Su Promesa por Honrar: Los Romances del Rancho Silver Star, #1

Por Shanae Johnson

Scout Silver puede rehabilitar a los caballos más heridos. Pero cuando aparece un soldado herido en su rancho, ¿se dejará guiar por un camino de amor?

 

Aunque sea hija de un general, Scout Silver está acostumbrada a dar órdenes, no a recibirlas. Es por eso que los caballos prosperan en el rancho de rehabilitación que dirige con sus hermanas. A lo largo de los años, los muchos divorcios de su padre ausente crearon una familia de retazos, unida por su amor por el rancho. Pero última voluntad de su padre es una orden que amenaza con destrozar sus vidas.

 

Como líder de un grupo de soldados de élite dirigido por el brillante estratega General Abraham Silver, Lincoln Rawlings ha emprendido su misión final: cumplir el último deseo de su comandante asegurándose de que las seis hijas del general estén atendidas. Cuando Linc llega al Rancho Silver Star, se entera de que lo que las hermanas Silver necesitan son maridos, de lo contrario perderán su amado negocio. En lugar de dar un vuelco de inmediato, el corazón de Linc se mantiene firme bajo la mirada evaluadora de Scout, la mayor de las Silver.

 

No dispuesta a permitir que su padre interfiera una vez más en su vida, incluso desde la tumba, Scout no tiene intención de ceder a las exigencias del General. Pero cuando conoce al guapo y complaciente Linc, le cuesta domar su corazón.

 

Decepcionar al General no es una opción, pero Linc le oculta un secreto a Scout. Y si ella se entera de las profundas heridas que tiene, podría perderlo todo: el rancho, su honor y la mujer de la que ahora se está enamorando.

 

Descubre si el amor realmente puede curar todas las heridas en este dulce y alegre romance de convenientes arreglos que se convierte en un amor duradero. «Su promesa por honrar» es el primero de una serie de relatos de conveniencia sobre el matrimonio de guerreros heridos que se curan con el poder del amor.

• Idioma: Español
• Editorial: Those Johnson Girls
• Fecha de lanzamiento: 29 sept 2021
• ISBN: 9798201541323

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Su Promesa por Honrar

Su Promesa por Honrar

Los Romances del Rancho Silver Star 1

Shanae Johnson

Traducido por

Cinta Pluma

Those Johnson Girls

Derechos de Autor © 2021, Ines Johnson. Todos Los Derechos Reservados.

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Esta novela es una obra de ficción. Todos los personajes, lugares e incidentes descritos en esta publicación se utilizan de forma ficticia o son completamente ficticios. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio, excepto por un minorista autorizado o con el permiso por escrito del autor.

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Traducido por Enrique Laurentín y Cinta Pluma

Editado por Cinta Pluma

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Diseño de Cubierta por Valley Author Services

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Fabricado en los Estados Unidos de América.

Primera Edición Enero 2021

Índice

Capítulo Uno

Capítulo Dos

Capítulo Tres

Capítulo Cuatro

Capítulo Cinco

Capítulo Seis

Capítulo Siete

Capítulo Ocho

Capítulo Nueve

Capítulo Diez

Capítulo Once

Capítulo Doce

Capítulo Trece

Capítulo Catorce

Capítulo Quince

Capítulo Dieciséis

Capítulo Diecisiete

Capítulo Dieciocho

Capítulo Diecinueve

Capítulo Veinte

Capítulo Once

Capítulo Veintidós

Epílogo

Capítulo Uno

Scout Silver caminó hasta el despacho del abogado. La oficina no estaba en la calle principal de la pequeña ciudad de Montana en la que había vivido toda su vida. La ciudad solo se consideraba pequeña debido a su población. Los metros cuadrados de Honor Valley podrían caber dentro de la isla de Manhattan un par de veces. Pero toda la gente cabría en el estadio de fútbol de la escuela secundaria con suficiente espacio para los codos y seguir cómodos. Aunque probablemente todos se abrazarían mientras hablasen y se mezclasen. 

