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Identidad Desconocida. Colección. Libros 1 - 3: Extraños Cuentos del Mar, El Secreto de Tesla, Como Hacerse Rico: El Hombre en su Accionar Volumen
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Identidad Desconocida. Colección. Libros 1 - 3: Extraños Cuentos del Mar, El Secreto de Tesla, Como Hacerse Rico: El Hombre en su Accionar Volumen
Libro electrónico630 páginas8 horas

Identidad Desconocida. Colección. Libros 1 - 3: Extraños Cuentos del Mar, El Secreto de Tesla, Como Hacerse Rico: El Hombre en su Accionar Volumen

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La autora de Bestsellers de Romance, Lexy Timms, te trae una nueva serie que robará tu corazón y te dejará sin aliento.

Libro 1. Desconocida.

Para Leslie, la vida ha cambiado radicalmente. Su esposo finalmente ha sucumbido a un cáncer terminal y es hora de que cambie de escenario. Moviéndose a lo largo del país para luego establecer una tienda, a Leslie le toma meses reconstruir su vida y descubrir lo que quiere para el futuro.

Sirviéndose de su exitosa serie de libros de misterio, se convirtió en sensación mundial escribiendo bajo un seudónimo. 

Leslie se da cuenta de que en su vida se está perdiendo el romance que tan desesperadamente ha anhelado y ahora busca vivir su vida más allá de su dolor.

Antes de darse cuenta, Cupido vino a flecharla en la forma de un actor guapo que no tiene idea de que ella es una autora exitosa. Sin embargo, él viene con su propio equipaje personal.

¿Es posible un nuevo amor después de que has puesto el amor verdadero a descansar? 

Libro 2. Inédita.

Las cosas con Conrad no fueron como Leslie las planeó y después de volver a la ciudad de Nueva York, ahora es la persona más sorprendida en el mundo al encontrarlo de pie en la puerta de su casa, pidiéndole la oportunidad de ganarse su corazón.

Leslie no sabe cómo responder. Pero, Conrad está aquí, vivo y queriendo amarla.

Emocionada por mostrarle a su nuevo novio la ciudad que ha llegado a amar, Leslie se da cuenta cuando regresan Amber y Josie, que dejó un pequeño detalle sobre su vida.

Cuanto más expresa Conrad su amor por ella, más nerviosa se pone Leslie al decirle quién es en realidad.

¿Estará Conrad dispuesto a aceptar quién es realmente cuando salga la verdad?

Libro 3. No Expuesta

Todos los secretos tienen un precio, y Leslie está a punto de descubrir cuán expuesto está el suyo.

Ahora, una de las autoras más populares del planeta, Leslie solo quería encontrar la vida después del amor. Ella nunca esperó que su corazón volviera a enamorarse de nadie.

Sexy, guapo y un actor extremadamente famoso, Conrad ha logrado captar su atención, junto con la atención de un millón de paparazzi que quieren sacar fotos de la pareja.

¿Pueden sobrevivir en el mundo conocido, publicado y expuesto para que todos lo vean?

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento6 sept 2018
ISBN9781547545469
Identidad Desconocida. Colección. Libros 1 - 3: Extraños Cuentos del Mar, El Secreto de Tesla, Como Hacerse Rico: El Hombre en su Accionar Volumen

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    Identidad Desconocida. Colección. Libros 1 - 3 - Lexy Timms

    Identidad

    DESCONOCIDA

    Box Set libros # 1-3

    Por

    Lexy Timms

    Copyright 2018 por Lexy Timms

    ––––––––

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse, almacenarse o introducirse en un sistema de recuperación, ni transmitirse, de ninguna forma ni por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro) sin la autorización previa por escrito tanto del propietario de los derechos de autor como del editor de este libro.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, marcas, medios e incidentes son producto de la imaginación del autor o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con una persona real, viva o muerta, eventos o lugares es completamente fortuito. El autor reconoce el estado de marca registrada y los propietarios de marca de varios productos mencionados en esta obra de ficción, que han sido utilizados sin permiso. La publicación/uso de estas marcas comerciales no está autorizada, asociada ni patrocinada por los propietarios de la marca comercial.

    Todos los derechos reservados.

    Copyright 2018 por Lexy Timms

    Serie Identidad Desconocida

    ––––––––

    Desconocida

    Libro 1

    Inédita

    Libro 2

    No Expuesta

    Libro 3

    Insegura

    Libro 4

    No escrita

    Libro 5

    Encuentre a Lexy Timms:

    ––––––––

    Boletín Lexy Timms:

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    Página de Facebook de Lexy Timms:

    https://www.facebook.com/SavingForever

    Sitio web de Lexy Timms:

    http://www.lexytimms.com

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    Contenido

    Serie Identidad Desconocida

    Encuentre a Lexy Timms:

    DESCONOCIDA

    Desconocida Lb 1 Descripción

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    INÉDITA

    INÉDITA Descripción

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    Capítulo 17

    Capítulo 18

    Capítulo 19

    Capítulo 20

    Capítulo 21

    Capítulo 22

    Capítulo 23

    Capítulo 24

    Capítulo 25

    Capítulo 26

    Capítulo 27

    NO EXPUESTA

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    Capítulo 17

    Capítulo 18

    Libro 4 Insegura  Descripción:

    Libro 5 No escrito Descripción:

    Serie Identidad Desconocida

    ––––––––

    DESCONOCIDA

    Serie Identidad Desconocida

    Libro 1

    Por

    Lexy Timms

    Copyright 2016 por Lexy Timms

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    ––––––––

    C:\Users\wanitajump\Documents\aCoversNew2016\amazonimage.jpg

    Desconocida Lb 1 Descripción

    La autora de Bestsellers de Romance, Lexy Timms, te trae una nueva serie que robará tu corazón y te dejará sin aliento.

