Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Charm
Charm
Charm
Libro electrónico299 páginas4 horas

Charm

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Emocionante, original, romántico

"Uno de los mejores relatos de cuentos de hadas que he leído".

Si pensabas que conocías la historia de Cenicienta ... Te equivocas.

El reino necesita un heredero y la princesa Charmaine es consciente de que el trabajo recae únicamente sobre sus hombros. Después del fallecimiento de su hermana mayor, Charmaine debe tomar su lugar en un baile programado para encontrarle pareja. Con la boda ya planeada, cien hombres están listos para ser el indicado.

Todo lo que ella tiene que hacer es elegir a uno.

Como sirviente en las cocinas del castillo, Cynder conoce su lugar debajo de la realeza.

Al borde de una guerra inminente entre la gente mágica y sus amos, hay poco que él pueda hacer para detenerla. Por un lado, es un firme defensor de la igualdad de los derechos de los suyos, pero, por otro lado, ya ha dado suficiente de su vida a estas personas. Lo único que realmente lo retiene en el castillo es la atracción que siente por la hija de los Reyes.

Cuando los dos se encuentran, las chispas vuelan ... y no son magia.

Charm es el primero de la serie Reverse Fairytale de la autora más vendida de USA Today, J.A. Armitage

Toma todo lo que crees saber sobre los cuentos de hadas y dalo vuelta.

IdiomaEspañol
EditorialJ.A. Armitage
Fecha de lanzamiento9 mar 2021
ISBN9781071590874
Charm

Relacionado con Charm

Libros electrónicos relacionados

Cuentos de hadas y folclore para jóvenes para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Charm

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Charm - J.A. Armitage

    Traducción al español

    Charm

    Un cuento de hadas a la inversa.

    Libro 1

    J.A. Armitage

    Contenido

    El funeral 2

    Un cambio de Imagen 25

    Las lecciones 49

    Cynder 81

    El baile 102

    Los hombres 132

    La explosión 143

    Las secuelas 159

    La primera cita 180

    La entrevista 191

    La segunda y tercera cita 200

    El secreto 223

    Una vez más Cynder 247

    Príncipe Luca 262

    La decisión 279

    Los planes de boda y el periódico 300

    La traición 311

    Xavier 324

    La propuesta 335

    La eliminación 354

    La verdad 371

    La visita real 388

    La última cita 403

    Un secreto al descubierto 423

    El golpe de la verdad 439

    Daniel 452

    Antes de la boda 465

    La boda 478

    Caos 491

    El después 505

    ––––––––

    1 El Funeral

    El sol brillaba de una manera que no tenía por qué ser. No era un día para eso. Hoy debería haber sido un día con nubes y lluvia, cualquier cosa, menos la promesa del verano. Un verano que Grace nunca vería. Me di cuenta de que esta era mi primera vez en el balcón real mientras miraba a la multitud, un mar de personas vestidas de negro y unidas por el dolor. Podía oírles incluso mientras caminaba hacia allí. Lamentos de angustia y lágrimas de dolor por la muerte prematura de Su Alteza Real, la Princesa Grace.

    No había lágrimas en mis ojos. Simplemente no era parte del protocolo. Me enseñaron a ponerme de pie, a saludar, a mostrar una cara recatada, pero no a demostrar el abismo desesperado que había dejado dentro de mí la muerte de mi hermana mayor.

    A mi derecha podía escuchar a Elise sollozando en voz baja. Ella conocía el protocolo tan bien como yo y, sin embargo, lo estaba rompiendo de una forma pública. Mi hermana menor era una de las favoritas del pueblo, así como nuestros padres, y sabía que ella se saldría con la suya de una manera que yo no podría hacerlo. No podría hacerlo nunca más.

    Desde algún lugar llegaba una melodía sombría de un instrumento de metal. Sonaba un poco como nuestro himno nacional, pero más lento, como si la trompeta en sí misma no entendiera cómo una niña sana de veintiún años podría caer repentinamente muerta sin razón aparente. Cuando ella falleció, dos semanas atrás, corría el rumor de que había sido envenenada.  Que de alguna manera uno de nuestros enemigos, alguien rencoroso de algún país vecino se había infiltrado en la cocina y puesto algo en su comida. Incluso corría el rumor de que podría haber sido uno de los Magos.

