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La Casona
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Libro electrónico156 páginas2 horas

La Casona

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Una pintora se ve envuelta en mltiples aventuras despus de trasladarse al sur de la florida y poco a poco en el transcurso del tiempo se da cuenta que son sus pinturas las causantes de mucha desgracias en la casa de quienes las poseen. Indagando descubre que una casona que encuentra al llegar a su nuevo punto de residencia, tiene que ver con todo lo que sucede a continuacin.
Cada captulo es una historia de los poseedores de los cuadros que ella vende desenfrenadamente, a partir de la visin de la gran casa al borde de una playa en un bosque de palmeras y dos de sus habitantes, una mujer y una nia.
Una perra de la raza Golden retriever, protagoniza un papel importante durante el relato. La historia termina con felices reencuentros familiares y con una especie de exorcismo frente a uno de los cuadros que tanto dao han causado.
Es una historia cargada de misterio donde juega una parte importante la hechicera, hecha muchos aos atrs por un brujo que habit en los alrededores de la casona.



A female painter is involved in many adventures after moving to South Florida and gradually over time realizes that her paintings are the cause of many misfortunes in the houses of those who buy and own the paintings. Inquiring about it, she discovers a house that is on the beach behind a palms forest, when she arrive at her new residence place and it has to do with what will happens next.

Each chapter is a story of the owners of the paintings that she has been selling wildly, from the vision of a big house on the edge of a beach in a palm grove, and its two inhabitants: a woman and a girl.

A Golden Retriever dog, stars an important role in the story. The story ends with happy family reunions and with a kind of exorcism against one of the pictures that have caused so much damage.
It is a story full of mystery where sorcery plays an important role; the house was built many years before by a witch man who used to live around the house.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento20 feb 2016
ISBN9781514459973
La Casona

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    La Casona - Elda Cabral

    Copyright © 2016 by Elda Cabral.

    Library of Congress Control Number:   2016902297

    ISBN:   Hardcover   978-1-5144-5999-7

    Softcover   978-1-5144-5998-0

    eBook   978-1-5144-5997-3

    All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted

    in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system,

    without permission in writing from the copyright owner.

    Proof read and edited by Martha I. Daza-Miranda

    Cover graphic design by Luis A. Miranda.

    Front Cover painting by Elda Cabral

    This is a work of fiction. Names, characters, places and incidents either are the

    product of the author's imagination or are used fictitiously, and any resemblance

    to any actual persons, living or dead, events, or locales is entirely coincidental.

    Rev. date: 02/20/2016

    Xlibris

    1-888-795-4274

    www.Xlibris.com

    723780

    Contents

    Pintura 1

    Pintura 2

    Pintura 3

    Pintura 4

    D espués de manejar doce horas, próxima a llegar al lugar que sería mi hogar por el siguiente año y medio que era el tiempo que necesitaba para la exposición programada, al dar la curva que me colocaba paralela al mar descubrí esa hermosa casa iluminada donde parecía que se realizaba una fiesta, había mucha gente, música alta y fuegos artificiales. Disminuí la velocidad para mirar mejor hasta parar completamente el coche, entonces me dediqué a grabar con mi cámara algunas escenas y a tomar fotografías, aproveché para extender las piernas un poco entumecidas por tantas horas de viaje luego de 30 minutos de relajamiento, continué mi camino.

    La casa donde me iba a hospedar ya estaba cerca, al llegar, dormí hasta el mediodía siguiente. Todo transcurrió normalmente y luego de un largo baño, salí a recorrer mi nuevo vecindario junto al mar en la imponente área del sur de la Florida donde se veía el poderío económico, reflejado en hermosos autos y yates sobre el canal y en las marinas muy cercanas, me deleité apreciando el ambiente y tomando muchas fotografías.

    Transcurrido un mes decidí hacer caminatas por la playa, ya que mi trabajo imponía largas horas de pie. Me cruzaba con mucha gente en ropa deportiva y mallas, haciendo ejercicio, aunque no los veía dentro del agua. Lo hacían por la arena húmeda cerca del mar pero nunca dentro del agua, hubo días cuando salí a caminar muy tarde en que solía cruzarme con una mujer y una niña que usaban vestidos blancos largos de gasa y algo que llamó mi atención fue ver que llevaban sombreros puestos y caminaban con los pies dentro del agua cerca de la orilla.