    Para Leslie, la vida ha cambiado radicalmente. Su esposo finalmente ha sucumbido a un cáncer terminal y es hora de que cambie de escenario. Moviéndose a lo largo del país para luego establecer una tienda, a Leslie le toma meses reconstruir su vida y descubrir lo que quiere para el futuro.

    Sirviéndose de su exitosa serie de libros de misterio, se convirtió en sensación mundial escribiendo bajo un seudónimo. 

    Leslie se da cuenta de que en su vida se está perdiendo el romance que tan desesperadamente ha anhelado y ahora busca vivir su vida más allá de su dolor.

    Antes de darse cuenta, Cupido vino a flecharla en la forma de un actor guapo que no tiene idea de que ella es una autora exitosa. Sin embargo, él viene con su propio equipaje personal.

    ¿Es posible un nuevo amor después de que has puesto el amor verdadero a descansar?   

    ––––––––

    Capítulo 1

    ––––––––

    Ella siempre espero que lloviera ese día – si es que ese día alguna vez llegara.

    Por supuesto, cuando se imaginaba el día, también se imaginaba a sí misma como una mujer mayor, un caparazón de su yo anterior. No se suponía que ocurriera en un brillante día de primavera en el que literalmente podía escuchar el canto de los pájaros. No se suponía que fuera así. Se suponía que iba a ser triste y se suponía que llovería mientras todos se ocultaban bajo grandes paraguas negros mientras se secaban los ojos con pañuelos.

    En vez de largos abrigos negros, todos usaban ropa negra de manga corta o trajes oscuros sin chaqueta. No había necesidad de paraguas; formaban una silueta alrededor de árboles que estaban en flor y hojas que comenzaban a mostrarse.

    A decir de todos, era un día hermoso, lo que hacía que todo doliera aún más al sentir las lágrimas corriendo por sus mejillas. Todos habían venido a darle sus respetos a Michael y su corazón se hacía cálido al ver que habían venido.

    Después de todo, Leslie y Michael habían pensado que la naturaleza prolongada del final podría haber alejado a la gente. Era difícil medir tales cosas. Pero aquí  estaban todos, todos juntos y mostrando su apoyo por ella en esta hora de oscuridad, bañados por la luz del sol y con una serenata cantada por pájaros que acababan de regresar de sus lejanos viajes. Al final todo le pareció tan cruel a Leslie, que solo quería arrodillarse y lanzar sus manos al aire mientras sollozaba y lloraba. No sabía con certeza cuántas veces había llorado en el último año, pero parecía que estaba casi al punto en que solo salía polvo salado de sus ojos.

    Ese fue el punto más cruel de todo.

    Nunca pensó que llegaría a un umbral donde el dolor y la tristeza simplemente dejarían de afectarla, que todo se convertiría en algo normal, algo casi mundano.

    Leslie era demasiado joven para estar en esta posición. Su madre le había dicho esto, sus amigas se lo decían repetidas veces, y Michael lo había mencionado muchas veces en los últimos meses. Fue solo ahora cuando miraba el ataúd que contenía a su marido marchito que finalmente lo admitió ella misma, también. Cuando tenía dieciocho años, se había mostrado inflexible en que había encontrado al hombre con quien se iba a casar y que era amor verdadero.

    ¡Maldición! ¡No es justo! Ella se golpeó con otra embestida de lágrimas cayendo en cascada por sus mejillas.

    Solo había salido con otros cuatro hombres antes de encontrar a Michael. Ellos habían sido consejeros de campamento en su último año de la secundaria en un campamento de verano para estudiantes de secundaria con discapacidad. En su segundo año de universidad, él se arrodilló en el patio y le mostró un anillo de diamantes que sabía que no podía pagar solo.

    Ahora, cuatro años más tarde, ella se había graduado en la universidad, seguido por el camino de su carrera, y estaba enterrando a su marido.

    Ella era muy joven para esto. Ella era demasiado joven para esto.

    No, ella no pensaría en el pasado. No podía pensar en el hecho horrible de que ella no tenía un pasado con Michael. Ella apenas tenía una probada de lo que la vida podría haber sido con él y ahora se había ido. Todo había terminado en un abrir y cerrar de ojos, y ella nunca iba a poder hacer ninguna de las cosas que quería con Michael. Nunca iba a tener ese viaje a España, ni a ver el océano con él. No hubo niños y en el futuro no habría nietos y no habría retiro feliz en una playa en algún lugar.

    Todo lo que podía imaginar era el gran paso del tiempo hasta su muerte, donde estaría sola y olvidada.

    Ella no quería eso.

    Ella no quería enfrentar el mundo sin Michael.

    A medida que el predicador hablaba sobre la vida increíblemente corta de Michael, cerró los ojos e inclinó la cabeza, sintiendo el peso tirar de ella hacia abajo. La pena era como un remolino, revolviéndose y llamándola mientras estaba sentada junto a la tumba de su marido.

    Este fue un momento del que hablaron mucho en el último año y medio. Desde que regresó del médico, había querido hablar sobre el momento en que él ya no estaría con ella. Ella lo había odiado por eso. Fue difícil para él al principio, pero morir parecía la parte fácil. Vivir después de que él se había ido era la parte difícil, la parte que le había tocado. En el gran esquema cósmico de las cosas, le habían dado la pajilla corta y, de alguna forma, Michael había tenido éxito.

    El predicador habló mucho sobre cuánto tiempo había pasado con Michael, y cómo le había sido dada a Michael la bendición de comprender su propia mortalidad y enfrentarla con coraje. Nos explicó cómo Michael, en los últimos meses de su libertad, había querido devolver a sus seres queridos tanta alegría y felicidad como pudiera antes de que su enfermedad le quitara su movilidad.

    Leslie sabía que era cierto, pero escucharlo en voz alta no la hacía más feliz. Ella había querido llevarlo a España, llevarlo de aventuras y viajar para ver todas las cosas que nunca habían podido ver, pero él no había querido dejar la ciudad. Eso le había resultado difícil de aceptar. Se odiaba por ser egoísta.

