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Cuentos Revueltos
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Libro electrónico91 páginas1 hora

Cuentos Revueltos

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Información de este libro electrónico

Un adolescente hostigado
Un padre sobreprotector
Un joven que busca una oportunidad
Un compañero de oficina molesto

Son algunos de los personajes que el autor nos trae en sus "Cuentos Revueltos".
Historias breves del colegio, de la infancia, del trabajo… de la vida.
Relatos que querrás leer una y otra vez porque su brevedad y dinamismo te harán volver a ellos buscando nuevos detalles.
Un libro que combina emociones de la misma forma que nos llegan a todos, desordenadas, sin lógica aparente… revueltas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 jul 2021
ISBN9789878717746
Cuentos Revueltos

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    Cuentos Revueltos - Bertrán Saragusti

    Saragusti, Bertrán

    Cuentos revueltos / Bertrán Saragusti. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

    Libro digital, EPUB

    Archivo Digital: descarga y online

    ISBN 978-987-87-1774-6

    1. Narrativa Argentina. 2. Cuentos. I. Título.

    CDD A863

    EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

    www.autoresdeargentina.com

    info@autoresdeargentina.com

    Ilustraciones: Selene Selchu Pulido

    Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

    Impreso en Argentina – Printed in Argentina

    A mi hermano David

    Llegamos juntos y te fuiste antes, pero seguís presente en mi vida

    A Honorio y Benjamín

    Con Selene, nuestras mejores creaciones

    PRÓLOGO IMPORTANTE

    Te estarás preguntando por qué la palabra importante sigue a Prólogo. Si sos un lector como yo, lo más probable es que te saltees esta sección y pases directamente a los cuentos. Por eso la trampita de poner importante para captar tu atención.

    Me gustaría que lo leas para quizás entender y disfrutar mejor este libro.

    El título cuentos revueltos surge del concepto que no hay un hilo conductor en todos los que integran este volumen. Vas a encontrar cuentos de hermanos, de padres, de oficina, por citar algunas categorías.

    Y para que estén bien revueltos no los organicé ni por tema ni en el orden cronológico en que los escribí sino mezclándolos de acuerdo a un capricho personal.

    Me gustan los cuentos breves. Muy breves. Esos cuentos a los que vuelvo una y otra vez porque su síntesis colabora con mi pereza. Me gusta disfrutar de frases sencillas y profundas, esas que de entrada parecen decir poco, pero te dejan pensando.

    Cuando cursé el primer año de secundaria el libro de lengua que usamos tenía como primer cuento El Pozo de Ricardo Güiraldes. Ya perdí la cuenta de las veces que lo leí y cuando estaba trabajando en la edición de este libro descubrí que el cuento que más me gusta de la presente selección tiene exactamente la misma cantidad de palabras. Poco más de quinientas. Espero que ese cuento cause en alguien el mismo efecto que El Pozo causó en mí. Esas ganas de releerlo una y otra vez en busca de nuevos efectos. Porque las relecturas nos permiten ver cosas que antes no veíamos. El paso de los años y los momentos de la vida nos hacen interpretar el mismo texto en forma diferente.

    Y para ser fiel a mi propio concepto de brevedad, este prólogo finaliza aquí.

    La mantilla rosa

    ¿Qué fue lo que me enamoró? ¿Fue la mantilla rosa?

    Algunos creen en el amor a primera vista. En mi caso funcionó, aunque vos no me viste al principio.

    ¿Si hubiese sido de otro color?

    También creo en el amor al primer contacto. Cuando nuestras manos se juntaron supe que te iba a amar para toda la vida. A veces ni siquiera es necesaria la mano completa; con tomar un solo dedo alcanza.

    El día que te vi por primera vez sentí que te estuve esperando toda la vida. No es fácil de explicar, no es algo que se pueda decir con palabras. Lo sentís o no lo sentís, punto.

    ¿Si no hubieses tenido siquiera la mantilla?

    Siempre había escuchado cosas diferentes sobre el amor. Que sentías mariposas en el estómago. Que te sentías un tonto. Que te quedabas congelado sin saber qué hacer.

    Que simplemente lo sabías. Y ese día lo supe. Me pasó todo junto.

    Luego vienen las dudas. ¿Y ahora cómo sigue esto? ¿Estaré a la altura de las circunstancias? ¿Seré lo que te mereces? ¿Conseguiré no decepcionarte ni defraudarte?

    ¿Puede un color cambiar un sentimiento?

    Ya sé que es difícil de creer, pero no te conocía y ya soñaba con vos. Eras un cuerpo sin rostro, pero existías.

    ¿Es posible que un color decida nuestro futuro?

    Ha pasado mucho tiempo desde aquel día, pero ¡cómo olvidarlo! Y sin embargo la llama nunca se apagó. Aún te miro a los ojos y es como ver una parte de mí.

    Recuerdo aquellos momentos como si estuviesen pasando enfrente mío. Como una película con rollo sin fin que se repite una y otra vez. Mis temores, mis angustias, mis anhelos… mi felicidad.

    A1

    —Felicitaciones señor, pesó 3 kilos 800. Perdón por la mantilla rosa, pero no nos quedaba ninguna de color celeste. ¿Le molesta?

    —No, para nada.

    Para nada.

    Un buen tipo

    El Rengo López era tímido, y no es algo de extrañar, ya que su apodo provenía de haber nacido con una deformación en la pierna derecha que hacía que no caminara normalmente como todos los otros chicos.

    La hora de gimnasia era un martirio para el Rengo, aún más que el resto de las clases. Porque al Rengo le gustaba mucho el fútbol, pero no era bueno. Es más, el equipo que contaba con él en sus filas generalmente asumía el tener que jugar con uno menos. Por eso al Rengo lo mandaban siempre como delantero, donde molestara menos.

    Pero así y todo, si alguna jugada iba para su sector, los otros jugadores de su equipo tenían que esforzarse en esquivarlo y hasta incluso se ha comido más de un empujón para sacarlo del camino al gol.

    A mí me daba un poco de pena ver cómo el Rengo se esforzaba en correr cada pelota y seguir cada jugada con la mano derecha levantada, esperando ese pase que nunca llegaba.

    Una tarde me tocó ser capitán de uno de

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