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Confesiones De Mujeres De Moral Relajada
Confesiones De Mujeres De Moral Relajada
Confesiones De Mujeres De Moral Relajada
Libro electrónico110 páginas1 hora

Confesiones De Mujeres De Moral Relajada

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Este es un libro irreverente, se burla de la hipocresa y celebra a la mujer. Pretende redefinir a la mujer de moral relajada, no hacer un eufemismo; sino escuchar sus confesiones, apartar la connotacin despectiva, en donde se le acerca ms a una mujer de la vida galante, que a una mujer inteligente, actuando como lo hace un hombre, solo que cargando con el pesado estigma social sobre la espalda.

Este libro no cambia vidas, ni endereza jorobados, pero al menos los va a entretener y les garantiza que va a crecer su talla interna, esa del desarrollo personal, con todas estas confesiones de secretos de amor, sexo, infidelidades, resbalones y relaciones fuera de lo moralmente permitido.

Al finalizar este libro entender que para ser arrebatado no hay edad, inteligencia, ni rango social, menos moral, simplemente amor o, con menos suerte, slo ganas y calentura, eso s, siempre la calentura como comn denominador.

Ser ese deseo incontrolable, el que nos impulsa a realizar cualquier acto que debemos callar, esos que nos regalan placer absoluto, y a los que nos volvemos adictos por ser lo ms parecido a la felicidad y los rememoramos incontables veces para un goce vitalicio, esas experiencias que se desbordan en un secreto y slo caben en una confesin.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento12 oct 2015
ISBN9781506502854
Confesiones De Mujeres De Moral Relajada
Autor

Julieta Quiñonez Castaños

Julieta Quiñonez Castaños Nació en Tijuana, a unos metros de Estados Unidos, el azar tan calibrado la quiso mexicana. Es del mes en que nacen los difíciles: junio -así justifica su carácter- en 1976, el año del dragón, según los chinos. Tuvo la fortuna de nacer pobre. Estudió administración de empresas, se gana la vida como corredor de seguros, con sus números mantiene sus letras. Publica su primer libro en 2012: “El Juego de la Vida”, en el mismo año participa por el premio nacional de poesía, con su poemario “Se vende amor”. En 2015 edita su segundo libro: “Confesiones de mujeres de moral relajada”. Escribe para redimirse y para rebelarse, para olvidar todo y perderse en nada, porque es la única forma de encontrarse.

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    Confesiones De Mujeres De Moral Relajada - Julieta Quiñonez Castaños

    Copyright © 2015 por Julieta Quiñonez Castaños

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 06/10/2015

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    ÍNDICE

    Prólogo

    La universidad, segunda vuelta

    Envejeciendo

    Hasta en las mejores familias

    Los dos lados de la moneda: Águila y Sol

    Ella y Él

    Santa Coincidencia

    Moneda: Sexo

    No todas son iguales, las hay peores

    Ambos dos y el ascensor

    Amor feo

    Clasificado.

    El macho que todas quieren.

    La cama es pesada

    Letras relajadas

    Nota Final

    Dedicatoria

    A Magdalena Castaños

    Mi hermana, por su complicidad incondicional y por ser una mujer maravilla.

    Angélica Labrada

    Mi ladina persuasiva; por todos estos años de amistad, gracias por ayudarme a encontrar el título.

    Agradecimientos Irremediables

    El agradecimiento es la memoria del corazón

    Lao Tsé

    A las mujeres de Morris Seguros, mis compañeras de batalla, valientes, inteligentes y admirables: Claudia Ponce, Gabriela Sanchez, Arianna Jimenez, Karina Salinas, Denisse Joya, Karla Sanchez, Cynthia Hernández y Getsemani Alonso.

    A Kevin Morris, mi esposo, por respetar mi espacio y mis tan necesarias soledades.

    A mis amigos entrañables: Luis Siordia Lozano y Cesar Ortiz Meraz, que por omisión no se imprimieron sus nombres en mi primer libro, para enmendar el error, tuve que escribir éste. Y no podías faltar, Abraham Gutiérrez Udave.

    Les agradezco irremediablemente.

    Pobre de aquella persona que jamás en su vida ha tenido un arrebato carnal, así, un arrebato como su nombre lo implica, ardiente, apasionado, vehemente, irracional, irresponsable e impetuoso…

    Arrebatos Carnales III, Francisco Martin Moreno

    Prólogo

    Con la humildad que me da la ignorancia y sin sucumbir a la soberbia de un poco de conocimiento; es que decido escribir mi segundo libro.

    Me confieso parte de esa rara especie en peligro de extinción, de los que escriben para redimirse; y también para rebelarse, para olvidar todo y perderse en nada; porque es la única forma de encontrase.

    Gozo hacer lo que suponen no debería, porque mi carrera no es de letras, me divierto; me relajo y pienso seguir contradiciéndolos; peor aún, penosamente en público.