    Ve a ver el mundo cuando me haya ido, Le había dicho Michael justo después de que había rechazado su oferta para ir a España. Ve a ver el mundo y entiende que estaré contigo. O forja una nueva vida sin mí; con nuevas experiencias y belleza en momentos que te quitan el aliento."

    Eso no había sido lo que ella quería escuchar. Ella no quería ir al mundo y ver sus maravillas con el espíritu de su esposo muerto. Ella quería ser testigo de ellos con él. Ella quería mirar las inmensas maravillas y pequeños tesoros con sus dedos entrelazados en los suyos, sintiendo la calidez de él a su lado. Ella quería reírse en las cuevas luminosas con él y disfrutar de las maravillas de un gran complejo hotelero con él abrazándola desde atrás. En cambio, ella lo haría sola abrazándose a sí misma mientras sentía el vacío que había llegado a consumir su vida. Ella nunca iba a ir. Ella lo supo el día que le dijo que quería quedarse en casa.

    La soledad es un veneno que se filtra lentamente en tu vida. Es una marea que te arrastra al aislamiento, y nunca comprenderás que está sucediendo hasta que sea demasiado tarde.

    Era egoísta de su parte estar enojada con un hombre que la había amado incondicionalmente hasta el final. No era su culpa que haya tenido cáncer. Había sido un giro horrible del destino, el giro de las cartas y la escritura en las estrellas que se había llevado lo mejor de él. Nadie pidió ser susceptible al cáncer. Nadie quiere morir joven. Sin embargo, no pudo evitar sentir que estaba obteniendo el mejor trato.

    Se ha comprobado que los hombres dejan este tipo de cosas más rápido que las mujeres. Hay algo escrito en sus entrañas que exige que sigan tratando de ser fructíferos y que se multipliquen, mientras que las mujeres se demoran con la pérdida por más tiempo. Ella sabía que sería una pérdida que llevaría con ella el resto de su vida. Ella era muy joven, y ya todo se sentía como si estuviera rompiéndose a su alrededor. No había recuperación de esto. Ella podía sentir eso en sus huesos.

    Por supuesto, habían hablado de eso. Michael era un hombre religioso, pero la realidad de que dejaba atrás a una esposa de veinticuatro años cuando murió era demasiado para reconciliar a un esposo y a una esposa por la eternidad. Claro, Leslie estaría encantada de esperar con la esperanza de que tal vez hubiera algo de crédito en la fe de Michael, pero Michael no quería saber nada de eso. Había sido el marido moribundo que la instó a seguir adelante, y le dijo que estaba en paz con él. Sabía lo que le estaba sucediendo y deseaba desesperadamente que volviera a encontrar esa chispa de amor. El destino lo alejaba de ella, y ella se merecía la felicidad. ¿Cómo podía querer que ella siguiera adelante y que volviera a amar? Mientras se secaba, transformándose en una persona diferente a la que había besado bajo los grandes robles en el patio de recreo de primer año, sintió que se le rompía el corazón cada vez que lo miraba. ¿Y él quería hablar sobre su vida después de su muerte?

    Incluso ahora, mientras miraba a la imagen de Michael en el folleto que repartieron en el funeral, Leslie no lo reconoció. Era el rostro de un hombre joven y guapo que tenía toda su vida por delante. Era el rostro de un hombre que ella había conocido hace un año y que había estado tan lleno de vida y emoción. La única cara que podía recordar ahora era la cara calva, cetrina, con las mejillas macilentas y las hundidas cuencas de los ojos. Ella recordó las manchas en su piel y cómo se volvió demacrado durante el tratamiento. Él había querido ir agresivo, para comprarse tanto tiempo como pudiera antes de que lo inevitable lo tomara. Durante un tiempo un poco más agonizante, había perdido al hombre con el que se había casado.

    Frente a ella, vio como lentamente bajaban a su marido a la tierra, rezando por su alma y su salvación. Él era solo un cuerpo, una cáscara de lo que había sido una vez, silencioso y sereno ahora. Había sido una cáscara hueca de lo que fue durante mucho tiempo, incluso meses. Cuando llegó el final, ella se sintió consolada por el hecho que él estaría fuera del dolor y en paz finalmente. Era una idea horrible sobre la persona que amaba, pero no podía evitar sentirlo por él. La desgarró, mordiendo enojada su corazón mientras lo veía bajar a la tierra.

    Al menos ahora está en paz, murmuró alguien.

    ¿Qué clase de cosa terrible es decir eso? ¿Deseas a quien amas? Leslie vio como la parte superior del brillante ataúd negro desaparecía de su vista, hundiéndose en el agujero oscuro y sombrío. Siglos a partir de ahora, desenterrarían a su marido e hipotetizarían quién era y qué clase de vida tenía. Ellos nunca conocieron el dolor y la pérdida que ella había experimentado después de su muerte. Ellos nunca conocieron el dolor

    Vamos, cariño, dijo su padre, envolviendo su brazo alrededor de su hombro. Es hora de irnos.

    Limpiándose las lágrimas de las mejillas, Leslie se levantó. Detrás de ella estaba los amigos del campus de que Michael y ella habían recogido a través de su trabajo con la desactivación de sus carreras universitarias, y sus incipientes vidas profesionales. Los doctores y el personal que había llegado a conocer a Michael tan bien en los últimos meses habían llegado también, por respeto a él. Leslie intentó con todas sus fuerzas no pensar en sus simpáticas y compasivas sonrisas. Esto la quemaba y la carcomía. Tendría que enfrentarlos en un momento y tendría que tener el coraje de mentirles a todos.

    Era hora de ir a casa y poner una cara valiente.