    Cuando no tenía tiempo de día paseaba de noche, después de cenar y ya no había tanta gente como en la mañana y las personas que encontraba, por lo regular eran parejas con sus perros. Uno de esos días estaba comenzando una tormenta y no había nadie caminando, yo estaba como a dos millas de distancia de mi casa, empecé a correr un poco y tropecé con algo grande en la arena y me caí cuando me levanté vi que con lo que había tropezado, era un perro color arena. Lo revisé para ver si le había hecho algún daño, pero no, estaba bien y muy tranquilo, entonces seguí mi trote porque ya llovía copiosamente y cada tanto miraba hacia atrás y veía correr al perro que me seguía muy de cerca y no se iba. Cuando llegué a mi casa estaba toda empapada y me metí al baño directamente cuando salí, vi el perro en la puerta del dormitorio sentado mirándome, era un hermoso 'golden' y me pregunté ¿cómo hizo para entrar a casa y tener el pelo seco? Le di agua y comida y lo saqué para que volviera a su hogar.

    Hacía tres meses de mi llegada cuando fui a revelar las fotos de la ciudad y las que había sacado a mi llegada para para ver qué podían aportar a mi trabajo, cuando me entregaron el paquete, me llevé una gran sorpresa.

    Me levantaba temprano a trabajar mientras había luz de día, luego comía algo y me iba a caminar por la playa, siempre me gustó mucho el mar y desde chica quise vivir en un lugar junto a él, aunque fuese por un tiempo. Lo hacía esta noche e iba pensando lo hermoso que era este lugar cuando me di cuenta que otra vez estaba siendo acompañada por el perro golden que realmente no era un perro macho sino una hembra, a la cual empecé a llamar arena porque la había encontrado cubierta por ella y éste era su color. Vino hacia mí moviendo su cola, me saludó con ladridos de alegría yo retribuí su cariño acariciándole la cabeza, cuando levanté la cara vi a la mujer y a la niña que caminaban por el agua, me di cuenta que tenían el mismo vestido y sombrero de siempre y que yo sepa, no es habitual usar sombrero de playa por la noche, tanto la mujer como la niña lo llevaban puesto. El sombrero de ella era un chambergo de alas anchas, su cabello era rubio y el de la niña también como yo la había cruzado muchas veces en mi camino me pareció que podía darme a conocer y apuré el paso para alcanzarlas, quería hablarles y aunque me apuraba, no lograba hacerlo. Decidí correr unos metros, pero arena creyó que yo estaba jugando y empezó a saltar, se enredó en mis piernas y me caí sobre la perra, cuando me levanté ya no estaba ni la mujer ni la niña y como había empezado el otoño, el tiempo estaba inestable empezó a tronar y a lloviznar, de modo que regresé a casa.

    Otra noche cuando estaba caminando, sin darme cuenta me había alejado de mi casa, vi unas luces en la playa como a una milla de distancia y sentí unos ladrillos conocidos, era arena que venía en sentido contrario del lugar para donde yo iba y saltando delante de mis pies, me fue acompañando hasta que faltaban unos 200 metros del lugar donde estaban las luces. Me di cuenta que era la misma casona que yo había retratado y filmado el día de mi llegada, esa noche parecía que otra vez estaban de fiesta, me acerqué un poco más para ver si podía ver algo, parecía una fiesta de disfraces porque aquí se festeja el día de las brujas, de pronto vi un cartel clavado en la arena que decía prohibido pasar, propiedad privada. La curiosidad mía era tan grande que yo estaba dispuesta a seguir sin importarme el cartel, cuando de detrás de unas palmeras salieron cuatro perros negros de gran tamaño mostrándome los dientes. Arena se puso al frente mío y me hizo retroceder hasta la puerta, arena parecía que estaba clavada en la playa, no pude moverme hacia adelante y los perros quedaron parados al frente, pero no enseñaron más los dientes. A mí no me gustó la idea de ser mordida por esos animales, así que di media vuelta y empecé a trotar para mi casa, arena me acompañó y a mitad del camino me tuve que sentar porque como dije antes me había alejado mucho de mi casa esa noche.

    A pesar de haber caminado tanto y estar cansada, no podía dormir, se me cruzaba por la mente hacer un cuadro de esa casa de la playa para la exposición, así que cuando me levanté fui a revelar las fotos y cuál sería mi sorpresa que todas las fotos que yo había sacado esa noche de mi llegada no habían salido pero las del día siguiente que eran fotos de la ciudad, estaban perfectas. También había filmado esa noche y demás está decir que no había tal casa, ni luces en la filmación había una playa junto al mar de noche, así que lo único que se podía ver eran las palmeras. Ese día no podía concentrarme en mi trabajo y me fui al museo de bellas artes de la ciudad, vi algunos cuadros muy buenos y otros no tanto, pero hubo uno que me llamó la atención, se trataba de una pareja, él sentado tocando el piano y ella recostada sobre la tapa del piano, era una mujer muy hermosa, había algo en esa pintura que hizo que no pudiera apartar mis ojos de ella. Regresé, me acosté e instantáneamente quedé dormida. A media noche desperté empapada por la transpiración y muy acalorada, me fijé en el aire y estaba prendido y cuál sería mi sorpresa cuando en la boca del aire acondicionado, estaba echada arena, otra vez dentro de mi casa sin que yo la hubiera dejado pasar. Esa perra se veía muy bien cuidada aunque no tenía collar ni alguna identificación o chapa, pero siempre estaba limpia, su pelo cepillado, así que yo suponía, que debía ser de alguna familia de cerca de la casa y yo no me quería meter en problemas con nadie así que saque a la perra.

