitler concedió a Martín Bormann el control de sus finanzas personales. Además de sus salarios como canciller, los ingresos de Hitler incluían el dinero percibido por los derechos de autor de su libro Mi Lucha y también el dinero procedente por el uso de su imagen personal en los sellos de correos.

    En esa época, Martín Bormann estableció el Fondo Adolf Hitler para la Economía Alemana, mediante el cual recaudaba dinero de industriales alemanes que eran afectos a Hitler. Algunos de los fondos recibidos por medio de este programa fueron entregados a varios dirigentes del partido, pero Bormann retenía la mayor parte de esos recursos, para uso personal de Hitler.

    Era tal la cercanía con el Führer, que Martín Bormann y otros asesores tomaban y conservaban notas de los pensamientos de Hitler expresados durante las cenas y prolongados monólogos hasta altas horas de la noche. Ese material, sería publicado posteriormente como Las conversaciones privadas de Hitler.

    La oficina del Adjunto del Führer daba visto bueno final al nombramiento de funcionarios de alto nivel, mientras que Bormann revisaba los archivos personales y tomaba decisiones en relación a los nombramientos. En realidad, esta potestad era competencia del ministro del Interior Wilhelm Frick, lo cual constituye un ejemplo de la superposición de responsabilidades que se producían dentro del régimen nazi, debido a la irascibilidad y autoritarismo del Führer.

    Martín Bormann acompañó a Hitler durante los viajes a Austria en 1938 tras la anexión de Austria por la Alemania nazi, y pocos meses después, a los Sudetes tras la firma de los Acuerdos de Múnich. Ese mismo año, Martín Bormann fue encargado de la organización del Congreso de Núremberg, hecho que entonces, constituía el mayor evento anual del partido.

    Intencionadamente, Hitler inducía a que los principales miembros del partido se enfrentaran unos contra otros, y también que los miembros del NSDAP se enfrentaran contra los funcionarios públicos. De esta manera, fomentó la desconfianza, la competencia y las luchas internas entre sus subordinados para así consolidar y maximizar su propio poder, pues siempre aparecía como el mediador.

    Normalmente, Hitler no expedía órdenes escritas: En lugar de eso, las comunicaba verbalmente o estas eran transmitidas por medio de Martín Bormann. Así, perder el favor de Bormann significaba que el acceso a Hitler quedaba cerrado y probablemente la persona entraría en ojeriza por parte del Führer. En ese sentido, Bormann demostró ser maestro de intrigas políticas y luchas internas de poder.

    Por otra parte, la habilidad de Bormann para controlar el acceso a Hitler le permitió reducir el poder de Joseph Goebbels, Göering, Himmler, Alfred Rosenberg, Robert Ley, Hans Frank, Speer, y otros oficiales de alto rango, muchos de quienes acabaron convirtiéndose en sus enemigos. En ese orden de ideas, la continua intriga por el poder, la influencia, y el concepto favorable de Hitler caracterizó el funcionamiento interno del Tercer Reich.

    Por la dinámica de la tensa situación geopolítica mundial, a medida que se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, la atención de Hitler se fue centrando en asuntos exteriores y en la conducción de la guerra misma, al tiempo que otros asuntos de Estado perdieron todo interés para el Führer.

    Dentro de esa espiral de sucesos, Rudolph Hess, quien no participaba directamente en los esfuerzos bélicos, fue quedando al margen de los asuntos de la nación y de la atención del propio Hitler. En esencia, Martín Bormann había logrado suplantarlo en muchas de sus funciones, y en definitiva, había usurpado su posición como estrecho colaborador de Hitler.

    Por su parte, Rudolph Hess estaba preocupado ante la certeza de que Alemania tendría que hacer frente a una guerra en dos frentes, tras tener conocimiento de la Operación Barbarroja, es decir, la programada invasión de la Unión Soviética que tendría lugar unos meses después.

    El 10 de mayo de 1941, Rudolph Hess viajó solo al Reino Unido para iniciar negociaciones de paz con el gobierno británico. Pero Hess fue arrestado la llegar a Londres y pasó el resto de la guerra como un prisionero de los británicos. Posteriormente sería condenado a cadena perpetua por crímenes de guerra durante los Juicios de Núremberg en 1946.