    Capítulo 2

    Alguien, érase una vez, sintió la necesidad de garantizar el que todos los que alguna vez habían perdido a alguien tendrían que sentarse a través de un ritual final donde se alababa a los muertos por sus logros, sus ideales y sus esperanzas. Usted miraría hacia atrás en sus vidas, y sonreiría, reiría y recordaría lo maravilloso que fue para ellos haber bendecido las vidas de todos los presentes. Pero cuando se trataba de un hombre que solo tenía veinticuatro años, era difícil no sentir el amargo remordimiento del tiempo que le habían robado al difunto.

    Peor que mirar hacia atrás y pretender que todo el mundo no estaba amargamente enojado con la orquestación divina que estaba detrás de esta pérdida era la asamblea después de enterrarlo. Bajar lentamente al que amas en el frío abrazo de la tierra no era suficiente; luego, tenías que ir a casa y comer con otras personas que ni siquiera sentían el mismo dolor que tú. De hecho, ellos ofrecieron sus condolencias y su solidaridad mientras que le dan la apariencia más compasiva que alguna vez hayas experimentado.

    Cuando Leslie se detuvo en su casa, sentada en el asiento trasero del auto de su papá con su madre y su padre junto a ella, no pudo evitar sentir que la casa era la cabeza de un gigante, con la boca abierta y esperando tragarla. Ella no quería entrar, a pesar de que era su casa. Era la casa que habían comprado juntos. No podía esperar para venderla y deshacerse de los fantasmas. Las lágrimas se formaron en sus ojos otra vez. Quería quedarse con los recuerdos para siempre, pero no podía hacerlo en la casa en la que habían hecho su hogar.

    ¿Cómo podría vivir aquí más? ¿Cómo podía siquiera intentar vivir allí, cuando estaba llena de fantasmas de sueños abortados que se desmoronaban y languidecían en cada rincón de esa casa? Miró a la ventana del segundo piso donde estaba su oficina, donde un escritorio daba a la colina, tratando a duras penas de vislumbrar la bahía. No podía ver la bahía, por supuesto, pero era agradable pensar que sí, justo más allá de los tejados. Le gustaría pensar que si se paraba en la punta de los dedos de los pies, tal vez podría verla.

    Ni siquiera podía convencerse a sí misma de dormir en la cama que habían comprado juntos después de un fin de semana entero buscando la mejor cama que pudieran encontrar. Leslie le había dicho a Michael cuando él todavía era lo suficientemente fuerte como para tener tales conversaciones, que ella pensaba que tendría que mudarse cuando él finalmente sucumbiera. Ella le dijo que ya era bastante difícil caminar por San Francisco sin él a su lado. Cada vez que ella entraba en sus lugares favoritos, era bombardeada por los recuerdos de él estando con ella, sonriendo y riendo. Dolía porque había tantos buenos recuerdos de él en toda esta ciudad. Cuando estaban en la universidad, habían insistido en descubrir todo lo que había que saber sobre la ciudad a la que acababan de mudarse. Habían explorado cada rincón y cada grieta de la ciudad, y ahora estaba completamente manchada por los fantasmas persistentes en su mente.

    ¿A dónde te mudarías? Michael le había preguntado entre toses.

    Grant vive en Nueva York. Leslie se encogió de hombros. Sería bueno estar cerca de su agente. Él siempre estaba tratando de convencerlos de mudarse a Nueva York, donde ella sería el centro de atención de cualquier fiesta. Todos querían conocer a la misteriosa Evelyn Frock, pero Michael no quería saber nada de eso. Leslie tampoco quería saber nada de eso. Pero desde la noticia de su diagnóstico terminal, había sido atractivo para ella.

    Te gustaría Nueva York. Michael había sonreído, sus bellos ojos marrones la halaban tan llenos de amor.

    Tal vez. Leslie se encogió de hombros, con los ojos llenos de lágrimas.

    Su padre se detuvo en el camino de entrada y apagó el motor.

    No quiero hacer esto, murmuró Leslie mientras estaban sentados en el coche, mirando su casa. No quiero entrar y hablar con la gente.

    Está bien, cariño, dijo su mamá cálidamente. Podemos decirle a todos que no te sientes bien y que quieres que te dejen sola.

    Nadie lo pensará dos veces, buena chica. Su abuelo le sonrió. Era la única sonrisa que atravesaba la oscuridad, sin importar cuál fuera la situación. Era el poder que solo su abuelo tenía. Ella le ofreció una sonrisa débil a cambio. Era la sonrisa más dura que había tenido que forzar en su rostro.

    No, dijo Leslie después de un momento. Iré. Esto no es sólo acerca de mí. Ella siguió a su madre al salir del coche y luego se dirigió hacia la casa, limpiando las lágrimas que seguían viniendo, recordándole que aún estaba viva y que esto estaba sucediendo.

    Abrieron la puerta vieja que Michael siempre había querido arreglar porque rechinaba contra las bisagras. Sobre la pasarela de adoquines que atravesaba su pequeño patio y subía los escalones donde Michael se había sentado en el porche de su mecedora, mirando el atardecer con ella hasta que lo forzaron a entrar en el hospital. Abrió la puerta y entró, sus padres ya habían arreglado todo con la ayuda de sus hermanos esta mañana. Todo fue cuidado para ella. Nadie quería que ella levantara un dedo. En lo que a ellos respecta, ella había tenido suficiente durante el último mes.

    En la entrada, se miró en el espejo y sintió que todo lo que veía era un desperdicio. Toda su vida, Leslie había estado aterrorizada de ser una chica fea. No era que ella fuera fea, sino que simplemente tenía un miedo abrumador de ser la persona más fea de la habitación. Ser una metida de pata tardía había sido mortificante para ella, y durante la universidad estaba encantada de ver que estaba pasando por la transformación de patito feo a cisne hermoso. Fanática de la alimentación saludable y miembro de su amado gimnasio, Leslie había esculpido su cuerpo con la motivación singular de hacerse lo mejor para Michael. Incluso mientras pasaba el tiempo en el hospital, encontró consuelo en el gimnasio, resolviendo la agresión y la ira que sentía que la cubría todo el tiempo. Ella quería ser bella para él. Ella quería que él la viera lo mejor posible antes de que él se fuera. Ella quería ser la perfección que él pudiera sostener y tocar antes de dejar este mundo. Ahora, sin él, todo lo que veía era una belleza vacía, carente de propósito o del deseo de seguir.