    Cuando los médicos hicieron la autopsia, descubrieron algo mucho más mundano.  Ella tenía un problema cardíaco no diagnosticado.

    Probablemente lo tuvo desde nacimiento. No era precisamente un consuelo. Ella estaba muerta. Un día ella estaba feliz y radiante y al siguiente ya no estaba.

    Le hubiera encantado esto, multitudes adorando su presencia. Ver cuánto la amaban. El balcón real solo se usaba para ocasiones especiales, y era así como el público acudía en masa a la entrada para poder vernos salir en bodas y coronaciones y, por supuesto, funerales.

    En toda mi vida, solo había subido al balcón una vez y esa fue hoy. La siguiente hubiera sido la boda de Grace que debía ocurrir en seis meses, pero, por supuesto, ya no iba a pasar.

    Miré a la multitud, todos vestidos de negro, unidos por el dolor. Incluso los magos usaban el color de luto, renunciando a su atuendo habitual que era color purpura, en señal de respeto. Era eso o no había ningún mago en la multitud. Difícil de saber.

    Sí.  Grace se hubiera sentido en su elemento aquí arriba. Yo estaba incómoda y el vestido que eligieron para mí era largo, negro y picaba.

    El ruido me estaba dando un dolor de cabeza, y si no me alejaba pronto de la multitud, iba a estallar en llanto, con o sin protocolo.

    Afortunadamente, para cuando la canción triste terminó, mi padre, el rey Aarón, decidió que ya era suficiente, y finalmente se nos permitió regresar a través de las grandes puertas a la sala de estar en el palacio donde podíamos llorar en paz.

    Todo lo que quería hacer era ir a mi habitación, arrojarme a la cama y llorar durante una semana. Y era exactamente lo que planeaba hacer hasta que mi madre y mi padre me detuvieron.

    Observé como los sirvientes y Elise se iban, así que solo estábamos nosotros tres en la gran sala de estar generalmente reservada para reuniones formales de estado y momentos en que dejábamos entrar a la prensa en el palacio. Hoy no era uno de esos días. La prensa se había limitado a un corral cerca de las puertas delanteras y tenía que contentarse con filmarnos en el balcón. Tendrían que esperar otro día para que el público pudiera echar un vistazo a esta habitación dorada con techos altos y araña de cristal que arrojaba arcoíris alrededor de la habitación cuando la luz entraba por los lugares correctos.

    Mi madre se sentó junto a mi padre en uno de los sofás de tapiz dorado. Este era su lugar habitual cuando eran entrevistados por la prensa.  La vista que tenía de ellos era la misma que el público siempre veía. Tomé la silla de enfrente, la que usualmente tomaba el periodista cuidadosamente seleccionado, y, sin embargo, a pesar de nuestra posición, sentí que era yo el centro de la atención.

    Hablaba con mi madre de forma regular, pero una audiencia con mi padre era mucho más rara, y algo me decía que lo que sea que querían de mí en ese momento no era bueno. La mirada solemne en sus rostros confirmó mis sospechas. Aunque, después de haber enterrado a su hija mayor ese mismo día, tal vez me estaba apresurando a sacar conclusiones. ¿Acaso no tenían todo el derecho de mostrarse solemnes?

    Tenemos que hablar contigo sobre el baile, comenzó diciendo mi madre.

    Estaba sentada con la espalda recta y las manos en su regazo, de la forma en que me habían enseñado y de la forma en que Grace lo hacía. Grace era el epítome de la palabra princesa. Yo, sin embargo, solía encorvarme.

    El baile al que se refería mi madre era en realidad la fiesta de presentación de Grace. O lo fue en un principio. Una forma de presentar oficialmente su papel de princesa del pueblo. Después de lo cual, ella tomaría un papel más activo en el funcionamiento del país. Como estábamos al borde de la guerra con más de un país, sin mencionar el problema en nuestro reino, Silverwood con los Magos que querían más poder. Se decidió que ella pronto desposaría a un hombre. Se había invitado a un centenar de potenciales pretendientes: dignos hombres y príncipes inferiores en sus propios países, y que proporcionarían no solo un partido político para la estabilidad del reino, sino también en algún momento del futuro un heredero.