    Según diría más tarde Speer, Hitler describió el viaje de Hess a Londres como uno de los peores golpes de su vida, algo que además, fue para el Führer una traición personal. En retaliación, Hitler ordenó que si Rudolph Hess regresaba a Alemania, debería ser fusilado. De contera, el 12 de mayo de 1941, Hitler abolió el cargo de Adjunto del Führer, asignando las funciones de Hess a Martín Bormann, ahora distinguido con el título de jefe de la Parteikanzlei o cancillería del partido.

    Desde esta posición, Martín Bormann era responsable de todos los nombramientos del NSDAP, y sólo respondía ante Hitler. Sus allegados comenzaron a denominarlo eminencia marrón, aunque no lo hacían en su presencia.

    Port todas estas razones, el poder y el alcance de las decisiones de Martín Bormann aumentaron considerablemente durante la guerra. A comienzos de 1943, se produjo una crisis laboral para el régimen. En respuesta, en un intento de centralizar el control de la economía de guerra, Hitler creó un comité de tres hombres compuesto por representantes del Estado, las Fuerzas Armadas y el Partido.

    Ense comité participaron Hans Lammers, jefe de la Cancillería del Reich, el mariscal de campo Wilhelm Keitel jefe del Oberkommando der Wehrmacht (OKW), y Martín Bormann, quien controlaba el partido. Ese comité intentó actuar independientemente y proponer medidas, sin tener en cuenta los puntos de varios ministros, mientras que Hitler se reservaba la última palabra, para tomar las decisiones finales.

    El Comité de los Tres se reunió unas once veces entre enero y agosto de 1943. Sin embargo, pronto se los tres altos delegados del Tercer Reich encontraron resistencia de algunos ministros de Hitler, quienes tenían sus propias esferas de influencia y habían quedado excluidos del comité. Al percibirlo como una amenaza contra su parte de poder, Goebbels, Göering, y Speer trabajaron unidos, para bloquear cualquier influencia del referido comité. Resultado final: Nada cambió y el Comité de los Tres resultó irrelevante.

    Aunque el artículo 24 de la plataforma del Partido Nazi prescribía tolerancia condicional para todas las denominaciones cristianas y un Concordato del Reich, firmado con el Vaticano en 1933 y que tenía por objeto garantizar la libertad religiosa para los católicos, Adolfo Hitler creía que el cristianismo era incompatible con el nacionalsocialismo.

    Por su parte, profundamente anticristiano, Martín Bormann estaba de acuerdo con los planteamientos del líder del partido, por lo tanto declaró en 1941, que "Nacionalsocialismo y Cristianismo son irreconciliables". No obstante, Hitler pretendía posponer la eliminación de las iglesias cristianas hasta después de la guerra, pero sus reiteradas declaraciones hostiles contra la iglesia indicaron a sus subordinados que la continuación de la lucha contra la Iglesia, sería algo tolerado e inclusive fomentado por el Führer.

    En febrero de 1937 Bormann decretó que ningún miembro del clero podría ser admitido en el Partido Nazi. Al año siguiente decretó que debían ser expulsados los miembros del clero, que ostentaran algún puesto del partido, y que cualquier miembro del partido que estuviera considerando la posibilidad de entrar en el clero, debería renunciar a ser militante del partido.

    Aunque fracasó el intento de Martín Bormann por clausurar los departamentos de Teología de las universidades del Reich, sí pudo limitar a dos horas por semana las clases de religión que se impartían en las escuelas públicas y logró que los crucifijos fueran retirados de las aulas.

    Prueba de ello es que Speer escribió en sus memorias, que mientras él trazaba planes para la reconstrucción de Berlín, Bormann le comentó que no debía asignarse ningún terreno de construcción para las iglesias.

    Como parte de la campaña contra la iglesia católica, la Gestapo confiscó cientos de monasterios en Alemania y Austria, y sus ocupantes fueron expulsados de esos países. En 1941 el obispo católico de Münster, August von Galen, protestó públicamente contra la persecución y contra el Programa T4, o sea el plan nazi de eutanasia no voluntaria, según la cual personas con retrasos mentales, los enfermos psíquicos, los discapacitados físicos y los enfermos incurables deberían ser asesinados.