    Estaba segura de que el gimnasio iba a jugar un papel importante en el proceso de recuperar su vida, de resolver su rabia y su frustración. Empezó a boxear hace tres meses y descubrió que era muy útil golpear a su entrenador cuando Michael tenía un día especialmente malo. Sabía que volvería allí a menudo.

    A decir verdad, los hombres la atacan todo el tiempo. Cuando ella tenía a Michael cerca, siempre lanzaba algún comentario sarcástico o mordaz a cualquiera que la atacara y se desvanecían, pero ahora estaba completamente sola. Cada vez que alguien intentaba felicitarla o era menos caballeroso con respecto a sus avances, le daba ganas de llorar. Su protector y campeón ya no estaba.

    Apartando la mirada del espejo, pasó junto a la carta enmarcada de aceptación que había recibido de Grant cuando tenía dieciocho años. Fue la carta la que le decía que quería leer más sobre una detective llamada Tiffany Black. Cuando tienes dieciocho años e intentas arduamente seguir una carrera como novelista, y en un último esfuerzo enviar la carta de consulta correcta al agente indicado, es abrumador. Cuando estaba escogiendo sus clases para su tercer año de universidad, firmó un acuerdo de seis cifras con un editor. Ella había pagado tanto su matrícula universitaria como la de Michael. Había pagado por esta casa y sus autos. Ella tenía suficiente dinero en el banco; si lo deseaba, ella podía moverse a cualquier parte del mundo y nunca más volver a trabajar.

    Tenía veinticuatro años y era una de las autoras más ricas y enigmáticas de América, pero sin Michael parecía inútil.

    Pasó junto a la estantería donde se encontraba su serie Tiffany Black en perfectas condiciones, su máximo logro. Cuando sus amigos los visitaban, no tenían ni idea de que ella era la autora, que ella era la misteriosa Evelyn Frock. Vendrían a su casa y siempre supondrían que uno de ellos provenía de familia adinerada y de ahí obtuvieron todas sus riquezas, cómo una casa en San Francisco y por eso Leslie solo trabajaba a tiempo parcial en una biblioteca. Nadie jamás pensó que podría ser un éxito de ventas internacional. Después de todo, ¿cuántas personas realmente se detuvieron y leyeron la carta montada en su pared? Ella tomó la carta enmarcada y la deslizó entre los libros en el estante.

    Cuando la gente comenzó a llegar, Leslie sintió que estaba haciendo lo correcto por su marido. Sonrió e hizo todo lo posible para asegurarse de que no era una desilusión para nadie ni grosera para ellos. Todo lo que les dijo, todo lo que sintió que se suponía que debía decirles, era como si fuera una mentira. Se sentía como si ella no fuera más que una sombra de pie en esta casa, un remanente de una vida que había sido arruinada y arrojada al inodoro. Era difícil sentirse algo más que abrumada por el dolor y la desesperación. Al final, esto era todo lo que le quedaba. Esto era todo lo que iba a tener de la vida que había querido comenzar con Michael. Estaba sola y por primera vez en su vida, no tenía a su mejor amigo para estar allí con ella.

    Amigos, familia y personas que habían sido parte de la vida de Michael entraron a la casa una tras otra. Leslie se encontró hablando con todos ellos, sonriendo y asintiendo con la cabeza mientras aceptaba todo lo que tenían que decirle. Descubrió que no había relativamente nada que nadie le dijera hoy, que no le hiciera solo ofrecer una dulce sonrisa y un gesto de asentimiento. ¿Qué más se suponía que debía decir? ¿Qué se suponía que debía hacer en esta situación?

    El tiempo se sentía como si se hubiera congelado completamente a su alrededor y todo iba tan lento que todo se sentía tan surrealista y tan nauseabundo. Ella no tocó la comida ni nada de beber. Ella no había podido mantener nada fuera del mínimo indispensable desde que Michael finalmente murió. Cerró los ojos y siguió moviéndose, se mantuvo de pie y escuchó las historias y los elogios que la gente le daría acerca de lo bien que está aguantando o lo increíble que era Michael y lo afortunados que todos fueron de tenerlo en sus vidas. Leslie tuvo ganas de vomitar, pero al final la gente comenzó a salir y los últimos rezagados fueron conducidos por su familia y sus suegros, que eran extrañamente sombríos y secos, observaron en este punto que la miseria había tomado el relevo.

    Por lo que dijeron, fue una bendición que Michael finalmente haya sido liberado y absuelto. Pensaron en sus días finales y sus horas finales como algo horrible y doloroso, como fieros enlaces que lo mantenían encerrado en su espiral mortal. Era una lástima que estuviera en coma en ese momento, completamente ajeno a lo que estaba sucediendo, sin darse cuenta de que la muerte se estaba acercando.

    Arriba, Leslie se quitó los tacones y miró su habitación, la habitación que habían decorado juntos y en la que habían vertido sus esperanzas y sueños. Iban a vivir en esta casa durante mucho tiempo. Querían asegurarse de que la carrera de Michael comenzara con buen pie y San Francisco estaba donde planeaban estar durante los primeros diez años de su matrimonio. Fue por eso que compraron una casa en lugar de alquilar. Fue por eso que construyeron todo lo que tenían.

    Podía escuchar a su familia abajo, hablando con la familia de Michael. Todos se estaban quedando aquí, todos sufriendo la miseria de una desaparición lenta. Podía decir que estaban hablando de ella, del futuro que le estaba esperando. Todo en su vida se había evaporado en un humo de incertidumbre. Esta era su vida ahora, un gran misterio donde estaba sola, llevando el peso de una vida que podría haber sido.

