Historias De Cielos Rojos En El Fin De La Humanidad

Por C. M. F.

Historias de cielos rojos en el fin de la humanidad se desarrolla en una realidad futurista donde la raza humana vive y avanza completamente envuelta en un mundo de tecnologa.

Aqu, en esta tierra del futuro, fue donde lleg el fin de la humanidad y lo hizo de una manera que nadie jams siquiera imagin. Lleg sin previo aviso, sin haber sido anunciado como tantos falsos apocalipsis lo han hecho anteriormente. Fue como si viniera surcando el universo hasta de pronto toparse con la tierra, o como si la tierra misma lo hubiera escupido de sus entraas.

Dentro de esta avanzadsima sociedad humana que esta por extinguirse, diversos personajes tratan de seguir adelante y encontrar significado a esta realidad donde la tecnologa ha llegado muy lejos y el apocalipsis flota por los cielos.

La bsqueda de la inmortalidad, el sinsentido de esta realidad, la naturaleza en el fin de la tierra, soledad, felicidad, odio, tristeza, y todo esto oscurecido por paisajes de cielos rojos, algo podr tener sentido en este mundo que esta llegando a su fin?

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 5 may 2015
• ISBN: 9781506501314

C. M. F.

C. M. F. nació el veinte de octubre de 1990 en Acapulco, Guerrero, México. Desde niño le ha gustado leer y escribir, inició con cuentos de terror y actualmente escribe sobre ficción.

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LA TIERRA EN EL FUTURO

Ahora mientras escribo es el año 2015, pero estas historias se desarrollan en un futuro más adelantado donde la raza humana sigue en pie y sumida en un mundo de tecnología que es bastante diferente a este aunque de cierta forma igual.

La naturaleza estaba bastante dañada y disminuida pero relativamente bien para todo lo que había tenido que aguantar.

Los polos se habían derretido en una gran porción por lo cual había menos tierra que antes pero aun suficiente, y de todos modos era algo común construir a lo alto en este futuro.

La muerte había sido casi vencida con la ciencia, diversos tratamientos para conservar el cuerpo y extender la vida, así como operaciones para el trasplante de cerebro ya sea a otros cuerpos humanos o a uno artificial.

Las redes de internet alcanzaban todos los rincones del planeta y las fuentes de energía habían sido remplazadas con todo tipo de nuevas fórmulas más eficientes.

Los robots eran parte de la vida cotidiana especialmente en países ricos donde autómatas de baja inteligencia se encargan de muchos tipos de actividades ya fueran públicas o privadas.

El cerebro humano había sido estudiado a la perfección y el crear inteligencias artificiales absolutamente perfectas ya era posible.

Esta era una época del espacio, los hoteles espaciales y lunares abundaban y era algo normal para gente adinerada alojarse en sus fantásticas habitaciones. La minería espacial era un negocio floreciente, los viajes espaciales abundaban y los humanos ya habían pisado distintos planetas sin encontrar aun una vida extraterrestre inteligente.

La genética estaba muy desarrollada en todos los campos desde clonación hasta el poder ordenar hijos genéticamente diseñados de una manera específica.

Tener partes biónicas en el cuerpo era algo común, algunos las tenían por necesidad y pero muchos otros lo hacían para mejorar su cuerpo y potenciar sus habilidades, como ojos artificiales o extremidades más fuertes.

Pero a pesar de todos estos increíbles avances tecnológicos la tierra seguía abatida por los males de siempre, guerras, injusticias, tragedias.

Y en este futuro, aquí donde la raza humana avanzaba poderosa, fue aquí donde llego el fin del mundo….

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Llego sin aviso alguno, sin haber sido anunciado como tanto falsos apocalipsis lo han hecho antes. Fue como si viniera surcando el universo hasta de pronto toparse con la tierra, o como si la tierra misma lo hubiera escupido de sus entrañas para acabar al fin con esa molesta plaga que es la humanidad. Algunos lo llamaron el final divino.

Era un día, en otras partes del mundo una noche y otros más atardeceres y amaneceres. Un mega terremoto sacudió hasta el último rincón de la tierra, el movimiento telúrico duro más de diez minutos, y a pesar de la buenas construcciones de este futuro, bastantes sucumbieron violentamente, en especial en los países pobres donde las estructuras no estaban tan bien edificadas,

Enormes deslaves de tierra alrededor del mundo dejaron sepultada a miles de personas. La potencia del sismo fue tal que incluso provoco la erupción varios volcanes en diversas partes del planeta, y estos pronto con sus nubes piroclásticas arrasaron ciudades.

Minutos después de terminar el terremoto, todas las costas del mundo fueron golpeadas por enormes tsunamis con olas de hasta cuarenta metros de altura, los mares avanzaban kilómetros y kilómetros tierra adentro devastando todo a su paso, y estas no fueron las peores catástrofes, lo peor vino al momento que el terremoto acabo, antes de la llegada del tsunami. Todos los aparatos tecnológicos dejaron de funcionar, el planeta entero quedo incomunicado y sin energía. Estaban completamente dañados todos los vehículos, computadoras, celulares, robots, armas de fuego, (que en esta época funcionaban de diferente manera), incluso las partes biónicas implantadas en humanos estaban descompuestas, dejando así inválidas a millones de personas en todo el mundo.

