Pecho 95. Cintura 43. Cadera 90. Piel blanca. Vestido ceñido oscuro. Pronunciado escote. Largas mangas. Estrecho corsé. Mallas tejidas. Cejas pintadas en punta. Pómulos marcados. Raya del ojo interminable. Uñas extremadamente largas. Tacones de aguja. Pelo largo, liso, y negro. Sombrero puntiagudo.
Maila se mira de arriba abajo delante del espejo. Baja el mentón y sonríe maléficamente. Recuerda cuando, de niña, fue al estreno de Blancanieves y los siete enanitos y cómo, mientras el resto de niñas querían ser como la protagonista, ella solo pensaba en ser como la madrastra. Aquellos pómulos y mirada intensa… Tal y como se ve ahora en el espejo. Maila da media vuelta y observa su largo vestido por detrás. Es igual que el de Morticia. Personaje que dibuja Charles Addams en el The New Yorker y que Maila lee diariamente. Vuelve a colocarse delante del espejo. Se mira fijamente a los ojos. Ríe como una femme fatale. Es como si su amado personaje del cómic, «Dragon Lady» hubiese cobrado vida. Guiña un ojo al espejo. Maila Nurmi, Vampira, está preparada para la fiesta de Halloween.
Maila llega a la fiesta. Después de saludar al Hombre Invisible y a la Mujer Araña, ha visto al fondo a su mejor amigo, y en ocasiones, amante. Él está disfrazado de La Momia. Le ha reconocido inmediatamente. Joven. Apuesto. . Ambos se miran. Se abrazan y se besan. Él es James Dean. Un fotógrafo que busca la mejor foto se acerca a la pareja. Maila cierra los ojos sonriendo. James se ajusta las gafas. Ambos sonríen mientras sujetan un vaso. La imagen queda inmortalizada. James pregunta algo al oído de Maila. Ella sonríe, asintiendo. Ambos abandonan la fiesta en el «Little Bastard», el apodo que utiliza James para su Porche 550 Spyder descapotable.