    Por primera vez desde que él fue hospitalizado, Leslie se metía en la cama y se acurrucaba. Ella sintió que lloraba incontrolablemente.

    Capítulo 3

    Aproximadamente un año después

    ––––––––

    A este ritmo, nunca tendrás que trabajar otro día en tu vida, dijo Grant con una sonrisa en los labios. Era extraño tener estas conversaciones en persona. Su oficina era más bonita que cualquier cosa que Leslie hubiera visto antes y era extraño estar aquí en persona. Ella nunca había estado en la oficina de Grant. Cada vez que se había encontrado con él, él había venido a visitarla a San Francisco, lo cual se sintió como hace una vida.

    De hecho, cuando Leslie tomaba un taxi y se dirigía a la oficina, realmente sentía que estaba viviendo una nueva vida.

    Ambos sabemos que eso nunca va a suceder. Ella sonrió educadamente.

    Hacía cerca de un año desde que Michael había muerto, y era difícil de creer que todo había ocurrido hace tan poco tiempo. Un mes después de la muerte de Michael, Leslie contactó a su amiga Tessa en Nueva York y le preguntó si estaba buscando un compañero de habitación o si tenía alguna relación con un agente inmobiliario que fuera realmente bueno en su trabajo. Fue una decisión difícil, pero era algo inevitable que los tomaría a cada uno por sorpresa cuando le dijo a sus padres y a los padres de Michael.

    Cambiar de casa había sido difícil, pero al final sabía que tenía que seguir adelante. Después de todo, cuando Michael murió ella ya estaba en proceso de mudarse, le gustara o no. No había nada que deseara más que tener a Michael de regreso, pero se había ido. Era hora de que ella encontrara un mundo nuevo; estaba borrando las penas de su vieja casa, ella buscaba su nuevo hogar.

    Lloró mucho los últimos once meses. Fue difícil cuando estaba sola, con solo un vaso de vino y música que solo hacía que las lágrimas fluyeran más fácilmente. Las lágrimas que caían libremente eran algo que le impedía concentrarse realmente en lo que estaba haciendo. Mudarse le dio la oportunidad de huir, de estar sola con el derecho a ser miserable sin tener que esconderlo a sus amigos y familiares.

    En el otro extremo del país, era difícil dejar que eso le afectara más. Ella, por supuesto,  tenía su caja de recuerdos; cosas que quería guardar para siempre que le recordaban lo mucho que amaba a Michael y lo grandioso que habían sido los días juntos. Para ella, su muerte tardaba en llegar y este nuevo movimiento era justo lo que ella había necesitado para devolverle algo de energía a sus venas.

    Entonces comenzó a escribir de nuevo.

    Su agente estaba tan feliz de tenerla en la ciudad de Nueva York, y de la amante de la pizza de corteza fina que había en ella, estaba tan contenta de estar en Nueva York, finalmente, pero ella todavía estaba sola. Era algo que no podía sacudir, independientemente de la cantidad de eventos a los que era invitada o cuántos nuevos amigos hacía... algunos de los cuales no sabían nada de Michael o sobre su alter ego.

    Su identidad era algo que protegía estrechamente, de modo que cada vez que aparecía en una firma de libros o en una fiesta de presentación, siempre mentía y decía que solo era amiga de Grant. Si bien su identidad se mantuvo en secreto, fue una de las cosas que los medios presionaron y cuestionaron por siempre. Nadie lo sabía, y eso calentaba las redes sociales sobre el misterio.

    Ella había ido con Grant a una de las fiestas de lanzamiento y luego a algunas más. La había presentado como una nueva editora de una editorial. Ella era la hermosa chica nueva, pero cuando no tenía nada siquiera remotamente interesante que decir acerca de ella para compartir, renunciaron a hacer preguntas. Después de todo, mujeres bellas y exitosas habían por toda Nueva York, y la gente siempre se apresuraba a pasar a la siguiente cosa más popular. Cuando se enteraron que ella no era la próxima cosa caliente, se dieron por vencidos con ella.

    Era gracioso cómo la gente siempre ponía las mismas excusas que eran relativamente iguales. Necesitaban tomar otra copa, tenían que ir al baño o que vieron a alguien que conocían. Al final, Leslie había asimilado la experiencia, algo que solo los escritores realmente saben cómo hacer. Era una habilidad que se requería para cualquier persona interesada en trascender lo normal. Era un talento que todos los escritores perfeccionaban y disfrutaban. Era el arte de observar a las personas a su alrededor y Leslie a menudo se quedaba sola, mirando a la gente en las fiestas más que realmente entrar y disfrutar de ellas.

    No importa cuántos amigos suyos trataron de llevarla allí para disfrutar y convertirse en parte de la vida que se le dio la oportunidad de disfrutar, Leslie siempre se encontró a la deriva a lo largo de la vida que ella pensó que quería. Sin Michael, parecía tan solitaria y tan vacía. Lo extrañaba, las cosas que diría en ese tipo de eventos y situaciones. Echaba de menos su ingenio irónico y su narración sarcástica de todo lo que la rodeaba.

    Entonces, eso la llevó al momento en que finalmente estaba sentada en la oficina de Grant. Durante todo un año, se había desplazado a través de Nueva York, yendo a fiestas y eventos, disfrutando del ambiente local y comiendo en todos los lugares que realmente le daban una reservación. Hubo un puñado de personas en la comunidad de escritores que sabía su identidad secreta que la había llevado a lugares y restaurantes a los que no podía llegar incluso en sus sueños más locos. Todo esto no le había hecho nada, y al final, ella terminaría en su casa en un departamento solitario y vacío que era lo suficientemente grande para ella y su computadora.