    Mediante una serie de sermones, que tuvo inesperada repercusión internacional, Galen criticó el programa T4, calificándolo de ilegal e inmoral. Sus sermones estimularon un movimiento de protesta generalizado entre los líderes de la iglesia, en lo que hasta entonces se constituyó en la más enérgica protesta contra una política oficial del régimen nazi.

    Bormann y otros nazis de alto nivel, pedían que Galen fuera ahorcado, pero Hitler y Goebbels concluyeron que esa muerte sería vista como un martirio y que conduciría a más protestas. Por lo tanto, Hitler decidió resolver este asunto una vez que la guerra hubiese acabado.

    Enfocado en los asuntos militares y pasando cada vez más tiempo en su cuartel general militar en el Frente Oriental, Adolfo Hitler empezó a depender cada vez más de Martín Bormann para manejar los asuntos políticos internas de Alemania. Así, el 12 de abril de 1943, Hitler nombró oficialmente a Bormann como su secretario personal. En realidad, Martín Bormann ya había tomado el control de facto de todos los asuntos domésticos, pero este nuevo nombramiento le dio poderes oficiales para actuar en cualquier ámbito.

    Martín Bormann era defensor de aplicar medidas de extrema dureza en el tratamiento de los judíos, las poblaciones conquistadas de Europa oriental, y los prisioneros de guerra. Para el efecto, Bormann firmó un decreto el 31 de mayo de 1941, que extendía las leyes de Núremberg de 1935 a todos los territorios anexionados del Este de Alemania.

    Además, firmó un decreto del 9 de octubre de 1942, por medio del que establecía como permanente la Solución Final en la Gran Alemania, mientras que la Cuestión Judía no podía ser resuelta mediante la emigración, puesto que sólo podía ser resuelta mediante el empleo de la fuerza implacable en los campos especiales del Este, es decir, el exterminio en los campos de concentración nazis.

    Un decreto posterior, firmado por Martín Bormann el 1 de julio de 1943, dio a Adolf Eichmann poderes absolutos sobre los judíos, quienes pasaron a estar bajo la única jurisdicción de la Gestapo. Para dar cifras aproximadas de la carnicería que desató esa decisión de Bormann, el historiador británico Richard J. Evans, autor de tres libros sobre el Tercer Reich, calculó que entre 5.5 y 6 millones de judíos equivalentes a dos tercios de la población judía de toda Europa fueron exterminados por el régimen nazi.

    A sabiendas de que Hitler consideraba a las poblaciones eslavas como inferiores, Martín Bormann se opuso a introducir la ley alemana de enjuiciamiento criminal, en los territorios ocupados del Este. Para lograr ese objetivo, Martin Bormann presionó y consiguió, la promulgación de un estricto código penal independiente, que aplicaba la ley marcial para los habitantes judíos y polacos de estas áreas.

    El "Edicto sobre prácticas criminales de polacos y judíos en territorios orientales incorporados", promulgado el 4 de diciembre de 1941, autorizaba el castigo físico y la aplicación de penas de muerte hasta para castigar delitos y ofensas más triviales. Bormann apoyaba la política de línea dura practicada por Erich Koch, que trataba brutalmente a las poblaciones eslavas.

    Alfred Rosenberg, quien sirvió como jefe del ministerio del Reich para los territorios orientales ocupados, era partidario de una política más moderada. Después de visitar varias granjas colectivas de la región ucraniana de Vinnytsia, Martín Bormann regresó a Alemania preocupado por la salud y la buena constitución física de la población, que percibía podría constituir una amenaza para el régimen nazi. Después de haber debatido el asunto con Hitler, Bormann emitió una directiva dirigida a Rosenberg que en parte decía:

    "Los eslavos deberán trabajar para nosotros. Cuando no los necesitemos, deberán morir. La fertilidad de los eslavos es indeseable. En cuanto a los productos agrícolas, no deberán recoger más de la que necesiten. Somos los amos, estamos primero".

    Es de anotar que Martín Bormann y Heinrich Himmler compartieron responsabilidades en la organización del Volkssturm, una milicia creada el 18 de octubre de 1944 como último recurso del Reich para sostener la guerra, mediante la cual, forzosamente se alistaron todos los hombres sanos de entre 16 y 60 años de edad, que todavía estaban en buen estado físico.

    Mal entrenados y pobremente equipados, muchos de esos efectivos, fueron enviados a combatir al Frente oriental, zona en la que

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1