    ¿Qué pasa con eso? Supuse que sería cancelado. ¿Qué sentido tenía que vinieran todas esas personas si no había una princesa a quien elegir?

    Es en dos semanas. Ya se ha ordenado el catering y es demasiado tarde para cancelarlo .

    Suspiré. Mi madre tenía una manera de decirme las cosas sin decirme nada en absoluto. En algún lugar en el fondo de mi mente, una pequeña voz me decía que de alguna manera esto tenía algo que ver conmigo, pero no quería reconocerlo. De una manera muy poco femenina me acomode en la silla.

    No veo cual es el problema. ¿Qué tan grave puede ser que nos sobre un poco de comida por un tiempo? Podemos donarla a la gente sin hogar. Mejorará nuestra popularidad entre ellos . Nuestra popularidad entre la gente estaba en su punto más bajo gracias a los problemas entre los magos y los no magos y todas las protestas que esto conllevaba. Los Magos querían una democracia sin familia real e instalar una propia, con un presidente. Los no magos, como nosotros, queríamos que las cosas permanecieran como estaban, temerosos de tener a alguien con habilidades mágicas a cargo.

    Mi madre se acomodó en su silla, la primera señal de que estaba incómoda con la conversación. La gente espera un baile. Necesitan saber que el futuro de Silverwood está en buenas manos y tu padre y yo no vamos a vivir para siempre .

    La gente lo superará.

    Ese es el tema, Charmaine. La gente no lo superará . Era el turno de mi padre para hablar conmigo. Por alguna razón, sus palabras sonaban más pesadas. Supongo que era porque rara vez habría la boca y cuando lo hacía era porque tenía algo que decir. No era el tipo de hombre que desperdiciaba palabras, y las usaba como si valieran lo mismo que diamantes. Nuestra situación es precaria. Nuestra nación es relativamente joven y no tenemos suficientes tropas para resistir mucho en el camino de la batalla. Nuestra única defensa es formar fuertes alianzas con uno de nuestros países vecinos. Necesitamos un aliado poderoso para hacer lo que no podemos hacer solos .

    Jugueteé con el borde de un cojín a mi lado, un hábito nervioso que tenía, preguntándome por qué estaban hablando de esto conmigo. Esa pequeña voz en mi cabeza ya lo sabía, pero la estaba ignorando activamente, con la esperanza de estar equivocada de alguna manera.

    ¿Por qué me dices esto?

    Mi madre sonrió. Su sonrisa tenía una manera de tranquilizar a las personas. La había visto usarla innumerables veces en sujetos nerviosos. Eso es lo que la convertía en una reina digna.  Dirigió sus ojos hacia mi padre, quien solo asintió, y luego se volvió hacia mí. Al acercarse y tomar mi mano entre las suyas, dijo suavemente. Otro truco suyo para tranquilizarme. Me preguntaba porque mi madre hacia estos intentos para mantenerme calma. 

    Tú ya lo sabes.

    La pequeña voz era persistente.

    No podemos cancelar el baile. Hay demasiado en juego, y aunque es un momento desafortunado, sería una locura detenerlo estando ya tan cercanos a la fecha. Tu padre y yo hemos conversado mucho al respecto y decidimos que debes tomar el lugar de Grace .

    Abrí la boca en estado de shock. Recién empezábamos el duelo oficial por Grace, y aquí estaban ellos dos, pidiéndome que tomara su lugar en una estúpida fiesta.

    ¿Quieres decir que valla al baile y entretenga a los hombres?

    No solo bailar con ellos. Necesitamos lazos concretos. El país se encuentra en un período de gran inestabilidad, y necesitamos un líder que tome nuestro lugar cuando nos hayamos ido. Necesitamos que elijas un esposo.

    ¿Por qué necesito un esposo para hacer eso? Podría dirigir Silverwood con Elise.