Así que, no, no tuvo que conducir los treinta minutos que le tomaría llegar al corazón de la ciudad para gestionar este tema. Solo había tenido que ensillar un caballo y montar hasta la casa de su vecino de al lado, en el Rancho Flying Cross.

Scout ni siquiera se había molestado en llamar a la puerta principal de la casa de los Matthews. La enorme puerta siempre estaba abierta. Ingresó directamente y entró en la reformada sala de estar, que servía ahora como sala de espera en la oficina de Haran Matthews.

En vez de esperar en una de las seis sillas colocadas en la sala, pasó de largo.

El entorno familiar debería haber aliviado su espíritu. Estaba el antiguo escritorio de roble debajo del cual nunca la habían encontrado cuando jugaba al escondite. Se fijó en la bien tejida alfombra afgana de tonos rojos y azules descoloridos; en cuyos patrones se enfocaba cuando la regañaban por alguna indiscreción infantil que, naturalmente nunca había sido idea suya. Sin embargo, siempre asumía la culpa para proteger a una culpable más pequeña 

Las fotos sobre la pared eran lo que siempre la habían fascinado. Las estaba mirando en ese momento. La mayoría de las imágenes mostraban a hombres de color altos y uniformados, en fotos en blanco y negro e impresión en tonos sepia. La impresión en blanco y negro era una fotografía del 9º Regimiento de Caballería, conocido como los Soldados Búfalo; soldados afroamericanos que lucharon en la Guerra Civil Estadounidense. La fotografía en tono sepia era una imagen de los Aviadores de Tuskegee; otra fuerza de aviadores de color del siglo pasado. La tercera foto era a todo color. Mostraba a un delgaducho hombre negro con su brazo alrededor de un hombre blanco de pecho como un tonel. Ambos hombres lucían el estilo moderno de uniformes militares de camuflaje, bigotes con manubrio y amplias sonrisas que le transmitían al espectador que no estaban tramando nada solemnemente bueno.

Scout extendió la mano hacia la imagen. Con su dedo índice temblando, trazó la línea de la sonrisa del hombre blanco. Intentó con todas sus fuerzas no parpadear porque siempre que lo hacía la imagen de su padre se desvanecía en su mente.

La puerta de la oficina se abrió. Scout apartó la mano de la fotografía de la pared. Sus rasgos se quedaron cuidadosamente en blanco. Sus ojos se posaron sobre la alfombra afgana, como si esperara un castigo por la indiscreción.

Ningún hombre blanco con bigote de manillar entró en la habitación. Tampoco un hombre negro con bigotes. La puerta se abrió para revelar una cabeza de cabello castaño oscuro, muy parecida a la suya. Pero el cabello de Saylor estaba recogido en una cola de caballo apretada en lugar de estar suelto y sobre sus hombros, como el de Scout.

—¿Somos las primeras en llegar? —preguntó Saylor.

—Como siempre. —Scout abrió los brazos a su hermana menor. Las dos hermanas mayores Silver se abrazaron en la habitación vacía, tan fuerte como si fueran todo lo que tenían; porque ahora eso era verdad. 

—Todavía no entiendo por qué estamos aquí —dijo Saylor—. El funeral del General fue hace tres meses.

Scout, impotente, se encogió de hombros. —Ni siquiera sabía que había dejado un testamento. Lo único que tenía era el rancho, que le cedió a mamá después de la primera vez que se divorciaron.

—No, eso fue la segunda vez que se divorciaron —corrigió Saylor.

Saylor se rascó la nariz. Cuando lo hizo, Scout notó las bolsas debajo de los ojos de su hermana. O Saylor no dormía bien o había estado llorando la noche anterior. Scout no se sorprendería si ambas razones fueran ciertas. Aunque dudaba que las lágrimas tuvieran algo que ver con la muerte de su padre hacía tres meses. 

Las hijas del General Abraham Silver habían sido preparadas para este día desde su nacimiento. Su padre, que se había alistado nada más terminar la escuela secundaria, había sido uno de los primeros Navy SEALS. Cuando Scout nació, había estado dirigiendo operaciones encubiertas de élite durante una década. Su vida estuvo más veces en peligro de las que no lo estuvo.