    Era en esos lugares solitarios y silenciosos que recurriría a Spotify y comenzaría a aplicar su magia, el tipo de magia que era oro negro para su agente y que Grant amaba. El año pasado, ella había escrito siete novelas, todas viniendo sin vacilación o sin dificultad. Cuando pedían una revisión o una edición, se las entregaba antes de fin de semana. A veces, Leslie desaparecía por completo y nadie sabía a dónde se había ido o si había sobrevivido. Amber y Josie, que se habían presentado como sus vecinas, rápidamente se hicieron amigas de ella y estaban muy preocupadas por estas tendencias reclusivas que su nueva amiga desarrollaría.

    A veces, la atrapaban corriendo a la Pizzería Gustavo por una rebanada en sus pantalones de yoga y su sudadera y trataron de organizar una micro intervención. Al final, podrían terminar en uno de sus apartamentos, viendo Netflix toda la noche, pero ese era el alcance del éxito que tendría cualquiera de las intervenciones.

    En última instancia, Leslie era escritora, y eso significaba que iba a pasar toda su vida escribiendo y que cuando tuviera un estímulo emocional, lo usaría para su máxima ventaja. Sin Michael en su vida, había un vacío estéril que no podía ser llenado por ninguna cantidad de pizza, fiesta, alcohol o amigos. Cuando pierdes a tu mejor amigo, todo lo demás en el mundo es vacío y carente de significado o propósito. El único consuelo que tenía era su escritura.

    Leslie se concentró en el presente, mirando la extraña estatua de jirafa cúbica en la esquina de la oficina de Grant. Era una pieza artística que parecía hecha por alguien a quien realmente no le importaba hacer que la gente se sintiera cómoda con sus creaciones.

    Grant la observó y sonrió, a continuación, miró hacia abajo al contrato que se estaba pasando. ¿Cuántas de estas series tienes en las obras? ¿Dos? ¿Tres?

    Siete, respondió ella, mirándolo con una mirada solemne, sombría en su cara. Ella no podía dejar de escribir aunque quisiera. Ella había desarrollado un sistema y un plan de escribir tanto como podía en el tiempo que le habían dado. Era justo cómo ella vivía su vida ahora. Tal vez era cosa de escritores, pero ella sabía que Grant no lo entendería.

    ¿A este calibre?, Preguntó, tocando el manuscrito a su lado.

    Ella no estaba segura de lo que eso significaba. Ella no pensaba que ella misma tuviera un calibre de escritura. Ella sabía que era popular y que tenía una base de fans extraordinariamente grande, pero ella no pensaba en ella misma como algo demasiado punzante o poderoso. Ella era solo una escritora, y simplemente escribía lo que pensaba que le encantaría a la gente que le dijeran. Nunca fue más que eso. Ella asintió y él negó con la cabeza mientras reía. Tenía una extraña especie de risa que hacía gruñidos. Me pregunto cómo una persona desarrollaba naturalmente esa clase de risa.

    ¿No sientes que te estás quemando?

    No, dijo ella honestamente. Ella estaba segura de que con el tiempo encontraría algo que pudiera tomar su mente aparte de odiar la vida, pero por ahora estaba escribiendo y así lo hizo. Y estaba más que cómoda atendiendo a ese impulso. Si las cosas se mantenían igual, terminaría teniendo un enorme canon para que sus seguidores leyeran para las generaciones venideras.

    Bueno, si los haces seguir viniendo, me aseguraré de que los editores sigan sacándolos, por unos buenos centavos en el bolsillo, por supuesto. Sonrió. Se habla de convertir la serie en una película o escribirla para televisión. Le lanzó una sonrisa feliz y cuando ella no le devolvió la sonrisa, se enderezó en su asiento. Querrán escalonar los lanzamientos, pero me aseguraré de que tengas bonitos bonos por firma por cada libro. Yo me ocuparé de ti. Lo mismo Harper-Collins.

    Ella tenía más dinero del que necesitaría jamás. Lo que sea justo. Es por eso que te pago mucho dinero por ser mi agente".

    Grant sonrió. Eres una de las autoras más ricas y recursivas del mundo. Cómo se vive de manera simple y fácil... Él negó con la cabeza. El dinero es algo con lo que nunca vas a tener problemas.

    Ella tenía más dinero colectivamente de lo que alguna vez necesitaría. Ella no podía gastar todo el dinero que tenía, incluso si lo quisiera. Era una broma pensar que ella podría necesitar más de lo mismo. Además, ¿en qué tenía que gastar dinero ahora? La mayoría de la gente viajaba y comía en buenos restaurantes, pero cuando no tienes a la persona que amas contigo, todo parecía carecer de sentido. Entonces, el dinero en su cuenta bancaria se estancó esperando que hubiera algún tipo de razón o propósito para ella. Gastarlo, más allá de donar anónimamente a obras de caridad e ir a películas baratas o cenas baratas. Por supuesto, también pasaba el ocasional atracón en las numerosas librerías donde a veces pasaba horas.

    ¿Hay algo más que necesites?, Le preguntó, sintiendo que su tiempo aquí estaba un poco débil. Ella sabía que Grant se preocupaba por ella, pero ella ya no era frágil. Claro, que había sido devastada y consternada por la pérdida de Michael, pero el tiempo se había movido lentamente hacia adelante, llevándola junto con él.

    "¿Cómo estás, Leslie? ¿Sigues adelante?

    ¿Disculpe?

    Grant señaló el nuevo MS en su escritorio. "¡Estás escribiendo fantástico! ¡Lo amo! ¿Te estás escondiendo o estás empezando a abrazar la vida otra vez?

    No me estoy ahogando en un mundo de dolor y pesar, si eso es lo que estás preguntando. Ella lo miró y cerró los labios apretados, sabiendo que la respuesta no era suficiente para su agente. La verdad es que aferrarse a ese pasado es como tener un oasis en medio del desierto. Para llegar a cualquier otro lugar, primero tienes que atravesar el abrasador infierno del desierto. Nadie lo espera. Es más fácil simplemente quedarse un rato. Es más fácil simplemente ceder al dolor y la tristeza y solo estar presente en esos recuerdos perdidos por un tiempo.