    Esta no es una cuestión sobre tus habilidades de liderazgo, Charmaine. No tengo dudas que con un poco de educación te convertirás en una gran líder, pero ¿Y luego que vas a hacer? La línea tiene que continuar después de ti. Tendrás que elegir un esposo. La gente así lo espera. Si no seguimos adelante con el baile, Dios sabe lo que sucederá. Al invitar a todos esos hombres, no solo le da una oportunidad a los príncipes de otros países, sino también a los hombres de nuestro propio reino. Una boda tiene que ocurrir, pero no puede llevarse a cabo sin una novia. Esta todo arreglado para dentro de seis meses. Ahora eres la heredera al trono, y no importa si lo deseas o no. En este momento la responsabilidad recae en ti .

    ¡No! Las lágrimas que habían estado amenazando con caer todo el día ahora se erizaban en las esquinas de mis ojos. Las dejé caer. Debe haber alguna otra forma. ¿Qué hay de Elise? ¿No podría hacerlo ella? ¡Ella haría un mejor trabajo que yo! Yo no sabría qué hacer.

    Era cierto. Mi hermana menor tenía el aplomo y la gracia que parecía haberse saltado una generación cuando se trataba de mí. Con su impresionante cabello rubio claro, dos o tres tonos más claros que el mío, y su adorable rostro sería una reina excelente. Al igual que Grace, Elise era nata en todo esto, mientras que yo había pasado la mayor parte de mi infancia trepando árboles en los jardines del palacio y evitando activamente cualquier tipo de compromiso real como si fuera la peste. No era que no me gustara conocer gente, solo que nunca sabía qué decir. Grace era hábil conversando sobre cualquier tema que se le lanzara y recordaba todos esos pequeños detalles sobre las personas que los hacían sentir cómodos. Elise era igual a ella.

    Podía hablar con un dignatario que solo había conocido una vez, años atrás, y preguntarle acerca de su esposa  o de sus hijos, recordando todos sus nombres. Mientras que yo solo me quedaba allí parada y decía algo tonto como Me gustan sus calcetines.

    No es que fuera estúpida. De hecho, de las tres, probablemente era la más inteligente, gracias a las horas dedicadas a leer libros en la enorme biblioteca del palacio, simplemente no era buena tratando con extraños.

    Elise solo tiene diecisiete años. Ella es demasiado joven para esto. Tienes casi diecinueve años, y aunque hubiéramos preferido que pases unos años sin ser el centro de atención, desafortunadamente, ahora debemos seguir adelante.

    Dejé de jugar con el cojín y comencé a romper el dobladillo de mi vestido, quitando la costura, tratando desesperadamente de pensar una forma de salir de ese desastre en el que estaba.

    Ella cumplirá dieciocho años en diez meses. ¿Por qué no podemos posponerlo hasta entonces?

    Ya se enviaron las invitaciones, el palacio está listo. No podemos esperar otros diez meses. Sin Grace, necesitamos que alguien más ocupe su lugar ante los ojos del público ...

    ¡Nadie podría ocupar su lugar! Estaba llorando tan fuerte, las lágrimas caían por mi cara.

    Sentí el suave brazo de mi madre. Un toque de madre que podría curar cualquier enfermedad, excepto esta. Me dolía el corazón de solo pensar en que tenía que ocupar el lugar de Grace. Ella esperaba ansiosamente el día del baile, de una manera que yo nunca podría haberlo hecho. Nació para esto. Yo nunca seria ser tan buena en este papel como ella.

    Tienes razón. Nadie la reemplazará en nuestros corazones o en el corazón de la gente, pero alguien debe tomar su lugar y tú eres la próxima en la línea sucesoria. Es tu deber

    ¿Mi deber es casarme con alguien que ni siquiera conozco y al cual no amo?

    Mi padre, que se mantuvo en silencio todo este tiempo, finalmente habló.

    Te equivocas, no va a ser así. El rey de Pearlia ha querido casar a su segundo hijo con nuestra familia durante los últimos años. Si no nos importara, hubiéramos establecido un encuentro entre él y Grace, pero queríamos que ella fuera feliz y se casara por amor, tal como nosotros. Por eso hemos invitado a cien hombres al baile. Cien oportunidades para que te enamores. Después del baile, elegirás a cinco de ellos. Se quedarán aquí mientras los cortejas y te tomaras el tiempo para conocerlos a todos. Cuando estés lista, tú decidirás con quién quieres casarte. Podrás elegir.