    El concepto de las mujeres de moral relajada, se originó en mi cabeza tras la plática con un estimado amigo. Uno de esos hombres machos mexicanos que se ufanan de sus historias de cama; y así entre una y otra historieta de alcoba, me la avienta.

    Nombró despectivamente a una de sus contactos, como él llama a las mujeres incluidas en la lista de su teléfono, la cual parece tener vida propia, crece y se reduce todos los días, dependiendo de la suerte y como ande de humor. La utiliza para su desahogo; y así escogió en momentos de premura a la mujer en cuestión, justificado por la propuesta que haría ese día: una invitación a una fiesta de intercambio de pareja nada convencional a la que lo invitaron.

    Como primera opción, escogió según me dijo, a la de moral más relajada, por considerarla la de menos recato, la más facilita, nunca reparó en pensar, en que quizás, esa era una mujer de carne y hueso, que tenía un sentimiento por él, y por ese enamoramiento tuviera un comportamiento de total aceptación a casi cualquier propuesta de él.

    Simplemente me ha impactado el adjetivo calificativo; la de moral más relajada, por lo cómico en como lo abordó y el contexto de nuestra plática, (misma que reservo por respeto a nuestra amistad), no pude desprenderle la connotación despectiva. Como mujer, no puedo hacer menos con el calificativo que dignificarlo, así que lo tomé como pretexto para el título. Y ya con el nombre del libro, pues sólo fui en busca de confesiones, antes secretas, ahora públicas; acompañadas por su cómplice amigo, el anonimato.

    Éste libro pretende redefinir a la mujer de moral relajada, no hacer un eufemismo; sino escuchar sus confesiones, apartar esa connotación despectiva, en donde se le acerca más a una mujer de la vida galante, que a una mujer inteligente, actuando como lo hace un hombre, sólo que cargando con el pesado estigma social sobre la espalda.

    Bueno, aquí termina el tono sobrio de éste libro, a partir de aquí, empieza el tono relajado, porque para leer libros serios no se escogen los que tienen estos títulos, y además ya hay muchos libros así, por lo que éste es un libro especialmente diseñado para relajarnos. No cambiará vidas, sólo les dará un poco de entretenimiento y una que otra idea.

    Los afortunados hombres y mujeres de buen gusto, conocedores e inteligentes con un exquisito tino literario que se atrevieron a comprar este libro o tuvieron la suerte de que alguien se los regalara, van a crecer su talla interna (esa la del desarrollo personal), con todas estas confesiones de secretos de amor, sexo, infidelidades, resbalones y relaciones fuera de lo moralmente permitido.

    El lector comprenderá que todos los conocimientos son de fácil aplicación y podrá ponerlos en práctica el mismo día, si así lo considera necesario, bajo su propio riesgo.

    Al finalizar de leer éste libro, entenderá que para ser arrebatado, no hay edad, inteligencia, ni rango social, menos moral, simplemente amor o, con menos suerte, sólo ganas y calentura, eso sí, siempre la calentura como común denominador.

    Será ese deseo incontrolable, el que nos impulsa a realizar cualquier acto que debemos callar, esos que nos regalan placer absoluto, y a los que nos volvemos adictos por ser lo más parecido a la felicidad y los rememoramos incontables veces para un goce vitalicio, esas experiencias que se desbordan en un secreto y sólo caben en una confesión.

    Julieta Quiñonez Castaños | Entre Tijuana & San Diego, Enero 2015

    Lo Moral y lo Inmoral

    ¿Cuál es el futuro de la moralidad en lo tocante al sexo?

    La moralidad, de la clase que sea, no tiene ningún futuro en relación con el sexo.

    En realidad, la combinación de sexo y moralidad ha emponzoñado el pasado de la moralidad. La moralidad se ha centrado tanto en el sexo, que ha perdido todas las demás dimensiones, mucho más importantes.

    El sexo no debería tener tal dimensión en el pensamiento moral. La verdad, la sinceridad, la autenticidad, la totalidad: esas deberían ser las preocupaciones de la moralidad.

    El libro del sexo. Osho, Bhagwan Shree 1931-1990

    Primera Confesión

    La universidad, segunda vuelta

    Me gustan los hombres que tienen un futuro y las mujeres que tienen un pasado.

    Oscar Wilde. El retrato de Dorian Gray, 1890

    No sé decir, si por aburrimiento o filantropía, pero terminé dando clases en la universidad. Ya habían pasado casi veinte años desde que me gradué, tenía éxito en mi profesión, ejercía en mi despacho de consultoría, estaba casada desde hace años con un médico cardiólogo reconocido internacionalmente, tenía dos buenos hijos, creo que podía presumir de tener una buena relación. Dinero, la verdad, no me faltaba.

    Me sentía afortunada, así que era tiempo de devolver a la vida algo de todo lo bueno que me había dado. Varias veces había pensado en dar cátedra, pero por alguna u otra razón lo había pospuesto; finalmente decidí hacerlo y así finiquitar quizás mi única meta profesional no cumplida.

    Conforme mis hijos y la fama de mi marido crecieron, yo tuve cada vez más tiempo

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