—¿El padre Matthews no te dijo nada? —preguntó Saylor.

Scout negó con la cabeza y volvió a mirar la foto sobre la pared. Observó la sonrisa maliciosa del hombre que rodeaba a su padre con el brazo. Al igual que los hermanos bíblicos en la Biblia, Haran Matthews y Abraham Silver habían sido como verdaderos hermanos. Tanto así que las hijas de Abe siempre habían llamado padre al mejor amigo y vecino de su padre. Era una feliz coincidencia que el veterano y abogado también fuera clérigo.

—Si hay un testamento —dijo Saylor—, ¿crees que Cruella lo impugnará?

Scout se encogió ante la mención de la segunda esposa de su padre. Ese divorcio había sido una batalla campal con muchas bajas, principalmente las niñas. Su madrastra Catherine había intentado quedarse con el rancho en el acuerdo, lo que había sido la razón principal por la que su padre había cedido el Rancho Silver Star a su madre la segunda vez que se habían casado.

—No lo sé —dijo Scout—. Pero tengo un mal presentimiento sobre esto.

—Cruella ni siquiera asistió al funeral. Pero sé que Mareen está aquí.

Como si hubiera escuchado que la llamaban por su nombre, el resultado de ese segundo matrimonio apareció por la puerta. La elegancia de Mareen la precedió cuando cruzó la puerta.

Como siempre, tenía la cabeza alta. El maquillaje que cubría su piel de porcelana estaba perfectamente hecho para acentuar los ojos azules como el cristal que todas compartían. En lugar de botas de vaquero como las que usaba Scout, o mocasines de un centavo como los que usaba Saylor, Mareen llevaba tacones de aguja de quince centímetros, que eran totalmente inusuales en un rancho. Había llevado botas durante poco tiempo, pero luego había elegido el bando. Y ese bando quedaba lejos del rancho, con su madre de la alta sociedad.

—Señoras —dijo Mareen.

Señoras. No hermanas. Ni familia. 

Aunque Saylor y Mareen podrían haber sido gemelas por cuánto habían sido las favoritas. En lugar de una cola de caballo, el cabello de Mareen estaba peinado en un moño perfecto. Scout sabía que la visión de la mujer era tan pobre como la de sus hermanas, pero Mareen usaba lentes de contacto.

Gemelas irlandesas era un término que Scout había escuchado susurrar tras las manos de los chismosos de la ciudad. Gemelas del ghetto era lo que había escuchado decir a las espaldas de Saylor en los pasillos de la escuela. Tanto Saylor como Mareen eran técnicamente las segundas mayores de las hermanas Silver. Ambas mujeres tenían veinticinco años. Nacidas el mismo año. Pero de diferentes madres.

Scout y Saylor compartieron una mirada. Scout hizo un gesto con la cabeza para que Saylor dijera algo. Saylor arqueó las cejas y negó con la cabeza. Scout puso los ojos en blanco.

Mareen se volvió para observarlas. Justo a tiempo para que Scout y Saylor se enderezaran y sonrieran suavemente. La sospecha cortó las esquinas de los ojos azules de Mareen, pero, como siempre, no dijo nada; ofreciendo a sus hermanas un trato silencioso.

Las tres hermanas mayores Silver fueron salvadas por un clamor que atravesó la puerta. Eran las tres hermanas Silver más jóvenes. Los rostros idénticos de Tilly y Gunny pasaron primero por la puerta. Su cabello rubio era un sello distintivo de su madre, la tercera esposa de su padre. 

Bueno, técnicamente Roxanne había sido el cuarto matrimonio de su padre. Después de que el General dejara a la madre de Mareen, regresó a casa por un corto tiempo. Sin embargo, el segundo matrimonio de sus padres duró un abrir y cerrar de ojos. 

La línea de tiempo era demasiado confusa cuando Scout intentaba aprender esa álgebra,