    En realidad no. ¿Qué pasa si no me gusta ninguno de ellos?

    Era el turno de mi madre para hablar. Suavemente me quitó el dobladillo de la mano y lo alisó.

    Charmaine, cien hombres es más de lo que has conocido en tu vida. Seguramente te gustará uno de ellos y recuerda, al final del día, la decisión final será tuya.

    Eso era cierto. Había estado viviendo en una caja de cristal toda mi vida y los únicos hombres que había conocido, aparte de unos pocos dignatarios que pasaban por aquí, era el personal del palacio.

    Al final, acepté. ¿Qué otra opción tenia? Me fui a mi habitación. Necesitaba la privacidad de mi cuarto, para poder llorar sin miles de ojos sobre mí.

    Mi criada, Agatha me esperaba de pie junto a la cama con un pañuelo en la mano. Pude ver sus ojos rojos e hinchados, ella también había estado llorando. Al igual que el resto del personal, Agatha vestía el negro de luto requerido, un color en el que se esperaría que permaneciera durante las próximas dos semanas. Apenas la reconocí sin su uniforme de mucama, blanco y morado. Verás, al igual que la mayoría del personal del palacio, ella era una Maga, el nombre dado a la gente mágica. Tenía sentido contratarlos porque hacían el trabajo mucho más rápido con el solo movimiento de sus varitas. Como había muchos de ellos, el palacio había adoptado el color púrpura como un adorno para los uniformes del personal Mago, aunque los uniformes en sí eran blancos u dorados dependiendo de la posición. Las sirvientas y el personal de la cocina vestían de blanco con ribetes morados. Los mayordomos y los camareros llevaban dorado y púrpura. Todo el personal que no es Mágico usaba lo mismo, pero sin el adorno.

    Me pasó el pañuelo y me hizo una reverencia. Me di cuenta de que ella quería decir algo, pero ¿qué podría decir? Era mi doncella personal y no tuvo mucho contacto con Grace, pero sabía que le tenía mucho cariño. Todos la querían.

    ¿Hay algo que pueda hacer por usted Su Alteza, o debería simplemente dejarla sola?

    Agatha me conocía muy bien. Ella sabía que me gustaba estar sola.

    Puedes tomarte la noche libre Agatha. Esta noche puedo sacarme la ropa sola. Estaba en contra del protocolo. Todo su trabajo consistía en vestirme y desvestirme, pero ella no discutió. De nuevo hizo una reverencia y salió dejándome sola con mi miseria.

    Me senté frente al espejo y miré mi reflejo. Una niña triste me observaba. En nada se parecía a una princesa. Mis hermanas y yo habíamos heredado el cabello rubio de nuestra madre, pero mientras que el de Grace caía en gruesas capas color miel, y el de Elise era liso y de un rubio casi blanco, el mío estaba en algún lugar entre esos dos. Era de un rubio sucio que necesitaba de una fuerte laca y muchos invisibles podría controlarlo. Por lo general, lo dejaba suelto, prefería su aspecto salvaje e indomable, pero esta mañana un grupo de estilistas lo había convertido en algo manejable, para que pudiera lucir decente en el funeral de mi hermana.

    La puerta se abrió detrás de mí, y por un segundo pensé que era Agatha volviendo, pero cuando giré, vi que no era la puerta del pasillo principal, sino la puerta de la habitación contigua. El que pertenecía a Elise. Enfrente había otra puerta, una que nunca más se volvería a abrir. Conducía a la habitación de Grace.

    Elise entró corriendo y se dejó caer en la cama. Se había cambiado su traje de luto negro por un bonito vestido de verano. Ojalá hubiera hecho lo mismo. El vestido que llevaba yo tenía tanto almidón que me picaba en lugares que ni siquiera sabía que existían.

    ¿Qué pasó? Elise era la persona más curiosa del mundo. Ella sabía el nombre de cada miembro del personal y todos los chismes que ocurrían entre ellos. Me di cuenta de que se había estado muriendo por hablar conmigo desde que nuestros padres solicitaron verme en privado.

