VIDKUN QUISLING EL HOMBRE QUE VENDIÓ SU PAÍS A HITLER
La expresión “ser un quisling” se usa en inglés y en noruego como en castellano “ser un judas”. Es sinónimo de traidor, de colaboracionista, de conspirador. El término lo popularizó el diario The Times tras la invasión nazi de Noruega (1940), en la que Vidkun Quisling actuó como principal colaborador del enemigo. La figura de Quisling es equiparable a la de otros gobernantes títeres de la Alemania nazi, como Pierre Laval, jefe del gobierno francés de Vichy, o Ion Antonescu, conduc? ator de Rumanía. No por casualidad, los tres tuvieron el mismo final: fueron fusilados.
El camino que llevó a Quisling desde la iglesia de Drammen, donde predicaba su padre cuando era niño, hasta el despacho de primer ministro en Oslo tiene tantos recovecos como los fiordos de la costa noruega. Vidkun nació en 1887 en Fyresdal, un pequeño pueblo del condado de Telemark. Tímido,
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