Imagínense el caos y la desesperación inicial, nadie entendía porque los aparatos no funcionaban, en las ciudades costeras o en las que había estallado un volcán todo era destrucción. El caos y la angustia era global, gente enterrada viva bajo los escombros y sus familias enloquecidas por no poder liberarlos, anarquía en las calles, violentos saqueos masivos, cadáveres por las banquetas, personas desesperada por no poder comunicarse con sus seres queridos, sin saber siquiera si seguían con vida y como encontrarlos en gigantescas ciudades sumidas en el infierno. Los hospitales no estaban operando y difícilmente se establecieron puestos para ayudar a los heridos que eran demasiados, estelas de lamentos de gente agonizando inundaba las ciudades del mundo entero.

La gente esperaba ansiosa los equipos de rescate sin imaginarse que esta catástrofe había afectado todo el mundo y que la ayuda nunca llegaría. Los altos mandos de gobierno y la gente importante ni se les pasaba por la mente que todo su dinero o poder ya no existían ni lo harían jamás.

Lo que más hizo entender a los humanos que este era el final fueron los cielos, que horas después de la catástrofe ya se cubrían de nubes por completo y tomaban colores rojizos, al cabo de una semana todos vivían bajo cielos completamente nublados y rojos, con amaneceres naranjas, atardeceres morados y noches sin estrellas de absoluta oscuridad, así sería de ahora en adelante.

No tardo mucho antes de que las plantas comenzaran a marchitarse y los suelos llenarse de hojas muertas, y así los humanos miraban con horror como campos y montañas verdes se volvían cafés y aparecían bosques de arboles muertos, selvas sin vida, los animales morían por igual, el alimento se agotaba rápido, se rompía la cadena alimenticia.

Cuando ocurrió el cataclismo inicial, los hoteles y bases espaciales dejaron de servir por igual dejando miles de personas atrapadas, desesperadas viendo como el oxígeno se iba acabando lentamente, mirando aterrados por los ventanales como la tierra a lo lejos se cubría de una gruesa capa de nubes rojizas y ya ni parecía ser la tierra si no algún planeta más del universo.

Con el paso del tiempo vientos agitados soplaban a todas horas por el planeta y los mares se volvieron picados y amenazadores, con fuertes corrientes que hacían casi imposible nadar en ellos.

Pero los humanos seguían como podían, trataban de adaptarse a esta nueva vida, era como estar devuelta a la prehistoria. Pero esos cielos rojos traían algo más, era como si por el planeta volaran enfermedades, las epidemias abundaban, la gente se volvía débil, cualquier cosas los mataba, las mujeres difícilmente podían parir y cuando lo hacían, los bebes nacían enfermizos y débiles, pocos lograban pasar de los dos años, era como si la muerte hubiera salido a caminar por el mundo tomando a quien se descuidara.

Y en ese mundo se formaron pueblos, comunidades del fin del mundo, se agrupaban en general en la costa porque del océano era el único lugar donde aún se podía obtener alimento aunque cada vez menos, y por ello la pesca se volvió una actividad primordial pero era muy difícil reparar un barco pesquero, navegar en botes de velas o remos no era nada fácil con estos mares que abatían ferozmente.

Por la tierra se formaron hordas bárbaras, algunas de hasta miles de personas que iban devastando todo a su paso, cometiendo actos de inimaginable crueldad y tomando lo que quisieran. Ahora las armas habían regresado a ser como antes, espadas, flechas, lanzas, piedras, y así se enfrentaron diversos grupos humanos alrededor del mundo, algunos por defender su comunidad, otros por saquear y matar, y otros más por cualquier tipo de conflictos, las ultimas guerras humanas, matándose bajo cielos rojos con las armas de la antigüedad.

Así, poco a poco todos estos diversos males que abatían sin parar a los humanos fueron acabando con ellos, dispersándolos por el mundo hasta integrarlos en muy pequeños grupos, formando familias, viviendo como pudieran, muriendo poco a poco, extinguiéndose lentamente la humanidad, siendo esta la última generación humana sobre la tierra.

Y dentro de este futuro, dentro de esta realidad de la tierra donde llego el fin del mundo, aquí estarán situadas las historias a continuación.

IMMORTALIDAD Y VILLA MAGNIFICO

EL SEÑOR MAGNIFICUS

En una rica provincia, vivía el señor Magníficus, su verdadero apellido era Magnifico, más por problemas con sus padres, quienes eran los conocidísimos millonarios señores Magnífico, cambio su apellido para que nunca se los mencionaran.

El fue su primer hijo, y al igual que a ellos le interesaba la idea de vivir para siempre. El no creía en ningún dios y temía que la muerte fuera el final absoluto, la inexistencia total, y eso le aterraba más que cualquier cosa en el universo.

La relación del señor Magnificus con sus progenitores nunca fue buena y cada vez empeoro hasta que tuvo su fin, cuando, después de un fuerte pleito, su padre le regalo un buen negocio y le dijo que se desapareciera de sus vidas, que viviera feliz pero que ellos no eran sus padres y que lo mejor sería que él ni se considerara hijo suyo.

Al señor Magnificus no le importo mucho y hasta se sintió aliviado con su nueva empresa dedicada al diseño de micro artículos y productos