    El asintió. Bendita mujer. Ya sabes cómo decir mierda.

    Ella rió. A Grant le gustaban los dólares, pero tenía un lado dulce en algún lugar dentro de él. ¿Así que todavía no has encontrado el oasis?

    Estoy cerca. Durante casi dos años ella había estado llorando la pérdida de su esposo, incluso cuando todavía estaba vivo. No pasaría mucho antes de que ella estuviera lista para comenzar a construir una nueva vida con sustancia nuevamente. Por supuesto, ella se contó esta misma historia miles de veces antes, pero tal vez esta vez sería verdad.

    Entonces, estamos bien por ahora , dijo con una sonrisa en la cara. Era un chico encantador cuando tenía que serlo. Eso es lo que lo hacía tan bueno en su trabajo.

    Gracias, Grant, dijo, devolviendo la sonrisa.

    Al salir de su oficina, fue recibida por unas pocas personas que conocían su secreto, todos ellos lo suficientemente inteligentes como para mantener el secreto  – tranquila – ellos amaban a sus puestos de trabajo demasiado como para regalarlos. Ellos simplemente sonrieron a Leslie, y se fueron de nuevo a lo que fuera que estaban haciendo. Fue agradable no tener que lidiar con la fama que había visto soportar a otros autores. Simplemente no era para ella. A ella nunca le gustó ser el centro de atención. Era simplemente algo que le encantaba hacer y que resultaba extremadamente rentable.

    Cuando Grant recién informó a Leslie que ella iba a ser un gran éxito, su primer impulso fue correr y esconderse debajo de una roca y rezar para que todo el mundo se olvidara de que había una escritora detrás de todo. Cuando ella le habló acerca de la identidad secreta y el seudónimo, había dudado hasta que se dio cuenta de cómo el misterio podía hacer que los lectores, los periódicos y las redes sociales hablaran. Nadie cavó nunca lo suficiente, y el misterio se convirtió en algo divertido para los lectores.

    Ella Salió afuera y sintió que el sol se abría paso entre los edificios altos y sobre su rostro. Ella inhaló profundamente. Si se le daba una oportunidad, ella creía que la ciudad de Nueva York podría ser un lugar del que pudiera enamorarse. Bueno, tal vez no amor, ella nunca iba a experimentar eso de nuevo. NYC era una ciudad en la que uno podía simplemente sumergirse en un segundo plano y observar cómo el mundo interactuaba de la manera más mágica y misteriosa que existía. Era como si todo el mundo convergiera en la ciudad de Nueva York, y todo se mezclaba. El rico y el pobre, nativo y extranjero, lo visible y lo invisible. Tenía todo lo que un observador de personas podría desear. Lo suficiente como para encontrar ideas para sus historias y personajes. Era perfecto a pesar de que probablemente no estaba tomando el máximo provecho de todo lo que tenía que ofrecer. Ella sólo estaba interesada en vivir su vida, haciendo lo que amaba, y continuando con todo lo que ella siempre había estado haciendo. ¿Eso era algo tan malo? Ella no pensaba eso.

    Ella se dirigió de nuevo a su edificio de apartamentos, un lugar decente que fue aplastado entre otros dos edificios de apartamentos, en la planta baja había un restaurante chino, donde ordenaba comida para llevar de forma regular y a sólo tres cuadras de un gimnasio que ella amaba. No había nada intrínsecamente incorrecto en su apatía hacia la idea de explorar la ciudad completa, pero por lo general solo lo hacía en pequeñas dosis. Ella sabía que todo lo que necesitaba estaba en tan sólo un radio de siete cuadras de su apartamento, y ella amaba eso.

    Desbloqueo la parte frontal de la puerta con su código, camino por el estrecho corredor y subió las  escaleras, evitando el horrible ascensor que estaba segura de que iba a caer en picado y matar a todos el momento en que pusiera un pie en el interior del mismo. Además, subir las escaleras era algo bueno para el cuerpo. Subiendo por ellas, se encontró con los otros vecinos bastante solitarios y tranquilos con los que compartía el edificio. Ellos le ofrecerían miradas en blanco o sonrisas suaves mientras continuaban su camino. Ninguno de ellos era demasiado interesante, pero todos ellos eran únicos en su propia forma especial. Había una mujer con  su pequeño perro y un chico con sombrero al que ella veía regularmente. También eran vecinos y compañeros de escalera. A ella le gustaba el hecho de que había comenzado a reconocerlos.

    En el cuarto piso, se dirigió por el corto pasillo y pasó las tres puertas de su pequeña sección del edificio de departamentos. La puerta que tenía delante pertenecía al señor Vargas, el anciano gruñón y tranquilo que se destacaba en el pequeño balcón que tenía y contemplaba todo. No sabía si tal vez era sensible al sol, pero la miraba con los ojos entrecerrados, encorvado en su desteñida bata de casa color mostaza. La otra habitación al otro lado del pasillo pertenecía a Amber y Josie, quienes compartían su pequeño departamento mientras perseguían sus diversas carreras con un enfoque bastante casual.

    Amber era una diosa rubia que trabajaba en un club, atendiendo un bar que le traía cientos de dólares en propinas con las que solía pagar el alquiler, y luego se divertía con el resto. Cómo una mujer tan bella, seductora y agradable como Amber siempre carecía de dinero siempre perturbaba la mente de Leslie. En cuanto a Josie, ella era una artista luchadora que se negó a renunciar al sueño de que algún día se haría famosa. Hasta entonces trabajó como representante de servicio al cliente en un centro de llamadas, lo que le permitía ir y venir cuando quisiera y le pagaba lo suficiente como para contribuir con el alquiler y pagar las facturas. En general, eran divertidas, y Leslie amaba vivir al lado de ellas. Nunca le preguntaron sobre su pasado o su futuro.

    Habían desarrollado una especie de política de puertas abiertas en la

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