    A la mañana siguiente trabajé desde muy temprano porque todavía me faltaban varios cuadros y había decidido agregar algunos nuevos que no estaban programados para la exposición del siguiente mes. Durante todo un mes no tuve tiempo de caminar, hasta que una noche decidí trotar por una hora, cuando me di cuenta delante de mí, iban la mujer y la niña por supuesto con los pies en el agua con la misma ropa y el sombrero. Entonces me apuré un poco porque dije de hoy no pasa que me presente y voy hablar con ellas, a pesar de mi empeño no las pude alcanzar pero me quedé muy sorprendida que se dirigieran a la casa de la playa en la cual se hacía la fiesta y apenas entraron vi los cuatro perros ahí parados mirándome, estaban como a 50 yardas y realmente me sentí muy desamparada y me corrió un malestar por el cuerpo cuando pensaba que me podrían atacar porque se veían muy bravos, me di vuelta en dirección contraria, cuando estuve lejos puede respirar tranquila pero ya sabía que esa mujer y la niña vivían en la casona de la playa.

    Habían transcurrido algunos meses desde mi llegada y tenía casi todo mi trabajo organizado, pero como ya dije antes había decidido agregar varias obras a la exposición y me dispuse a ir de día por la casa de la playa, porque a esa hora era posible con la luz del sol, de esta manera tomaría nuevas fotografías tanto a la casa como al bosque de palmeras, también sería posible presentarme a su dueña, de modo que tomé una pequeña mochila puse mis instrumentos la cámara y la filmadora un cuaderno y un lápiz porque me parecía interesante tomar apuntes mientras iba pensando en cómo titular mis futuras obras. Me sentí un poco cansada y miré el reloj, no podía creer que había caminado horas y todavía no había llegado a la casona, seguí caminando diciéndome; pronto se verá el bosque de palmeras, transcurrieron otras dos horas más y no se veía nada, como ya estaba muy cansada y con sed, después de 4 horas no creía tener fuerzas para regresar por la playa, decidí subir a la ruta que corría paralela al océano y esperé a alguien que me levantara y gracias a que tuve esa idea, vi un auto que paró y una pareja mayor de edad que me preguntó a dónde iba. Me dijeron que me llevarían porque pocos autos pasan por ese lugar, la señora preguntó si se me había dañado el carro yo le dije que no había venido en auto, que lo había hecho caminando. En el viaje de regreso por la ruta, me fui mirando el mar para ver si veía la casona pero no la vi y le dije a la señora

    -¿usted sabe quiénes son los dueños de la casona?, me preguntó extrañada

    -¿cuál casona? yo le respondí

    -una muy grande que está entre un bosque de palmeras, la casa de piedra blanca y techo negro con tejas, tiene tres pisos y una parte con un faro. Me dijo que ella no conocía ninguna casa así, le preguntó al marido y él me preguntó: -¿quién le habló de esa casa?, yo le respondí,

    - la vi el día que llegué a este lugar, la veo cuando camino por la playa, él me miró por el espejo del auto me pregunto, cuando la había visto y yo le dije, -hace poco, después me preguntó,

    -¿de dónde es usted?, yo le respondí que vivía en Nueva York, que era pintora y él se encargó de seguir preguntando sobre mí. Me tocó bajar porque estaba en la puerta de mi casa.

    A la mañana siguiente recibí llamada de Sara que era mi agente y mi amiga desde hacía 20 años, nos conocimos en la universidad y ella se ocupaba de las exposiciones en galerías y museos y las ventas que siempre fueron muy buenas. Mientras yo trabajé mucho y toda la semana aunque muy ocupada, no deje de pensar en las fotos que ya saqué para mi futura exposición.

    Terminé mi trabajo y no podía seguir esperando, así que subí al auto me fui para la carretera por la vía al mar, hasta este lugar donde había sacado las primeras fotos de la casa en la noche de la fiesta, pero después de una hora de viaje y recorridas unas 70 millas, todavía no la había encontrado y eso era imposible

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