    Le conté todo. Acerca de cómo el baile de Grace seguía adelante, excepto que sería yo en lugar de ella la agasajada. Le dije que al final tendría que elegir un marido.

    ¡Eres tan afortunada! fue todo lo que dijo una vez que terminé mi historia.

    ¿Afortunada? Yo me sentía cualquier cosa, menos afortunada.

    Piensa en todos esos hombres guapos en esmoquin, todos ahí, solo para ti. Puedes pasar la noche bailando y bebiendo champán, y luego te casaras con el mejor de todos.

    Suena como el infierno, respondí.

    Oh, no seas así. Es romántico , suspiró. Suspiré junto con ella, pero por diferentes razones.

    No podía pensar en nada menos romántico que un grupo de hombres que desfilaban por el palacio como ganado mientras yo elegía con el que me iba a casar. Tenía una noche para elegir a cinco. ¿Cómo se suponía que debía hacer eso? Si el baile duraba toda la noche, apenas tendría unos minutos con cada uno. ¿Cómo se suponía que debía tomar una decisión tan importante que afectaría todo mi futuro en cuestión de minutos?

    Y luego habrá una gran boda, continuó, ajena a cómo me estaba haciendo sentir. Y luego habrá otro bebé real.

    ¿Qué habrá un qué? Me senté en la cama

    ¡Un bebé! ¿No me digas que no lo has pensado? ¿Por qué crees que mamá y papá están haciendo esto? Necesitan asegurar un heredero al trono .

    Como si mi semana no hubiera sido lo suficientemente difícil. Había perdido a mi hermana y ahora me tendría que casar con alguien, con un desconocido y tendría que tener un bebe con él.

    Caí sobre mi cama, consumida en mis pensamientos. En algún momento, Elise se fue, muy probablemente decepcionada por mi falta de entusiasmo. Mientras dormía, mi mente seguía volviendo a Grace, y del cómo yo estaba robándome esa noche que ella espero por meses. Y, sobre todo, me preguntaba cómo iba a hacer para llenar sus zapatos.

    ––––––––

    2 Un cambio de Imagen.

    A la mañana siguiente, Jenny, mi antigua niñera, vino a mi habitación para sacarme de la cama.

    ¿Por qué no es Agatha la que viene a despertarme? Pregunté, sofocando un bostezo. El sol aún no había atravesado mis ventanas. Me senté en la cama abruptamente. ¿Es Elise? ¿Le ha pasado algo?

    Después de los eventos de las últimas dos semanas, no se me ocurrió otra razón por la que Jenny estaría aquí para despertarme, excepto para contarme peores noticias.

    No te molestes, niña. Elise está bien. Me han dicho que te ayude con el vestuario. De ahora en adelante se espera que te vista de una manera que sea digna de una princesa real.

    El vestidor real era una habitación que había evitado durante toda mi vida. Era un lugar donde las mujeres de la realeza se ataban y se enredaban en corsés y vestidos y se les arreglaba el pelo de todos los estilos posibles. A Elise le encantaba. Grace también lo había hecho o, al menos, lo aceptaba como parte de su vida. Como la segunda hija, me permitían usar lo que quisiera dentro de lo razonable a menos que hubiera una ocasión especial. Incluso entonces, dejaba que Agatha fuera a buscar los vestidos que los asesores elegían para mí y me lo llevara de vuelta a mi habitación donde me ayudaba a vestir. Ellos sabían mis gustos. Simple, cómodo y aburrido. Me gustaba pasar desapercibida.

    La habitación en sí era mucho más que un vestidor, con altos espejos dorados que llenaban las paredes y sillas para diferentes estaciones. Cada estación era para algo diferente: cabello, manicura, pedicura y maquillaje. Había tres enormes puertas doradas al final.

    Todavía no entiendo por qué Agatha no pudo venir a despertarme, dije mientras me acomodaba en un asiento en la primera estación de trabajo.

    Porque como tú y yo sabemos, simplemente la habrías ignorado, y eventualmente, hubiera tenido que subir yo misma para sacarte de la cama. De esta manera, nos evitamos eso .

    Jenny había sido mi niñera desde que era un bebé. Cada una de las princesas tenía la suya, y Jenny

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1